Disclamer: One Piece y todos sus personajes pertenecen a Eiichiro Oda.
Mi OC es producto de desvaríos míos.
Lost in the Sea
1. Jolly Sailor Bold
La niebla se arremolinaba alrededor del barco, impidiendo ver nada. La proa no se veía desde la popa y viceversa; desde lo alto de la mesana tampoco se veía el suelo. Sin embargo, hacía calor, un calor sofocante y pegajoso.
Hacía un rato que el ambiente estaba raro, y parecía que el aire crujía dentro de sus oídos. Los miembros de la tripulación estaban tensos, especialmente la navegante, que sabía que pronto debían llegar a una isla y podrían estar a punto de dar contra un arrecife. Bueno, todos no, el espadachín estaba durmiendo tranquilamente, y en realidad despertarle no era una buena idea.
-¡Franky! Necesitamos ir más rápido-gritó la navegante-. Ya es bastante malo estar en mitad de un banco de niebla, si oscurece antes de que lleguemos a puerto, será peor. Tampoco podemos estar tan lejos.
-¿Y qué hay de los arrecifes, Nami?-preguntó el artillero.
-¡No te preocupes!-gritó Franky desde la proa-El casco del Thousand Sunny puede con lo que sea, Ussop.
Éste miró al ingeniero, poco convencido.
-Si naufragamos, recuerda que llevamos a varios usuarios de la Akuma-no-mi, ¿vas a cargar nadando hasta tie...?
De pronto, un ruido descomunal los dejó a todos fríos. Como si un gigante acabara de resoplar con todas sus fuerzas.
-¡Ooooooohhhh!-exclamó el capitán, saliendo estrepitosamente de la bodega-¿Qué ha sido eso? ¿Un rey de mar? ¡ZORO! ¡ESTA NOCHE CENAMOS REY DE MAR!
El espadachín no respondió. De hecho, no se movió lo más mínimo. El capitán lo miró con fastidio. Lo necesitaba para pescar a esa bestia, el no podía nadar.
-¡Zooooroooooo!
Nami, Ussop y Franky se asomaron por babor, buscando el origen del ruido. Robin, la arqueóloga, se acercó por detrás sigilosamente.
-No es un rey de mar, Luffy-dijo sonriendo-. Es una...
Entonces, una enorme criatura salió disparada a toda velocidad del agua hacia ellos. Era tan larga, que su cola aún tocaba el agua cuando su cabeza llegaba sin problemas a la baranda del barco. Abrió la boca, no para morderlos, sino dejando caer sobre ellos una cantidad descomunal de agua salada y tibia.
-... orca.
Luffy se acercó corriendo, fascinado. Para cuando llegó, la criatura se había sumergido. Nami, Ussop y Franky se sacudieron el agua de encima.
-Vaya bicho tan gracioso-masculló la navegante.
Otro ejemplar, incluso más grande, saltó junto al barco, dirigiéndoles una mirada a los tripulantes.
-¡TENEMOS QUE DOMESTICAR UNA DE ÉSAS!-gritó Luffy lleno de júbilo.
De pronto, se vieron rodeados de aquellas criaturas, que saltaron junto al barco y los salpicaron. Había ocho o diez, más o menos de un tamaño similar. Una de ellas, de tamaño algo más mediano, tenía la aleta dorsal caída hacia la izquierda, comenzó a producir un extraño y agudo ruido mientras los miraba.
Luffy se estiró hasta acercarse al animal y tenerlo al alcance de la mano.
-¡Luffy! ¡Estate quieto! ¡Te va a morder, esos bichos cazan reyes de mar como si nada!-le chilló Nami.
El resto de las orcas comenzaron a golpear el barco por estribor, mientras seguían emitiendo ese sonido. Franky las miró, desesperado.
-¿Qué hacen?
Se dirigió hacia el radar en busca de una respuesta, pero de pronto la pantalla se había vuelto loca, y los números y las gráficas volaban por todas partes.
-¡Nos están desviando!-exclamó Nami-¡Nos desvían de nuestro rumbo!
El barco dio una sacudida; Luffy se tambaleó de su posición y el sombrero de paja echó a volar. Trató de alcanzarlo con la mano, pero tenía que agarrarse para no caer al agua y lo perdió con el viento. Lo miró con desesperación.
-¡MI SOMBRERO!
El animal al que se había acercado se sumergió de pronto, y salió nadando a toda velocidad fuera del agua para atrapar el sombrero en el aire. Luffy lo miró fascinado, aunque aún sin el sombrero.
