Disclaimer: nada del potterverso me pertenece

Este fanfic participa en el reto 'Recreando el 31 de octubre de 1981 del foro Draco Dormiens Nunquam Titillandus.


Cerró la puerta casi con dulzura, evitando despertar a su ojito derecho. Cuando la puerta ya estuvo totalmente cerrada, caminó hasta la cocina. Vernon ya se había ido a dormir. Al día siguiente tenía una reunión en Grunnings y quería estar descansado. Petunia, por su parte, recogió la cocina y después se sentó en el sofá para ver la televisión. Cuando por fin terminó su programa favorito, se fue a acostar.

Ni siquiera reparó en los fuegos artificiales que se veían en el firmamento o que, de vez en cuando, pasaba gente vestida de forma estrafalaria delante de su ventana. Entonces, cuando estuvo a punto de abrir la puerta de su dormitorio, sintió como si su pecho se oprimiese. Caminó hasta la cocina, abrió el último cajón de un aparador y sacó una pequeña caja metálica. En ella había varias fotos, pero sólo extrajo una. Una en la que salía ella, de joven, junto a su hermana pequeña, Lily.

Inmediatamente supo que algo iba mal, que algo le había pasado a Lily. Siempre habían tenido esa sensación, desde que eran pequeñas. Lily decía que era cosa de magia, que había un vínculo entre las dos, pero Petunia nunca creyó en esas cosas… Hasta esta noche en la que percibió que algo malo le había ocurrido a Lily. Guardó la foto, después la caja y se fue a dormir.

A la mañana siguiente se dispuso a coger la leche que había traído el lechero, como todas las mañanas. Vernon estaba en la cocina, dando de desayunar al pequeño Dudley. Entonces, en vez de ver las botellas de leche, lo primero que vio Petunia Dursley fue al bebé envuelto en una mantita, con una carta en el regazo. Si instinto hizo coger al niño, el cual había pasado la noche a la intemperie. Este abrió los ojos y la contempló. Petunia se percató de que tenía una cicatriz en forma de rayo en la frente. Se dio cuenta de que era el hijo de Lily. Ella le había mandado una fotografía en movimiento, la cual había guardado en su pequeña caja metálica.

Caminó hasta la cocina y dejó al bebé en la cuna de Dudley. Vernon la miraba boquiabierto, sin entender nada. Petunia abrió la carta y la leyó. Entonces, sus peores presentimientos se habían cumplido. Lily había muerto, igual que su marido. Ahora, alguien le decía que tenía que cuidar a ese niño, que era de vital importancia y varias cosas más. Petunia no siguió leyendo, porque la carta se le cayó al suelo mientras comenzó a llorar.

Lily… Muerta. Ante ella pudo ver todas las situaciones que había vivido con ella y las que no, lamentándose por cada segundo que había pasado lejos de ella. Y ahora ya era tarde. Pero tal vez no era tan tarde. Aún estaba ese niño, ese bebé. El hijo de Lily. Tal vez, si lo criaba, si dejaba que se quedase en su hogar, podría estar en paz con Lily y reparar todo el daño del pasado.

Sí… Eso haría.