Marinette estaba dando vueltas en su habitación, siendo observada por Tikki que se limitaba a observarla, pues la azabache estaba decidida a no hablar con nadie, deseando ordenar las ideas que en ese momento la atormentaban.
Por fin había descubierto la identidad de Chat Noir y él la suya; el desconcierto ante la nueva información fue palpable en ambos rostros y a pesar de que sabían que tenían mucho de que hablar, decidieron tomarse un tiempo.
Un tiempo para acomodar sus ideas y no perder el control de la situación, pues eran conscientes de lo extraño que debía ser para el otro unificar la imagen de su compañero de batallas con uno de sus amigos.
Ver a Chat en la piel de Adrien parecía en ese momento una misión imposible; ambos eran personas caballerosas y confiables, con un atractivo innegable y extrañamente habilidosos cuando se trataba de defenderse.
Ambos eran personas importantes para ella, en quienes confiaba y que admiraba por sus fortalezas.
Aun así, no podía imaginar a Adrien coqueteando descaradamente como lo hacia el súper héroe, ni contando estos tontos chistes sobre gatos.
Ni hablar de Chat Noir, imaginarlo posando ante una cámara era sencillo, podía imaginarlo sonriendo a la cámara descaradamente, nada que ver con la silueta ya conocida del "ángel de París".
Dio media vuelta lista para seguir caminando cuando las vio, en la pared rosada descansaban imágenes de Chat Noir, deseo gritar en ese momento, pero tuvo que conformarse con quitarlas de su lugar.
Ver la imagen del chico rubio era más de lo que podía controlar en ese momento.
Cada una de las fotografías sacadas de las revistas fueron desapareciendo, permitiendo a Marinette pensar en que era Adrien el que la protegía ante cada akuma con su cuerpo, fue a Chat a quien le habia regalado una bufanda azul por su cumpleaños y era Adrien quien le coqueteaba constantemente, siempre en el momento menos oportuno.
¿Por qué no podía hacerlo cuando no había un akuma de por medio?
Este último pensamiento la hizo sonrojar.
Había sido Chat Noir quien le había otorgado su paraguas tras disculparse con ella, fue Adrien quién le había dado ánimos en su primer día como heroína, estaba terrible y perdidamente enamorada de Chat Noir y se había besado con Adrien en San Valentín para salvarlo de un villano.
Un momento...
¡Le había negado dos besos a Adrien el día de la entrevista con la señora Chamack!
Se sentía tan tonta en ese momento; estaba fuertemente sonrojada al recordar la cara de tonto enamorado en el rostro masculino, mientras se acercaba a ella esperando la unión de sus labios.
Un contacto que siempre había anhelado y que él se había visto más que dispuesto a realizar.
¿Pensaría lo mismo ahora que sabía que ella era Ladybug?
Sonrió observando la pila de fotografías entre sus manos, detallando la cálida sonrisa en el rostro del chico y que era tan distinta de la sincera que le mostraba cuando se volvían un equipo.
Él era todo un misterio ante sus ojos, pero ahora que lo pensaba no podía negar que no le parecía tan terrible que Adrien fuera el chico vestido de negro.
Ahora solo esperaba, que él pensara lo mismo.
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Pronto la versión con Adrien. ;)
