.ηϛ CICATRICES ϛη.
Esta es mi nueva historia; no se trata de una adaptación; sino algo más acorde al anime— en la medida de lo posible XD—. Es decir que en este fic, todos los personajes son shamanes; por tanto aparecen los espíritus acompañantes.
Advertencia: Rate T por situaciones maduras y… bueno, ya entenderán cuando lean n.n. Ojo, es una temática algo dura.
Anexo a la historia en general que: Ninguno de los personajes son de mi creación; sino obra de Hiroyuki Takei.
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Capítulo I
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Siempre había deseado una vida tranquila para sí, llena de calidez. Una vida que durara lo que estuviera destinada a durar; no tenía mayor prisa por crecer, ni pena por los años pasados; quizá a veces un poco de melancolía; pero a la vez, se sentía tranquila por la paz que auguraba el futuro luego del torneo de shamanes. Guardaba secretamente el deseo de que su destino le trajera más satisfacciones que penurias.
... y si era al revés, pedía a los "Grandes Espíritus" el poseer la suficiente fuerza para resistir. Claro, nunca imaginó que debía pedir por una dosis "extra" de fortaleza; aunque años después determinara que ni aun teniendo un carácter de hierro hubiera podido salir inmune de todo lo que le había tocado vivir.
Fuerza... ella nunca se había considerado a sí misma como una persona fuerte, ni de carácter, ni de poder espiritual considerable; nunca había terminado de desarrollar sus poderes de ataque, creyéndose lo suficientemente inútil como para marcar alguna diferencia. Jamás ni en la más extrema de sus pesadillas, consideró que necesitaría toda su capacidad de fortaleza. Hasta ese día.
Hasta ese día, creía que el tiempo venía y con la misma facilidad se marchaba, ¿Qué quedaba en el mundo que pudiera enturbiar su calma y la paz, luego de la batalla por el título del Shaman King? Después de todo, Hao Asakura no existía más y tras su caída, los shamanes de ideas radicales no habían vuelto a dar vestigios de su existencia, algunos incluso se habían redimido. De otro lado, Yoh estaba en camino de ser reconocido como Shaman King y con eso, ya más nada estaría ni por asomo cercano al dolor, desesperación o guerra. Pero ese día, todo cambió.
Una segunda amenaza, quizá más peligrosa que el propio Hao se cernió sobre ellos sin previo aviso. Nadie hubiera creído que al finalizar aquél soleado día, el panorama añorado se viera forzado a cambiar de forma tan drástica. Nuevamente el peligro los acechaba; esta vez, queriendo acorralarnos y asfixiarlos entre sus fauces feroces e implacables. El orden de todo amenazaba con quebrarse, había sido corrompido desde sus propias raíces.
… el mundo espiritual estaba en peligro y sus principales atacantes eran aquellos llamados a protegerlo.
Jamás olvidaría ese día...
Recordaba que...como de costumbre, Anna, Yoh y ella se encontraban en la pensión, no hacía mucho que los dos primeros se habían casado y faltaba poco para que Yoh terminara de cumplir los requisitos necesarios para acceder por completo a los Grandes Espíritus; Anna se encargaba de ello quizá con más ahínco que durante los entrenamientos para el Torneo; y es que Yoh no solo debía de estar apto físicamente, sino que debía aprender también de conexión espiritual muy similar a la que usaba Anna como sacerdotisa.
Ella no era de mucha ayuda al respecto, salvo en preparar la comida y tenerla lista para cuando los arduos entrenamientos terminaran. Otra de sus tareas era la de atender la pensión ante posibles huéspedes. En fin… nunca se había quejado de su suerte; ni siquiera tras la unión definitiva entre Anna e Yoh, a quien quiso desde muy pequeña. Estaba... de alguna manera, conforme y feliz muy a su estilo porque Yoh lo era junto a Anna.
Ese día se hallaba limpiando un poco el patio que daba a la puerta principal; la tarde estaba a punto de terminar. Recordaba que había estado tarareando una de las canciones favoritas de Yoh a la par que maquinaba lo que iba a cocinar para la cena;...cuando entonces, dos golpes secos contra la entrada rompieron su quietud.
Tamao jamás pensó que su calma se iría muy lejos luego de atender aquél llamado
. — "Es un poco tarde ya para visitas"—. Se dijo la joven—. "El joven Ryu y el joven Manta no suelen venir tan tarde... ¿Será algún huésped?"
Nuevamente otro par de golpes distrajeron sus pensamientos, esta vez se habían escuchado con mayor espacio entre toque y toque.
No muy segura, fue acercándose. Sus espíritus acompañantes Conchi y Ponchi la animaron a seguir, recordándole que se estaba demorando más para la cena. Cuando Tamao al fin abrió la puerta, con su típico gesto amable, una pequeña reverencia y la frase ensayada "Bienvenido a la Pensión Asakura, ¿Qué puedo hacer por usted?", un malherido hombre cayó a sus pies, inconsciente.
Jamás hubiera esperado que el dejar entrar al inesperado visitante, se desembocara una terrible tempestad sobre las vidas de quienes conocía y apreciaba. Su habitual carácter servicial la hizo atender de inmediato al hombre, ayudándolo como pudo a entrar en la pensión.
. — ¡Estará bien, no se preocupe!—. Exclamó medio sosteniendo al hombre—. ¡¿Qué hago?! ¡¿Qué hago?!
Un sonido ronco proveniente del herido atrajo su atención.
. — ¡Resista señor, por favor!—. Exclamó Tamao al notarlo medio despierto—. ¿Pero qué le ha pasado?, no se preocupe... llamaré enseguida a la ambulancia y...
. — No...—. Musitó el herido—. Yo... necesito...
. — No se esfuerce hablando—. Dijo Tamao.
. — Yoh... Yoh Asakura—. Pronunció el herido y solo entonces Tamao hizo a un lado la capa sucia que cubría al misterioso personaje...
. —"¡Cielo Santo!"—. Pensó alarmada—. "¡Este hombre lleva un traje como los de...!"
"Los Apaches..." completó su subconsciente, y solo entonces prestó atención a los rasgos del malherido hombre; era un tipo recio, sin duda, de tez bronceada aunque en ese momento estuviera magullado; de cabello largo como solían llevar los integrantes de esa tribu y...muy similar a...
. — P-Por favor...—. Pidió el herido—. N-Necesito a... Y-Yoh Asakura...
. — S-Sí... ¡Joven Yoh!-. Comenzó a gritar Tamao—. ¡Joven Yoh, venga por favor! ¡JOVEN YOH!
Tiempo después deseó haber vaticinado lo que sucedería; de ese modo, jamás hubiera hecho caso de ese hombre por muy malherido que estuviese; pero el destino, le habían dicho, ESTABA ESCRITO y no importaba las veces que los hilos conectores se rompieran; el destino siempre encontraría la forma de cumplirse... de una u otra forma.
