Capitulo 1: 7 minutos.

Quedaban 7 minutos y eso era lo único que necesitaba; ajustó su reloj de muñeca y continuó caminando por el pasillo mal iluminado.

La adrenalina recorría su cuerpo como si fuera una corriente eléctrica.

¿Por qué no había hecho esto antes?

Oyó cómo una pistola se disparaba en algún lugar del edificio, muy cerca de ella.

Tal vez la había disparado un aliado o… tal vez no.

Ignoró el tiroteo que se había iniciado y siguió su camino.

Entró a un diferente corredor repleto de puertas, tan solo iluminado por una lámpara amarillenta que oscilaba desde el techo.

Éste debía ser el pasillo correcto; trago saliva audiblemente, agudizó el oído y emprendió su camino.

Él debía estar por aquí.

Un pequeño sonido resonó desde una puerta que acababa de pasar; fue como un quejido ahogado, pero aún así hizo que su corazón se detuviera.

Tenia que ser él.

Abrió la puerta de la que había provenido el sonido, e inmediatamente quedó frente a frente con el objetivo de su misión.

Él pronuncio su nombre con delicadeza.

Sus hermosos ojos brillaron llenos de esperanza en el momento en que él y ella cruzaron miradas y él le sonrió.

Bang.

Hubo un zumbido y después un dolor agudo estalló en el pecho de la chica.

Mientras caía hacia adelante, lo último que vio fue la angelical sonrisa de su amante se volvía una mueca de preocupación.

Bang

El arma volvió a resonar en el espacio vacío y sintió cómo su cuerpo se estremecía ante el impacto de un segundo balazo.

Todo se había acabado para la chica; su mirada, vidriosa y distorsionada, ya se desvanecía a la distancia, podía sentir cómo perdía el control de su cuerpo y quedaba poco a poco en la oscuridad total.

Su último pensamiento fue el de que alguien siguiera el inconfundible sonido de un arma al ser disparada y llagara hasta aquí.

Quizás para ella ya estaría todo perdido, pero al menos alguien salvaría a su hermoso ángel de correr la misma suerte y para ello eso estaba bien.

Todo estaría bien…

-¡Listo! -Kairi no podía creerlo; se había sentado dispuesta a acabar el último capítulo de su libro; ¡De su último libro! Y por fin había terminado. Sinceramente, estaba orgullosa de sí misma. Después de todo, sólo habían pasado 7 minutos desde que había empezado a escribir y ahora tenía el resto de la tarde para disfrutar en soledad.

-¿Qué acaso yo no cuento?

En soledad pero con ella.

-¿Qué quieres ahora? No tengo tiempo para tus quejas… Naminé.-Kairi suspiró, antes de voltear a ver sobre su hombro para encontrar a su creación; Naminé parada justo detrás de ella con los brazos cruzados sobre su pecho, mostrando su molestia sin tener que fruncir el ceño.

-Kairi, ¿De verdad crees que matándome te desharás de mí?

-No lo sé Naminé, tal vez eso esperaba.-Respondió la autora claramente molesta.

-Lamento que no sea así, pero no me iba a ir tan fácil después del ridículo final que le diste a mi historia.

-Oh perdón, creí que tú eras la que detestaba los clichés. Te moriste y no sabes qué le ocurre a tu amante, eso nunca lo había visto en otra novela policíaca. -Kairi, se levantó de la silla donde usualmente se sentaba a escribir y se estiró.

-No, claro que no lo has leído en una novela policiaca, porque usualmente a esos libros tienen otros nombres ¡Se les llaman tragedias!

-No sé porqué te quejas tanto, las tragedias son populares ¿no es así? Por ejemplo, Edipo Rey, Elektra… Romeo y Julieta; sí, Romeo y Julieta es un buen ejemplo, es como el libro más leído de todos los tiempos.

-Oh vamos, tú y yo sabemos que eso no es verdad, el libro mas leído de la historia es Don Quijote de la mancha; y ese querida Kairi, es todo menos una tragedia.

-¿Pero qué no Don Quijote muere al final?-le contestó Kairi, en medio de un bostezo.

-Eso es irrelevante.-Respondió Naminé sentándose en su sillón usual.

