El olor a cigarrillo, sangre y café era aquello que distinguía a Tweek de los demás, de no ser porque en su escuela se utiliza uniforme probablemente se habría hecho pasar por un sucio mendigo más.

Las pintas que traía esa fría tarde de abril no eran las mejores, y por eso mismo debía de apurarse para llegar antes que su padre a la casa del mismo.

Desde que sus progenitores se habían separado las semanas se complicaban más de lo que ya estaba acostumbrado, no sólo bastando con el acoso que sufría en clases, sino que también agregando el hecho de tener que estar como pelota de ping pong gracias al divorcio de sus padres.

Con la vista cansada y el esperma de su abusador recorriendo sus muslos decidió tomar el primer autobus que vio, leyendo mal el número y creyendo que era éste el que lo llevaría a su destino, no sabiendo que poco a poco, subiendo cada escalón con las piernas cansadas, estaba cavando su propia tumba.

Bueno, chicos, este será el segundo fanfic que publicaré por aquí.Ya tengo varios capítulos finalizados, y, al igual que mi otra historia, trataré de actualizar mensual o semanalmente. Esta historia es algo especial, tendrá temas como violencia, muertes, violaciones, entre otras cosas, por lo que recomendaría que si no te gustan este tipo de cosas, trates de no leerla.Muchas gracias, y espero leerlos pronto. Un beso.(P. D.: Sí conocen a algún beta, o ustedes mismos lo son, les agradecería si pudieran ayudarme... No soy muy buena en cuanto a mi ortografía, tampoco para repartir bien los capítulos y agradecería mucho, mucho su ayuda. ️3)