Hola, nos vemos en un nuevo proyecto. La realidad es que esta historia nacio después de que estaba viendo un anime que no es Naruto. A lo largo de la historia se dará cuenta de que anime es, si es que lo han visto claro.

Advertencia:Los personajes de Naruto no me pertenece...pero si esta extraña historia...con una pareja muy diferente de lo usual. Por cierto si notan que algo no va con el anime es porque fue creado de esa manera.

sin más palabras...comenzemos.


Capítulo I.

Han pasado tres años desde que la joven perla abandono la aldea. ¿Razones? Se cree que son desconocidas, pero casi todos sabían cual era la principal razón. Después de la cuarta guerra shinobi las personas de la aldea cambiaron bastante conforme transcurrió el tiempo, la destrucción que provocó la lucha dejó rastros de temor en las personas "normales", aquellos que no eran ninjas, por lo que comenzaron a relacionarse muy poco ninjas con civiles. Sin embargo, meses después de la guerra, cuando ya todo se veía más o menos reconstruido, los ninjas realizaron un festival para unir de nuevo los lazos perdidos con las personas, aunque el miedo aún invadía el alma de esas personas muchos asistieron, comenzaron de a poco a entrar en confianza con los ninjas y así después de 3 meses todo volvió a la normalidad de antes.

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Aunque se dice que el tiempo lo cura todo, para él, el tiempo traía más dolor a su corazón. Aún después de ser resucitado y estar viviendo una nueva vida, no podía abandonar el pasado. Cada mañana se levantaba muy temprano, preparaba el desayuno para él y su hijo, desayunaba sólo porque hasta que el sol no le pegara en la cara al peresoso de su hijo, éste no se levantaría; limpiaba el lugar y luego salía. Todos los días era la misma rutina. Todos los días iba al mismo lugar, llevaba las mismas flores y leía el mismo libro en voz alta una y otra vez. Luego dormía un poco hasta el mediodía, entrenaba hasta el anochecer y volvía a casa; se bañaba, hablaba un poco con su hijo sobre como había pasado el día, comía un poco y luego se metía a la cama para dormir hasta el otro día. Todos los días era la misma rutina. Todos, hasta que llegó ese día.

Ese día, por algún motivo, comenzó diferente a los anteriores. Se había levantado, vestido y lavado, salió a la cocina a preparar el desayuno cuando se dió cuenta de que se había quedado sin té. "Ahh"suspiró en seco, "Ese Naruto, le dije ayer que comprara té" observó de reojo la puerta de la alacena, "Seguramente...tampoco compró arroz" se asomó a la puerta del mueble, la abrió y, efectivamente, tampoco había arroz. Se detuvo a pensar, "O lo levanto en este momento y lo saco a la calle...o lo dejo sin desayuno." no paso mucho hasta decidirse que lo mejor era sacarlo a la calle y que fuera de compras, pero en el momento que llegó a la habitación y abrió la puerta se quedo congelado. Ver a su hijo durmiendo abrazado a una desparramada almohada le hizo recordar a su difunta esposa, tenía casi los mismo hábitos para dormir, solo que en vez de una almohada se abrazaba a él. Era tan mal dormida que solo ella ocupaba la cama entera, o aveces dormía casi sobre él. Esos recuerdos resurgieron al ver a su hijo tan complacido durmiendo, sonrió y luego cerró de nuevo la puerta.

"Aún así lo dejare sin desayuno." pensó en sus adentros mientras caminaba por los comercios de la aldea. Aún cuando había estado muerto por 16 años, muchos al parecer lo reconocían, y lo saludaban respetuosamente, él respondía a los saludos con una de sus caracteristicas sonrisas, aunque por dentro se sabía que estaba sufriendo.

Llegó hasta un puesto donde vendían yerbas y especias aromáticas, la mujer que atendía era joven y risueña, al parecer se sentía atraída por él, aunque él se daba cuenta fingía ignorancia ante ese hecho, aún no se sentía seguro para abrir su corazón hacia un nuevo amor, y mucho menos cuando en lo único que pensaba era en la pelirroja Kushina.

-Buenos días Minato-san- expresó la joven con un brillo en sus ojos.

-Buenos días señorita, ¿como has estado?- preguntó el rubio con un gran sonrisa.