-Tu muerte también es irrelevante para mí, ya era tiempo de que alguien te diera tu merecido, eras demasiado arrogante para mi gusto y para el de ellos.- La pelirroja se acostó en su sillón de siempre justo enfrente de Naminé. - Y con ellos, me refiero a todos dentro de los libros.

-Es que todos están celosos.-La otra chica cruzó las piernas y se acomodó en su sillón.- Y con eso también me refiero a ti, Kairi.

- A veces creo que debí aceptar aquellas pastillas que me recomendó mi hermano cuando le confesé que a veces hablaba contigo, o siquiera tomar su sugerencia de ir a un psiquiatra.-Kairi masajeo lentamente sus sienes.

-¿Y desde cuándo consideras que quizás Lea tuviera razón en algo?-Naminé acarició uno de sus rubios mechones de manera distraída.

-¿Y ahora qué quieres? ¡Hoy estás especialmente molesta! Ya terminé de escribir tu última aventura ¡Y te maté! ¿Qué no tienes otra cosa que hacer que molestarme? Como… no sé ¡¿Estar muerta?!— La autora se cambió de posición en el sillón, de modo que le daba la espalda a su creación.

-¡Sí, ese es justo mi problema! Ya acabaste mi última aventura, el último libro y no creo que esa, sea la forma correcta de despedirme.-Naminé cruzo los brazos y miró a su creadora con una mirada de desaprobación.- Además ¿Podrías dejar de actuar como una niña de cinco años? ¡Acabas de cumplir 22!

-Gran cosa, te hice tan inteligente como para poder contar; debí hacerte la tonta pero muy bonita secretaria del detective Replica, así quizás habrías sido más fácil de callar.-Le respondió Kairi, sin molestarse en voltearse para verla.

-Sí, agradezco que te empeñaras en hacer una protagonista mujer, espera… ¿Cuáles fueron tus palabras exactas? "Deseo enseñarles a las mujeres que no tienes que ser un policía para ayudar a resolver crímenes, para ser un héroe no necesitas esposar al villano."

-Eres como una grabadora ¿no es así? Te aprendes todo lo que digo.

Lo que más le hacia perder los estribos a Kairi es que Naminé ni se molestaba en cambiar su tono de voz; seguía teniendo un tono suave, amable y tranquilo, como siempre: ni siquiera parecía muy enojada, parecía más decepcionada.

-No me lo aprendería si no tuvieras cada entrevista que te hacen colgada en la pared.

Kairi sólo respondió con un leve gruñido de desesperación.

-Disculpa, Kairi, te estoy hablando, cuando se te habla debes ver a la persona a la cara; es de mala educación darle la espalda a alguien cuando te esta hablando.

-¿Cómo haces eso?-le preguntó la pelirroja, volteándola a ver.- ¿Cómo es que nunca pierdes los estribos con nadie?

-Tú deberías saberlo, tú misma lo escribiste.

-He escrito muchas cosas, Naminé; después de todo tienes ocho libros y varios relatos cortos.

-Bueno, pero eso lo describiste en mi primera historia ¿Te acuerdas?

-Creo que había quedado implícito, que no lo recuerdo, Nami, hace años que no leo el primer libro. Es más hace años que no leo ningún libro que no sea el que estoy escribiendo.- Kairi se paró del sillón y caminó hacia el librero que estaba al lado de su escritorio y lo observó dándole la espalda a Naminé

-Oye, quizás tendrías más tiempo libre si todos los capítulos los escribieras sin pensar tanto, si los acabaras en 7 minutos.- Naminé caminó hacia la computadora que estaba sobre el escritorio y observó el escrito en su pantalla.- Ya sabes justo como éste.-Le sonrió inocente a su autora.

-Ja ja, ya entendí, pero nada va hacer que cambie ese final, Naminé; esta decidido, se acabó; este será el último libro de "Chain of memories", lo que en otras palabras significa que ésta será tu última aventura.- Kairi, pasó los dedos por el lomo de los libros frente a ella; estaban llenos de polvo; en tres meses no había hecho más que escribir.

Naminé suspiró decepcionada de que su táctica no hubiera funcionado, pero la pelirroja sabía que la discusión apenas había comenzado; después de todo ella la había creado y por ende estaba segura de que su creación lo intentaría una vez más con otro argumento.

