Este fic participa en La agenda del Señor Tenebroso del foro El Mapa del Mortífago.
Disclaimer: Cazadores de Sombras es propiedad de Cassandra Clare.
Aviso: Esto es un regalo de cumpleaños para AliciaBlackM, que pidió un Malec pero no especificó más. ¡Espero que te guste! :)
Agradecimientos a oOItaOo por betear.
VIAJANDO
I. Primavera
Ah, Italia era verdaderamente espectacular en primavera, con todos esos almendros rosas en flor.
La vista desde la punta de la colina donde estaban situados era maravillosa, desde luego. A lo lejos se veían campos y campos de árboles en su máximo esplendor y, a sus espaldas, Magnus Bane tenía una gran extensión de hierba verde esmeralda, con un pintoresco pueblecito de casas blancas al fondo.
El cielo era de color azul celeste y, aunque el sol brillaba, algunas nubes blanquísimas eran arrastradas por el viento, conviertiendo un día cualquiera en uno digno de fotografiar.
—Alec, ¿no es precioso? —Magnus se giró hacia su novio para descubrir que Alec no estaba por ningún lado—. ¿Alec? ¿Alexander, dónde estás?
Comenzó a caminar colina abajo, buscando a su pareja con la mirada y empezando a preocuparse. ¿No estaría luchando contra algún demonio solo? No era que no confiara en sus habilidades de nefilim, era que sabía que Alec estaba acostumbrado a defender mientras su parabatai atacaba.
Un poco asustado, comenzó a correr colina abajo, mirando alrededor.
—¡Alexander Lightwood! ¿Dónde estás?
Cuando creyó que iba a sufrir un ataque de pura ansiedad al no verle u oírle por ningún lado, Magnus se acercó a unas ruinas romanas situadas cerca y le vio sentado sobre una piedra, con la espalda contra la muralla medio derruida.
—¡Alec! ¿Qué haces aquí? ¿Sabes el susto que me has dado? —Le reprochó Magnus—. Pensaba que te habías ido, o que estabas luchando por ahí, o vete tú a saber el qué —El brujo seguía despotricando al bajar y sentarse al lado de su novio.
—Lo siento, es que lo he visto y me ha parecido que el pobre estaba solito y perdido —contestó Alec con tono de remordimiento y mirándolo con sus grandes ojos azules—. Debería haber avisado.
—¡Claro que deberías haber avisado! —Magnus abrió la boca para, posiblemente, seguir echándole la bronca, pero cambió de opinión y preguntó otra cosa en su lugar:—. Espera, ¿qué has visto?
Magnus miró alrededor, perdido, pero Alec sonrió y le cogió la mandíbula para dirigirla en dirección a su regazo, donde yacía un pequeño cachorro de pastor alemán durmiendo tranquila y confiadamente.
—¿Un perro? ¿Has cogido un perro desconocido? —Magnus se quedó boquiabierto y lo miró, dudando entre besar a su novio por la ternura de su gesto o cuestionarse su cordura.
—Magnus, ¡míralo! ¡Es precioso! ¡No podemos dejarlo abandonado aquí!
—Tú también eres precioso y no te voy cogiendo por ahí para que te duermas en mi regazo —Lo miró sugerentemente—. Pero puedes dormir en mi regazo cuando quieras, ya sabes.
Alec puso los ojos en blanco, pero no pudo evitar el sonrojo que se instaló en sus mejillas.
—Venga, adoptémoslo. Así cuando crezca un poco me hará compañía cuando salga a correr por las mañanas, dado que ni Presidente Miau ni tú estáis por la labor.
—Es que vas a correr a unas horas en las que ningún ser humano medio cuerdo está despierto —protestó Magnus—. Además, ¿cómo vamos a tener a un perro y un gato en el loft? Ya sabes que Presidente Miau es muy especial.
—Seguro que se llevan bien —respondió Alec sonriendo, mientras rascaba al pequeño cachorrito detrás de las orejas, que se removió en sueños—. ¿Nunca has tenido un perro y un gato en un piso?
Aquí fue Magnus el que se sonrojó un poco.
—Nunca he tenido un perro.
—¿Nunca? —El nefilim lo miró asombrado—. ¿Tienes quinientos años o más y nunca antes habías tenido un perro?
—He tenido varios gatos, un loro, peces e incluso tuve un mono —respondió Magnus airadamente—. Pero no, nunca he tenido un perro.
—Bueno, pues con tu primer novio nefilim viene también tu primer perro —Alec hizo una pausa—. A no ser que de verdad no quieras tenerlo y entonces se lo daré a Jace, que seguro que le hace ilusión.
—¡No le vas a dar a tu parabatai el perrito que acabamos de adoptar! —exclamó Magnus indignado—. Aunque habrá que ponerle un nombre —añadió, tras darse cuenta de que efectivamente había aceptado al animal como mascota.
—Ya lo haremos cuando despierte —Alec lo miró, sonriendo y feliz—. Por cierto, ¿qué querías enseñarme?
Magnus apoyó la cabeza en el hombro de su novio y miró el paisaje que se veía desde ahí.
—Nada especial. Sólo quería estar contigo.
En un ataque de valentía, Alec le cogió la barbilla para inclinarse a besarlo.
—Yo también quiero estar contigo —susurró.
El tiempo pareció detenerse unos instantes mientras se miraban a los ojos, pero ese momento fue el elegido por su nueva mascota para despertarse y ladrar animadamente.
—Ya sabía yo —gruñó Magnus, sonriendo muy a su pesar— que había alguna razón por la que no había tenido perros antes. Es porque tienen el don de la oportunidad.
He acabado haciendo lo que me ha dado la gana y no he incluido nada de lo que Alicia me comentó que le gustaba. ¿Y sabéis qué? Que mala suerte, oye xDD
En fin. Espero que os haya gustado al menos un poquito, aún quedan tres viñetas así que tranquilxs, que habrá Malec para ratos.
Alicia, espero que te guste al menos un poquito y me lo hagas saber :)
¡Nos vemos en la próxima!
LadyChocolateLover
