Prólogo


Normalmente en estos casos, se suele comenzar con una trágica introducción de mi persona, o tal vez cómo era mi vida antes de todo esto. Nombre, edad, ocupación, sexo.

Seguramente la mayoría os estéis preguntando a quién demonios le habré estado rezando para acabar en un sitio tal irreal e ilógico cómo éste.

Francamente, de haberme informado mejor seguramente hubiese prestado mucho menos interés, tiempo y esfuerzo en aquellas clases de física, allá en los... oh, buenos, buenísimos tiempos. Total de lo que me iban a servir aquí.

Pero dejémonos de tonterías y pasemos a lo verdaderamente importante.

En efecto, me refiero a lo que todos estábais esperando, lo que de verdad interesa.

…...

Señoras y señores, hablemos de dango.

¿Sabíais que existen más de trece tipos de dangos diferentes? Y ¡ojo!, hablamos solo de los principales.

Según el tipo de relleno, salsa, tipo de harina e incluso tipo de colorante, se pueden elaborar cientos de combinaciones diferentes, únicas y especiales.

Para mi francamente cada dango es inimitable en si mismo...aunque solo sea debido a que en el Japón del periodo Edo aún no se han inventado las fábricas y las multifactorías.

Por lo menos no en este periodo Edo.

Poseen cámaras de los años 80 y kunais de última generación. Pero por lo visto a nadie se le ha ocurrido construir máquinas de producción masiva, nop.

Mejor para mi y mi futuro predestinado.

Aunque quién sabe, dazle unos 500 años más a Pedochimaru y tal vez acabe llegando a esa brillante conclusión. Eso o inventará el wifi, lo que venga primero, (preferentemente el wifi por favor).

En fin, os hablaba de ese maravilloso dulce japonés, con el cual poseo una pequeeeeeeña fijación personal. ¿Y por qué no? Es el dulce más maravilloso que existe.

¿Sabíais también que ese dango de tres colores, rosa, blanco y verde, que vemos en los animes con tanta frecuencia es típico de a fiesta de los cerezos en flor?

Yo no.

Resulta que el típico es uno blanco, sin relleno, cubierto de una salsa dulce color resina.

Lamentablemente por culpa del gran muro de idiomas que me separa de mi hogar actual, soy incapaz de de daros el nombre técnico de platos e ingredientes...si, lo sé, es horrible, pero tendréis que vivir con ello de momento.

¡Pero no os preocupéis!

Todavía puedo ofreceros de primera mano la mejor, y digo la MEJOR, receta para dango que existe. Transmitida en mi familia generación tras generación y el secreto de nuestro tan envidiado éxito aquí en el mundo shinobi.

…...

…...

¿Qué?

…...

No, en serio, ¿qué pasa?

¿A qué vienen esas caras? ¿Acaso esperáis leer algo diferente?

¿Os atrevéis a mirarme con esa cara?

¡Desagradecidos!

En cima de que estaba a punto de compartir con vosotros en exclusiva la receta del dango perfecto. Mucha gente de la competencia mataría por esa información...(literalmente, contratarían los servicios de algún shinobi o kunoichi y mataría de forma indirecta)

¿¡Cómo que no es eso lo que queríais leer?

Se puede saber qué-

OH

Ohhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh

…...

Vosotros pensábais que esta era una de esas historias, donde utilizando mi conveniente conocimiento del pasado/presente/futuro, reescribo la historia del manga y ayudo a los personajes a darse cuenta de que en realidad, la guerra y e asesinato, no son las únicas soluciones a cualquier tipo de mínimo conflicto y consigo alcanzar el tan ansiado final feliz.

¡Es más! Para ello me serviré de mi fantabuoso kekkei genai el cual poseo por nacimiento en mi fantástico clan de miembros con palos metidos por el culo.

De mi byakugan, o de mi super mega sharingan, porque por supesto el haberme reencarnado en el universo Naruto me garantiza inmediatamente ser miembro de un prestigioso clan (o por o menos uno con algún tipo de técnica especial y útil), donde mi inteligencia superior a la de un infante y mis convenientes lazos familiares con alguno de los personajes principales del manga, garantizarán al 100% mi éxito en cumplir mi objetivo fangirl de toda la vida: Cambiar la obra maestra de un mangaka, a mejor.

…...

¡PUES NO!

La vida NO es así.

Reencarnarse en un universo anime paralelo NO garantiza ningún tipo de super poder.

También hay gente normal, N-O-R-M-A-L.

Gente normal, con aspiraciones normales y ¡sueños normales!

Sueños que no implican meter las narices en planes malignos que llevan siendo planeados más de 100 años, por un pobre hombre que solo quería mear en paz.

Sueños que no implican rastrear cual acosador al protagonista principal y arreglarle la infancia porque si.

Sin ninjas superdotados, prodigios con cuerpos y mentes de acero.

Ciudadanos normales de a pie, y a mucha honra.

¿Ninja? Para matarse a entrenar y luego caerse de lleno en el hoyo en alguna misión suicida.

Gracias pero paso.


¿Evitar la masacre Uchiha?¿Salvar a Obito?¿Evitar que Sasuke se vuelva un emo vengador?¿Sacarle a Kakashi el palo del cerebro?

Ya de paso, ¿por qué no evitamos a cuarta guerra ninja y la creación de Akatsuki?

Que digo, ¡vayamos más allá y rematemos a Madara antes de que la naturaleza siga su curso!

¡JA!

Si claro, ¿cómo se supone que voy a hacer todo eso?

A fin de cuentas...yo simplemente soy la chica del dango.


AN: ¿Alguna opinión? Os gustaría que continuase esto (lo voy a hacer igualmente xD, es un..."remake" de where is the heaven por así decirlo, donde habra un desarrollo en la personalidad de la protagonista y donde pretendo evitar e incluso parodiar a las mary sues XD)?

Preguntas o sugerencias?

Es solo la intro, el primer cap debería estar terminado pronto explicando el por qué de mi larga ausencia y demás cosas relevantes a a historia.

Seguramente nadie lo haga pero agradecería mucho algún tipo de comentario.

Gracias por leer de antemano! ^^