- Capítulo 1 -
Isabel Magnolia. Farlan Church. Levi. Si, sólo Levi. Y mi apellido? No lo sé, nunca lo supe. Mi padre nunca me lo dijo.
Nosotros sólo somos simples demonios, abandonados por sus familiares luchando diariamente por sobrevivir.
-¡Levi Onii-chan! -Me gritó Isabel- ¡Ya tenemos los equipos!
-Sí, pero deberíamos practicar un poco antes de- -Me apropio de uno de los equipos de maniobras tridimensional-
-No, nos vamos ahora, si se dan cuenta no tardarán en encontrarnos.
-Pe-Pero ... ¡Levi!
Venga.
Debido a nuestra raza, nuestro trato no es el mismo que el de los demás. En este mundo, existen dos clases: los Ángeles y los Demonios. Como todo el mundo sabe, los Ángeles con conocidos por ser buenos, y los Demonios son seres malignos. Es por eso que nos discriminan de tal modo. Aunque hoy en día los Ángeles pueden llegar a ser mucho peores que un Demonio, y sin ser discriminados, ya que algunos de ellos tienen mucho poder político, y por lo tanto se vuelven corruptos. Pero claro está que no les conviene que nadie se entere, y se ayudan entre sí para parecer puros y no ser llevados a juicio.
-¡Estamos llegando a Rose! -Dice Farlan- La entrada a Rose queda en esta calle.
-A todo esto, ¿A dónde tenemos que ir exactamente?- Dice Isabel con voz inocente.
-¡¿En Serio en AUN saber dónde vamos ?! - Farlan gritos desesperados.
-Estúpida, vamos al mercado de Rose. Ahí tomaremos lo necesario.
Vivimos separados en estados. El estado de María, hogar de los Demonios, la zona más pobre. El estado de Rose, hogar de los Ángeles, la zona rica. Y el estado de Sina, la ciudad principal, donde se lleva a cargo la política de los 3 estados, los juicios, y dónde se encuentra la cárcel -Por supuesto, a ella sólo acceden los demonios quienes son acusados de algún delito-.
También es necesario mencionar la ciudad subterránea. Es parecida al estado de María, así que están conectadas. En ella viven quienes son llamados Ángeles Oscuros. Estos Ángeles, son Ángeles, que por incumplir alguna de las normas de esta sociedad corrupta, acabaron desterrados y discriminados como los Demonios.
Algunos de ellos no son realmente malos, igual que los demonios. Simplemente, son mal vistos. Es por eso que nos llevamos bien entre nosotros.
-Pero Levi onii-chan, ¿Eso no va contra las normas?- De nuevo, Isabel estaba despistada, a veces de verdad me irrita.
-No seas tonta, esos asquerosos Ángeles no nos dejarán sobrevivir si no hacemos esto, tan solo síguenos.
Hay varios normas para mantener el "orden" y la "igualdad" dentro de los muros -Obviamente regidas por Ángeles-.
1-Los Ángeles y los Demonios, no pueden enamorarse entre sí.
2-Ángeles y los Demonios deben vivir separados, y no pueden tener contacto, excepto en un juicio, en la cárcel o en una ejecución.
3-Los Demonios no tienen permitido atravesar muros, los Ángeles principalmente sí, menos para ir a María, ya que Ángeles y demonios no deben tener contacto, eso sí, hay casos excepcionales como el comercio con el extranjero o para llevarse a algún Demonio.
4-Aquel Ángel que cometa algún delito será juzgado, mereciendo la pena de muerte o la destinación a la ciudad subterránea, convirtiéndose así en un Ángel Oscuro.
5-Oponerse a la decisión de una de las superioridades, ya sea un conflicto físico o verbal, se considera rebelión, en ese caso se hace un juicio para decidir la sentencia.
6-Se Queda totalmente prohibida Robar, asesinar, asalto, etc
Sabía perfectamente que estábamos rompiendo las normas, aunque en realidad me importaba una mierda, en este mundo cruel, nada tenía sentido para mi, me guiaba por mi instinto.
Hemos llegado al muro Rose, ahora solo queda llegar hasta el mercado, pero por lo visto, los Ángeles tienen bastante seguridad en la puerta de Rose:
-Ah, ¿Qué tenemos aquí? ¿Quiénes sois? -Nos interrumpe un policía militar en la entrada de Rose- Identificaciones, por favor.
-Mierda, ¿Qué hacemos, Levi?- Me susurra Farlan.
-Déjamelo Una respuesta Me-Le.
Esta vez no me contendré.
-Oi, imbécil, déjate de identificaciones.-Le pongo una de las cuchillas en el cuello.
-¡¿Q-Qué estás haciendo?!- Me mira con cara de desesperación. -¡¿De dónde has sacado eso?!
Tengo la cuchilla en su cuello, presionando, cuando siento que alguien me toma del brazo, impidiendome moverme.
-¿Qué intentas hacer, enano? Vais a acompañarme los tres ahora.
-Tsk En voy a seguir en cualquier lugar de un ángel sucio como Tú.