Ese hombre resultó siendo Silver, un viejo conocido y además miembro de la Tribu Apache; el mismo que en épocas del torneo, fuera el encargado de llevar los mensajes oficiales y otras encomiendas a Yoh y los demás; así como el encargado de liderar las batallas preliminares al torneo. Tamao no comprendió en ese instante cómo Silver había terminado tan herido. Ella recordaba que ese hombre era muy poderoso, ¿Qué podía haber sido tan terrible para dejarlo en ese estado?
. — Tranquilo, se pondrá bien, ya verá—. Recordaba haberle dicho, luego de subir un poco de comida a la habitación en la que acomodaron al apache. Silver, ya con algunos vendajes y acomodado en un futón cálido dirigió su atención hacia Yoh y Anna.
... aquél sería el inicio de todo.
. — Yoh, d-d-deben regresar a la aldea c-c-cuanto antes—. Dijo Silver bastante debilitado—. D-Debes tomar los Grandes Espíritus antes de... ¡ARGH!...
. — Despacio, despacio Silver—. Dijo Yoh ante el gesto de dolor del apache.
. — E-Estoy bien—. Respondió Silver—. No hay... tiempo que perder...
. — ¿Qué dices?—. Preguntó Yoh—. Todo estaba bien la última vez que fuimos a ver a la señora Golva.
Y de ello no habían pasado más de seis meses.
. — Fue después de su partida—. Comenzó Silver—. Después que... que la señora Golva te diera el... el "Buen augurio"...
Entonces comenzó el relato; no hacía menos de medio año que Yoh y Anna habían regresado de América, como el apache Silver había dicho, Yoh había recibido al fin, después de la victoria sobre Hao, el "Buen augurio". El "Buen augurio", era una especie de vaticinio aprobatorio que lo reconocía como próximo Shaman King; a partir de entonces Yoh tenía cierto plazo para incrementar sus propios poderes y conocimientos sobre rituales para poder al fin posesionar a los Grandes Espíritus.
Pero Silver completó lo suscitado luego de su partida; contándoles que un grupo de apaches, quienes al no estar convencidos ni de la victoria justa de Yoh, ni tampoco de la decisión de Golva de otorgarle el "Buen augurio", decidieron rebelarse en contra, desencadenando una batalla interna en la aldea, misma que Golva y sus seguidores más fieles trataron de parar a como diera lugar, teniendo como resultado la muerte de muchos miembros de la comunidad y la deserción de otros tantos.
"Una nueva batalla se ha desencadenado" dijo Silver.
Él... escapando de sus atacantes huyó en busca del siguiente Rey Shaman por ayuda por ello, luego de comprender la magnitud de lo que esas noticias significaban, Yoh y Anna determinaron que en efecto "No había tiempo que perder", y casi inmediatamente se pusieron en contacto con la mayor cantidad de aliados; en especial con Horo-Horo Usui, Ren Tao, Chocolove, Ryu, Fausto y Liserg, quienes no tardaron ni día y medio en llegar, salvo Chocolove y Liserg que se dirigieron directamente a América.
Tamao, mientras tanto, se hizo cargo del herido. Entonces conoció los detalles.
Aquéllos miembros de la tribu que habían desertado y roto su fidelidad para con Golva y la aldea, habían sido, entre los líderes, simpatizantes de las ideas de Hao Asakura, quizá no con el suficiente valor de unirse en ese entonces a su bando; pero que, reunidos en su descontento, decidieron que la victoria alcanzada por Yoh no era justa, pues éste había triunfado sobre Hao con ayuda de casi todos los shamanes participantes, en especial unos 5, más una sacerdotisa; por lo que la legitimidad del título estaba en juego para ellos. Golva había ido en su contra, rechazando las dudas sobre la legitimidad del título de Shaman King, argumentando incluso que Yoh Asakura había vencido un poder de más de 5 mil años, salvando no solo la aldea apache, sino a toda la humanidad; sin embargo, el grupo desertor no acató la decisión de la anciana e iniciaron una especie de guerra civil.
Fue así que los seguidores de Golva; y consecuentemente, defensores del Rey Yoh Asakura, luego de resistir el primer ataque y enterarse que entre los planes del otro grupo estaba impedir que Yoh posesionara a los Grandes Espíritus, capturándolos ellos primero; optaron por refugiarse en terreno sagrado y custodiar la GRAN ESENCIA, impidiendo así el avance de los desertores.
Desde entonces, muchos habían sido ya los que intentaron llevar el mensaje; pero al ver que Yoh no regresaba y que los mensajeros se perdían, dieron por sentado que habían fracasado... fue entonces que la misión fue confiada a Silver, debía localizar a Yoh y ponerlo al tanto, pues a esas alturas nadie salvo Yoh y sus amigos podían salvar al mundo Shaman de tremendo sacrilegio.
Por eso partió una noche, bajo la esperanza de pasar desapercibido por el campamento enemigo; sin embargo los custodios dieron con él antes que abandonara el territorio apache, persiguiéndolo una gran distancia, hasta que, tras una caída en una especie de cañón, lo dieron por muerto. Esa noche, la primera que Silver se quedó en la pensión, Tamao acudió a su tablilla, deseando haber culminado su entrenamiento, quizá de esa forma podría ser de ayuda. Pero, por más que trató de adivinar lo que le esperaba a su querido joven Yoh, no lo consiguió. Sus poderes podían referirse a la situación en general o a sí misma; pero por alguna razón, nunca a una persona en específico.
… y en general o... sobre sí misma, todos los pronósticos que su tablilla le dio… desembocaban en tragedia.
A la mañana siguiente, Yoh y Anna emprendieron camino hacia América; ella mientras tanto se quedó al cuidado de Silver; pero no bien el apache se había repuesto, pasados cerca de 4 días, en los que no dejó de consultar su tablilla con el mismo resultado; partieron también a América. Tamao no sabía a ciencia cierta si sería de ayuda o si sería un completo estorbo; confirmando sus dudas y reafirmando su inutilidad cuando, en lugar de ser una ayuda para Silver al momento de traspasar el campamento enemigo, se volvió en otro ser al cual "proteger", y por si eso fuera poco, ¡Muerta de miedo!.
Sin embargo, si algo hubo firme en su vida en ese momento, fue su deseo de estar cerca de Yoh, y ser de ayuda aunque fuera mínimamente. Pero al no ser sujeto de batalla, pudo hacer muy poco: ayudar en tareas domésticas, organizar algunos detalles, entre otras tareas mínimas, y si bien eso fue suficiente al inicio, cada día que los demás regresaban rasmillados, agotados o en ocasiones heridos, ella se sentía tan inútil que era sencillamente insoportable.
Luego, el tiempo de resistencia se prolongó cuando Golva dio a conocer, para sorpresa de todos, que Anna esperaba un hijo. El bebé venía en el momento menos esperado, quizá también en el momento menos indicado. A consecuencia de la juventud de ambos padres, la estabilidad emocional de Yoh se vio trastocada. La preocupación innata por su familia y la situación de peligro latente en la que se encontraban, con frecuencia no le permitían equilibrar su energía espiritual, por lo que obtener a los Grandes Espíritus, por indicación de Golva; se pospuso hasta el nacimiento de la criatura.