-¿Qué crees que piensen los fans de este trágico final que has escrito?

-Pensaran lo que quieran pensar, yo no sé lo que pasa por la mente de los millones de fans que siguen tus aventuras alrededor de todo el mundo, supongo que se sorprenderán.

-Sí, se sorprenderán; y luego saldrán a las calles a exigir que cambies el final, o a tratar de matarte.- Naminé se recargo despreocupadamente en el escritorio.- ¿Recuerdas que le pasó a Sir Arthur Conan Doyle? Después de que mató a Sherlock , sus fans más fieles salieron a la calle a exigir que el autor reviviera a Holmes ¡y lo lograron!

- Sí, pero Sherlock Holmes cayó de un risco y nadie más lo vio caer, no había prueba solida de su muerte; a ti te dispararon ¡Dos veces! Y apuesto a que tu cuerpo quedo ahí, en el suelo rodeado de tu propia y brillante sangre, ¿Eso es suficientemente solido para ti?

-Si tú quisieras, podrías crear la suficiente controversia para hacer dudar a todos de mi muerte, lo has hecho antes.

-Tú misma lo dijiste antes, ¡Cuando quería que sobrevivieras! Sir Arthur Conan Doyle también pasó por esto, se hartó tanto de Holmes que lo mató.- Kairi, caminó de nuevo hacia su gran sillón rojo y nuevamente se dejó caer en el.

-¿Estas harta de mí? – Naminé levantó su vista para ver a Kairi directamente; en sus ojos se reflejaba una profunda herida por sus palabras pero ni su rostro ni su voz habían cambiado.

Si Kairi no la hubiera creado tal vez, al igual que casi todos los personajes de la novela, no hubiera notado que sus verdaderos sentimientos se reflejaban en sus ojos.

-Además, si algo así pasa, llamare a la policía.-La pelirroja intentó cambiar de tema para evitar herir más los sentimientos de su creación.

-Bien pensado, Kairi, llama a la policía; ellos tienen pistolas y pueden derrumbar tu puerta, pero eso se trata ¿no? De darles a los lectores, lo que quieren.-La voz de Naminé estaba una octava más alta de lo que usualmente era, traicionando por completo su total neutralidad.- ¿Te acuerdas lo que pasó cuando lo mataste a él?

-Cómo olvidarlo, lo maté hace menos de un año.-La autora dejó caer su cabeza en el respaldo del sillón y soltó un suspiro.-Aunque técnicamente fuiste tú quien lo mató.

-¿Te acuerdas la revuelta que hicieron los fans cuando salió el libro?- Naminé pareció ignorar la última frase de Kairi y respiró hondo como si tratara de controlar sus emociones cada vez más evidentes en su voz- Acamparon afuera de la editorial y algunos se pusieron muy violentos con tus colegas, sin mencionar que por dos semanas te negaste a salir de aquí "por tu propia seguridad".

-No es como si saliera mucho de aquí, de todos modos.-Kairi, volteó a ver a su acompañante y notó que ahora ella era la que le daba la espalda.

-¿Y eso de quién es la culpa?

-¿Ves? ¡Por esa razón nadie aquí debería tocar ese tema! Te pones demasiado sensible siempre que lo mencionan.-Kairi se paró del sillón por segunda vez y caminó hacia la cocina para buscar un vaso de agua que la ayudara a tranquilizarse; no debía perder los estribos otra vez.

- Kairi, es que tú me mentiste…-La rubia dijo esto con un susurro leve y apenas audible, pero no importa cuanto se alejara; Kairi, siempre oía su voz como si Naminé le dijera todo al oído.

-¿Eh?-La pelirroja caminó nuevamente a su pequeño estudio con un vaso de agua en la mano y encontró a su creación mirando a través de un pequeño hoyo en la cortina cerrada.

-Prometiste que este nuevo libro arreglaría todo, desde Vanitas hasta… Axel.

-Yo sé lo que dije y siento no poder hacer más.-Kairi, seguía en el marco de la puerta tratando de evitar enfocar su vista en el escritorio donde se hallaba el escrito de su último libro o en la espalda de Naminé.

