Hell~o
Habia escrito esta historia hace muuucho tiempo (años, mas o menos) y jamás la subí, ahora me estoy atreviendo a subir todas esas cositas llenas de polvo :3 Me centro principalmente en escribir de cartoons pero esta pareja tiene intensamente mi corazon~
Sin más, a leer.
Married in Las Vegas.
Prólogo.
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Cuando logró abrir los ojos, el cuerpo le dolía a horrores. Su cabeza estaba a punto de explotar y sus brazos no se podían el poco peso que representaba su cuerpo. Trató de apoyarse con los codos pero cayó rendida sobre el colchón.
¡Dios! ¿Por qué le dolía tanto el cuerpo?
¿Y donde carajo estaba Lucy?
Bufó agotada, de seguro que se había quedado con ese tío que había conocido la noche pasada. El del cabello rosado. ¿En qué habría acabado la noche para su rubia amiguita?
Soltó una risotada al pensar en todo lo que pudo pasar, su cuerpo se sacudió por las risitas, provocándole un intenso dolor. Dejó de reír.
¿Y ella donde estaba?
Gruñó, ¿Cómo es que su cuerpo estaba tan pesado? Ni siquiera tenía las fuerzas suficientes como para refunfuñar.
Se acurrucó nuevamente en aquella cama, recuperando las tapas que se habían escurrido hasta quedarle a la mitad de la cintura. Apartó el frío como pudo.
¡Maldita resaca! ¿Por qué no se iba de una buena vez?
Cuando giró en la cama, notó por primera vez el gran peso que había en su cintura.
¿Qué carajo?
Ahí Levy cayó en cuenta que era debido a ese peso que no lograba levantarse. Agradeció que su resaca no fuera taaan potente.
Pero ahora, ¿de qué se trataba ese extraño peso en su cintura?
Por segundos pensó en ignorarlo y en seguir durmiendo en esa muy cómoda cama, hasta que... Se dio cuenta que esa no era su cama.
Y ese no era su cuarto, esa no era su pijama (si así le podías llamar a lo poco que llevaba puesto), ¡carajo ni siquiera era su ciudad!
Se levantó de golpe, alteradísima.
Se llevó la sábana al pecho para cubrir sus atributos, avergonzada por estar completamente perdida en la situación. El peso en su cintura se aflojó.
Lo primero que pensó fue en donde estaba Lucy y porqué la había dejado ahí. Dios, ni siquiera en el departamento que compartían. Y le importaba mierda la cantidad de ruido que pudiera meter con el pelirosa ese, ella quería su casa, ahora.
Y de repente se dio cuenta de algo crucial. Había alguien a su lado.
Giró con toda la lentitud del mundo el rostro, aterrada de lo que pudiera encontrarse.
Lo primero que vio fue una espalda, una espalda grande y robusta. Luego un oscuro cabello, más largo que suyo.
Se inclinó un poco sobre el cuerpo para observar más, picada por la curiosidad.
Tenía varios piercings a lo largo de todo el cuerpo, supuso que habrían más debajo de las sábanas.
Oh por dios.
La sábanas solo le tapaban un poco más abajo de la cintura.
Tenía toda la pinta de estar desnudo.
Su rostro se tiñó de un rojo intenso, mientras trataba de volver a usar su cerebro. En sus veinte años de vida nunca había estado más avergonzada.
Chico desnudo más chica semi-desnuda, sólo podía implicar una cosa.
Mierda.
¿Ella no seguía siendo virgen hasta, al parecer, ayer?
Contuvo la respiración mientras intentaba lo mismo con su pánico. Quiso chillar, pero la posibilidad de que su acompañante se despertara la aterró más.
¿Quien diablos era ese sujeto?
Levy podría jurar que nunca lo había visto en la vida.
Aunque puede que él fuera uno de los amiguitos del pelirosa de su amiga.
Se inclinó de nuevo para ver su rostro, el chico giró hacia su lado y logró verle mejor el rostro.
Se veía tosco, posiblemente tuviera un temperamento horrible despierto.
Pero no dejaba de tener cierto atractivo para Levy.
Se llevó una mano a la boca, como si hubiera dicho sus pensamientos en voz alta.
Pero su atención se desvió cuando sintió algo extraño contra su labios. Observó sus dedos, en un principio confusa preguntándose qué había sentido.
Y lo vio. Era pequeño, brillante y resplandecía en uno de sus delgados dedos.
Abrió los ojos como platos: un anillo.
Y no uno cualquiera. Era una alianza.
Una alianza de matrimonio.
Rápidamente se fijó en el hombre a su lado, el cual también llevaba uno en su dedo anular. Era exactamente igual al de Levy, pero un poco más grande.
Las cosas estaban tan claras que Levy se sintió confusa.
Sin darse cuenta ya estaba gritando de la sorpresa. Su compañero se removió incómodo, abrió un ojo. Eran rojizos como la sangre.
Levy tenía miraba fijamente el anillo dorado, en una mueca desencajada por la sorpresa.
Gajeel se refregó los ojos sin saber qué ocurría, hasta que vio a la chica y sonrió altanero, ¿ella había sido su presa la noche pasada?
Se acomodó en la cama, pero Levy no reaccionaba.
—¿Estas bien? —no recibió respuesta. Miró el mismo punto que ella, su anillo. Y no entendió qué estaba mal. Por simple curiosidad miró sus manos también; se encontró con el mismo objeto brillante.
El alma se le cayó al suelo.
Oh por dios.
Estaban casados.
Tadá~ eso sería por prólogo
Espero que si les gustó me dejen su review ;u; para saber si la caracterización estuvo bien, la trama, y demases uvu
Blue—.
