"LOCURA"

SINOPSIS: Bakura dice ver a un ser misterioso, los doctores lo consideran alucinaciones por uno de sus tantos males: la esquizofrenia, solo Atem se atreverá a entrar en los misterios de una mente tan confusa.

N/A: Seh, nunca antes habia escrito sobre esta serie U.U asi que no sé, ustedes opinen para saber si la continuo...ñ.ñ espero que les guste.

Legalidad: Nula, Yu-Gi-Oh le pertenece a Kazuki Takahashi, yo solo escribo sandeces con sus personajes y sueño con algun dia ser dueña de R. Bakura y Y. Bakura.

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//Doctor Atem, se le solicita en el pabellón psiquiátrico//

Sus pasos resonaron a través del pasillo, blanca era su ropa al igual que el ambiente que lo rodeaba…y que detestaba, pese a ser un medico profesional alabado por todos…detestaba el ambiente de los hospitales.

Giro poco a poco su vista hasta divisar la puerta del pabellón para pacientes con problemas mentales. "No pasar, solo personal autorizado y visitas con identificación y permiso", resoplo ante el letrero y entro al recibidor del lugar…

— Hola Tea.

— Hola Atem. Es en el cuarto 27…

— Gracias…oye ¿Cuándo quitaran ese letrero? Parece como si aquí hubiera bestias peligrosas en vez de personas.

— Mmm, como siempre en desacuerdo…pero mejor preocúpate de eso después, deberías ver el carnet de tu nuevo paciente.

— Lo veré en el camino, gracias.

— Es bueno que te hayan designado para él.

— ¿Por qué?

— Porque todos los pacientes siempre mejoran bastante contigo como doctor, un ejemplo claro en Mokuba, pues supero tan bien su trauma que ya están por darlo de alta.

— Je, no es nada, solo los trato como amigos y ya…casi como…hermanos…con permiso Tea.

La muchacha lo vio perderse en el siguiente pasillo; Atem era un reconocido psiquiatra pero… aun no superaba el hecho de que su hermano menor hubiera muerto frente a él, el hecho de que no pudo ayudarlo a salir de su problema…

Mientras tanto, el joven de cabello oscuro iba abriendo el registro de su nuevo paciente; pero al pasar a la lista de enfermedades, abrió los ojos como nunca.

— ¡¡Este niño es un fenómeno medico!! Veamos:

- Albinismo.

- Anemia.

- Bulimia crónica.

- Anorexia crónica.

- Autismo leve.

- Parálisis motriz en las piernas.

- Esquizofrenia.

¡Madre mía! Es un milagro que siga vivo…

Paréntesis cultural…

Aclaro: Al mencionar que las enfermedades eran crónicas, no me explique bien (Nunca lo hago ToT); así que les diré que esto salió de un día de ocio muy pesadito: la enfermedad se basa en que el enfermo si puede comer, pero es una cantidad mínima, si come mas de eso vomita aun contra se voluntad (Bulimia); y hay ocasiones en las que de plano no puede ni tomar un bocado sin acabar en ese desagradable desenlace (Anorexia). No se si eso exista pero lo que yo necesito es que se vea que tiene un sistema muy delicado, no me importa si es o no posible¿Queda claro?

Finaliza el paréntesis.

Y hablando de enfermedades…una voz misteriosa surge de su interior…

– ¿Esquizofrenia? Es gracioso…también Yugi la padecía… ¿Lo recuerdas, Atem?

Yami… ¿Por qué volviste¿No te basto con quitarme a Yugi¿Quieres volverme loco?

– No…recuerda que yo soy tu…y sin ti, no puedo existir…además, después de ver lo que le hice al pequeño Yugi, no me atrevería a intentarlo de nuevo.

Mjm…a ver si cumples. Ahora vete, tengo alguien a quien atender.

Abrió lentamente la puerta y prendió la luz, fue entonces que lo vio…y la tristeza invadió su corazón:

Era de piel blanca, ojos castaños y níveo cabello largo…tenia los brazos y las piernas atados por largas tiras de blanca tela muy resistente, como lo requería su condición; por sus muñecas entraba una considerable cantidad de intravenosas, se encontraba aparentemente dormido…pero no tardo en notar que solo estaba ausente, pero no por ello ignoraba la presencia del medico.

Atem se acerco a él y puso suavemente su mano en el hombro, al tiempo que revisaba en sus papeles el nombre del muchacho; cuando lo encontró y aprendió, alzo los ojos para descubrir que el susodicho le miraba con una expresión vacía…

— ¿Ryou Bakura?

— Hai.

— Mucho gusto, me llamo Mouto Atem, y me asignaron como tu doctor…dime ¿Cuánto llevas aquí?

— Internado…desde los ocho años, aquí en este centro…apenas un par de horas; acaban de trasladarme desde Alemania.

— Ahh…oye…y ¿Por qué te tienen atado?

— Porque creen que estoy loco…revisa mi cuello y dime que ves.

Al alzar la vista y retirar parte de la camisa, el sorprendido medico vio marcas como si alguien hubiera intentado asfixiarlo con las manos…lo miro con detenimiento y en sus ojos se reflejó la duda.

Bakura río con gracia.

— Todos creen que me intente suicidar.

— ¿Y no fue así?

Su mirada se ensombreció— No, no lo fue…

— ¿Entonces quien fue?

— Yami…

Un golpe…fue todo lo que sintió Atem cuando escucho ese fatídico nombre, era perfectamente la misma palabra que le había dicho su hermano antes de morir…el nombre de aquel que ahora vivía en su interior para recordarle que en él habitaban las sombras de su pasado.

Cerro los ojos y llamo a su propio reflejo, a su alter ego…Yami…

— Oíste eso ¿Verdad?

Si…pero no creo que se refiera a mí…

¿Por qué lo dices¿No eres acaso tu, Yami, la oscuridad interna?

(Con ironía) TÚ oscuridad interna Atem, solo la tuya…

Entonces…este niño ¿En verdad esta loco?

Eso o también posee un 'double ganger' en su interior, un reflejo de su miedo, su maldad…

¿Como Yugi?

– Exacto…y ahora mejor ponle atención o acabara pensando que estas LOCO.

Ay… Ahh…oye Ryou-san¿Puedo llamarte por tu nombre?

— Sí quieres…

— Muy bien, dime Bakura ¿Me dirías como es Yami?

— Él es…igual a mi físicamente…pero es alguien malvado por dentro, a él, no le gusta que yo sea tan delicado de salud…dice que…dice que…

— ¿Qué?

— Dice que…me matara para poder ser libre y ocupar un cuerpo más digno…uno que no este condenado a vivir eternamente en un hospital…sin conocer jamas el sol o la luna…

Bajó la cabeza y comenzó a llorar silenciosamente; Atem se acerco y lo abrazó para que se desahogara en su hombro, mientras se prometía firmemente a ayudar a Bakura…para que pudiera conocer el sol…la luna…o cualquier cosa…se juraba, que le daría una vida más normal a ese muchacho, que le recordaba tanto a su hermanito.

— Lo juro

Continuara…