Disclaimmer: Twilight y sus personajes no me pertenecen, son única y exclusivamente de Stephanie Meyer.
Summary: Había soñado tantas veces con un romance digno de un cuento de hadas, pero nunca pensó que conocería a su príncipe azul mientras se hacía pasar por su mejor amiga, ni que el príncipe fuera una super estrella y un completo idiota.
UNA CENICIENTA NO TAN ORDINARIA
Este fic llegó a mi en un sueño, después de un maratón de películas de "La nueva Cenicienta".
Basada en las películas de "La nueva Cenicienta" y "StarStruck" ; pero no demasiado.
INTRODUCCIÓN
De calabaza a Princesa
Bella POV
—¡Ya te dije que no hay posibilidad alguna de que acepte hacer algo así!
—¡Isabella Swan! ¿Podrías hacerme este favor? Por mi. — Y esa era nada mas y nada menos que mi mejor amiga, Alice Brandon, intentando arrastrarme a otra de sus tantas locuras, en las que yo siempre terminaba castigada.
—No es correcto, aunque aceptara ir, y no digo que lo esté haciendo. Todo está a tu nombre.— Susurré con el tono de voz mas amenazador que pude, teniendo en cuenta que estaba vestida de mesera.
Aunque después de ver la traviesa sonrisa que se posó sobre los labios de mi diabólica mejor amiga, temí no poder zafarme de esta, de nuevo. Así que hice lo que me pareció más inteligente en ese momento, tomar mi bandeja llena de platos sucios y huir a la cocina, lo cual habría funcionado si Alice no me hubiera seguido hasta donde se suponía los huéspedes no tenían permitido el acceso, claro que a ella le importaba muy poco ese pequeño detalle.
—Nadie se dará cuenta, la mayoría de las personas que van son socios de mi madre, ni siquiera me conocen.— Gruñí sin poder evitarlo cuando volvió a atravesarse en mi camino, logrando que, casi, tropezara con mis propios pies, llevándome conmigo toda la vajilla de porcelana china y seguramente una buena reprimenda.
—¿Debo recordarte que tengo trabajo y unas trillizas de las que no puedo esconderme?— Puntualicé, sin poder evitar mirar a todos lados con miedo a que en cualquier momento fueran a aparecer, como por ejemplo, del bote de la basura.
—Eso es fácil. Les diré que necesito de tus servicios como camarera este fin de semana.— Claro, tenía pensado hasta el más mínimo detalle, como era de esperarse. —Irás tú en mi lugar, está decidido.— Sentenció sin darme lugar a replicar o al menos tratar de defenderme y tan rápido como había llegado, se había ido por la puerta de servicio mascullando cosas sin sentido para mi.
Jadeé con resignación mientras dejaba la bandeja y la vajilla en un lugar seguro sobre el lavavajillas, definitivamente estaba perdida.
Como era de esperarse, Alice arreglo todo para que yo fuera la "camarera" solicitada para el baile de caridad de su madre.
Aparentemente Sasha no había tenido problemas con que desapareciera de su vista por un fin de semana e hiciera dinero al mismo tiempo; O algo así había comentado Alice, no le quise poner demasiada atención al asunto. Aún estaba algo enojada con ella por ser forzada a esto.
No me malinterpreten, no es que no quisiera pasar todo un fin de semana fingiendo ser la hija de una diseñadora famosa y anfitriona de una de las fiestas más exclusivas del año, esperen, es que no quería hacerlo.
Después de tantos años de amistad aprendí por la mala que los planes de Alice siempre acababan en problemas para mi, tampoco es que pudiera negarme, cuando ella estuvo apoyándome tras la muerte de mi madre y el nuevo matrimonio de mi padre en el que me había visto rebajada de hijastra a camarera.
Claro que Charlie no estaba enterado de ello, pero como siempre estaba ocupado en viajes de negocios tampoco es que tuviera mucha importancia. El hotel y todo lo que estaba dentro -Yo incluida, por desgracia.- ahora era administrado por Sasha o como me gustaba llamarla: La madrastra malvada.
Hacía ya una semana desde la última vez que hablé con Alice, mañana tendría que tomar un avión de Seattle con destino a Nueva York, así que estaba tratando de empacar, ¿Que por qué tratando?; Pues verán, no tenía ni la mas remota idea de lo que tenía que empacar, después de todo, tenía que hacerme pasar por Alice y mi estilo de vestir estaba a kilometros de parecerse al de ella.
Estaba perdida.
Unos golpecitos en la puerta interrumpieron mi "crisis de moda", si es que se le podía llamar así. Me di por vencida con la maleta que se encontraba vacía desde hace una hora, cuando había comenzado a empacar o tratar de hacerlo. Ni bien abrí la puerta se coló a mi habitación una pelinegra abatida que jalaba una maleta Louis Vuitton como si su vida dependiera de ello.
—¿Puedo ayudarte en algo?— Tuve que contenerme para no soltar una carcajada ante la imagen, parecía una hadita enana a lado de la maleta.
Dio un respingo al escuchar mi voz, como si la hubiera atrapado en medio de una travesura, lo cual seguramente era el caso. —¿Y bien?— Exigí, al no obtener una respuesta. Alice permaneció inmóvil unos segundos.
—¿Sigues enojada?— Apretó los labios con angustia, la entendía, pues esta semana no hablamos para nada debido a mis constantes evasivas.
—No, Alice.— Contesté sin pensarlo mucho, ya que a decir verdad había dejado de estarlo desde hace ya unos días.
Al escuchar mi respuesta Alice sonrió ampliamente y se lanzó a abrazarme, claro que gracias a mi gran equilibrio ambas caímos al piso entre risas, ya todo estaba bien entre nosotras, lo sabía. Nunca podía enojarme con Alice por mucho tiempo, esa pequeña duende era mi mejor amiga; Era mi única familia o al menos la única persona que no me trataba como parte del personal del hotel.
Así que era oficial, yo, Bella Swan, me haría pasar por Alice Brandon todo un fin de semana.
¿En qué lío me había metido?
