Capítulo 1. Adiós
En una recóndita y lúgubre mansión, en una zona situada al sur de Inglaterra, en Londres, se sucede la mayor batalla ocurrida en aquel tiempo.
Magos… Mortífagos… Dementores…
Batalla sangrienta, que siembra el miedo entre los habitantes del lugar, y que acaba con las vidas inocentes, y con otras no tan inocentes, de magos del ministerio… aurores, inefables…
Recuerdo que en esos momentos, pensé que mi vida acababa allí, que aquel era el final que tanto temía y… en el fondo… esperaba.
Lo único que hacía era correr… ayudado por Remus.. corría todo lo que podía, intentando ponerme a salvo, buscar a Dumbledore y volver a Hogwarts.. el lugar de donde nunca debí haberme marchado.
-Apóyate en mi hombro, vamos- me susurra Remus mientras me ayuda a caminar más deprisa.
La expresión de mi cara se torna en un gesto de dolor cada vez que apoyo el pie sobre el suelo para seguir corriendo. Me había dañado seriamente el tobillo al caerme intentando esquivar la maldición de un mortífago.
Detrás de nosotros se escuchan pasos, cada vez más cercanos. Los mortífagos iban ganando terreno.
Remus jadea a causa de la fatiga y del dolor de sus miembros sacudidos en dos ocasiones por la maldición cruciatus.
De repente, una puerta se abre a nuestra derecha. Un mortífago nos apunta con su varita sin dejar tiempo a que ni Remus ni yo podamos blandir las nuestras.
Rockwood nos mira con una mezcla de odio y desprecio en sus ojos y en las comisuras de sus labios, que se tornan en una sonrisa de suficiencia.
-Vaya, vaya, vaya... mira a quién tenemos aquí, ¿intentando escapar, Potter?- pregunta burlonamente- El señor tenebroso se pondrá muy contento.
Pero entonces, antes de que pueda pronunciar ningún hechizo que nos hiciera prisioneros, como un destello aparece por detrás Tonks, la cual utiliza el hechizo petrificus totalus contra Rockwood, que cae al suelo boca abajo y totalmente tieso.
-Me pareció que no os venía mal un poco de ayuda- exclama Tonks sonriendo graciosamente mientras aparta a un lado el cuerpo rígido del mortífago y se acerca a nosotros.
-Nymphadora, tengo que llevar a Harry de regreso a Hogwarts, está muy mal herido- explica Remus preocupado- Hay que avisar a Dumbledore.
-Muy bien, sígueme, yo se donde está- dice Tonks mirando de soslayo hacia el fondo del pasillo donde los pasos de los mortífagos son más que audibles- ¡Vamos!.
Tonks nos conduce a través de las sombras por un pasadizo difícilmente visible para cualquier otra persona.
Remus la mira extrañado.
-¿Cómo sabías lo de este pasadizo?.
-Bueno... esta al fin y al cabo es la casa de mis antepasados- se limita a responder con una sonrisa, ayudando a Remus a sostenerme.
Finalmente, llegamos a una sala circular, pobremente iluminada. Una única ventana entre abierta deja pasar la tenue luz del atardecer. El ambiente es húmedo y siniestro. Tonks mira a un lado y a otro extrañada. No hay salida.
-Me parece que no conozco esto tan bien como creía- susurró un tanto nerviosa y preocupada- Salgamos de aquí.
Nos disponemos a dar la vuelta cuando, las voces que venían persiguiéndonos desde hacía bastante rato, se intensifican haciendo eco en las paredes de la sala.
-Demasiado tarde- susurra Remus a mi lado- Coge a Harry y vete, Tonks- repone soltándome y adelantándose hacia la puerta de la sala con la varita en la mano.
-Remus, no, ¡te matarán!- exclamo intentando liberarme del brazo de Tonks, aunque mis piernas apenas pueden sostenerme y me resbalo. Tonks me sujeta a tiempo.
-No os lo repetiré otra vez- susurra seriamente Remus mirándonos- Salid de aquí.
-Remus.. no puedo, no puedo dejarte aqui sólo.. -dice Tonks casi temblando, desesperada ante la idea de que su amado se quedara allí solo, ante una muerte casi segura.
-Debes hacerlo, por todos- Prosigue Remus- Harry es muy importante, sin él estamos perdidos.
-¡Basta ya, Remus, no es necesario hacer ningún sacrificio, podemos salir todos de aquí- grito alarmado, aterrado, un nudo asciende poco a poco hacia mi garganta ante la terquedad de Remus, pero él sigue serio, firme en su decisión de quedarse.
-Remus, es una locura, Harry y yo jamás podremos salir sólos de aqui, no sabemos cómo...- exclama Tonks desesperada, con lágrimas en los ojos- por favor...
Remus la mira sonriente.
-Tú puedes hacerlo, ambos podéis, los mortífagos no repararán en vosotros, debéis salir a campo abierto y llegar a Hogwarts, es vuestra única opción.
Tonks asiente nerviosa.
-No, no debemos dejarle, Tonks, él no sabe lo que dice- suplico desesperado- ¡no quiero que nadie más se arriesgue por mi!.
Pero ninguno de los dos me escucha. Se miran, como si esa fuera la última vez. Ante esa idea, mis ojos se llenan de lágrimas. Perder a Remus, el único miembro de los merodeadores que queda, mi único enlace con mis padres, sería como perderme a mí mismo.
De repente, se escuchan fuertes golpes en la puerta. Remus se vuelve alarmado y nos grita:
-Por la ventana, ¡salid ya!.