Tamao, si era posible, se sintió entonces más y más inútil. A veces pensaba que si ella fuera la mitad de fuerte de lo que era Yoh o sus amigos, entonces sí podría significar al menor una garantía de protección para Anna y el bebé. Debido a ello, en secreto y siempre por la noche, ella entrenaba con su tablilla; pero por alguna razón nunca conseguía ningún resultado positivo por mucho que se esforzara. Fue entonces que levantó la atención de Golva y al fin, tras muchos años se sentirse un completo fracaso como shaman, conoció la razón de tantos intentos fallidos.
. — Así que esto es lo que haces todas las noches, niña—. Le sorprendió Golva una noche que había decidido seguirla—. Por eso estás tan agotada todos los días, es lógico si te la pasas soltando tanta energía por nada.
. — Es...—. Comenzó Tamao luego de sobreponerse de la sorpresa—. La única forma de aprender a manejar mis poderes y...
. — Si... y de paso dar la ubicación del campamento—. Acotó Golva logrando una auténtica expresión de pánico en ella—. Ehm... ¡Tranquilízate niña! ¡Era una broma!
. — ¡No debería bromear con algo así!—. Le reclamó ella, sintiendo que el alma le regresaba al cuerpo.
. — Ciertamente podrías haberlo hecho desde hace semanas—. Dijo Golva volviendo a la seriedad—. Pero ahora comprendo por qué no llamas la atención.
. — ¿Qué?—. Preguntó ella.
. — Me refiero a tus poderes por supuesto—. Dijo Golva acercándose un poco, luego usando su bastón golpeó la tablilla que ella sujetaba—. ¿O qué otra cosa haces con esto?
. — E-Entreno—. Dijo Tamao.
. — ¿Para qué?—. Preguntó Golva.
. — ¿C-Cómo?... ¿Para qué?—. Repitió Tamao y entonces sintió como si Golva le recordara su inutilidad—. P-Pero... ¡Estamos en guerra!, ¡Soy una shaman que no sabe pelear! ¡¿Cómo se supone que seré de ayuda a los demás si mis poderes no sirven para pelear?!
. — Exacto—. Dijo Golva sin impresionarse por el repentino enojo de la joven—. Tus poderes no sirven para pelear.
. — ¡Eso ya lo sé!—. Respondió Tamao dándole la espalda y realizando la posesión de su tablilla nuevamente.
. — Ahora ¿Seguirás agotándote o vas a escucharme, niña?—. Dijo Golva.
. — Dije que ya sé que mis poderes no sirven... eso es lo que quiere decirme ¿Verdad?—. Dijo Tamao.
. — En efecto, dije que no sirven, no sirven para pelear...—. Comenzó Golva—. Yo no dije que no servían para nada.
. — ¿Qué dice?—. Preguntó Tamao volteando hacia ella.
. — Si tus poderes fueran hechos para la batalla, nos hubieran encontrado semanas atrás—. Dijo Golva con aire sabihondo—. Por alguna razón que no alcanzo a comprender, eres capaz de usar tus poderes para la adivinación... pero esa no es su esencia, o... ¿Puedes pronosticar a ciencia cierta los sucesos futuros?
Tamao agachó la cabeza.
. — No es que no seas lo suficientemente fuerte para lograrlo, por si eso es lo que estás pensando—. Dijo Golva y ella elevó la mirada—. Se debe a que no estás canalizando tus poderes como debieras.
. — ¿Qué quiere decir con eso?, mis poderes son de adivinación, pero... pero soy una shaman, ¡También debería saber defenderme!
. — La modernidad y la juventud de la mano, lo único que hacen es confundir los orígenes—. Se quejó Golva y se sentó sobre la tierra—. Escucha atentamente, niña... existen diversos tipos de poderes, de ataque, de defensa, y curativos, por tanto existen shamanes de tipos diferentes; algunos llegan a conjugar 2 habilidades, comúnmente son los poderes de ataque y de defensa; pero siempre uno sobresale de los dos...
Tamao que se encontraba sentada al frente de la anciana escuchaba atentamente.
. — ¿Quiere decir que... no soy una shaman porque tengo poderes de adivinación?—. Preguntó Tamao sintiéndose peor que antes; cuando entonces Golva utilizó su bastón para golpearla en la cabeza—. ¡Ouch!
. — Ahora deja de sacar conjeturas y aprende a escuchar—. Dijo Golva severamente antes de carraspear—. Para que entiendas voy a ponerte de ejemplo a tus amigos... Yoh Asakura, Horokeu Usui, Lyserg Diethel tienen los poderes de ataque y defensa, en el shaman Ryu y Ren Tao predominan los poderes de ataque y no tanto los de defensa, un caso curioso es el del doctor Fausto.
. — "El doctor Fausto"; ¿Por qué era curioso?—. Se preguntó Tamao. El doctor era un gran shaman, sumamente poderoso en sus ataques y también significaba de mucha ayuda con los heridos. Iba a interrumpir, pero Golva (Y su bastón) le dieron la idea de no hacerlo, no al menos hasta que la anciana terminara de hablar.
. — Poseer poderes de ataque, defensa y poderes curativos es poco común, y lo curioso es que ninguno de los 3 tipos de poderes predominen, los lleva los 3 a un nivel muy alto y equilibrado, sigo pensando que eso se debe a la nigromancia, pero ese no es el punto...—. Dijo Golva mirándola fijamente—. Otro caso curioso... eres tú.
. — ¿Y-Yo?—. Preguntó Tamao.
. — Supongo que no te has dado cuenta hasta ahora—. Dijo Golva—. Tus poderes de adivinación son simplemente una técnica que aprendiste, no es suficientemente eficiente porque no es tu esencia y tampoco lo es el ataque o la defensa... a lo que me refiero niña, es que tu verdadera esencia es la curación.
. — ¿C-Curación?—. Tartamudeó Tamao—. E-Eso es imposible, nunca he curado nada... es decir... sé poner vendas y cosas sencillas, p-pero...
Y PLAF... otro golpe de bastón la hizo callar.
. — Te he observado este tiempo, te has dedicado básicamente a hacer labores domésticas y por la premura, la tensión y el cansancio has llegado a cortarte muchas veces—. Dijo Golva.
. — ¿Qué tiene que ver eso?—. Preguntó Tamao.
. — Mírate las manos—. Dijo Golva y ella obedeció—. ¿Dónde te cortaste esta tarde?
. — En mi dedo índice de la mano derecha...—. Comenzó Tamao levantando dicho dedo cubierto con una vendita; que al quitarla dejó a la vista la piel totalmente cicatrizada.
. — ¿Lo ves?—. Preguntó Golva—. Tus poderes curativos actúan aún sin tu permiso... porque no son a ellos a los que entrenas... y no pienses que es coincidencia... puedes buscar alguna herida abierta, o hacerte una en este momento... no demorará en cicatrizar completamente ni una hora.