-¡Eh, tú, dame eso!
El bicho se mostró reacio, y avanzó hacia babor.
-¡NAMI! ¡CAMBIA EL RUMBO, ESE BICHO SE LLEVA MI SOMBRERO!
Nami vaciló antes de obedecer a su capitán. Las orcas querían que cambiaran de rumbo por algún motivo, y no podían saber si era bueno o malo. Un silbido agudo cortó el aire entonces; no era como los sonidos que producían las criaturas, pero tenía un deje parecido. Se oyó algo del tamaño de un cuerpo humano caer al agua y todos volvieron la cabeza hacia Luffy, que estaba ya dentro del barco, fuera de peligro.
-¿Entonces...?-susurró Robin.
Sanji salió del interior del barco, visiblemente enfadado y con el traje manchado de alguna cosa de la cocina. Brook y Chopper salieron tras él.
-¿Se puede saber qué ocurre? Llevamos un rato dando tumbos y hemos cambiado de rumbo como si lleváramos una bicicleta en vez de un barco.
Robin les hizo un gesto para que se acercaran a ver las orcas. Una pasó bajo el casco, pero no estaba sola, con el morro empujaba por los pies una figura femenina que se movía grácilmente bajo la superficie, con un traje de neopreno totalmente negro, como su pelo. La orca y la chica se sumergieron, perdiéndose en la niebla y la oscuridad. Las otras orcas dejaron de hacer ruido, desaparecieron y sólo quedó a la vista la de la aleta caída, que avanzaba delante del barco con el sombrero de Luffy en la boca. Entonces esta también se paró, dejando la cabeza fuera del agua y mirando al barco.
Luffy se dirigió al mascarón de proa, y agitó el puño en dirección al animal.
-¡Oye, devuélveme eso!
Entonces, las otras siete orcas volvieron a aparecer, en concreto, sus aletas caudales, por el lado blanco, un poco más cerca de lo que estaba la que tenía el sombrero de paja.
-No me digas que...
Robin se puso a cubierto a tiempo: las siete orcas sacudieron la cola hacia delante, salpicándolos fuertemente a todos. Brook y Luffy quedaron empapados de agua salada, sentándose en el suelo por sentirse débiles repentinamente. El resto, solo estaban mojados. Y Zoro, que...
-¿SE PUEDE SABER QUÉ ESTÁIS LIANDO?
Desde luego, no había sido un despertar agradable, y el espadachín se dirigió hacia Nami para pedir explicaciones, cuando las orcas repitieron la operación.
-¡Creo que quieren que nos detengamos!-dijo Brook con un aliento.
Nami asintió.
-¡Arriad las velas!
Cuando estuvieron a escasos metros de las orcas, el barco se detuvo. Las orcas dejaron de salpicar, y la chica reapareció. Salió a la superficie, arrodillada sobre el lomo de la orca.
-¡Saludos! ¿Podríais identificaros, por favor?
Luffy se puso de pie de inmediato.
-¡Primero, MI SOMBRERO!
La chica miró hacia donde el capitán señalaba, la orca que tenía su preciado tesoro. Enfocó la vista y se fijó en el sombrero de paja. Entonces se llevó un silbato plateado que colgaba de su cuello a los labios y lo sostuvo con los dientes.
-¿Sois piratas?-dijo, en tono de defensa-¿La banda de Sombrero de Paja?
Nami se acercó a la proa para hablar con la chica civilizadamente.
-Verás, no teníamos pensado causar ningún alboroto en concreto... Es decir, ningún alboroto. Es que necesitamos hacer escala en la isla. Es probable que la Marina te haya dado una idea de nosotros un poco... Retorcida.
La chica sonrió al escuchar "la Marina".
-La Marina no tiene jurisdicción aquí, esto es territorio pirata-hizo un gesto con la mano y la orca que llevaba el sombrero se acercó al mascarón de proa y se lo devolvió a su dueño-. Encantada de veros, Mugiwara. Mi nombre es Kat. Habéis estado a punto de encallar en un arrecife.
Franky frunció el ceño.
-El arrecife hubiera encallado en nosotros-murmuró.
-Isla Makea está a una milla de aquí-continuó Kat-. Mi Pod y yo podemos guiaros por la niebla, si queréis.
-Oye, Kat-le dijo Luffy-¿Hay buena carne en Isla Makea?
-Hay un restaurante en el puerto que prepara el rey de mar que pescan las orcas, si os sirve. Podéis dejar el barco en la bahía, allí nadie lo verá.
