The Heart of Everything

Fanfic basado en la trama de la serie The 100 que pertenece a Jason Rothenberger, Kass Morgan y The CW, e inspirado técnicamente en canciones de Within Temptation que pertenecen a Sharon Den Adel y compañía. De todas maneras no responde a la estructura del Song Fic. Pairing principal: Clarke y Lexa. Ambientado a partir del final de la segunda temporada contemplando aspectos del comienzo de la tercera. AU.

Rated: T (a futuro M)

Disculpas por la gramática y/u ortografía

Canción: Paradise (What about us?) – WT and Tarja Turunen

Capitulo 1: Paradise

Lexa observaba con el corazón encogido las columnas del humo que marcaban el rastro de una guerra dormida pero palpitante. Incapaz de olvidar esa mirada. Cerró los ojos intentando arrasarla con pensamientos racionales. "El amor es debilidad", se repitió como si se tratará de una orden. Debilidad. El timón que estaba obligada a coger y a dirigir había tomado el rumbo que ella dictó a consciencia de perder el único que realmente había deseado en años. Y ahora el mundo entero se cernía tan frio e inexorable. Ella se sentía fría, congelada por dentro. Con el alma dura como una roca y al mismo tiempo frágil como el cristal.

En lo alto de la montaña y más allá, el cielo se tenía color sangre y la comandante presentía que esa misma sangre clamaría venganza algún día, venganza contra su clan. Decían los ancianos que el cielo de ese color representaba muerte. Y la muerte siempre da paso a la venganza, según su experiencia. Había abandonado a la gente del cielo y a su líder a unas pulgadas de conseguir una victoria soberbia. Había atado sus lazos con las mismas personas que años atrás persiguieron y destruyeron a todos los suyos por sobrevivir. Las mismas personas que los habían cazado como si se trataran de animales, de salvajes. Había intercambiado su vida y la de algunos de los suyos por rotar posiciones con Clarke y su gente. Ahora el cielo se tenía de rojo intenso recordando su terrible cobardía.

¿Pero qué se supone que debía hacer? Esto es lo que eran. El deber estaba siempre antes que cualquier otra cosa. Y aunque la alianza les había conseguido varias ventajas ninguna se parecía a quitarse de encima al cazador y dejar de ser la presa preferida. La coalición tenía que ser su prioridad antes que cualquier otro asunto, no importaba cuan enamorada de Clarke estuviera. Si la elegía por sobre esa oportunidad habría parecido débil frente a sus líderes, y no podía permitírselo.

Si, la tierra distaba de ser un paraíso. Estaba lejos de ser solamente una fuente inagotable de suministros. Estaba plagada de peligros y parajes desolados. Pero la mayor amenaza siempre serían los habitantes de Mount Weather y sus segadores. Daba igual cuan delgada fuera la línea que sostuviera la paz con la nación de hielo, al menos existía una línea. Mount Weather no se detuvo a razonar jamás en la historia de la tierra, nunca intentaron llegar a un acuerdo. Nunca hasta esta noche donde su propio líder se arrodilló ante Lexa y le pidió considerar su propuesta. Un pacto que le salvaba la vida a su gente y obtenía su cometido. ¿Cómo podía decir que no a eso? ¿Por qué? ¿Por honrar un pacto siempre a punto de estallar con las personas que se habían encargado de eliminar a 300 de sus guerreros y a masacrar una población de inocentes? La comandante sabía que después de haber conseguido la victoria a la manera de Clarke, ella tendría 2 enemigos otra vez. Sería 2 veces una presa. Porque la alianza con Sky People se rompería por cualquier excusa nimia que fuera provocada por alguna de las dos partes y Mount Weather no cesaría su cacería jamás. Su subsistencia dependía de ello si no contaban con los tributos de Sky People. Tributos involuntarios pero que le conseguían la mejor chance de sobrevivir.

Observó como los prisioneros terrícolas se reencontraban con sus familias. Al menos ellos estaban aliviados. Notaba una tensión especial en algunas personas de su entorno que no estaban del todo de acuerdo con la decisión que había tomado. Podía sentir la preocupación de Indra que tuvo que dejar atrás a su segunda, la contrariedad de Nyko, incluso la ira de Lincoln que permanecía atado y castigado hasta que ella decidiera que sucedería con él. Pero no hoy, hoy había tenido demasiado de decisiones duras para un día. Descubrió que llevaba unos minutos frotándose la sien y que un doloroso sentimiento de pesar se había instalado entre sus pulmones. Le costaba respirar. Este lugar distaba mucho de un paraíso pero era por lo que ella y sus clanes habían luchado, lo que habían deseado.

