El Primer Encuentro
Las cuevas del inframundo son frías y llenas de humedad. Los caminos pedregosos reflejaban muy poco de las antorchas que cuelgan para alumbrarle el paso a los demonios. Todas interconectadas por el resto del mundo para beneficio del mal.
En una de las cuevas principales estaba Wyatt, un macho de veinticinco años con músculos marcados. Usaba una playera negra que se ajustaba a su cuerpo marcado. En resumen, todo lo que vestía era negro. Sus pantalones y sus zapatos. Su peinado era el mismo de siempre, rizos perfectos que caían dorados hasta sus hombros; sus ojos eran de un azul turquesa penetrante. Como Fuente de todo Mal, siempre lleva un rostro serio, casi solmne.
Frente a él estaba Chris tres años menos que él. Con el cabello negro y los ojos verde esmeralda. Llevaba una playera azul pálido, unos jeans y unos tenis viejos. Su cuerpo era débil y delgado comparado con el de su hermano mayor. Chris temblaba ante la presencia de La Fuente.
"¡Te dije que no lo voy a hacer, Wyatt!"
El rostro del mayor se tornó rojo, la ira fluía por sus venas. Cerró los puños y reprimió el deseo de golpear a Chris.
"Mira, imbécil, usé mis hechizos más poderosos para traerte a mí. ¿Recuerdas como te encontré? Estaba recostando con una herida en el estómago, según me dijiste que por que Gideon te había apuñalado y papá lloraba por en su cama. Honestamente no te creo, pero eso ya lo discutiremos después. El caso es que yo te curé y te traje aquí conmigo. ¿No me lo vas a agradecer?"
"No, hubiera preferido morir que unirme a tu reinado de terror. Fui al pasado para salvarte, y ahora que fracasé…"
"¿Salvarme?" Wyatt arqueó las cejas y habló casi en tono de burla, "¿Cuándo vas a entender que el poder es lo único que importa? Tú y yo somos los seres más poderosos que existen en el mundo actualmente. Eso no me lo vas a negar."
"No podría. Sólo dime una cosa, si dices que te importo tanto como para traerme del pasado, curarme, y tenerme en esta cueva donde no funcionan mis poderes, ¿Por qué intentaste matarme la última vez que nos vimos?"
"Tú me obligaste, Chris. Recuerda que me desafiaste cuando te uniste a la perra esa, a Bianca. No se te olvide que también estabas de altanero conmigo, pero eso ya no volverá a suceder ¿verdad?"
"Si es necesario para que me mates y me dejes en paz, supongo que tendré que ponerme grosero contigo."
Wyatt no soportó más los desplantes de su hermano, y con el puño derecho le dio un golpe en el rostro. Chris cayó de bruces con la nariz sangrando.
"Bebé, entiende que te amo con todas mis fuerzas y no me gusta castigarte de esta manera, de todas maneras quiero que entiendas que es mi deber por ser el mayor. Ahora dime que me amas."
"Nunca."
"¡Dilo si no quieres que te vuelva a golpear!"
"Sólo por que me hayas violado y hayas usado mi cuerpo como tu juguete sexual desde que tenía quince años, no significa que te ame."
"Te estás ganando una golpiza si no haces exactamente lo que pedí. ¡Dilo!"
"Te amo, Wy."
"Así es como me gusta. Ahora vas a ser un putito bueno y vas a hacer lo que te pedí hace rato. Te vas poner de rodillas frente a mí, me vas a bajar el pantalón y me vas a dar la mejor mamada de tu vida."
"Por favor, no me hagas hacer esto. Sabes que no me gusta."
"Pero a mí si, además ya es tiempo de que me veas como tu macho. Debes aprender a respetarme y a obedecerme en todo lo que te pida. ¿Está claro? Eres mío y actuarás como tal."
"Como tu digas, amo Wyatt. Haré lo que tu digas."
"¡No te burles, imbécil! Haz lo que te pido."
Chris no tuvo otra opción que ponerse frente a su hermano, quitarle el cinturón, y bajarle los pantalones. Wyatt no llevaba ropa interior, así que su miembro saltó erecto ante la mirada del pequeño Halliwell. Obedeciendo a su hermano, no tuvo otra opción que engullir el pedazo de carne con asco, y lamerlo lo mejor que pudo. A veces sólo succionaba de la punta, mientras que otras, dejaba que todo el pene entrara de lleno en su boca para ahogarlo.
Wyatt, por su parte, coloco su fuerte mano derecha en la cabeza de su hermano para guiarlo sobre cómo quería que lo mamara. Además el macho doblemente bendecido estaba ocupado en levantar la cabeza y gemir lo más alto que pudo llenando de ruido toda la cueva.
Finalmente Wyatt llegó al orgasmo que tanto quería, y llenó la boca de Chris de su leche caliente.
"Ahora te la vas a tragar toda."
Chris negó con la cabeza.
"Escúchame bien, imbécil, si te atreves a escupir le voy a ordenar a todos mis demonios que te golpeen hasta que ya no puedas más ¿Me entendiste? No rechaces lo que tantos hombres en el mundo desean y sólo te doy a ti."
Con un puchero en el rostro, Chris tragó el semen de su hermano mayor.
"Ya hice lo que querías, me degradé a ser tu puta ¿Satisfecho?"
"Bien sabes que sí, pero por favor no te expreses así de ti. Te amo y no eres una putita para mí."
"Así me tratas."
"¡No me hagas golpearte otra vez, Chris! Lo que quiero decir es que es tiempo que he pasado sin ti me he dado cuenta que te necesito, pero antes de que seas mi esposo vas a tener que aprender a amarme y respetarme."
"¿Estas enfermo?", preguntó Chris asqueado por la idea de tenerse que casar con su hermano.
"No, sólo sé que necesito domesticarte para que aceptes como tu macho. Te amo mucho, Chris, y no quiero que nada malo te pase así que no me hagas castigarte. Ahora ve a mi cuarto, quítate la ropa y espérame ahí. A partir de hoy vamos a compartir la cama."
"Sí estás enfermo"
Wyatt no pudo tolerar más, le dio una cachetada a su hermano y luego lo besó en la frente.
"¿Ves lo que me haces hacer?"
"¡Maldito bastardo!"
Wyatt tronó los dedos un par de veces y varios demonios aparecieron detrás de él.
"No voy a tolerar otro más de tus insultos. Demonios, llévenlo a mi cama, quítenle la ropa y atenlo a los postes. Yo estaré ahí en cuanto pueda para castigarlo."
Por más que Chris luchó y pataleó, los demonios se lo llevaron lejos.
Wyatt sonrió complacido, su plan iba a funcionar.