-Sabes que puedes llamarme Hana...no necesitas ser tan educado conmigo.-sonreía seductoramente la joven.

-Es que aún no me acostumbro- respondió el yondaime sonriendo.

-De acuerdo, hoy te la dejaré pasar...y bien ¿buscas té de frutas o probarás otro?- preguntó la joven.

-No, solamente llevaré el de frutas.- respondió el rubio.

-Esta bien...aquí tienes- extendió el paquete con su mano, Minato también extendió la suya para agarrar el paquete pero entonces la joven le sostuvo la mano, él la observo extrañado, a su vez ella tambíen lo miraba, muy penetrantemente.

-Gra...Gracias...-dijo Minato intentando soltarse de ella.

-Hana...dime Hana a partir de este día.- y sin más resitencia lo liberó.

-Lo tendre en cuenta.- sonrió con una pequeña mueca.

Lo más seguro era salir de allí, eso o esperar a que ella se le tirara encima. Así qué a paso acelerado se alejó del puesto para dirigirse al de arroz; "Otra mujer", pensó desganado mientras se dirigía al otro puesto. En efecto ambos puestos eran atendido por mujeres, y ambas competían entre ellas para ver a cual de las dos elegía el prominente rubio. "Por eso le dije a Naruto que saliera de compras" pensó seriamente y agotado. Llegó al puesto, miró a la mujer que ya con sus ojos lo devoraban por completo, y de nuevo, sonrió falsamente. Cabe decir que sucedió lo mismo que con la otra mujer, a diferencia que esta tenía mas busto que la anterior y los lucía de tal manera que lograra hipnotizar a un hombre. "No caeré en sus redes" pensó mientras pagaba la ración de arroz para luego salir huyendo de allí.

En el camino se detuvo en el local de la floreria de Ino y su madre, entró como todos los anteriores días y vio a la joven rubia preparando un ramo de orquídeas blancas.

-Hoy llega temprano, Minato-san.- expresó con una sonrisa la rubia.

-Es que tuve que saltarme el desayuno.- contesto el rubio con una sonrisa juguetona.

-Ya veo...bueno...aquí tiene.- dijo Ino y le entregó el ramo que estaba haciendo.

-Gracias...es muy gentil de tu parte.- pagó las flores y salió del local.

Decidió en el camino que no se devolvería a la casa, iría directamente hacía aquel lugar, "Por este día, Naruto no desayunará...que le sirva de castigo" penso seriamente. Se llevó las flores hacia la nariz, las olfateo y sonrió, "Me hacen recordarte tanto, Kushina."pensó.

Llegó hasta una pequeña montaña verde, respiró el aire puro del lugar, observó a los lejos sonriendo tristemente y se recostó en el pasto verde. Sacó el libro que siempre llevaba consigo, lo abrió en la página que había quedado marcada con una cinta y lo leyó en voz alta. Después de una hora de tanto leer, se quedó dormido, soñando con su deseado pasado, volviendo a revivirlo. El dolor de haber perdido a su mujer retomó en esa pesadilla en la cual se vió reflejado en sus ojos, estaba llorando, durmiendo pero llorando. En ese instante sintió una leve respiración cerca de él, abrió los ojos al mismo tiempo que se lanzó sobre quien lo observaba detenidamente y la aventó hacia el suelo quedando arriba de esa persona. Las lagrimas y el enojo estaban reflejadas en su rostro parecido ido, pero cuando escucho a esa persona gritar despertaron sus sentidos.

-¿Qui...quién eres?...-preguntó el rubio sorprendido, mientras sostenía fuertemente ambas manos de la extraña persona.

-Yon...Yondaime-sama...-expresó la joven. - Mi...mi nombre es... Hi...Hinata Hyuga.-

-¿Hinata?...Ah...eres la amiga de mi hijo...¿cierto?- dijo el rubio mientras soltaba las manos de la joven ojiperla que, a su parecer, estaba asustada, y luego se secó las lágrimas.

-S-si...algo así...- respondió ella.

Ambos se miraron a los ojos, parecía que no podían moverse; Hinata no podía porque el rubio estaba encima de ella y él por su parte parecía no darse cuenta.

-Yo...yo lo siento, mucho...no quería despertarlo...pero...como parecía tener una pesadilla...me acerqué pa...para ver si se encontraba...bien...- expresó la ojiperla nerviosa.

