Una pequeña incógnita de Paunna White, la hija de nuestra adorada Pecosa.
Por: Selenityneza
...
Un Papá para Paunna
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¿Quien pudo haber sido él?
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Tras ese día que regreso con el alma hecha jirones de New York, se había entregado al trabajo arduo. Había vuelto a cuidar de Albert, pero incluso su amigo tuvo que irse otra vez. Su dolor por la separación con Terry aun era palpable, aun estaba fresca en su alma. Le lloro muchas noches, acostada. Se sintió enferma, pero se trato de concentrar en la clínica feliz. El doctor Marti, siempre tenia muchos pacientes que requerían cuidado.
Aquella tarde salio presurosa. La oscuridad era notable.
-Hola... ¿A donde vas sola?
-Déjame pasar... Se hace tarde y... Yo no quiero problemas, por favor no ahora...
-Ja ja ja ja... siegues siendo la misma tonta de siempre... Ya veo porque te abandono ese actorcete de quinta... Tu aquí llorándole cuando el esta gimiendo en brazos de esa actriz.
-¡Cállate! No saben nada... Nada... Me aleje porque... ¡No te debo explicaciones! Así que apártate.
-Favor que hago al pedir tu mano.
La rubia se alejo, rápido. Dejando atrás al joven. En eso sintió que perdió el conocimiento. Despertó al día siguiente confundida y sin saber que rayos hacia ahí.
-¿Donde estoy? -pregunto Candy con temor. Su cuerpo estaba manchado de sangre seca y coagulada. Lo peor es que no recordaba nada, su cabeza dolía y mucho. Se levanto y regreso a su casa en las Magnolias. Hasta que tuvo que abandonar el apartamento al hacer cierto descubrimiento. Solo con una pequeña maleta, y su titulo de enfermera, partió. Dejo de ir a los lugares públicos, dejo de usar el apellido Andrew. Siendo conocida como la Señorita White. De eso hasta que un día devolvió todo lo que había consumido.
-¿Cómo paso? -tenia la ingrata duda de que solo la hubieran golpeado esa vez. Pero eso solo la dejaba con la incertidumbre de a quien poner como responsable de su condición.
Tenia dos opciones que le resultaban inviables:
_ la primera porque ya tenia dueña, por así decirlo. Era un imposible porque era prohibido. Al menos para ella.
_ la segunda era en verdad terrorífica. Porque de ser cierto significaba dolorosamente que...Por lo que prefirió dejarlo en la incógnita.
Al tocar su vientre abultado. A sus cortos dieciocho años se sentía aterrada. Trato de pensar en algo que le diera animo. Albert no estaba, se había ido. Lo extrañaba. Terry estaba en New York cuidando de Susanna. Lo prefirió guardar en secreto. En secreto. En secreto trajo al mundo a una criatura que la miraba fijamente como si supiera que la observaba.
-Es... una niña.-comentó la enfermera que la limpio. -Es preciosa... ¿Y el padre?
-No, solo soy yo...
-¡Ah! ¿y cómo la va a llamar?
-Su nombre va ser Paunna, como la madre de Anthony. -suspiro mientras cargo a la criatura que lloraba. Se sintió culpable por no sentir conexión con ese ser.- Anthony... Si tuviera la sospecha de que es de él, estaría menos angustiada...-murmuró lo ultimó. -Entonces puedo imaginar que es un hijo suyo y quererla así... ¿Te gusta tu nombre, Paunna? -deseando que esa niña fuera una hija de Terrence. Pero solo suspiro al ver la motita rizada y rubia en la cabeza de la niña. Aunque su piel estaba moreteada por los problemas que tuvo para venir al mundo. Pero era una pequeña luchadora desde ya.
La bebé abrió sus ojitos y le sonrió. Candy solo estrecho a ese ser , mientras derrama unas lágrimas.
-Paunna. No importa... yo seré tu padre y madre.
Nueve años después...
Paunna despertó aterrada, su madre había a la mansión Andrew para escuchar el testamento, tendría seguramente nuevas responsabilidades que correspondía tras la trágica muerte del magnate filantropo William Albert Andrew. No entendía que temía, su madre había salido temprano después de retornar del hospital San Joseph.
Radicaban en una modesta casa a las afueras de la ciudad de Chicago, cada día era una pequeña aventura, siempre correteando detrás de su cariñosa madre. Paunna en su corta infancia no supo de enfermedades ni perdidas. Crecía al ritmo que lo hacían las flores, siempre sonriente, una pequeña rosa como decia Candy. Todos los años hacian una misa para honrar a Anthony Brower, su querido tío como lo llamaba Paunna cada que cultivaba una Dulce Candy con ayuda de su hacendosa madre.