-Oye, perdona-saltó Nami-. ¿A qué viene tanta hospitalidad? NO es normal que reciban tan bien a una banda pirata.
Kat sonrió.
-En Makea hay mucho tránsito de piratas. Dejan dinero en la ciudad y suelen comportarse aquí, dentro de lo que cabe. ¿Me seguís?
Nami se volvió hacia Luffy.
-¿Qué te parece?
-Ha dicho que había comida.
-¡LUFFY!
-Y me gustan esos bichos. ¡Oye, Kat! Vamos a la isla.
Ella sonrió de nuevo, enigmática.
-Seguidme.
Se lanzó al agua y en seguida la orca la impulsó, llevándola a propulsión con la cabeza fuera del agua. Las otras la siguieron, formando una punta de flecha en torno al Thousand Sunny.
Volvieron a desplegar las velas, y al poco, se retiró la niebla. Tanto las criaturas y Kat como ellos avanzaban a gran velocidad, y no tardaron en divisar una enorme isla en el horizonte, llena de verde. Cuando surgió el puerto, Kat siguió avanzando hacia delante, y dieron con una bahía, donde más orcas les recibieron, haciendo aquel sonido agudo con el que se llamaban las unas a las otras.
-Podéis quedaros aquí, Mugi...-comenzó Kat, cuando a su lado emergió otra chica sobre una orca de pronto.
-¡Kat! ¡Han entrado piratas extraños en la bahía!
-Están aquí con mi permiso, Lora. Son los Mugiwaras.
Lora negó con la cabeza.
-¡Ellos no! ¡ÉSOS DE AHÍ!
Señaló al otro extremo de la bahía, donde había un submarino amarillo semi sumergido.
-¡Vaya!-exclamó Luffy-¡Es Torao y su banda!
Kat y Lora los miraron.
-¿Los conocéis?
Los Mugiwara asintieron.
-Algo así.
-Pues decidles que se larguen o lo haré yo.
-Pero bueno, ¿qué problema hay?-preguntó Franky-Nosotros también somos piratas y estamos aquí.
-Habéis entrado porque yo os he dejado. Esos habrán entrado sumergidos y sin permiso-explicó Kat-. Así que mejor se largan.
-No son mala gente...-dijo Luffy-Podemos arreglarlo para estar todos en la bahía, ¿no?
Lora se negó, hizo un gesto a Kat y ésta se dirigió hacia el submarino, impulsada por los pies por la orca con la aleta dorsal caída. Luffy suspiró cuando ya se había alejado. Se volvió para buscar a Zoro con la mirada, que llevaba un rato callado, apoyado contra una pared, haciendo como que dormía. Se levantó, entonces, y se dirigió a Lora.
-Tiene valor esa chica si va sola a enfrentarse con un hombre cuya cabeza valía para la Marina más de cuatrocientos millones, antes de hacerse Shichibukai...
Lora lo miró, incrédula.
-Qué estás diciendo, anda ya.
-El capitán de ese submarino es Trafalgar Law. El cirujano de la muerte. Un hombre conocido por su crueldad. Posee el poder de la fruta del diablo.
Lora reculó.
-Aquí, no creo que haya una Akuma no Mi que pueda usarse para derrotar a Kat.
Robin dio un respingo.
-¿Cómo?
-Arashinoko-murmuró Lora-. Una como el mundo jamás ha visto.
Robin salió a su cuarto apresuradamente a buscar un libro. Sanji se metió en la conversación también, interesando.
-No es que todo el que posea una Akuma-no-mi sea un Dios imparable, ahí tenemos a Buggy, pero no creo que tu amiga deba subestimar el poder de ese hombre.
Lora apretó los labios.
-Llévame hasta ellos-pidió Luffy-, y solucionaré el conflicto hablando.
Kat se acercó al submarino por estribor, sin salir del agua, pero haciendo evidente su presencia. La tripulación estaba en cubierta y todos se volvieron para verla. Ella se detuvo finalmente para saludarlos.
-¿Qué hacéis en la bahía sin autorización? ¿Puedo hablar con vuestro capitán?
Una voz surgió del interior del submarino.
-Podrías, si subieras a cubierta dejando atrás a la criatura.
Kat rió.
-No soy estúpida. No pienso moverme de dónde estoy. Que salga el capitán o saldréis de aquí por la fuerza.
