Konnichiwa! Hello! Salut! ¡Hola! ¡Aquí vuelve Sherry Furude al ataque! Hacía mucho que no publicaba ningun fic, y esta misma tarde se me ha ocurrido la idea para éste que os presento ahora. También estoy rumiando otro, que espero poder traeros en poco.

Así pues, sin más miramientos os presento mi primer one-shot, una especie de "reescritura" de un trozo del final del tomo 22 del volumen 2 (en España) (el caso del hotel Haido). Así pues, sin olvidar recordaros que los reviews (críticas, halagos, meros comentarios, dudas, etc.) tienen las puertas abiertas. Gracias por leer de parte de

Sherry Furude


Una pregunta crucial

Haibara se encontraba tendida sobre los asientos traseros del coche del profesor Agase. Apenas cubierta con la chaqueta de su amigo Kudo, sentía como si cada brisa de aire frío que entraba al coche se dirigiera expresamente hacia ella. En los asientos delanteros, el detective rejuvenecido y Agase hablaban, aunque a la niña le dolía todo el cuerpo demasiado como para prestar atención a su conversación.

Pronto, se hizo el silencio. La pequeña aprovechó para cerrar los ojos y relajarse un poco. Aún jadeaba. Se había colocado una mano sobre la frente, y notó que sudaba. Por Dios, ¿sudando, con el frío que hacía y que había pasado en aquel maldito terrado? Quizá se debiera la adrenalina, al calor del incendio o, simplemente, a los nervios. O quizá se debiera a la emoción por haber visto a su amado una vez más. No lo sabía. Lo único que sabía es que le dolía todo el cuerpo, y que de alguna de las heridas de bala aún rezumaba sangre. No quería saber qué dirían en el hospital cuando la vieran en ese estado, con el cuerpo medio agujereado por las balas procedentes de una Beretta.

Aunque ahora tenía otra preocupación: las deducciones de Kudo. Seguro que ya estaría sospechando de lo bien que la conocía Gin, por lo que era posible que averiguase pronto que habían sido novios. Y entonces, ¿qué ocurriría? Quizá no volvería a dirigirle la palabra, con lo que perdería al mejor amigo que había hecho desde que se encogió, el único que comprendía su situación, su rata de laboratorio y el único con el que podía hablar e investigar acerca de la Organización. O quizá no. Igualmente, lo último que quería era que alguien se enterase de su secreto.

Entonces, como si el chico el leyera los pensamientos, se giró.

-Oye… cuando estabas en la Organización… -comenzó.

No. Se lo iba a preguntar. No. Un único pensamiento ocupaba su mente en ese momento: que no se entere.

-Entonces, ¿qué? –lo cortó la chica, apresurándose por cambiar de tema- ¿Ya saben que he encogido…?

-¡Qué va, no lo han descubierto! –saltó Agase. Bendito Agase. Acababa de salvarle el pellejo.

Al fin, la chica se relajó. Nadie se había enterado de su secreto, y ella se esforzaría en que nadie lo descubriera jamás.


¡Hola! Aquí acaba mi primer one-shot. Recordad que los reviews tienen las puertas abiertas, ya sean para criticar, alabar, comentar, preguntar... Besos y gracias por leer de parte de

Sherry Furude