Tenia varias niños que la querían mucho y que eran sus amigos, conocía el Hogar de Pony donde crecio Candy y Annie. Cada niño era adoptado, todos al final tendrían en el mejor de los casos un papá y una mamá. Paunna se preguntaba porque ella no tenia padre. Nunca supo lo que fue de mismo. Había preguntado hasta el cansancio al Doctor Marti, sobre quien era él.
-¿Quien era mi padre, doctor?
-Paunna... Eso le corresponde decir a Candy.
-Pero yo...
-No todo es de color rosa, pequeña.
-¿qué quiere decir? -Paunna se quedo con esa duda. Nunca se quejaba porque tuvieran solo lo necesario y si acaso un poco más. Siempre se miraba en el espejo tratando de ver a quien de los amigos de su madre se parecía, y concordó consigo misma en que no se parecía a ninguno.
-No soy hija de tío Michael. -menciono después de la cena de navidad que compartieron junto al medico militar que estaba al lado de su esposa que tenia expresión seria. La busco después para formularle la misma pegunta.
-Tía Flammy... ¿Usted sabe quien es mi padre?
-¿Tu padre? Seguro que solo fue un pobre diablo que abandono a tu madre, sino... ¿por qué no tienes apellido? ¿quieres un consejo? ¡No investigues y cree a tu madre cuando te diga que la cigüeña te trajo!
-¿así? ¿qué cigüeña? ¿Una cigüeña es mi padre? Jajajaja... ¿Soy medio cigüeña?
-¡Aaaaaa! Eres tan despistada como Candy. Ve a la cocina, te serviré más postre... pero sin preguntas tontas...
-De acuerdo...-nunca mas insistió con eso aunque la duda persistiría en su corazón.
Paunna miraba las viejas fotografías de su madre, todas eran del colegio hasta que vio la fotografía de dos muchachos que le llamaron la atención.
-Simplemente podría ser la hija de alguno de estos dos. -mencionó riendo. -Pero de ¿quien? No me parezco tanto a mamá... así que lo que tengo lo saque de mi padre... Lo único que le herede son estas feas pecas. Fuera de eso podría decirse que soy adoptada... ¡aaaaggg! Pero mejor hago caso a tía Flammy, quizá sea fea la verdad, quizá... yo sea producto de... una deshonra en contra de mi... madre... Sino... ¿por qué estamos siempre solas?
En eso la puerta se abrió y entro una mujer rubia de ojos verdes que sonrió al ver a la muchacha que corrió a abrazarla con fuerza.
-¡Mamita! ¡Mamita! Ya has vuelto a casa... Te extrañe, ¿qué ha pasado? ¿Te dijeron cosas feas los Andrew?
-No, Paunna. En realidad no he aceptado la herencia de...
-¡Oh! Pero el señor Albert fue muy bueno contigo... no entiendo porque no... Hasta puede que su ultima voluntad haya sido que..
-No... Empaca tus cosas.
-¿Por qué?
-Nos vamos...
-¿Irnos? ¿A donde? No quiero irme, me gusta vivir aquí, me gusta visitar los fines de semana el Hogar de Pony... Quiero ver a la hermana Lane... Tu no puedes apartarme de todo... ¿es por qué no tengo padre? ¿Te avergüenzas de mi? Vivimos en las afueras de Chicago... ¡en las afueras! Solo me presentas como la señorita White...
-Paunna...
-No, quiero saber quien es, y por qué quieres irte tan repente...¿O sera que mi padre quiere vernos y que tu no quieres? -la señalo mirando fijamente , su mirada fría hizo estremecer a Candy.
-Hija... Acabo de perder mi trabajo en el Hospital San Joseph...
-Tienes la herencia del señor Albert... Acéptala, y así podrás pasar más tiempo conmigo.
-Si hago eso nuestra vida cambiaría... Nunca quise ese tipo de vida. Vamos, empaca tus cosas.
-Por favor...-lloró la muchacha abrazando a su madre. -Por lo que más quieras... Dime ¿Qué paso con mi papá? ¿Qué?
-Paunna White, solo has como te he dicho. -dijo Candy, con la expresión seria.