Recordó haberse quedado observando su mano mientras procesaba toda la información que Golva le había dado. Era cierto, ella recordaba que por su torpeza se provocaba a sí misma muchas heridas que tenían luego una cicatrización rápida, jamás se había puesto a pensar en ello... "Una simple cuestión de coagulación eficiente", se decía... pero no... Acorde a Golva, eran sus poderes, sus verdaderos poderes, que a juzgar de la anciana eran "curiosos", por permitirle la adivinación.
Dos días después, fue asignada a los heridos en batalla por petición de Golva, Fausto no se quejó en lo más mínimo, ya que hacían falta manos en la pequeña tienda de enfermería que habían logrado crear; él y Eliza tenían trabajo prácticamente todo el día. Fue entonces que con el correr de los días y desarrollando las indicaciones de Fausto, Tamao comprendió las palabras de la anciana Golva; ella tenía poderes curativos.
Se sintió resarcida por la vida.
Bien, no podía utilizar sus poderes para la lucha y ser útil en el frente; pero sí podía ocuparse de todos aquellos que resultaban heridos. Fausto estaba encantado con su aprendiz, no solo porque era solícita y eficiente, sino que pese a la fragilidad que aparentaba podía resultar ser lo suficientemente tenaz como para resistir intensas labores, además de tener poderes especiales, que bajo su guía eran muy útiles con los heridos.
Sin embargo, la alegría de Tamao por sus recién descubiertas habilidades pronto sería opacaba por la crueldad de la guerra.
Jamás esperó vivir para tanto. Por semanas enteras, la preocupación por Yoh y los demás apenas le dejaban conciliar el sueño las pocas horas que disponía para ello. Cuando las batallas se volvieron más duras, también lo hicieron las heridas de los pacientes; shamanes y apaches aparecían socorridos por los demás con heridas expuestas; ella debía sobreponerse al asco inicial a los nervios que le provocaba el dolor de ellos, obligándose a resistirlos para poder ser de ayuda a quienes la necesitaban.
… y quizá a resistir el doble cuando los heridos no lo lograban, rezando a diario porque Yoh y los demás llegaran a salvo.
Ya cerca de la sexta semana, el grupo de Yoh tuvo su primera baja.
Experimentar la muerte fue sin duda el dolor más terrible jamás experimentado, esa noche ni Yoh, ni Horo-Horo, ni Ren Tao regresaron al campamento por resistir los ataques enemigos; la tristeza rondó cuando entrada la mañana del día siguiente, luego de que un agotadísimo Fausto realizara una operación por horas, con ella y Eliza de enfermeras…
… el bien querido Shaman de la risa, Chocolove McDonnell, falleció.
No había sido la primera muerte que había sufrido durante la guerra; sin embargo, para ella fue devastadora como para los demás. Encima, debido a la premura de los ataques contrarios, ni siquiera pudieron vivir una etapa de duelo debida.
Con la moral baja por la pérdida de ése y de otros amigos, la resistencia se hacía cada vez más débil. Poco tiempo después, el bando enemigo avanzó más y pronto atacaron el campamento, obligándolos a replegarse más adentro del territorio sagrado. Resistieron así un tiempo más, ella, Tamao Tamamura, jamás volvería a ser la misma de antes; había tenido que cambiar su carácter dulce y sumiso por uno duro y fuerte para resistir las peripecias a las que estaba expuesta.
El siguiente herido fue Horo-Horo y luego le siguió Ryu.
Tanta pena junta logró enfermarla, y por indicaciones de Fausto fue asignada a cuidar de Anna. Llevaban en esa guerra cerca de 7 , si bien Anna había resistido perfectamente las escasas condiciones para sobrellevar un embarazo exitoso durante los primeros meses; los últimos a partir de la semana veinticinco fueron terribles; debilitándola a tal extremo de tumbarla en el lecho, con fuerzas apenas escasas para estar de pie por cortos lapsos de tiempo.
El embarazo de la Gran Sacerdotisa fue llevado en extremo secreto; principalmente por proteger al bebé; Anna estaba fuertemente custodiada por apaches y la propia Golva, a ello se sumó Tamao por indicación de Fausto y por pedido de Yoh, que no lograba concentrarse lo suficiente en batalla debido a la frecuente preocupación por su familia.
El noveno mes casi llegaba a su término, Anna estaba más débil que nunca y Golva comenzaba a temer que la joven madre no resistiera los trabajos de parto; por lo que Tamao tomó una decisión.
Debido al tiempo en el que había estado junto a Fausto aprendiendo de sus técnicas curativas; aprendió aquélla técnica que él utilizara una vez para salvar la vida de Ren Tao durante el torneo; por lo que, luego de 3 días de meditación profunda, la joven pelirosa juntó todas sus fuerzas, donando gran parte de su energía a Anna.
Tras ello, la sacerdotisafue recuperando sus fuerzas. No obstante, el enemigo, inclemente, aprovechando cierto desánimo en los aliados de Yoh, atacó de nuevo. Aquél día, gran parte de los apaches que custodiaban a Anna fueron a apoyar a Yoh y los demás, dejando a Tamao, a Golva y a dos apaches demasiado jóvenes al cuidado de la futura madre.
Tal y como Tamao predijo con su tablilla, la desgracia aún no pretendía olvidarles. Anna entró en trabajo de parto. La experiencia fue para ella como si nunca hubiera recibido energía extra, se debilitó con tal rapidez durante la labor que Golva comentó estar segura que no iba a lograrlo; no obstante, Tamao tenía un as bajo la manga y segundos después que el bebé saliera por completo del vientre de su madre, realizó una nueva donación de energía.
Casi enseguida, un pequeño, pero fuerte llanto inundó la tienda donde se hallaban las mujeres. El heredero del rey shaman había nacido.
. — ¡No se duerma Doña Anna!—. Gritó Tamao mientras Golva envolvía a la criatura en mantas; Anna lucía cada vez más débil—. ¡Tiene que resistir! ¿Entiende?... el... ¡El joven Yoh la necesita y la necesita también su hijo!
La sacerdotisa solo fue capaz de observarla con ojos cada vez más débiles.
. — ¡Don Yoh me encargó a usted y a su hijo! ¡No dejaré que se dé por vencida!—. Siguió diciendo Tamao.
. — Está muy débil... —. Dijo Golva examinando brevemente la palidez mortal de Anna—. No resistirá, ha... ha sido demasiado para ella y el bebé absorbió todas sus energías.
. — NO—. Negó Tamao, rehusándose a la resignación—. ¡No morirá nadie más frente a mí!
Entonces limpió las traicioneras lágrimas que furtivas escapaban de sus ojos y antes de que Golva pudiera agregar algo más, realizó una serie de movimientos con las manos.
. — ¡¿Estás loca, niña?!—. Exclamó Golva—. ¡Si vuelves a donarle energía la que podría morir serías tú!
Tamao finalizó los movimientos que había aprendido de Anna para acumular la energía de su cuerpo, y entonces, sin hacer caso de las palabras de Golva, colocó las manos sobre el pecho de la sacerdotisa y realizó una nueva donación de energía; lo asombroso fue que lo hizo dos veces.