La frase que ella dijo llegó hasta el interior de Minato, fue entonces cuando se dió cuenta que le impedía que ella se levantara.

-Ahhh...lo siento...-dijo Minato levantandose de arriba de ella. - No quería atacarte...solo reaccioné a la situación...- y le tendió su mano para ayudarla a ponerse de pie.

-No...no hay problema...de todas forma...fué...mi...mi culpa...- dijo Hinata aceptando la ayuda del rubio. Se puso de pie en un instante, hizo una pequeña reverencia. -Bueno...de...debo irme...disculpe las molestias.- se dio media vuelta para seguir su camino.

-Espera...- le dijo el rubio. - ¿Te eh hecho daño?...¿tienes alguna herida?-

-No, no, estoy bien...por favor no se preocupe. - le respondió la ojiperla con una pequeña sonrisa, y luego comenzó a caminar. Él la vio marcharse hasta que la perdió de vista, se sentía un poco culpable por lo sucedido, a la vez también le dio un poco de vergüenza "Me vió llorando" pensó, -Ahhh...que patética situación- exclamó, luego comenzó a caminar hacia el bosque, se adentró en éste y comenzó como los anteriores días su típico entrenamiento.

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Llegó a la casa después, un poco antes que cayera la noche, se dirigió a su habitación para buscar los elementos necesario para tomar un baño, salió y se dirigió al baño, en ese instante sientió que se abrió la puerta de entrada y notó a un intruso, éste le saltó encima como los anteriores días.

-Papá...¿ya volviste de tu entrenamiento?- preguntó sonriente Naruto, colgado del cuello de su padre.

-Si...ahora iba a darme un baño...-respondío igual de sonriente.

-Esta bien...- expresó el rubio menor mientras se bajaba de la espalda de su padre. -Ah...no te vayas a dormir temprano...abrá una fiesta en casa de Sakura y me gustaría que asistieras...-

-Hoy no tengo ganas...me siento muy cansado.- le dijo Minato a su hijo con expresión de cansancio.

-Pero papá, voy a dar un anuncio muy importante...y necesito que esté allí conmigo...- le reprochó el rubio menor.

-¿Un anuncio?...¿qué clase de anuncio?...-preguntó interesado.

-Eso lo sabras cuando estemos allí...- respondió sonriendo Naruto.

Minato suspiró un momento, para él era casi imposible decirle que no a su querido y único hijo, por lo que aceptó acompañarlo. Naruto expresó su alegría abrazando a su padre, éste le correspondió el abrazo, luego se separaron para terminar cada uno sus asuntos.

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Salieron después de unos minutos, caminaron por la calle de la aldea para dirigirse a la casa de Sakura. Minato notaba como su hijo en ningún momento había dejado de sonreir, "¿Qué clase de anuncio dará? Se preguntaba cada ves que veía la cara sonriente de su hijo. Llegaron a la residencia, entrarón y notaron como casi todas las personas invitadas estaban allí, incluso Kakashi ya había llegado, lo que lo hizo pensar que eran los últimos en llegar. Sakura se acerco a ellos, saludó respetuosamente a Minato y luego le dió un golpe a Naruto en la cabeza.

-¡Como puedes llegar siempre al último!- grito la pelirosa al rubio menor. Este por su parte sonreía mientras se sobaba el golpe.

-Lo siento Sakura, no volvera a ocurrir...- respondió Naruto intentando calmar a la furiosa ninja.

Minato los observó un momento, verlos actuar de esa manera lo hizo recordar a cuando él estaba con Kushina, ella era igual de violenta que Sakura y eso lo alegró un poco.

-Bien Sakura, créo que es el momento de decirle a todos la gran noticia.- expresó Naruto con ojos brillantes.

-De...de acuerdo...- respondió ella, al momento que se sonrojaba un poco.

Ambos caminaron hacia el centro del salón y pidieron la atención de todos. Todo el mundo se giró a verlos, habían dejado de conversar entre ellos para prestarle atención a la pareja del centro. Minato también se detuvo a verlos, notó que detras de ellos se encontraba la joven Hyuga y pudo notar por su expresión que estaba muy triste.