-Encontré dos fotografías del San Pablo... Mirá,me parezco a estos dos muchachos... -Paunna extendió la fotografía que Candy miró, eran dos fotografías. Aunque no eran las dos del colegio, solo una. -Me parezco mucho a esos dos chicos... ¿Alguno de ellos es mi padre? Solo dime eso y me conformare con saberlo, ¿esta bien, mamá?
-Sí, uno de esos muchachos es tu padre. ¿Contenta?
-Mucho. -sonrió la muchacha bailando en un solo pie. -¡Jajajaja! Mis posibles padres son guapos... Hasta yo me habría enamorado de alguno.
-¡Paunna!- se sorprendió Candy.
-Jajajajaja... Es broma, mamita. Así que mi padre puede ser alguno de estos caballeros... jajajaja... Yo ya empezaba a sospechar de tío Archie.
-Paunna... Que tu tía Annie jamas te oiga.
-Como es tan bueno con nosotras, y me da muchos regalos en navidad, y por año nuevo nos invitan a veces de vacaciones a esquiar... Me gusta mucho...
-¿Qué cosa?
-Mi tío Archie, es lindo... Nos llena de cosas divertidas... Y dice que soy su niña preferida...
-¡Paunna! Eso lo dice porque solo tiene hijos varones.
-Pero es igual, me quiere mucho... -sonrió la muchacha. -Tanto que ya sospechaba que el podría ser, pero eso quiere decir que... que... ¿Por qué no me llevaste contigo a la mansión Andrew? Tenia ganas de ver la casita del árbol que mencionaron Steart y Anthonie...Hasta ahora solo conocí la casa de tío Archie y tía Annie... Mis primos me quieren mucho también y yo a ellos... Son tan tiernos...
-Solo no quería que... que... te hicieran sentir incomoda los Leagans...
-¿La familia para la que tu trabajaste de niña?
-Sí, por eso pensé en que estarías mejor aquí.
-Habría querido verles para reclamarles por qué te trataron mal... ¡Aaaagggg!
-No... No era buena idea hacer eso... Partimos esta noche en el ultimo tren...
-¿A donde?
-A Europa...
-¿Iremos a buscar a tío Alister? ¡QUÉ BIEN!
-Stear murió... en la guerra... Iremos en realidad a Europa... Me recomendaron ahí para brindarle ayuda a un muchacho... que no puede moverse por si mismo...
-¿Me iré por un tonto niño?
-No digas eso, que no conozco al niño... Solo que me dijeron el salario es bueno, viviríamos mejor que aquí. Y podríamos enviarle ayuda al Hogar de Pony... Pero descuida, lo deje todo en manos del único que confiaría la fortuna de los Andrew.
-¿ Tío Archie?
-Sí, no confió en nadie más.
-Bueno, iremos entonces... jajajajaja... algún día me dirás quien es mi padre...¿verdad?
Candy no respondió.
-Tomare eso como un tal vez.
Candy se puso a empacar con rapidez, Paunna solo se encerró en su habitación. Lloró de largo y tendido.
-Steart... Anthonie... No los veré más... Mamá seguro que se metió de nuevo en problemas,por eso quiere que huyamos... Ah..ah...ah...ah...ahhhha..ahahahah... -lloraba la muchacha, mientras guardaba las dos fotos con mucho cuidado entre su cuento del El pastorcito mentiroso. No supo porque le daba risa que por mentiroso se hubiera ganado tantos líos el pobre pastorcito.
-Eso le paso por tonto... cualquiera sabe que no te creerán si mientes... peor si no lo sabes hacer bien...Como dicen siempre: "Si vas a hacer algo, ¡hazlo bien!".
Observo la fotografía de Anthony Brower, antes de dejarla en la caja de tesoros de su madre.
-¿A donde iremos? -se pregunto, mientras escucho que su madre sollozaba, estaba sentada en la mesa del pequeño comedor sola. Sotenia algo con fuerza entre sus manos, pero sintió que la estaría traicionando si la descubría así, Candy detestaba que su hija la viera débil, en sus momentos de debilidad.
-Mamita. -musito Paunna, sujetando los bordes de la puerta. -¿Quien te hace llorar? ¿Quien? -su mirada era fría, contendiente, ligeramente soberbia.
-Ah...ah... ah... ah... No puedo... no puedo... Yo... Lo he callado todos estos años, por temor... pero... Ahh... ah... ni siquiera tuvo que pasar... Pero... esto... Yo... Yo... Tengo miedo... Debo de...
-Mamá... ¿Lloraba por mi... padre? ¿Él le hizo daño? ¿Por eso me oculta? Como si yo fuera un desliz... ¿Soy un desliz?