-Verás, señorita-dijo la voz masculina-. Nuestros radares dejaron de funcionar al aproximarnos a la isla y dimos con este lugar de casualidad. Nuestro submarino necesita reparaciones y no encontraremos ningún lugar más idóneo; apartado, discreto y no muy profundo.
-Que salgas-exigió Kat.
-Sirvo de apoyo moral a mi amigo, que no es muy fan de la criatura que te lleva.
-No atacará si no es necesario. Lo prometo.
-De acuerdo. Vamos, Bepo.
Kat observó atentamente. Un hombre joven salió a cubierta, seguido por un enorme oso polar humanizado que se aferraba a su espalda. La chica sonrió. Las orcas cazaban osos polares ocasionalmente.
-Mis disculpas por la conversación a larga distancia-dijo el capitán, sonriendo sospechosamente-. Mi nombre es Trafalgar Law.
-Saeglopur Kat-dijo ella-. Ya podéis largaros.
-Creo que podemos llegar a un acuerdo-dijo Law, agarrando la empuñadura de la katana
Kat se llevó el silbato a los labios, preparada para defenderse.
-¡OOOOOOOOOOOEEEEEEEEEEE!-gritó una voz a lo lejos.
Todos se dieron la vuelta al reconocerla. Era Luffy, sobre una barca empujada por una orca y con Lora acompañándole. Pronto llegó y se paró junto a Kat.
-¡Hola, Torao!-saludó riendo-¿Kat, dejarías a Torao quedarse aquí? Ellos prometerán no armar follón... ¿Verdad?-los miró.
Law asintió con gesto serio y retiró la mano de la katana.
-Verdad.
Kat suspiró y miró a Luffy, sonriendo anchamente. No pudo evitar acordarse de él, y...
-De acuerdo. A la primera tontería, os vais fuera. No subestiméis a los Arashinoko.
-Muchas gracias, Saeglopur-dijo Law con una sonrisa que pretendía ser cortés.
La chica ya se había quitado el neopreno, y estaba en la plataforma de madera sobre el agua, observando a las orcas jugar con algas entre ellas. Lora se acercó por detrás.
-¿De verdad es él, Kat? Mugiwara no Luffy?-preguntó-El hermano de...
-Sí-la cortó Kat.
Enterró el rostro en las manos. Con un aliento, pronunció su nombre.
-Ace.
Lora la abrazó.
-Lo siento.
Cuando las estrellas picaron el cielo, Kat estaba sentada en la plataforma de madera semisumergida, con la cabeza de Marlon, la orca macho de la aleta caída, entre sus rodillas. Le rascaba la barbilla distraídamente mientras miraba el submarino, a unos cincuenta metros de ella, emergido y con las luces encendidas. Marlon entonces la empujó suavemente para llamar su atención y comenzó a vocalizar rítmicamente. Kat sonrió.
-¿Quieres que cantemos?
Marlon se emocionó al oírla, dando a entender que sí. Kat se aseguró de que no había nadie cerca. Si alguien escuchaba su voz al cantar, comenzaría a levantar sospechas...
His hair it hangs in ringlets
(su cabello cuelga ondulado)
His eyes as black as coal
(sus ojos son negros como el carbón)
My happiness attend him
(mi felicidad le acompañará)
Wherever he may go.
(a dondequiera que él vaya)
From Tower Hill to Blackwall
(Desde Tower Hill a Blackwall)
I'll wander, weep and moan
(vagaré, lloraré y me lamentaré)
All for my jolly sailor
(todo por mi alegre marinero)
Until he sails home.
(hasta que navegue a casa)
My heart is pierced by Cupid
(Cupido atravesó mi corazón)
I disdain all glittering gold
(no quiero oro brillante)
There is nothing can console me
(nada puede consolarme)
But my jolly sailor bold.
(que no sea mi alegre marinero)
-¿Y qué pasó con ese marinero? ¿Hacia dónde navegó y no volvió?
Kat se quedó pálida. Era la voz del capitán del submarino, a su espalda. Se dio la vuelta y lo observó, caminando en la parte seca de la plataforma. Marlon se enfadó enseguida pero ella lo contuvo.
-Sal de aquí ahora mismo-le instó a Law.
Él se metió las manos en los bolsillos.
-Es curioso-dijo-. Solo he escuchado esa canción de la boca de las sirenas. Siempre la cantan de noche, cuando creen que no queda nadie para oírlas... Ventajas de dirigir un submarino. Escuchas y ves cosas curiosas. Como tú.
Kat lo salpicó fuertemente con agua salada, cuyas gotas le cayeron al usuario como perlas de plomo.