-Hola a todos...- comenzó Naruto. Luego todos respondieron al saludo a excepción de los senseis que se encontraban como Kakashi y Kurenai, y su padre. -Esta fiesta tiene como fin un anuncio importante...- continuó Naruto. -Me gustaría que todos supieran...- Todos observaron detenidamente, aunque muchos ya sabían de que se trataba. -...de que Sakura y Yo, somos oficialmente pareja...-finalizó Naruto. Muchos aplaudieron a la nueva pareja, muchos a excepción de Kurenai, Shino y Kiba, este último parecía tan enfando como listo para salir a cazar. Pero lo demás se mostraron contentos. Minato también aplaudía, estaba feliz por su hijo pero, sintió un poco de tensión cuando observó a la joven Hyuga. Ella también aplaudía y se mostraba sonriente, su equipo 8 la observaron un poco triste. Minato entendía muy poco la situación y dejó de aplaudir porque comenzó a sentirse un poco incómodo.

-No te sientas incómodo...- le dijo el peliplata que en esos momentos se había acercado a él.

-¿A qué te refieres?- preguntó el rubio a su antiguo alumno.

-Las cosas se dan, como tienen que ser...ella sabía...- expresó Kakashi mientras ambos observaron a la ojiperla acercarse a su sensei Kurenai, está le acariciaba la cabeza con una mano y con otra sostenía su recien nacido bebé, pero la joven Hyuga no dejaba de sonreir. -...Sabía que en algún momento debería dejarlo ir...-

-Ya veo...- contestó Minato. Se había dado cuenta de la situación, la joven que sonreía estaba enamorada de su hijo, esté por su parte estaba enamorado de Sakura, quién a su vez por fin le había correspondido. Se sentía un poco triste por ella, sabía bien que ella había arriesgado varias veces sus vida para salvar a Naruto. Eso lo hizo pensar a que él era como ella, con la diferencia de que él si fué correspondido en su amor por Kushina y Hinata había sido rechazada.

Se detuvo a conversar un rato con Kakashi, aún después de verlo crecido lo trataba como su pequeño alumno, esté a su ves se dajaba tratar así por el que una vez su amado sensei. Después de un rato de estar allí, vio como su hijo se divertía con sus compañeros, decidió volver a su casa, se despidió de Sakura, quién a su ves le hizo una pequeña reverencia, le dijo a su hijo que no tomara de más, se despidió de la mayoria de los alumnos y de los sensei que estaban en ese lugar y salió de allí.

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De camino a casa, siempre pasaba por un pequeño lago que costeaba la aldea, se detuvo al notar como el agua se movía violentamente. Se acercó un poco, se detuvo detrás de un frondoso arból, sacó unas kunais, estaba listo para atacar a quien saliera del agua, pero en el instante en que iba a saltar hacia la figura se detuvo en seco, abrió grandes los ojos, le era casi imposible creer lo que podía ver. Del agua comenzó a salir una figura, era femenina, lo notó por sus atributos bien visibles ya que la ropa se le pegaba al cuerpo, su cabello era largo y estaba pegado a su rostro y su cuerpo. Minato se quedo mudo, "Es...hermosa" pensó con la boca abierta sin apartar la vista de ella.

La hermosa joven salió del agua, se sentó a orillas del lago, apoyó sus manos alrededor de la tierra y se quedo inmóvil, como si fuera una con la naturaleza. Así se quedó un rato, quieto observandola desde su escondite, hasta que hizo el pie para atrás en un impulso por moverse un poco e hizo crujir una rama.

-Se que estas allí...- dijo ella sin mirar hacia el arból. -Lo supe en el momento que active mi Byakugan...sal.-

"¿Byakugan?...entonces ella es ¿La heredera Hyuga?", pensó Minato. Estaba dudando si salir o no, si salía debía dar una excusa por haber estado espiando, pero si escapaba se sentiría como un cobarde acosador.

-Si quieres irte...en estos momentos...puedes hacerlo...-expresó ella con vos cortada.

El rubio la observó un momento, notó como ella bajo un poco la cabeza y vió reflejado, por la luz de la luna que todo el tiempo la iluminaba, que descendía por sus ojos un fino hilo cristalino. "Eso...no parece ser agua..." pensó él.