¿Dónde estaría Clarke? ¿Se habría marchado al arca? ¿Qué sería de ella? ¿La odiaría tanto como ella pensaba? ¿Podría siquiera entenderla un poco? ¿Entendería que su decisión era independiente de sus sentimientos? No, como podría. Ella era los terrícolas y Clarke era la gente del cielo. Lexa había jugado su rol de comandante cuando tuvo que tomar una posición porque era lo que debía hacer. Tuvo que decidir entre "Nosotros o Ellos", o peor entre "Ambos o solo Ellos". Eligió con la cabeza y con la cabeza abandonó a Clarke porque Clarke era "Ellos". Había traicionado no solo a la líder de Sky People y a todo ellos, había traicionado a su corazón entregándolos al peor de los escenarios nunca previstos. Porque ella sabía cómo eran esas personas que habitaban la soledad del oscuro Mount Weather y para peor la gente de la montaña había perdido todo signo de humanidad. Suspiró mientras trataba de serenarse. "Por favor, no mueras", rogó al viento de la madrugada, "No hagas nada estúpido Clarke", levantó una plegaria al cielo rojo del amanecer mientras veía las nubes pasar. "Que nos volvamos a ver". Si Clarke se cruzaba en su camino algún día lo que obtendría sería su desprecio pero prefería obtener eso que nada.

El sol se levantó dolorosamente y el rojo del cielo se dispersaba a medida que hacía aparición. Lexa le pidió perdón al cielo por decidir su sacrificio, por no permitirles decidir cuando y donde morir. Por condenarlos a ser utilizados para el más despiadado de los rituales. Todos eran salvajes en esa tierra llena de peligros, en ese distante paraíso que les pertenecía. Todos eran inhumanos.

Ryder apareció como una sombra a su lado – Heda – dijo con formalidad pero sospechosamente exaltado – Lincoln ha huido…

-Demonios ¡Maldito sea! – espetó con furia. Ahora debería poner precio a su cabeza porque así debía ser. No tenía una estúpida pausa en aquel espantoso día.

-Hay más – en algún momento Indra había aparecido a un lado de Ryder, su expresión denotaba pavor y al mismo tiempo excitación – los exploradores han regresado de la región donde Sky People esta residiendo…

-¿Y? – interrogó la comandante.

-Clarke y parte de los 47 regresaron al arca – Indra titubeó – también Bellamy y Octavia, regresaron por su propio pie acompañados de Kane y la canciller, algunos malheridos pero todo vivos.

Lexa abrió los ojos alarmada. Mount Weather no perdona. ¿Por qué habrían dejado ir a Clarke y a los suyos? Los necesitaban. Quizás Clarke había conseguido hacer un trato con ellos. Un trato que podría incluso cobrar su venganza. Esto no podía ser bueno.

-La gente de la montaña no los dejaría marchar así nada más – expuso abiertamente – no puede ser.

-Nuestros exploradores han salido rumbo al centro de la montaña ni bien hemos recibido noticias de la salida de Sky People, no tardarán en regresar – explicó Indra un tanto ansiosa.

Lexa pudo notar como todo el campamento vibraba con ansiedad y temor. Todo este asunto era oscuro y presagiaba malas noticias por donde se miré. ¿El cielo rojo finalmente no era un presagio de ninguna muerte y los ancianos estaban equivocados o es que presagiaba una muerte por venir? Las dudas se agolparon en la mente de Lexa pero su alma se había reblandecido al saber que Clarke aún vivía. ¿Cómo podía vivir con constantes sentimientos tan ambiguos? Un tumulto insistente la obligó a olvidar sus sospechas. Los exploradores regresaban raudos de su última inspección, y en sus rostros horrorizados se intuían más noticias inesperadas.

El líder se acercó a Indra y le transmitió lo que habían visto. Lexa advirtió como los ojos de la mujer se abrían desmesuradamente - ¿estás seguro? – exigió y el hombre ratificó. Indra la miró y su respiración impetuosa se hizo evidente. No repitió las palabras de su hombre de confianza a pesar de que todo el clan estaba pendiente. Se acercó a Lexa en silencio con la boca abierta y le susurró – Mount Weather no dejo marchar a Sky People – dijo con cuidado – Clarke y Sky People mataron a todos ellos.

Lexa se hizo para atrás y por fortuna una estaca de la tienda le detuvo el andar impreciso. Clarke había acabado con la gran amenaza de los clanes ella sola. Completamente sola, apenas con un puñado de su gente. Lexa sabía lo que eso significaba para todos, lo que significaría cuando todos los supieran. El rojo del cielo presagia la muerte de la mayor amenaza de la tierra a manos de una joven de su misma edad, una joven que había caído del cielo como si de una leyenda se tratará. Esa misma joven a la que amaba y quien la odiaba seguro que concluyentemente. Esa misma joven que esta noche había hecho lo más estúpido que podría haber hecho. No salvar a su gente, no, eso no. Exponer abiertamente que era mucho más poderosa que la comandante de la coalición o que cualquier persona que hubiera puesto los pies sobre esa peligrosa tierra que ellos llamaban Paraíso.


Bien. Espero que os guste y que me dejen algún comentario si es que quieren. Gracias por leer.