Casi automáticamente el semblante de Anna cambió de tonalidad por uno más saludable, a su lado Tamao se mantuvo firme; Anna había sido medio consciente de todo lo que Tamao había hecho por ella y su bebé; y en cuanto pudo medio enderezarse solo fue capaz de sentir mucho respeto, agradecimiento y sobretodo admiración, ¿Quién hubiera dicho que la frágil Tamao fuera capaz de tanto?
Solo el llanto del bebé las distrajo, entonces Golva le entregó la criatura a su madre, Tamao también se acercó un poco.
. — Es... es tan parecido a Don Yoh—. Comentó Tamao y entonces se fijó en el mechoncito rubio. Un claro y digno hijo de Yoh y Anna.
. — Tamao...—. La llamó Anna—. Yo... gracias.
Ambas mujeres intercambiaron una pequeña sonrisa antes de que el gesto dulce de Tamao volviera a perderse.
. — ¿Qué haces?—. Preguntó Golva en cuanto la vio ponerse de pie.
. — Alguien tiene que avisarle a Don Yoh del nacimiento del bebé—. Dijo Tamao—. Iré yo.
. — ¡De ninguna manera!—. Exclamó Golva.
. — ¡Esta guerra puede acabar hoy mismo!—. Exclamó Tamao endureciendo sus gestos—. Y si tengo que morir en el camino para que suceda, ¡Que así sea! ¡Pero Yoh sabrá de su hijo, así sea lo último que haga!
Y sin más se echó a correr fuera de la tienda, no haciendo caso de los gritos de Golva ni tampoco de los lánguidos llamados de Anna.
Corrió con todas sus fuerzas, sorprendentemente no se sentía cansada luego de tanto esfuerzo, tenía claro además que no podía acercarse demasiado hacia la línea de fuego, solo lo suficiente para poder enviar la señal a Yoh y a los demás.
Lo que Tamao no sabía, era que sin permiso, sus espíritus acompañantes habían realizado la fusión de almas con ella para evitar que sucumbiera; sin embargo, cuando estuvo en medio del bosque cercano a la salida del territorio sagrado, utilizó lo último de sus fuerzas para enviar con su tablilla una fuerte luz rosa hacia el cielo, misma que se vio por todo lado; desde la tienda donde estaban Golva y Anna, hasta la línea de fuego y los territorios enemigos... "Ha incrementado sus poderes"; se dijo Golva, pero aun así, éstos solo eran capaces de verse, mas no de sentirse.
Mientras tanto en el frente.
. — ¡Ryu! ¡Cubre la derecha!—. Decía Yoh resistiendo un nuevo ataque, Ryu y Tokagero se hicieron cargo de los traidores que intentaban pasarlos, Liserg y su ángel Morphin hacían lo propio cubriendo a Yoh, mientras que Ren y Horo-Horo se cubrían las espaldas en el lado izquierdo.
De pronto Horo-Horo se percató de la luz rosa que sobresalía del bosque; "¿Será acaso...?"
. — ¡YOH!—. Gritó Horo-Horo logrando que Yoh prestara atención a la luz. Se le detuvo el corazón, "Tamao" pensó de inmediato y recordó el pacto de la pelirosa, "Pelee con todas sus fuerzas. Y no se preocupe por Anna y el bebé, yo cuidaré de ellos y aunque usted esté lejos, solo debe mirar al cielo de vez en cuando, yo le avisaré cuando nazca el bebé" le había dicho.
La señal estaba dada, reconocía la energía de Tamao, y solo podía significar una sola cosa... su hijo había nacido ya.
. — ¡¿Qué significa eso?!—. Gritó Pino, otro de los aliados.
Muchos de los demás se preguntaron lo mismo, no obstante los 5 principales, Ren, Liserg, Ryu e Yoh intercambiaron una rápida mirada antes de asentir.
. — ¡Pino! ¡Necesitamos que nos cubran!—. Exclamó Horo-Horo.
. — ¿Cubrirlos? ¡¿Pero están de broma?!—. Gritó Pino.
. — ¡Solo hazlo!—. Gritó Ren—. ¡No es momento de explicaciones! ¡¿Yoh, a qué demonios esperas?!
El aludido pareció reaccionar y minimizando la posesión de objetos de Amidamaru comenzó a correr como alma que llevaba el diablo seguido de Ryu, Liserg y Horo-Horo.
. — ¡NO LOS DEJEN PASAR!—. Vociferó Ren a Pino y los demás—. ¡Basón!
. — ¡A la orden señorito!—. Exclamó Basón reduciendo también la posesión de objetos de la Horaiken.
Cuando Ren Tao desapareció junto a los otros 4, Pino y los demás, que ya estaban cansados, decidieron confiar una vez más.
. — ¡Ya oyó todo mundo!—. Gritó Pino—. ¡NO PASARÁN POR AQUÍ!
Todos dieron su máximo, sin embargo, parte del bando enemigo se percató de la repentina ausencia de "rey" y demás shamanes. Hilando cabos con la luz rosa que hacía minutos se había extinguido por completo, potenciaron sus ataques. Los esfuerzos de los aliados se vieron reducidos por no contar con el apoyo de los 4 shamanes principales, lo que permitió el paso a más de 6 apaches traidores.
. — ¡No abandonen sus puestos!—. Ordenó Pino cuando 3 de sus aliados quisieron ir tras ellos—. ¡Confiemos en los demás! ¡Tenemos que impedir que entren!
Por otro lado Yoh, Ren, Horo, Liserg y Ryu corrían velozmente hacia los Grandes Espíritus, el primero en percatarse de que estaban siendo seguidos fue Liserg, quien se quedó a detenerlos. Posteriormente, luego de que venciera a dos de ellos, los otros enemigos siguieron a los demás, fue el turno de Ryu de enfrentarlos y logró acabar con uno, quedaban en carrera Yoh, Horo y Ren.
Gracias al tiempo que Liserg y Ryu ganaron, los demás estaban cada vez más cerca de los Grandes Espíritus, y casi a puertas, Horo-Horo y Ren cubrieron a Yoh con todas sus fuerzas contra los enemigos restantes. No obstante, fue difícil, Horo-Horo cayó primero ante el ataque de 2 de ellos, entre que Ren se debatía con el tercero.
. — ¡Estúpido!—. Gritó uno de los que redujeron a Horo-Horo—. ¡Te quitaré de mi camino, estorbo!
Ren al percatarse que estaban a punto de ultimar a su amigo dirigió sus ataques en contra de los otros dos, permitiendo que el tercero pudiera seguir a Yoh.
. — ¡Ren! ¡¿Qué demonios haces?!—. Gritó Horo.
. — ¡Cállate y realiza tu posesión, pedazo de inútil!—. Le espetó Ren y en menos de lo que canta un gallo, los dos juntos redujeron a sus enemigos.
Solo faltaba uno, Ren y Horo-Horo corrieron con todas sus fuerzas, Yoh estaba ya frente a los Grandes Espíritus realizando los ritos correspondientes para posesionar a la GRAN ESENCIA, y cuando el último apache se disponía a atacar, Ren llegó justo a tiempo de impedir su avance, logrando reducirlo.