Paunna se alejo llorando, salio de la pequeña casa. Trepo un árbol mientras lloraba. En eso observo un auto que bajo. Ella se quedo quieta. Ella se quedo sorprendida por lo que vio.
-Ese símbolo... es de la familia Andrew... Ahh... ¿qué querrán?
Luego observo como ese hombre se bajo del auto con un ramo de flores, y se acerco a tocar la puerta.
-Espera... -Paunna araño el árbol.
El sujeto tocaba la puerta, Paunna se preguntaba quien demonios era ese tipo.
-Candy... Candy... ¡Abre, Candy! Se que vives aquí... Vengo a decirte que no importa que trabajes en un hospital como esclava por un pobre sueldo... Todos tus problemas se solucionarían si tu te...
En eso Paunna sintió que la rama del árbol se quebró.
-¡No! -gritó la muchacha cayendo sobre el auto. -¡Ahhh!
-Pero que... ¿Una niña?
-No un "niño", claro que soy una niña...-menciono Paunna poniendo los ojos en blanco. -¡No se me quede viendo como si yo fuera un fantasma! ¡Ayúdeme! is piernas se atoraron en... Ayúdeme...
-¡Vaya! Esto si que es una sorpresa...-la muchacha observo como el joven sonreía. -¿Quien eres tu, preciosa? -paso una mano por la frente de la muchachita, sonrió al ver que la muchacha se enfureció.
-¡No soy "preciosa"! Me llamo Pau...
-¡Paunna! -gritó Candy, cuando abrió la puerta, se horrorizo cuando vio a la muchacha "sentada" sobre el auto. -¡Que haces con mi hija! ¡Largo! Dije que no...no quiero la fortuna de los Andrew... Así que largo de mi casa...
-Así que esto es lo que escondías...
-Eso no es asunto tuyo, Niel.
-¿Qué no? -señalo a la muchacha que había saltado del auto cuando su madre grito. -¿Cual es tu apellido, Paunna?
-Soy la señorita White, como mi madre... -dijo Paunna con orgullo. -¿Y usted quien es?
-¿Tu madre no te contó de mi? ¡pero que ingrata se ha vuelto! Si mal no recuerdo mi familia tuvo la gentileza de acogerte.
-¿Acogerme? -se sorprendió Candy. Puso a Paunna detrás de ella. -Pau, entra a la casa y no salgas.
-pero mamá...
-Solo obedece. -la mirada firme de Candy no admitía reclamos.
-Bien, adiós señor. Solo una cosa más ¡No vuelta pronto! Gracias...-sonrió con burla la muchacha, mientras se iba.
-Menudo secreto, ¿eh? Candy... ¿Cuando planeabas exponerlo?
-Vete, Niel. Lo que yo haga con mi vida debe de tenerte sin ningún cuidado.
-¿eso crees? Sé tu pequeño secreto... ¿Por cierto quien es el padre? Esa niña tiene pésimos modales, hizo un terrible trabajo educándola.
-¡Largo! No tengo que oír ningún reclamo, y menos uno tuyo...
-No se parece mucho a ti. ¿O acaso la adoptaste? ¡Responde!
-Adiós. -Candy cerro la puerta, antes de recostarse sobre la puerta.
-¿Ese tipo es mi padre? -Paunna estaba pálida. -Soy hija de ese señor... ¿Verdad? Eso significa que... -no quiso pronunciarlo. -Que él te... te...
-¡No!
-¿No?
-No lo sé...
La cara de Paunna estaba perpleja. -¿Cómo que no lo sabes?
-Una tarde desperté al lado en una casa abandonada, no recuerdo como llegue ahí. Solo que mis prendas estaban ensangrentadas... Como si hubiera tenido un accidente o si hubieran intentado secuestrarme.. Estaba golpeada, con moretones...creo que me habían pateado... Lo único que recordé es que había salido de la clínica feliz... y... y... Olvide lo que paso las tres semanas anteriores... Recuerdo que estaba triste por algo... Al tiempo señalado naciste... En verdad no se que paso esa tarde...
-¿Simplemente te olvidaste quien es mi padre?
-Sí, tal parece que sí...
-¿Y tu crees que ese señor sea mi...
-No, no... yo... no creo que sea...
-Mi cabello no es rubio... ¿De quien lo habré sacado en este tono? Y no me digas que es rubio cobrizo, porque no lo es...
Continuará
Hola a todos
No se como se me ocurrió la idea de hacer otro miniefic.