-¡¿No poder hacer más?! ¿Acaso no has visto los demás libros?-Su creación volteó y se encaminó hacia el librero que se encontraba en la misma habitación y señaló uno de los libros.- "Chain of Memories " el primer libro de toda la saga; tardaste más de 3 meses en tan sólo los primeros capítulos y ¿Por qué? Porque no te gustaba, nada te convencía, porque aún te importaba el libro, porque aún te importaba lo que pasara conmigo.-Su voz seria y sin emoción alguna hizo que un escalofrió pasara por la columna espinal de Kairi

-Naminé…

-En este libro.-seguía señalando el mismo libro.- Se cuenta desde cómo llegue a la oficina de la policía hasta cómo ayude a atrapar al asesino de los guantes amarillos; todo eso contado con mucha dedicación en doscientas treinta y nueve paginas, creo que fue el que mas me divertí escribiendo contigo; en ese entonces sólo tenias dieciséis años.

-Ahora tengo veintidós, han pasado seis años desde entonces…-La pelirroja no sabia qué más decir; estaba congelada debajo del marco de la puerta y en su garganta había un nudo que no la dejaba hablar.

-Estarías terminando la universidad.

-Con mucha suerte terminé la preparatoria, Naminé, no es sorpresa que dejara la universidad.

-Pero te gustaba ¿No es así? Salir del apartamento, ver a la gente a la cara, hablar con ellos; socializar, ¡Incluso te gustaba asistir a clases!

-Las cosas cambian, al igual que las personas Naminé, ahora me gusta mucho estar contigo; eres como mi mejor amiga-Kairi dejó que una sonrisa dulce se esparciera por su rostro.

-Entonces ¿Por qué te deshaces de mí?- La voz de Naminé volvió a ser gentil y suave.

-No quiero deshacerme de ti, solo quiero deshacerme de todo lo demás y de todos los demás.-Kairi, por fin abandonó su lugar en el marco de la puerta, caminó hacia el sillón rojo y después de dejar su vaso de agua en la mesa enfrente de ella; se sentó completamente derecha en el sillón.

-Creí que te gustaba hablar y estar con los demás.

-Eso era antes, ahora ellos solo quieren hablar de ti.- La pelirroja levantó el vaso y silenciosamente sorbió un poco de agua.

Naminé caminó y se sentó junto a Kairi en el sillón.

-Entonces, la razón por la que quieres dejar de escribir sí se trata de mí.-La chica bajó la cabeza evitando la mirada de su creadora.-Perdón, de verdad lamento esto, tú y yo nos volvimos famosas por los libros que tú escribiste.

-No lo tomes así, por favor, Nami… hemos estado juntas desde antes de que toda esta locura de la escritora famosa existiera y además olvidas que tú me ayudaste también a escribir estos libros.

-Exacto tú y yo escribimos los libros, tú y yo nos hicimos famosas, pero solo tú eres la que tiene que cargar con esa fama.

-Ahí vamos de nuevo, si no estás enojada conmigo me pides disculpas ¿Qué te pasa hoy? –La pelirroja relajó su postura y buscó la mirada de su creación.

-Hoy terminaste el último escrito de mi última aventura y después que sea publicado lo tomarás y lo pondrás en ese librero donde has dejado a los demás empolvarse, le darás la espalda, saldrás por esa puerta y cerrarás este estudio para siempre y me encerrarás a mí aquí para que me empolve yo también, como debiste hacer hace mucho tiempo; estás buscando una salida fácil para esto y si para eso debes matarme no importa, lo hiciste de todos modos ¿No? Igual que como hiciste con Axel.

-¿Otra vez con eso de Axel? Sé que lo mate y te responsabilice por eso y sé que eso no te gusto… ni a ellos, pero era necesario.-Kairi tomó un sorbo de su vaso de agua.

-¿Era necesario para descargar todo ese enojo que tenías contra Lea?-Naminé no reflejaba ni ira ni culpabilidad es más hasta parecía divertida.

-¿Podrías dejar eso ir por un momento? Era necesario matar a Axel, la trama necesitaba un giro inesperado, no tuvo nada que ver con el accidente con mi hermano, no todo el mundo gira alrededor de él ¿Sabes? No importa lo que él crea, así son las cosas.-Kairi le dio la espalda a Naminé resoplando indignada.

