¡Hola! He regresado con un pequeño mini fic.
9 de Julio del 2015
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La nieve era una cosa habitual en aquella pequeña ciudad en la que vivo; Saltadilla.
-Momo, quítate ese suéter, bastante calor hace con la chimenea.
Obedecí sin decir una palabra.
-Últimamente estas más callada que de costumbre, ¿A qué se debe?-
De nuevo no contesté, ella debía saber la razón.
-Sé que estas molesta, pero de verdad no puedes faltar dos semanas a la escuela, tienes exámenes muy importantes.
-Ya soy mayorcita para tomar mis decisiones.
Le contesté sirviéndome una taza de té de manzanilla.
-Tu tía Mitzuzumo irá conmigo a Noruega.
Me miró atentamente esperando mi reacción pero ya sabía hacia dónde se dirigía el asunto. Esperó a que pasara el trago de té y que dijera algo, pero no lo hice.
-No puede llevar a Brick por la misma razón que no puedes ir tú.
No no no y más no.
-Solo había dos opciones; te vas a la casa de tu tía Mitzuzumo a vivir estas dos semanas o Brick viene a vivir contigo dos semanas.
Puse ambas manos en la mesa y me levanté bruscamente, no dije nada pero mis ojos se abrieron de la impresión y el enojo.
-¡Momoko!-Mi madre se levantó y me miró directamente a los ojos, visiblemente molesta por el pequeño arrebato de ira más no dijo nada y de un segundo a otro se relajó.
-Sabes que no me llevo bien con él mamá.
La principal razón de desapruebo hacia Brick de mi parte era simple; éramos idénticos. Él tenía los ojos de un extraño color rojo mientras que los míos eran rosas, un color bastante extraño y muy poco común. También teníamos el mismo color de cabello, somos pelirrojos, la única diferencia física es que mi piel es ligeramente más blanca que la de él y obviamente nuestro sexo.
Mi madre; Kara y la tía Mitzuzumo habían estado distanciadas por mucho tiempo, antes de que yo naciera y, hasta hace unos pocos meses reanudaron sus lazos familiares.
Nunca conocí a mi padre y mamá nunca habla de él y según mi teoría: Brick y yo somos hermanos.
Y lo que más me molesta de todo es que él es el hombre de todos los que he conocido que más me atrae.
Brick es tanto el objeto de mi atracción y asimismo el de mi repulsión.
-No se hable más- Dijo ella sacándome de mis pensamientos.
-Mamá…-
-Él vendrá a cuidarte a ti y la casa mientras tu tía y yo vamos a arreglar todo para la fiesta de la empresa, sabes que siendo diseñadora de interiores y exteriores muchas veces tengo que salir de la ciudad y mi inglés no es muy bueno.
-Yo puedo ser tu traductora.
-No, ya hablé con tu tía, Brick llega hoy-Miró el reloj que estaba en la pared y luego a mí. –Más o menos en unas dos horas.
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Unos leves golpecitos en la puerta del baño bastaron para molestarme más de lo que ya estaba.
-¡Momo, sal de ahí! ¿Qué tanto puede tardar una mujer en el baño? ¡Llevas más de una hora ahí, además ya te habías bañado al levantarte, Brick no va a olerte!
-Como sabes.-Susurré e inmediatamente escuché silencio absoluto. Llevé ambas manos a mi boca y esperé a que dijera algo, pero nada pasó, se había ido y posiblemente no había escuchado nada. Abandoné la comodidad de mi baño para ponerme un pijama amarillo, adornado con flores blancas, y até mi largo cabello en una cola alta.
-¡Momoko!-Escuché llamar a mi madre.
-¿Mande?-Contesté esperando una orden absurda, como siempre que ella estaba ansiosa. Al no recibir una respuesta bajé hacia el comedor, puesto que de ahí la había escuchado llamar mi nombre.
-Linda Pijama-Escuché a mis espaldas en cuanto bajé el último escalón.
-Brick...-Susurré sin voltear a verlo.