-Es extraño... Tú no eres una sirena. ¿No?
Kat se llevó las manos a los muslos.
-¿Ves? Dos piernas.
-Lo sé-sonrió él-. Soy médico.
-Eres un cretino. Lárgate de aquí ahora mismo u ordenaré a Marlon que te arrastre al fondo. Aunque me bastaría tirarte al agua para que lo hicieras tú solito.
Law sonrió.
-Me subestimas, Saeglopur...-pronunció su nombre con retintín, y luego lo tradujo-Perdida en el mar.
Kat se acercó más a él, salpicando con fuerza. Marlon salió sobre la plataforma, mostrando los dientes y resoplando con fuerza. Era una criatura descomunal, y Law retrocedió ligeramente, con prudencia.
-¿Qué quieres de mí, demonio?-le dijo Kat en un susurro cargado de ira-¿A qué estás jugando?
-Desde que te vi los ojos hay algo que no me cuadra en ti-dijo Law-. Me gustan los enigmas. Tú pareces estar llena de ellos. ¿Arashinoko? Es el nombre de una criatura de leyenda imposible. Ahora ese nombre denota a aquellas personas como tú y tu compañera, que cuidáis a las gigantescas criaturas que rondan esta bahía. Esa conexión os da el poder para incluso cazar a un Rey de Mar, así que no temeríais a un pirata usuario de la fruta del diablo mientras estáis cerca del agua...
Marlon bufó y golpeó el agua con rabia. Law se alejó de él un poco más. Kat apretaba los puños y lo miraba, impotente. No le gustaban los extraños.
-¿De verdad has escuchado a las sirenas cantar?-preguntó Kat.
Law cantó la misma canción que ella había cantado para Marlon.
Conversing with a young lass
(conversaste con una chica)
Who seem'd to be in pain,
(que parecía estar pasándolo mal)
Saying, William, when you go
(y te decía, "William, a donde vas...)
I fear you'll ne'er return again.
(...temo que nunca vuelvas)
Kat bajó la vista mientras el mundo se derrumbaba a su alrededor. Sólo le había cantado esa canción a un humano una vez. A Ace. Y él sólo había sonreído y dicho que estaría bien. Law la observó, con cautela.
-Lárgate de aquí.
-No estoy tratando de molestarte. Paseaba y me atrajo tu voz, y más aún la letra. No conocía a nadie más en todos los mares que he estado que conociera esa canción. Mi tripulación entera cayó dormida y no la escuchó. No puedo evitar preguntarme cómo la aprendiste. Y más aún tras haber leído sobre los Arashinoko. Podrías ser...
-¿La leyenda en carne y hueso? ¿El opuesto imposible de la fruta del diablo? Trafalgar Law, deja de leer cuentos para niños.
Él la ignoró y recitó la leyenda.
-Hay un opuesto para el poder que el diablo puso sobre la tierra, que el mar negará siempre tratando como balas de cañón a aquellos que posean ese poder. Si una noche de tormenta un alma en estrecha relación con el mar se perdiera y se hallara a las puertas de la muerte perdida en mitad del agua infinita, las sirenas la arrastrarían al fondo para salvarla de las corrientes, y mientras tronara la tormenta le concederían un poder para no volver a quedar indefensa en el océano, un poder que le impediría pisar tierra como un alma humana más...
Kat se relajó ligeramente, provocando el mismo efecto en Marlon.
-Aún no te he visto poner un pie en tierra, Saeglopur. Si la leyenda es cierta, podrías crear un tsunami que destruyera islas enteras.
-¿Y cómo sé que no quieres llevarme a tierra porque estás totalmente a mi merced mientras estás cerca del agua?
Law sonrió internamente. Se mostraba reacia a entrar en tierra, ¿eh? La leyenda se materializaba frente a él.
-Hagamos un trato. Yo me mantendré sobre la plataforma mientras tú caminas hasta tierra. Si algo sucede, tu amigo puede despedazarme, ¿no?
Kat le dio vueltas a la cabeza un instante. Las sirenas cantaban bajo dos condiciones; si sabían que nadie las escuchaba (nadie humano) o si consideraban a ese alguien digno de escucharlas. No cantarían ante un alma impura si no era para llevarla a la muerte. Había algo en él que le daban ganas de invitarle a quedarse y charlar, y otra cosa que le inspiraba una enorme cautela. No podía ordenarle a Marlon que lo ahogara, no si las sirenas habían cantado en su presencia, llegando a dormir a propósito a toda la tripulación menos a él para que pudiera escucharlas.