. — ¡Eres un loco desquiciado! ¿Lo sabías?—. Le dijo Horo-Horo luego de alcanzarlo.
. — Mejor cierra la boca HOTO-HOTO—. Le respondió Ren apenas creyendo que esa pesadilla llegara a su fin.
. — Yoh solo tiene que realizar el rito y todo acabará—. Dijo Horo en igual condición de incredulidad que Ren. ¿Había terminado ya?... si... al parecer.
No obstante, la breve tranquilidad fue rota cuando Ren miró con pasmo al frente, justo por detrás de Horo, el aludido volteó con lentitud, solo para darse conque más de 10 apaches desertores los sobrevolaban y ya habían lanzado su ataque; flechas cargadas de energía y llamas directamente sobre ellos.
. — ¡HORO-HORO!—. Gritó Ren antes de lanzarse sobre su amigo, con muy poco tiempo de realizar la posesión de objetos.
Lo siguiente fue un grito de dolor por parte del shaman chino, puesto que si bien había salvado de una segura muerte a su amigo, una de las flechas lanzadas logró atravesarle la pierna derecha.
. — ¡REN! —. Gritó Horo y enseguida realizó la posesión de objetos lanzando ataques en contra de los enemigos y al ganar un poco de tiempo, aplicando un poco de hielo sobre la pierna de Ren para poder sacarle la flecha en llamas.
. — ¡D-Deja de perder el... el tiempo!—. Le espetó Ren—. ¡V-Van a alcanzar a Yoh...!
. — ¡Idiota!—. Le recriminó Horo-Horo lanzando nuevos ataques contra los apaches.
. — Basón—. Invocó Ren resistiendo el terrible dolor de su pierna—. ¡Posesión de almas!
. — P-Pero señorito—. Titubeó el espíritu.
. — ¡COLON DEMONIO, OBEDECE!—. Gritó Ren y realizó la posesión de almas, para luego ir a proteger a Yoh.
. — ¡REN ¿QUE RAYOS HACES?!—. Le recriminó Horo que había creado un enorme escudo de hielo impidiendo el paso de sus enemigos.
. — ¡Concéntrate Horo-Horo!—. Le espetó Ren—. ¡No pueden pasar!
El shaman del hielo lucía preocupado por su amigo, pero se determinó a resistir con el máximo de su esfuerzo, entre que Ren, con las fuerzas de Basón, sintió que el dolor de su pierna se hacía soportable y con toda saña y coraje se lanzó en pos de los apaches traidores, sobrepasando el escudo de Horo-Horo y logrando acabar con la mitad de los atacantes.
Sin embargo, por un ataque sorpresivo a su pierna, Ren perdió la posesión de almas, quedando a merced de sus enemigos.
. — Eres patético—. Dijo uno de ellos mientras los demás trataban de romper el escudo de hielo-. Lanzarte con una posesión de almas a la trinchera... ¡Estúpido!
. — ¡Cierra la boca!—. Le espetó Ren.
. — Te queda el coraje de la lengua—. Dijo el apache riendo sardónicamente—. Ren Tao... te ha llegado la hora.
. — ¡Puedes intentarlo, cobarde!—. Dijo Ren arrojándole su lanza en vano, puesto que el apache lo esquivó con suma facilidad.
. — Imposibilitado de realizar tu posesión de objetos, eres inservible...—. Dijo el apache y entonces se acercó con el solo propósito de pisarle la pierna herida con total saña.
. — ¡REN!—. Gritó Horo-Horo imposibilitado de apoyarlo, Yoh aún no terminaba.
Ren sufrió varios ataques contra su pierna, apenas pudiendo asestar 2 golpes para defenderse, el apache reía sádicamente mientras lo atacaba, hasta que de pronto lo sujetó del rostro elevándolo sobre sí mismo, Ren renuente a rendirse trató de alcanzarlo y golpearlo; pero de todos sus intentos solo consiguió darle un golpe... golpe que le valió muy caro, pues en revancha, el apache dio un certero golpe de cuchilla logrando herir a Ren en el rostro para luego arrojarlo al suelo.
. — Ja... ni siquiera puedes ponerte de pie—. Dijo el apache luego de una nueva patada—. Te haré un favor matándote, te lo prometo... a estas alturas, debes tener los nervios quemados por la flecha... sí, te mataré... después acabaré con tus amigos y con el rey impostor, ¡No te queda ningún amigo que te ayude!
Ren lo miró con rabia, su pierna dolía a morir, el apache preparó su ataque mortal y fue entonces que una enorme lanza blanca se interpuso entre su atacante y su segura muerte, Ren miró consternado a su derecha, sintiendo cierto alivio y asombro de ver a Liserg usando la lanza de Morphin para protegerlo.
. — Disculpen la tardanza—. Dijo Liserg cuyo brazo derecho estaba roto—. Y tú...—. Le dijo al apache—. ¡No permitiré que ataques a mis amigos!
. — ¡TU!—. Vociferó el apache—. ¡Te dejé medio muerto allá atrás! ¡¿Cómo es que..?!
. — ¡Solo rompiste mi brazo!—. Dijo Liserg—. Pero tienes la mala suerte de que sea ambidiestro... acabé con 2 de tus amigos... ¡Y ahora sigues tú!
. — ¡YO TAMBIÉN!—. Gritó otra voz y el apache miró consternado como el inútil de la espada de madera también seguía con vida—. JA... ¿Cómo te quedó el ojo?... ¡AY! ¡Pero ni pienses que te voy a perdonar! ¡¿Oíste?!... ¡Nadie me deja medio calvo y vive para contarlo!
Los otros 4 apaches que trataban de sobrepasar el escudo de Horo-Horo se unieron a su camarada en pos de Ryu y Liserg, quienes pudieron con dos de ellos, mientras que Horo ponía a salvo a Ren.
. — ¿Estás bien?—. Preguntó Horo
. — Idiota... ¡Cuida a Yoh!—. Gritó Ren y entonces Horo arremetió contra los 2 restantes, acabando con uno y logrando que el otro huyera despavorido.
. — Ren, tenemos que llevarte con Fausto—. Dijo Liserg cuando volvieron a ganar calma.
. — N-Nadie se mueve de aquí hasta que Yoh consiga los "Grandes espíritus"—. Dijo Ren y entonces Horo realizó un vendaje improvisado sobre su pierna, aunque Ren siguió sangrando por la herida de su rostro.
Pero nuevamente la tranquilidad duró poco
. — ¡Oigan esto no acaba aún!—. Gritó Ryu percatándose de nuevos atacantes a la vista,
. — ¡No puede ser!—. Dijo Horo—. ¡Eso quiere decir que Pino y los demás...!... ¡RAYOS!
. — ¡No pienses en sensiblerías ahora!—. Le espetó Ren—. ¡Tenemos que proteger a Yoh!