-Uff toque un punto sensible.-Se burló la artista.

-Ya deja de molestarme con eso, si no te hubiera creado yo, creería que estabas enamorada de Axel.-Ahora era el turno de Kairi de burlarse de su compañera.-O peor aún; de Lea…

-Oh por favor, Kairi, si a mi me gustara Lea eso significaría que a ti te gusta Lea; porque después de todo, por lo menos en una mínima y muy profunda parte de mí, yo soy tú. Y ambas sabemos que el simple hecho de que te guste tu propio hermano suena enfermo .Y Axel… pues Axel no estaba nada mal, ya veo porque tantas fans estuvieron muy decepcionadas cuando lo mataste o mejor dicho cuando me hiciste matarlo.-Naminé señalo despreocupadamente la página de una revista que estaba abierta sobre la mesita entre ellas.

-¿Yo, enamorada de ese cabezota de mi hermano? ¡El sólo pensarlo me hace querer vomitar! ¡Qué asquerosa eres, Nami!-dijo en tono de juego la pelirroja sin prestarle atención a lo que señalaba su compañera.

-¿y Axel?-La rubia le dio unos leves golpecitos a una imagen en la revista con su dedo índice atrayendo la mirada de la otra chica.

La sonrisa de la autora se borró.

En la revista se mostraban varias imágenes creadas por los fans sobre cómo se imaginaban a los personajes de la novela. Su novela.

El que Naminé señalaba mostraba a un joven pelirrojo en un atrevido traje de baño asoleándose en una pose seductora y sugestiva.

Para Kairi era como ver a su propio hermano semidesnudo.

-¡Po-oor Kingdom Hearts! Las fans de hoy tienen una imaginación muy… tan… imaginativa.-tartamudeo Kairi apartando la mirada de la ilustración roja de vergüenza.

-Pues a mí que ese traje de baño deja poco a la imaginación.-Se rió la rubia.

-Cállate Naminé busto enorme.-Se defendió la autora señalando donde ilustraban a Naminé con un pecho exageradamente grande.

-¿Celosa Kairi?-Jugó la artista.

-Estoy bien gracias.-La pelirroja cerro la revista con brusquedad y cruzó ambos brazos sobre su pecho arrancándole una risita a su acompañante.

-Aún no entiendo porque lo hiciste.- confesó Naminé después de que su risa cesara.

La autora suspiró; volvían a lo mismo de hace rato; tal parecía que sus conversaciones siempre parecían ir en círculo, empezaban donde habían terminado.

-Era necesario, lo juro, no lo hubiera hecho si no…-Kairi parecía intentar defenderse pero no sabía con qué hacerlo.- Además, como te prometí lo voy a resolver todo en este libro.

-Me lo prometiste, eso es a lo que me refiero ¿cómo vas a resolver todo si este libro ya esta terminado? ¡Y no resolviste nada! Jamás conocí al misterioso amigo del detective Replica, Vanitas, o nunca le dije al detective lo que sentía por él y más importante aún, jamás supe porqué era necesario que Axel muriera. Estoy muy decepcionada de este escrito, le falta mucho para siquiera ser digno de compararse con las demás novelas, digo, ¿ya viste el escrito? ¡Tan sólo setenta paginas!

-Son en realidad ochenta y dos…-Murmuró en su defensa la pelirroja.

-Ni siquiera llega a cien, estoy decepcionada, me pregunto qué pensará tu editora; no, espera, peor aún ¡Los fans! Su saga favorita, con un final tan vago.-Naminé se veía horrorizada por el pensamiento.

Kairi rascó su brazo intentando evadir la mirada de su acompañante.

-Pues la verdad es que yo no… yo no lo había pensado.-Cruzó los brazos sobre su pecho intentando parecer segura de lo que afirmaba.

-Oh, por favor Kairi, tú vives preguntándote que pensaran los demás de ti, ese es justo tu gran problema. –Naminé se paró y caminó rodeando el sillón hasta colocarse atrás de la autora y después de ponerle las manos en los hombros le susurro al oído: -Te importa mucho lo que los demás piensan.

-A ti también te importa mucho lo que los demás te digan; ¡Sobre todo las opiniones del detective Replica!-La autora se paró y encaró directamente a Naminé que la miraba profundamente divertida y entonces cayó en cuenta que de nuevo se había enredado en los juegos de Naminé.