Tonks se pone en marcha de nuevo, temblorosa. Me sostiene, con un brazo y se encamina hacia la ventana. Se asoma un poco. La altura es considerable pero la alternativa que nos espera al otro lado de la puerta resulta más amenazante.
-Va a ser una buena caída, ¿preparado?- me pregunta con voz nerviosa.
Pero no la escucho, observo a Remus al otro lado de la sala, de espaldas hacia nosotros, con la varita preparada.
-¡Remus!- exclamo sin poder remediarlo.
Él se vuelve y me dirige una sonrisa, tranquilizadora y amable, aunque en el fondo sabe el peligro que su vida corre en aquel momento, sus ojos no muestran signo de ello.
Tonks sube al alféizar de la ventana y me ayuda a hacerlo a mi también. La puerta se abre en el mismo momento en que saltamos.
Ella se coloca debajo para protegerme y pronuncia un hechizo momentos antes de que nos estrellemos contra el suelo. Un escudo se forma debajo y rebotamos con brusquedad sobre él. Justo en el momento en que tocamos el suelo, desaparece.
El escudo ha amortiguado nuestra caída, pero aún así el cuerpo me duele horrores y me estalla la cabeza.
Tonks se inclina sobre mí preocupada.
-¿Estás bien?- me pregunta.
Asiento para tranquilizarla. De no ser por su hechizo la caída hubiera sido mucho más aparatosa y lo agradezco.
Me ayuda a levantarme y nos alejamos del castillo.
Nos damos la vuelta y miramos hacia la ventana. Varias luces rojas se distinguen dentro, hasta que finalmente cesan. Miramos preocupados hacia el alféizar, donde Remus aparece. Observamos cómo sube y mira hacia el suelo. Pero no estábamos preparados para lo que venía a continuación.
Hubo un destello de luz verde, el cuerpo de Remus quedó suspendido en el aire unos segundos y se precipitó hacia el suelo.
-¡Remus!- grito desesperado, liberándome del abrazo de Tonks y corriendo, con dificultad a causa de mi pie herido. Tonks se queda allí, como en estado de Shock, sin dejar de mirar el lugar donde Remus ha caído.
Finalmente diviso muy cerca el cuerpo de Remus, boca abajo sobre el suelo. Me acerco y me arrodillo a su lado. Le doy la vuelta, nervioso y con lágrimas en los ojos.
Su rostro está tranquilo. Sus ojos siguen abiertos y su mirada perdida.
Se me nubla la vista por las lágrimas y me siento en el suelo, derrotado. Sollozo desesperado mirando al cielo.
Ahora puedo divisar la ventana. Una figura, sobre el alféizar me sonríe maliciosamente. Desciende levitando hasta tocar el suelo y se acerca hacia mí.
Me levanto dificultosamente y le sostengo la mirada. Una mirada llena de odio e ira contenida.
Bellatrix Lestrange me mira y sonrie.
-Pobre Pottercito... -susurra maliciosamente, con una voz cargada de sarcasmo y malicia- Alguien más vuelve a morir por su causa, ¿cómo podrá aguantar esa carga?.
Mis labios se contraen en un gesto de furia y levanto la varita con rapidez. Pero ella es más rápida.
El chorro de luz roja me golpea el pecho y me arroja hacia atrás. Tonks se acerca corriendo y gritando mi nombre.
-Nunca podrás vencer en un duelo a alguien como yo, ¿de verdad esperan todos que tu derrotes al señor tenebroso?- susurra inclinándose hacia mi.
Los sentimientos que ella me inspira me invanden el pecho. Vuelvo a agarrar la varita y pronuncio un hechizo, pero ella es más rápida y lo esquiva.
Se rie, una carcajada sonora y llena de maldad.
-¿Eso es todo?.
La fulmino con la mirada y me lanzo hacia ella furioso. La varita sigue en mi mano, pero en aquellos momentos sólo pienso en hacerle el mayor daño posible con mis propias manos.
El ataque la pilla desprevenida. Le propino un puñetazo en el pómulo. No voy a hacer preferencias porque ella sea una mujer. Para mí es una despiadada asesina y merece lo peor.
Pero, sin embargo, reacciona a tiempo, me pone la zancadilla. Grito debido al dolor de mi tobillo herido. Me da un golpe en la espalda y caigo al suelo boca abajo.
Me doy la vuelta con dificultad. Mi pecho sube y baja rápidamente al compás de mi respiración agitada.
Bellatrix me apunta al pecho con la varita y me mira con desprecio mientras pronuncia las siguientes palabras:
-Pagarás por esto, Potter.
Sus labios pronuncian un hechizo y por un momento tengo la certeza de que voy a morir. Oigo el torrente de muerte acercándose hacia mi. La luz verde me ciega y cierro los ojos. Lo último que oigo antes de caer al suelo inconsciente, es la voz de Tonks que me llama desesperada y la cruel risa triunfante de Bellatrix.
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Fin del capítulo
Nota de la autora: Bueno, un capi cortito ya lo se, espero que les haya gustado, aunque me ha costado bastante dado que es narrado en primera persona y no estoy muy acostumbrada a ello, espero que no haya quedado muy mal U. Este fic tendrá unos pocos capítulos mas (generalmente me inclino por los fics cortos, me gusta cambiar xD). Por fis no seáis malos y dejad reviews, que aunque sólo digan 'ánimo, sigue' hacen muy feliz y dan muchos ánimos a este humilde autora :D. Bsitos! DEW