-Si no quieres irte...entonces... me iré yo...- y dicho esto se levantó, y comenzó a caminar hacia el pueblo, él la vió pasar y se dio cuenta que la joven era era en verdad Hinata Hyuga y que, además de estar mojada, también estaba llorando, pero en silencio. La vió por un instante alejarse, sintió pena por ella, pero él ¿Qué podía hacer?, no podía meterse en la vida amorosa de su hijo, a lo mejor podría aconsejarlo y que ayudara a aliviar la pena de esa joven, pero todo eso solo debía nacer del interior de su amado hijo. La vió alejarse un trecho más y luego él también se encaminó a su propia casa.

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Se encontraba durmiendo lo más placidamente, así fue hasta que fuertes golpes a su puerta lo despertaron. Se levantó cansado y se dirigió a abrir la puerta. Abrió la puerta y se encontró con la pequeña niña Hyuga, estaba agitada y lo miraba tristemente.

-¿Qué sucede pequeña?- le preguntó con una pequeña sonrisa.

-A...¿a visto...a mi hermana?...- preguntó Hanabi respirando entre cortado.

-¿Tu hermana?...- dijo mientras se le venía a la mente el rostro triste de Hinata. -¿A desaparecido?-

-Si...Desde añoche que no vuelve...y ya... la eh buscado...pero...pero...- y comenzaron a descender lágrimas por sus ojos.

-Tranquila...te ayudaré a buscarla...- le dijo con una sonrisa acogedora.

-Gra...gracias...- respondió llorando.

Despidió a la pequeña, quien salio corriendo para seguir buscando, y se dirigió a la habitación de su hijo.

-¡Naruto!- lo llamó estruendosamente al abrir la puerta. El chico saltó de la cama por el susto y cayó al suelo.

-Ahhh...que pasa...por qué me llamas...- refunfuñó el rubio menor mientras se sobaba.

-Hinata Hyuga a desaparecido.- dijo directamente.

-¿Qué?...¿Que dices papá?...- preguntó sorprendido el pequeño rubio.

-Lo que oiste, asi qué...levantate, visteté y sal a buscarla...- ordenó seriamente el rubio mayor.

-Si...lo haré...- respondió sorprendido, y serio al ver la mirada de su padre.

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Estuvieron hasta tarde, hasta que se puso el sol buscando a la desaparecida Hyuga, otros como Neji, Hanabi, Shino y Kiba buscaron hasta de noche, pero no hallarón nada, parecía haberse esfumado de la tierra. Todos estaban preocupados, salvo por el líder del clan que se mostraba serio e indiferente con la desapareción de su hija, los demás estaban serios y tristes.

-No puedo creerlo...- dijo acongojada Kurenai.

-Tranquila...ya aparecerá...-le dijo tratando de reconfortarla Kakashi.

-No la culparía si no vuelve...- dijo seriamente Neji.

-¿A qué te refieres?- le preguntó Minato.

-Bueno...a parte de que su hijo se rehusó a aclararle sus sentimientos y la lastimó la noche anterior...-expresó enojado al mayor rubio. -Esa mañana...mi tio le dijo que Hanabi-sama sería la única lider del clan y que ella era solamente un estorbo en la familia...- concluyó Neji apretando fuertemente sus manos.

-Pobre Hinata...espero que te encuentres bien...donde sea que estés.- expresó Kurenai tristemente.

Todos los ninjas que se habían reunido en la torre Hokage coincidieron con las palabras de la jonin, y miraron tristemente al vacío.

Naruto se adentro hasta el fondo del bosque, buscó precipitadamente por cada rincón del lugar, pero no la encontró por ningún lado.

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-Naruto...-lo llamó su padre que en ese momento había abandonado la torre de la Hokage para seguir buscando. -Ya es sufiente por hoy...volvamos.-

-Pero papá...aún hay muchos lugares para buscar...-contestó el rubio menor sin voltear a ver a su padre.

-Pero ya esta oscuro...no puedes ver nada...-le dijo Minato mientras lo seguía.

-Pero...pero...- intentaba decir Naruto.

-Ya es suficiente.- le gritó su padre. Naruto se dio vuelta, lo miraba enojado y triste; su padre conocía esa mirada, la de desesperación y culpa, y se acerco a su hijo. Pusó sus manos en los hombros de éste y le dijo: -Se que te sientes culpale...pero no hay nada que puedas hacer...- lo observó seriamente. -Si el destino depara que se vuelvan a encontrar, entonces, solo queda esperar.-

dicho ésto ambos volvieron a la torre de la Hokage.