-Me pregunto de dónde lo habré sacado.-La rubia avanzó lentamente hacia la ventana y se asomó por un pequeño orificio que había entre las cortinas.-Bueno no es como si tú hicieras caso omiso a la opinión de cierto vecino…

Kairi caminó hacia donde se encontraba la otra chica y abrió las cortinas dejando que la brisa entrara por la ventana abierta, se recargó en el marco de la ventana y disfrutó el aire en su rostro.

Fue entonces cuando se le ocurrió voltear hacia la derecha, donde se encontraba el balcón de su vecino; el que casualmente se encontraba regando las plantas; únicamente vistiendo su ropa interior, y desde que poso los ojos en él ya no pudo despegarlos.

-Y ¿Cómo me dijiste que se llamaba? ¿Ventus? –Preguntó su creación sonriéndole burlonamente.

-¡Ah, cállate, Naminé!-Kairi volvió a meterse a su estudio cerrando la ventana y las cortinas detrás de ella pero sin poder ocultar su evidente sonrojo.- Debí hacer a Aqua la protagonista de mis libros, es más tranquila, razonable, bonita y sin duda mas fácil de callar que tú.

-Acéptalo tú nunca te atreverías a callar a Aqua y menos si cierto vecino rubio se encontrara cerca…

-Sólo estás celosa porque eres tan sólo un pedazo de mi imaginación, fácilmente remplazable por alguien más.

-Suerte que eres una egocéntrica, tanto como para poner como protagonista a tu propio reflejo, a alguien que creaste para llenar tu ambición de aventura.

-¡No lo soy! Sólo me pareció que era buena idea que tú fueras la protagonista porque te conozco como la palma de mi mano.

-¡Qué alagada me siento! De verdad es un honor, Kairi.-Dijo Naminé en tono de burla.

-Por favor, Naminé, ya basta.

-Kairi, tú ni recuerdas cuántos lunares hay en el dorso de tu mano.

-Sólo son dos.-Dijo la chica observando su mano.

-Kairi, tú no tienes lunares eso que vez ahí son manchas de tinta.-Resopló la rubia.

-Bueno, el punto es que no debí elegirte como protagonista, es más nunca debí escribirte un libro, ya todo se te subió a la cabeza y te crees la gran celebridad.-Resopló con enojo la pelirroja.

-Te recuerdo que si no hubieras escrito y publicado "Chain of Memories" tú estarías…

-¡Terminando la universidad!-Kairi, caminó hacia su computadora y empezó a imprimir el escrito que recién había terminado.

-Si no fuera por mis ventas ni siquiera tu hermano no hubiera podido ir la universidad ¡Y mucho menos terminarla!-Naminé volvió a su sillón blanco; su sillón habitual y se sentó cómodamente en él.

-¡Esas son palabras mayores, Naminé!-Kairi fingió alarme.- ¿Tus ventas? Esas palabras que podrían ser fácilmente mal interpretadas.

-Sólo estás enojada porque mi nombre aparece más grande y más veces tanto dentro como fuera del libro.-Se rió con satisfacción la chica mientras se cruzaba de piernas en el sillón.

-Mi nombre aparece en letras rojas y brillantes.-Le recordó Kairi a su creación.

-Pero siempre debajo del mío.

Y con esta última burla Naminé desapareció dejando a la autora en soledad nuevamente.

Kairi soltó un suspiro y se acostó en su sillón rojo y miró el techo mientras se terminaba de imprimir su nuevo escrito de tan solo setenta páginas…

"Ochenta y dos" Se recordó a sí misma.

Cerró los ojos intentado respirar tranquilamente otra vez, no sabía por qué siempre que terminaba de hablar con Naminé la rubia le daba mucho en qué pensar; pero eso ya no importaba, ya era muy tarde para detener a la impresora; ese sería el escrito que iría a parar a manos de su editora; se lo entregaría hoy mismo, tenía una cita con ella justo a las dos en punto, y eso marcaria el final de la saga que había empezado a los dieciséis.

Tal vez cuando todo esto acabara podría volver a la universidad.

Y con ese pensamiento se quedó dormida, faltando sólo siete minutos para las dos…