Caminó de espaldas hacia tierra, sin quitarle un ojo de encima. Pronto, la arena mojada bajo sus pies se convirtió en arena seca, y después en tierra arenosa. No sucedió nada especial. Law mostró una ligera decepción en su rostro.
-Te dije que dejaras las historias de niños-musitó Kat.
La chica agradeció que las leyendas estuvieran escritas de forma que indujeran a error.
Podía pisar tierra, sí. Podía adentrarse en tierra siempre y cuando no se alejara a más de diez kilómetros de la costa o entrara en terreno montañoso. Si no, al igual que los usuarios se convertían en balas de cañón al caer al mar, ella sería como una criatura varada. En unas horas no podría respirar y moriría asfixiada.
Recordó la noche. La noche que decidió poner rumbo a Marineford cuando se enteró de que el hermano de Ace saldría de Impel Down. Un barco de vela pequeño que podía llevar ella sola y Marlon nadando con fuerza junto al casco. Llovía tanto que arriba en el cielo y abajo en el agua se confundían. Y la única luz que llegaba procedía de los relámpagos que rajaban las nubes.
Cuando el barco comenzó a hundirse, se dio cuenta de lo estúpida que era. ¿A dónde creía que iba, con dieciséis años, sola y en mitad de una tormenta, a librar una guerra con la maldita Marina? Marlon trató de alcanzarla en la oscuridad, pero la corriente era muy fuerte y se llevaba el cuerpo de Kat. Se dio por vencida, dejó de luchar y pidió perdón a Ace en su interior. El peso del instrumental que utilizaba para luchar, guardado en su ropa, la hundió. Cerró los ojos y se resignó.
Entonces, unas manos la agarraron. Unas extremidades suaves la abrazaron y unos labios besaron su piel. Abrió los ojos a tiempo de verse rodeada de sirenas que se alegraron de ver que aún estaba viva. No tenía muy claro qué más había pasado, sólo que despertó en la orilla junto a Marlon a la mañana siguiente, a tiempo de ver a Ace morir por televisión y descubrir sus nuevos poderes: podía canalizar el Haki en forma de sonido tal y como hacían las orcas, y aguantar la respiración mucho más.
El sonido del mini Den-den Mushi de Law la sacó del trance. Él seguía mirándola como si le estuviera haciendo una radiografía.
-¿No vas a contestar?
Law no movió ni un músculo facial, y descolgó sin apartar la vista.
-¿Qué?-dijo, molesto.
Kat sonrió internamente.
-¡Capitán!-chilló el den den mushi-¡Una parte de la tripulación está metida en un altercado en la plaza del centro! Hay edificios volando por los aires y la Marina...
-Está bien, calmaos, ya voy.
Kat rodeó ampliamente a Law para volver al agua.
-¿Alguna vez has pasado más de cuarenta segundos en tierra?
-Tengo que dormir-contestó Kat simplemente-. Así que, sí.
Él puso los ojos en blanco y se dispuso a marcharse.
-Tu isla está en medio del caos. ¿No vas a ver qué pasa?
Kat sonrió enigmáticamente y lo miró, siguiéndole el rollo medio en broma. Ahora estaba más tranquila, y comenzaba a interesarle el capitán.
-Eso implicaría salir del agua, ¿no?
El usuario entornó la vista, no muy seguro de si lo decía en serio o no. Estaba convencido de que la chica ocultaba algo, y ese algo tenía una pinta interesantísima... Sobretodo para el plan que quería llevar a cabo. Desistió, era suficiente por un día.
-Nos vemos, Saeglopur.
A Kat se le escapó un pensamiento.
Eso espero.
Bien, antes de que me tiréis las cacerolas a la cabeza, ESTE ES MI PRIMER FANFIC. Sí, escribo desde hace tiempo, pero esto es diferente y quizás me ha quedado un poco largo para ser un primer capítulo... PERO ES QUE NO SABÍA DÓNDE HACER EL CORTE DRAMÁTICO *arf* *arf* Ahora sí, ya podéis tirarme las cacerolas a la cabeza xD
Básicamente esta historia (tened esto claro si queréis seguir leyendo xD) es producto de noches de insomnio y música a partes iguales, y bueno, de otra de mis pasiones (a parte del manga, y la música) que es la biología marina y concretamente los cetáceos. No voy a ponerme muy pesada con el tema (para eso está el fanfic [es broma] xD) pero bueno...
Have a whale day!