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De la torre salieron un grupo de Anbus en la busqueda de la joven Hyuga, se separaron rapidamente y como sombras desaparecieron. Minato y Naruto entraron a la torre, todos los ninjas que estaban los observaron tristemente, Kiba y Shino más que tristes los observaron con enojo, mucho más el primero que parecía quererle saltar encima al rubio menor. Sakura salió al encuentro de Naruto, le sostuvo las manos y mirándolo tristemente le dijo:

-Na...Naruto...esto es nuestra culpa...-

-Ja...- expresó Kiba. -Por supuesto que es su culpa...si hubieran sido sinceros con Hinata nada de estó habría pasado.-

-Es...es cierto.- murmuró la pelirosa, agachando la cabeza tristemente.

-Ya, ya...no hay porqué alterarse.- intentó calmar la situación el peliplata.

-Es facil para usted decirlo...es obvio que saldrá en defensa de sus alumnos.- exclamó Kiba aún más enojado.

-Basta Kiba...- dijo con voz autoritaria Kurenai. - De esta manera no encontraremos a Hinata.-

-Tsk...- fué lo unicó que pudo expresar el chico.

-Es mejor tomar con calma la situación...mañana podremos seguir buscando...por esta noche debemos dejarle este trabajo a los Anbu.- dijo Minato. Todos asintieron.

-Es cierto.- expresó Tsunade que en ese momento salía de su despacho. -Lo de Hinata es una situación lamentable, pero vamos a encontrarla, solo hay que tener fé. -

-Si- respondieron todos.

-Bien, ahora vuelvan a sus casas y descansen. Mañana sera un día difícil.- concluyó la Hokage seriamente.

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Ni Naruto ni Minato hablaron de camino a casa. Estaban bastante serios, y el rubio menor detonaba culpabilidad en su mirada. Llegaron a su casa, Naruto se dirigió a su habitación, se escuchó solo el cerrar de la puerta y después todo quedo en silencio. Minato suspiró al ver el estado de su hijo, pero no podía hacer nada más.

A la mañana siguiente el rubio mayor se levantó como siempre temprano, se preparó para el nuevo día, salió de la habitación para dirigirse a la de su hijo, abrió la puerta de está y encontró la cama desecha, pero no había rastro de su hijo.

Naruto salió en la mañana antes del amanecer en busca de Hinata, se pasó así toda la mañana pero no encontró ni rastros de la ojiperla. Se dirigió hacia la torre de la Hokage, exhausto y triste, llegó allí y le informaron que los Anbu aún no volvían. Entonces volvió a la busqueda.

De esta manera pasaron 3 días desde la desaparición de Hinata, y aunqué todos buscaban, todos, incluso civiles a los ella habia ayudado en inumerables ocaciones; porque Hinata era muy amable con la mayoria de los civiles, no encontrarón el paradero de la joven perla.

Pasaron después de esos tres días otros siete, y aún no encontraban ni pistas siquiera de donde podía estar.

La Hokage informó en Suna por la desaparición de la joven Hyuga por si ella se encontraba allí, pero solo recibió una negación de Kazakage pelirrojo, le prometió que si la hallaban allí se lo informaría, pero era casi imposible que se encuentre allí sin que algun ninja de la arena no lo notara.

Pasó luego un mes desde aquella noche, muchos civiles se habían dado por vencidos en bucarla, otros aún continuaron con la esperanza de hallarla.

Luego de 4 meses se dió un comunicado desde la torre de la Hokage diciendo que posiblemente Hinata no volvería, dejando muy preocupados y tristes a todos.

Después de 3 años y aún sin rastros de la joven Hyuga, la aldea volviá a ser como antes de la desaparición de la ojiperla, ahora su nombre solo traía recuerdos a las personas, pero solamente eso.


Continuará...

Lo se, Hinata debe volver rápido ¿no?

en fin, acepto cualquier crítica de Horrores ortográficos, que eh escrito mal algún nombre, y demás. Pero no sobre la trama en sí ya que es algo nuevo que intento y me gustaria compartirlo con ustedes.

Nos vemos en el proximo capítulo...Ya-ne^^