-¿Ah, no? Eso ya lo veremos, ¡Nile! ¡Mike! Llévenselos.
-Onii-chan… -Veo como se llevan a Isabel y Farlan.
-Tú vendrás conmigo. -Dice ese soldado de la Legión con una risita. Estúpido, lo mataré...
Me coge a la fuerza, ata mis manos detrás de mi espalda y me lleva hacia un carruaje, en el que están Farlan e Isabel, junto con los otros dos inútiles.
-Supongo que ya sabéis a dónde vamos. Robar es un gran delito. El juez se encargará de que no volváis a ver la luz. -Dijo ese Ángel irritante-Y yo, Erwin Smith, comandante de la Legión de Reconocimiento, me encargaré personalmente de que así sea.
Ese imbécil sigue con esa asquerosa expresión, creyendo tener poder sobre nosotros, cuando en realidad sólo es otro Ángel corrupto.
Así que Erwin es su nombre… Vaya mierda de nombre. Sólo de escucharlo ya es repugnante. A veces me pregunto si realmente quedan Ángeles puros, como ellos dicen ser. Supongo que sí, pero como no, no es el caso de la mayoría de las "superioridades".
Llegamos al cuartel de la Policía Militar:
-Ah… ¿A dónde nos llevan?- Le dice Farlan a uno de los compañeros de ese viejo con peluquín. Oh, vamos, se nota demasiado.
-¿Todavía no lo sabes?- Le dice a uno de esos imbéciles entre risitas. -Sólo puedo decirte que disfrutes lo que queda de tu vida.
Oh, claro, puros, muchísimo. Tanto que matan por diversión -A lo que ellos llaman justicia-.
-Levi Onii-chan, tengo miedo. -Me dice Isabel con cara de tristeza.
-No Preocupación, pensando algo para escapar de aquí. Isabel-Le susurro a mí en escuchen-
Pero realmente, no sé lo que va a pasar. Sin embargo, no tengo más opción que consolar a esa estúpida y tierna Isabel, ya que siempre me trata como a su hermano mayor.
Al bajar del carruaje nos guían hasta una habitación en el sótano del cuartel. No tiene ventanas, por lo tanto es oscura. El hecho de que esté en el sótano ya es de por sí sospechoso…
-Tú, el enano, ven aquí.- Me dice uno de esos lameculos del viejo.
-¿Qué me has llamado, lameculos de mierda? -Le respondo.
-Levi, moderate. No causes más problemas... -Me dice Farlan. Él siempre trata de ser pacífico y no busca problemas, pero no puedo evitarlo, ellos me irritan.
-Ahhh... - Digo con desgana. -Está bien, no haré nada. -En realidad no, pero si ellos mienten yo también puedo hacerlo.
-Pareces ser el líder, entonces, explícanos qué haciais en Rose. Sabéis perfectamente que no está permitida la entrada de vosotros aquí.
-¿Qué no es obvio, imbécil? No nos importan las normas. Si todos las siguiéramos "nosotros" ya estaríamos muertos. ¡Sólo pensáis en vues–
-¡Levi! ¡Estás causando más problemas de los que ya tenemos! Si sigues así la sentencia será peor para ti. -Y así es Farlan... Sabe que tengo razón, creo que incluso ellos lo saben, pero no quieren admitirlo.
-Parece ser que tenemos un rebelde... Sin embargo, me gusta tu amigo. -Se gira hacia él- ¿Cuál es tu nombre? Vendrás con nosotros.
-¡No se atrevan a tocarlo! -Y esa es Isabel. Nos trata como si fuéramos sus hermanos desde que nos conocimos. Nos respeta y protege, aunque no siempre funcione.
-Maldita sea, callad. Sabéis dónde vais a acabar, así que terminemos esto rápido. ¿Qué, robando? Suele pasar. El juicio será rápido, estamos acostumbrados a tratar esta clase de escoria.- Dice Erwin- En fin, continuemos con las preguntas.
-E-escoria… ¡¿ESCORIA DICES?! ¡Sólo intentamos sobrevivir porque los Ángeles nos tratáis peor que a la mierda! -Vaya, el pacífico se ha cabreado, luego me dirá que me calme, mientras él, Farlan, tiene cogido a Erwin por el cuello y contra la pared.
-¡MIKE! ¡NILE! -Grita Erwin medio ahogándose. Los lameculos le hacen caso, y agarran a Farlan por los brazos reteniéndolo. Estúpido Farlan, ese idiota lo está fastidiando. Esto no va a terminar bien...
-¡Farlan! -Gritamos Isabel y yo. Mientras, el viejo con peluquín le da un rodillazo en la cara.
-¡NO TOQUÉIS A FARLAN!- Isabel se levanta, corre hacia donde están maltratando a Farlan y le da un puñetazo a Erwin. Esto va de mal en peor… Quisiera ir a ayudarlos, pero algo me retiene, supongo que es mi conciencia diciéndome que no me arriesgue a morir, puede que por lo que dijo Farlan, no sé, aunque no tenga mucho sentido teniendo en cuenta que está descontrolado por su ira, puede que sea porque en realidad sé que él querría que me retuviera ahora.