. — ¡Horo-Horo, realiza tu escudo! ¡Ryu quédate con Ren! ¡Yo me les enfrentaré!—. Gritó Liserg repentinamente
. — ¡Liserg no! ¡Estás herido!—. Gritó Ryu en vano, Horo realizó el escudo protegiendo nuevamente a Yoh mientras que Liserg se enfrentaba fieramente a los apaches.
. — MALDICION—. Vociferó Ren sintiéndose inútil—. ¡RYU, REALIZA LA POSESIÓN DE OBJETOS!
. — ¿EH?—. Musitó Ryu.
. — ¡Haz lo que te digo!—. Gritó Ren y una vez hecha la posesión "Ryu-veni-Tokague" Ren se las ingenió para sentarse sobre ella.
. — ¡¿Pero qué haces?! ¡¿Te quieres suicidar?!—. Gritó Ryu...
. — ¡Cierra la boca inútil! ¿Qué quieres que Liserg se muera?—. Le recriminó Ren y eso bastó para que Ryu se limitara a seguir las indicaciones del chino.
Y en sí significó una gran estrategia. Sentado sobre la posesión de Ryu, Ren pudo usarlo de "Silla de ruedas" y realizar de nuevo la posesión de objetos, rescatando a Liserg de una muerta segura a cargo de 3 apaches locos. Sin embargo, a medida que acababan con 3 aparecían 6 apaches más, pronto su resistencia sería inútil. El escudo de Horo-Horo también estaba a punto de romperse.
Fue entonces que el esperado milagro sucedió.
Ante la atónita mirada de los apaches, los "Grandes Espíritus" desaparecieron de vista y en corto tiempo apareció Yoh rodeado de una luz fulgurante y una posesión jamás vista antes, iba montado en un guerrero Amidamaru gigantesco, vestía al igual que él ropas blancas, doradas y rojas y la espada samurái estaba bellamente adornada de toda clase de joyas.
. — Por fin... ¡Grandísimo inconsciente! ¡Si querías te demorabas más!—. Le recriminó Horo-Horo sintiendo en cada poro de su cuerpo la inmensa energía que Yoh desbordaba.
. — ¡Ay mi Don Yoh! ¡Se ve tan guapo!—. Lloriqueó Ryu.
. — ¿Puedes sentir el poder?—. Preguntó Liserg a Ren.
. — Es... sorprendente—. Logró decir el chino
Entonces fue el turno de Yoh.
. — Esta guerra ha acabado—. Dijo el rey y su voz se escuchó por cada centímetro de tierra sagrada.
Los debilitados shamanes de línea de fuego, no daban crédito a sus oídos, sin embargo la tan ansiada calma llegó; Pino, entre los sobrevivientes miró lleno de esperanza como el lugar donde habían estado los GRANDES ESPÍRITUS había sido reemplazado por una luz casi dorada y centelleante... tenían nuevo rey... al fin Yoh lo había conseguido.
. — Ustedes...—. Siguió Yoh a los apaches traidores—. Han causado mucho dolor y derramado demasiada sangre inocente por codicia... no tienen derecho a perdón y por eso los despojo de sus espíritus y habilidades.
Los aludidos se miraron pasmados y antes de que pudieran impedirlo sus espíritus salieron despedidos rumbo a fusionarse a Yoh.
. — Ya no tienen qué hacer en tierra sagrada...—. Dijo Yoh—. Ya no pertenecen aquí, ahora márchense y jamás se atrevan a volver.
Algunos de los apaches condenados trataron de arremeter contra El Gran Espíritu, siendo desintegrados en el acto, algunos otros se tumbaron en tierra pidiendo perdón y otros más huyeron despavoridos; sin embargo, Yoh no escuchó los ruegos de quienes clamaban perdón, imponiendo la sentencia ya dictada.
. — Tratar de someter y contaminar una esencia pura por codicia no tiene justificación—. Dijo Yoh—. No tomaré vida por vida y esa es la única gracia que puedo concederles.
Una vez dicho eso, la posesión máxima fue disminuyendo y quedó el mismo Yoh de siempre junto a su fiel Amidamaru que como único cambio lucía una nueva ornamenta y un aura dorada.
. — Ya ha acabado—. Susurró Liserg y cayó rendido a tierra.
. — ¡Liserg!—. Gritó Ryu yendo a socorrerlo y terminando la posesión de Tokagero sin querer. Ren saltó a tiempo, sin embargo, al aterrizar sobre su pierna herida, quedó en igual condición que Liserg, siendo socorrido por Horo-Horo.
. — Te tomaste tu tiempo... "reyecito"—. Dijo Ren a Yoh a son de broma en cuanto el rey se acercó.
. — Lo lamento mucho—. Dijo Yoh.
. — ¡Liserg! ¡Liserg responde!—. Gritaba Ryu, Yoh entonces se acercó tomando a Liserg de los hombros.
. — Todos estamos muy cansados—. Dijo Yoh—. No te angusties Ryu... Liserg estará bien, han estado excelentes amigos...
. — ¿En verdad, Don Yoh?—. Dijo Ryu e Yoh asintió, luego se dirigió a Ren y Horo.
. — No sé qué habría hecho sin ustedes—. Dijo Yoh.
. — ¿Aparte de ser acribillado vivo?—. Dijo Ren a son de broma y entonces Yoh puso atención a su pierna intentando usar su adquirido poder; sin embargo algo extraño sucedió, al momento de que la energía del rey salía, la pierna de Ren la rechazaba inmediatamente.
. — "Una maldición"—. Pensó Yoh; intentándolo de nuevo, con el mismo resultado—. Aun siendo Rey shaman no puedo curarte... necesitamos a Fausto—. Dijo Yoh.
. — Es bueno saber que no eres todopoderoso—. Dijo Ren.
. — No olvidaré esto... jamás—. Prometió Yoh y entonces Ren le tendió la mano.
. — Qué bueno... porque te la pienso cobrar—. Dijo Ren e Yoh estrechó su mano con fuerza.
. — Yo tampoco voy a olvidarlo—. Dijo Horo, más a Ren que a Yoh—. Me salvaste la vida, Ren.
Ren no respondió, solo hizo su típico gesto para restarle importancia y accedió a que Horo lo cargara.
. — Es hora de regresar, aún muchos de nuestros amigos deben necesitar ayuda—. Dijo Yoh.
Entonces Ryu tomó en brazos a un inconsciente Liserg y junto a los demás, cruzaron a través de los derrotados apaches rumbo al sector secreto del bosque donde les esperaban los heridos, Golva, Anna y el pequeño bebé. Yoh; no obstante, prefirió acudir primero a la línea de fuego donde se habían quedado gran parte de sus aliados, fue acompañado por Horo-Horo, Ryu y Silver que había estado custodiando las cercanías al segundo fuerte.
Se dieron con la triste noticia de que muchos de sus amigos habían muerto; rescataron a los sobrevivientes y los llevaron consigo, incluso Pino y muchos otros más que desde un momento habían apoyado la causa y reconocido en Yoh al verdadero Rey. Por fin, casi una hora después, Yoh entró al fin a la tienda donde se encontraban su esposa e hijo. Anna si bien se emocionó al verlo sano y salvo, se limitó a coger a la criatura y enseñárselo.
