La perspectiva
Esta oscuridad mía
Dentro de este oscuro lugar, la mínima gota de esperanza se había palidecido, no recuerdo como se veía la escarlata luna en el reflejo del agua, ni el aroma de los lirios, ni las rosas. En mi alma solo posaba la incertidumbre, ¿desde cuándo he estado aquí?, no lo podría decir, no recuerdo cuándo, ni cómo, pero dentro de este lugar al que he llamado mi eterna oscuridad, he llegado a pensar que el mundo es un círculo ridículo, tal vez esto sea un castigo divino, proveniente de algún recuerdo que he olvidado a mi conveniencia, o tal vez simplemente la dura realidad es que siempre he habitado aquí, pero si eso fuera verdad, como conozco de la luna, y como sé de los lirios. Mi mente no logra recordar nada, aunque mi alma alberga profundas contradicciones y sé que mis respuestas están dentro de ella.
La verdad es que un día me desperté y ya me encontraba aquí sin saber nada más de lo que ya les he hablado. Mis manos han recorrido este lugar un sinfín de veces; van sintiendo unas rocas, pero es como un círculo, que gira y gira; no podría decirles nada más.
De seguro se han de preguntar quién soy, y mi nombre, que en verdad no sé si sea ese mi nombre, pero me he llamado yo mismo así, es Yami, como esta oscuridad que me rodea, que no veo, pero siento. Debe ser esta la forma más dolorosa de morir, sin nadie, sin nada y la ignorancia perpetua de un castigo sin límites.