-Vaya vaya, con que la niña bonita se rebela, ¿Eh?- Mis puños me dicen que vaya ahí y golpee a ese maldito viejo, pero debo mantenerme firme, y no mostrar debilidad.
-Isabel, ven aquí.- Le digo.
-Pe-pero…¡No!¡Onii-chan, estos hombres matarán a Farlan! - Dice la pobre.
-Isabel…
Ya es tarde, el que parece ser Nile, el que nos habíamos encontrado primero, la tiene bien sujeta, sin que pueda moverse. Erwin viene hacia mi.
-Para tí, la mejor parte- Me pone unas esposas que ata con una cadena a un gancho en la pared- Ahora sólo disfruta del espectáculo.
Me sonríe y vuelve con Farlan e Isabel. El sentimiento de culpabilidad me corroe.
-Huh, eres bonita, sería una pena que tu linda e inocente cara se destrozara…- Suelta el viejo oxigenado mientras le acaricia la cara con malícia.
-Levi Onii-chan… Por favor… -Me dice Isabel mirándome con sus ojos al borde del llanto. Por dios, no puedo ver esto... Pero definitivamente no lloraré. No seré débil en frente de ellos.
-Me temo que tu "Onii-chan" no te ayudará, preciosa…- Maldito viejo irritante. Ahora va a por Farlan…
-Tú me caes bien… Sin embargo, eres un demonio… ¡Y yo odio a los demonios!- Está apuntándole con la cuchilla, esto no pinta bien…- Dices que no podéis vivir con estas normas, que sufrís por la pobreza y tenéis que robar para sobrevivir… ¿Verdad? ¡Haberlo dicho antes, no te preocupes! - Sonríe- ¡ACABARÉ CON VUESTRO SUFRIMIENTO!
Tengo sangre en la mejilla, sí, sangre de Farlan, no me atrevo a mirar del todo, pero lo hago, y veo a Farlan con una de las cuchillas clavadas en el corazón, y sangre… Mucha sangre.
-¡FARLAN! ¡NO! - Los ojos de Isabel estallan en lágrimas, al ver al pobre Farlan muriendo de esta forma, en parte… Puede que fuera el que menos lo merecía, no, yo soy el único que realmente lo merece. Pero no tengo en mente morir aún.
-¿No vas a llorar? ¿Gritar? ¿Acaso no tienes sentimientos? Creí que sería más divertido… -¿Qué? Le parece divertido matar personas inocentes… Malditos imbéciles, están riéndose de nosotros. Siento sus miradas llenas de odio encima de mi. -Y en cuanto a ti, mocosa, tienes una voz muy aguda. No chilles tanto, me irritas.
Presiento que esto puede ser peor. Aún quedamos Isabel y yo.
-F-Farlan… - Isabel solloza- ¡HABÉIS MATADO A FARLAN! - Le acaba de dar una bofetada al que parece ser Nile para que la suelte.
-Yo de ti no haría eso, bonita...Huh… Veremos ahora si esta vez podemos divertirnos - Esto no significa nada bueno, no, no debo ir… Yo…
-¡Dejadla!
-Ahhh al fin demuestras tener sentimientos - Le pone la cuchilla a Isabel… No… Esto no puede acabar así.
-O-Onii-chan… N-No me dejes sola… Te quiero Onii-chan…- Estas han sido sus últimas palabras… La dulce isabel ya no está… En su lugar, ahora sólo hay un cuerpo con el cuello sangrando, cortado con una cuchilla. Sus ojos verdes ya no tienen vida, están llenos de lágrimas.
Y, supongo, ahora me toca a mi. Cierro los ojos para, al menos, no ver mi deplorable muerte. Espero unos segundos pero nada me pasa, y siento pasos viniendo hacia mi.
-Pensé que sería más divertido -Dice ese estúpido Erwin- Parece que no te importen tus amigos. Sin embargo, sería una pérdida de tiempo si murierais los 3 aquí. De momento sólo esperaremos al juicio. Será pronto, estate preparado.
Me sacan de ahí mientras veo los cuerpos sin vida de mis amigos. Mi expresión hace parecer que no me pasa nada, pero realmente estoy derrotado por dentro. Siempre he tenido ese problema, no soy muy expresivo.
Me llevan a la pequeña cárcel que hay junto al edificio de la Policía Militar. Hay varios; en uno de ellos están los Policías, y en el otro hay una cárcel para aquellos presos que van a estar ahí temporalmente. Están juntos, así que el camino no es largo.
Me siento completamente humillado saliendo a la calle dominado por Ángeles, aún si es solamente por unos segundos. Todas las personas que pasan por ahí me miran como si fuera un ser repugnante.
Entramos a la celda, sueltan mis esposas y me dejan ahí encerrado. Cuando ya se van, miro mi ropa. Aún tengo un poco de sangre de Farlan e Isabel.
-Esto… Es lo único que conservo de ellos…
Y, por primera vez en mi vida, lloro.
- Fin del capítulo 1 -
