CAPITULO 1 Desolación
3:27 de la madrugada y Harry Potter no había logrado conciliar el sueño, la luz de la luna entraba por la ventana abierta y aclaraba un poco la oscuridad de la habitación, observó a su alrededor como sus compañeros de habitación dormían plácidamente, el silencio de la habitación solo era interrumpido de vez en cuando por un ronquido, a ellos no los perseguía la desgracia, al menos no directamente como a él, a ellos no los perseguía un mago tenebroso, no estaban marcados por una profecía, no veían visiones de lo que hacía Voldemort, pero sobre todo a ellos no les hablaba directamente dentro de su cabeza susurrando amenazas y tragedias.
Se reprendió mentalmente por ese último pensamiento, no debía mostrar debilidad ni inferioridad, ser el elegido era una carga que sólo él era capaz de llevar sin derrumbarse constantemente. Dio un largo suspiro y se estiro en su cama a gusto, pensando cual era el hechizo para dormir que había visto la semana pasada en clase de encantamientos, habían visto solo la teoría, pero Harry estaba seguro de que podría intentarlo así que, a pesar de todo decidió que no había nada peor que su propia realidad y simplemente apuntó la varita a su sien y pronunció el encantamiento, cayó rendido al instante.
Contra todo pronóstico Harry se despertó lo que parecía unos minutos después de haber pronunciado el hechizo y sin soñar absolutamente nada, se reprendió mentalmente planteandose la idea de que quizás ni siquiera había pronunciado bien y simplemente se había noqueado unos momentos, frustrado por no haber puesto atención en clase se dio una palmada en la cara y soltó una maldición, lo que ocasionó que Neville se moviera un poco en su cama, Harry suspiró y se levantó de la cama dispuesto a ir a la calidez de la sala común, quizás le haría bien sentarse en un mullido sillón junto al cálido fuego de la chimenea, abrió la puerta de la habitación y se dispuso a bajar las escaleras pensando en que podría llamar a Kreacher para que le llevara un sándwich y té, llegó al sillón y el fuego se prendió, Harry se tumbó en el sillón y se talló los ojos disfrutando la calidez del lugar mientras pensaba en cuanto tiempo se consumiría el castillo si iniciaba un incendio, sorprendido abrió los ojos y se sacudió la cabeza, ¿de verdad había pensado algo asi?, no podía ser cierto, estaba pasando de nuevo pero ahora era…como si fuera su propia idea.
"si, fuiste tú". Habló una voz fría en su cabeza, "¿Dónde está el problema de esta guerra si puedes acabar con todo de una vez"
- El problema es que yo no quiero eso.- dijo Harry en voz alta mientras se llevaba ambas manos a la cabeza como si eso calmara aquella locura.
"te lo he dicho muchas veces Harry, no quieres escuchar"
- Nunca me uniré a ti, eres todo lo que odio.- susurró Harry con firmeza
"ya espere demasiado, la paciencia no es una de mis virtudes"
- Lárgate de mi cabeza.- dijo Harry levantándose de golpe del sillón como si eso lo fuera a ahuyentar.
La voz no lo volvió a molestar en toda la noche, y el chico no sabía si tomar eso como buena o mala señal, se quedó en la sala común dando vueltas incómodo.
Cuando amaneció sus compañeros empezaron a bajar alegremente ante la perspectiva de un gran fin de semana y la primera salida del curso a Hosgmade, mientras Harry estaba sentado en un rincón de sala, no quería ser visto, no quería que llegaran Ron y Hermione y tener que fingir que todo estaba bien, que nadie lo acosaba en su cabeza, ni siquiera se lo podía decir a Dumbledore porque estaba bajo amenaza.
Todo comenzó a mediados de verano, antes de comenzar su sexto curso, Voldemort le sacó provecho a la conexión mental y lo amenazaba constantemente. Las primeras veces Harry se asustaba y desesperaba, se quedaba en su habitación agarrándose la cabeza sin salir de la cama, con el tiempo se adaptó y empezó a entrenar oclumancia, lo que tanto odiaba, para bloquear la voz de su enemigo, pero al parecer este sabia como destruir sus barreras y poco tiempo después empezó una tortura mental, donde Voldemort era capaz de producirle a Harry dolor físico, sin embargo no era suficiente para matarlo y el muchacho se volvía cada vez más fuerte, algún tiempo después Harry empezó a alejarse de sus amigos, se volvió más callado, se esforzaba el doble en las clases en un intento de adquirir el poder suficiente para librarse de su martirio, en ese entonces Voldemort se dio cuenta del peligro que estaba surgiendo y empezó a susurrarle a Harry que se uniera a él.
Naturalmente Harry opuso una firme resistencia, pero esa noche en particular se sintió cansado de luchar, de oponerse, no tenía ningún caso dormir, ni vivir, sus amigos empezaban a dejarlo solo cuando el más los necesitaba aunque no pudiera decírselos, sus compañeros susurraban que era un loco a sus espaldas, esa mañana Harry tenía la fuerte idea de aceptar la propuesta de Voldemort, pero necesitaba seguir resistiendo solo un poco más.
- Si necesitas hablar aquí me tienes.
Harry volteó sobresaltado, no la había visto llegar, sin embargo allí estaba frente a él mirándolo con curiosidad y comprensión, fue en ese momento cuando comprendió que no era su propia idea unirse a los mortífagos, era de nuevo Voldemort adueñándose de su menta, y era ella de nuevo liberándolo de sus cadenas.
- No te preocupes Hermione, es sólo que no pude dormir.- dijo el con más rudeza de la que quería.
En el momento se arrepintió de la manera en que lo dijo, observo la cara de Hermione que lo miraba con dolor y compasión, sus ojos brillosos como si estuviera a punto de llorar, se maldijo a si mismo por tratarla de ese modo, ya no quería hacer sufrir a nadie por su culpa, pero ella era la única persona que valía la pena proteger de verdad, ella siempre había estado por él y no había dudado en arriesgar su vida en cada una de las aventuras que vivían. Mientras el mundo mágico lo idolatraba cuando le convenía y le daba la espalda cuando fallaba ¿Qué caso tenia dar su vida por un mundo hipócrita? Vengar a sus padres había sido el motor principal de su lucha, pero ellos de todos modos ya estaban muertos, su padrino ya había muerto también y el señor Weasley había estado a punto de morir, por eso se había alejado de sus amigos, pero ella siempre estaba a su lado, dispuesta a acompañarlo en su soledad.
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