N.A: He aquí mi bebé, espero que os guste. Espero que tenga buena cabida dentro den fandom.
No tengo el control de mi vida. En cierto modo, nadie lo tiene. Pero me exaspera el hecho de no poder decidir libremente sobre mi futuro.
Nos hacen creer que lo tenemos. Y, realmente, podemos elegir cosas, no lo pongo en duda. Simplemente, ¿de verdad elegimos aquello que estamos seguros que queremos o lo que la gran mayoría de personas afines a nosotros cree que es la mejor opción?
Nos dicen que la vida se crea mediante cuatro fases: naces, creces, te reproduces y mueres. Pero, ¿y si no me quiero reproducir? Tener hijos no tiene por qué ser una acción impositiva. ¿Por qué debo tener hijos? Son pequeños sacos llenos de mocos y lágrimas que no paran de pedir y hacer travesuras. ¿Por qué debo entregarme a una vida durante todo lo que queda de la mía? ¿Por qué no puedo vivir a lo mío sin que nadie dependa de mí? Y, al revés, ¿por qué mi vida no está completa si no tengo una pareja? Y ya no me meto en los cánones sociales heteronormativos, que he de admitir que progresamos adecuadamente en el derecho a poder amar sin depender del género de la persona amada. Pero, ¿por qué debo amar? Más aún, ¿por qué sólo puedo amar a una persona a la vez? Ya no hablamos de monogamia, donde tienes una pareja para toda la vida, sino de monogamia en serie, tengo muchas parejas pero ninguna a la vez.
Así que reivindico poder decidirlo todo. Y, que por decidir no falte, decido no morir. Así es, yo, Isabella Marie Swan, he decidido ser una oveja negra en la sociedad: No quiero una relación monógama estable, no quiero hijos y, por sobre todas las cosas, no voy a morir.