. — Jijiji... está... tan pequeñito—. Fue todo lo que dijo Yoh al cargarlo.
. — Es Hana—. Dijo Anna.
. — Hana—. Repitió Yoh y se sentó junto a la madre—. Hola Hana... yo soy tu papá.
. — Tonto, él lo sabe—. Dijo ella.
. — ¿Cómo te sientes, Annita?—. Preguntó Yoh tomándole atención a su esposa.
. — Cansada—. Respondió Anna—. Es una sensación nueva... ¿Ha terminado todo?
. — Sí... creo que ahora sí eres la esposa del Rey Shaman—. Dijo Yoh.
. — Bien hecho, Yoh—. Dijo Anna y sonrió para luego bostezar—. D-Disculpa...
. — Duerme un poco Annita... yo me haré cargo de Hana ahora—. Dijo Yoh.
. — Tonto... acabas de regresar de una guerra—. Respondió ella.
. — Estoy bien...—. Dijo Yoh.
Una pequeña sonrisa precedió al adormilamiento; pero antes de hacerlo la sacerdotisa recordó a su salvadora.
. — Yoh...—. Suspiró ella—. ¿Dónde está Tamao?
. — No lo sé... no la he visto—. Dijo Yoh percatándose de que entre todo el mar de heridos no había visto ni huella de la joven pelirosa.
. — Búscala, por favor...—. Pidió Anna bostezando de nuevo—. Ella... fue a alertarlos del nacimiento de Hana.
. — Sí... vi su señal—. Dijo Yoh.
. — L-Le debo tanto...—. Dijo Anna y súbitamente cayó dormida.
. — Ya charlaremos después—. Dijo Yoh y besó su frente antes de salir de la tienda.
Afuera Golva indicaba a los apaches jóvenes que acomodaran a los heridos en las tiendas restantes. Al ver al rey, la anciana hizo una reverencia.
. — N-n-no haga eso—. Titubeó Yoh con Hana en brazos.
. — Acostúmbrate—. Dijo Golva—. Ahora eres el rey shaman.
. — Señora Golva, ¿Ha visto a Tamao?—. Preguntó Yoh.
. — ¿Te refieres a la chica pelirosa?—. Yoh asintió—. Vaya muchachita imprudente... en todos mis años de vida he visto a alguien tan inconsciente sobre sí misma.
. — ¿Eh?
. — ¿No te lo ha dicho tu esposa?—. Preguntó Golva e Yoh negó con la cabeza—. Tamao se la pasó los últimos días donando su propia energía a Ana, el nacimiento de tu primogénito por poco le cuesta la vida a la madre.
Yoh palideció y miró de nuevo la tienda donde Anna dormía.
. — Esa muchachita le salvó la vida—. Continuó Golva—. Pero fue una inconsciente... se debilitó mucho en cuestión de días, y a la hora del parto realizó dos donaciones más...
"Tamao", pensó Yoh y miró a su hijo, si él y su esposa estaban con vida en ese momento era todo gracias a la intervención de Tamao. "Por eso Anna dijo que le debía tanto"
. — Tratamos de impedir que se marchara—. Dijo Golva retomando el relato—. Pero salió como alma que lleva el diablo a alertarlos del nacimiento del bebé, desde entonces no la hemos visto.
. — ¿Cómo? ¿Hace cuánto ya?—. Preguntó Yoh súbitamente alarmado
. — Déjame ver... el bebé nació hace apenas unas 3 horas, ella se fue casi enseguida que naciera—. Dijo Golva.
Yoh tuvo un mal presentimiento, si Tamao había dado a Anna gran parte de su energía eso significaba que estaría débil a esas alturas, MUY DÉBIL, y si sumaba a ello la energía que había utilizado en la señal... "¡No podía ser! ¡Si era cierto entonces, Tamao podía estar...!"
Fue entonces, antes que terminara ese pensamiento que escucharon gritos que se acercaban.
. — ¡SEÑORA GOLVA; SEÑORA GOLVA!—. Gritaban y la anciana se apresuró a ir a ver la urgencia, seguida de Yoh.
. — ¡¿Pero qué sucede?!—. Gritó Golva al encontrarse con dos apaches jóvenes, uno de ellos se adelantó y señaló a sus espaldas.
. — ¡Encontramos a la señorita Tamao en el bosque!—. Gritó el muchacho señalando al otro joven que cargaba un cuerpo a cuestas
Yoh sintió un gran golpe a la altura del estómago, ante él Tamao yacía entre los brazos del muchacho, sus ropas estaban rotas y su playera blanca totalmente ensangrentada al igual que su cabello.
. — GOLVA—. Vociferó Yoh y la anciana volteó justo a tiempo para recibir a Hana de los brazos del Rey, Yoh enseguida corrió hacia los otros dos apaches tomando a Tamao entre sus brazos, ni siquiera el incipiente llanto del recién nacido logró detenerlo.
. — ¡TAMAO!... ¡TAMAO!—. Gritó Yoh meciendo a la joven en vano intento de despertarla.
La palidez de la muchacha era increíble; Yoh vio con horror que tenía un corte profundo desde parte de su clavícula hasta el centro de su pecho, además de cortes leves en los brazos y piernas, todos a la vista por traer la ropa rota.
El rey se quedó pasmado unos segundos antes de reaccionar y correr con Tamao a la tienda donde Fausto atendía a los más graves.
. — ¡FAUSTO!—. Gritó Yoh nada más entrar, todos los pacientes se sorprendieron del arrebato del nuevo rey.
Al reconocer a la víctima, enseguida Fausto dejó a Eliza a cargo de la sutura del paciente que estaba atendiendo y acudió a ayudar a Tamao, cuya palidez era casi mortuoria.
El daño era evidente, tanto espiritual como físicamente, Tamao estaba reducida a cenizas…
La pregunta para quienes sobrevivieron a tan cruenta batalla fue siempre: "¿Por qué?" mucha gente buena había perdido su valiosa vida; muchos otros habían quedado tan heridos que se predijo que tardarían años en recuperarse, por no mencionar el alma medrada general de quienes habían luchado por la paz.
¿Acaso podía ser tan caro el precio? Casi todos creyeron que sí, incluso los que no habían participado demasiado...
... La guerra había cobrado muchas víctimas, dejando huellas imborrables tanto en las memorias de los sobrevivientes, como en las heridas de las víctimas. A partir de ese día nada volvió a ser igual para nadie; el costo de la paz había sido muy alto y altamente agridulce.
… y muchos de los que habían dado su máximo por ella y habían sobrevivido... no terminarían de pagar hasta muchos años después.
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— Fin del capítulo primero —
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Listo! :)
Lo prometido es deuda :), espero que me acompañen en esta nueva ruta que me animo a seguir por y para ustedes :). De antemano, me disculpo si llego a demorarme en las actualizaciones. Este primer capítulo es básicamente referencial al origen de toda la historia en sí, espero les haya gustado.
¡UN BESO A TODOS!
