Hola ¡hola mis queridas seguidoras! Espero estén todas genial ¡bienvenidas a otro proyecto!.
Esto empezó siendo una idea de un fic de humor, pero, se combinará humor con romance y un poco de drama.
Espero les guste, denle apoyo y me tengan paciencia.
¡déjenme saber su parecer!¡con un extraordinario REVIEW!.
Sailor moon, es propiedad de Naoko Takeuchi, yo solo, les regalo mas y mas ideas.
¡ráptame!¡por favor ráptame!
Soy rebelde y ¡no me quiero casar!.
Estaba ultra contenta, Serena era una chica muy feliz, una chica libre, que disfrutaba de todas las cosas buenas de la vida, como ir a fiestas, salir con sus amigas, tener amigos y todo, su principal fuente de alegría, era el rey Keit, quien ostentaba la regencia de su planeta, la Luna, debido a la muerte de la reina Serendi, por una rara enfermedad, que nadie se explicaba, la vida de Serena sería perfecta, si en su tapiz familiar, no existiera ella.
La conocía desde que tenía memoria y era sorprendentemente inesperado que el rey, no le hubiera dicho a su hija la verdad, esa mujer de cabellos rosados y ojos azules, de nombre Kassandra, no era la madre verdadera de la niña, pero el parecido, era sorprendente, verdaderamente sorprendente, con ella, era que Serena tenía sus habituales peleas.
¿te vas a poner eso?. Preguntó Kassandra entrando, Serena la miró, se estaba terminando de maquillar mientras, un hermoso vestido plateado, adornaba sus curvas, mostrando sus piernas, espalda y brazos, su pecho se hallaba tapado, era un vestido muy hermoso.
-mamá. Dijo la rubia, ella creía que era su madre, pero no podía entender, porqué la odiaba tanto, se supone que las madres aman a sus hijas, a sus hijos, pero esta, definitivamente carecía del espíritu materno adecuado, Serena suspiró.
Ya sabes que mientras solo muestre las piernas con mini faldas o shores, que para eso fueron creados, no hay problema, además, el hecho de que quiera ser sexy, no implica que vaya de bruces con el primer palo que encuentre. Kassandra rió.
- ¡sales con Andrew!. Exclamó –es solo mi amigo. Dijo ella con paciencia.
-eso mismo dijiste de Rubeus. Serena cerró los ojos, los abrió –es solo mi amigo. Dijo Una vez mas.
¡hablaré con tu padre!. Exclamó la mujer de cabellos rosados, Serena suspiró.
-no entiendo porqué me odia. Dijo con calma, salió detrás de su madrastra, que ella seguía creyendo su madre, tomó un pasadizo y llegó al cuarto de su padre.
- ¡Keit!. Ruhgió Kassandra - ¡mira lo que está haciendo tu hija!. El rey Keit, ya estaba en piyama, listo para dormir.
¿Qué pasa cariño?. Preguntó el hombre –papá, mamá me revira por la mini falda. Ijo la muchacha.
- ¡por todo ese vestido!. Exclamó la mujer, Keit se paró y vio a su hija, le dio una vuelta.
Yo lo veo bien. Dijo - ¡va como una zorra!. Exclamó la mujer.
Yo no veo que muestre los senos ni los pezones, que se muestran en las playas nudistas, o en las toples o en el dormitorio, ni la totona, que hace lo mismo, a las playas nudistas o al dormitorio, ni el trasero, a ver hija, date la vuelta. La chica obedeció, se dio la vuelta, el midió el largo de su falda.
- ¿ves? Bien tapado, no mostrará el trasero por una ráfaga de viento. Dijo el calmadamente.
- ¡que le estás enseñando a la niña!. Exclamó la mujer ofendida –a no ser bulgar. Dijo Keit, Serena se dio la vuelta, mirando a su madre, que la asesinaba con la mirada.
Y la bulgaridad no es otra cosa, que mostrar las cosas en los sitios donde no se deben, a ser sexy sin ser promíscua, a ser coqueta sin ser seductora y a ser seductora sin ser promíscua, eso es lo que le enseño, se donde está mi…nuestra hija y debe aprender a tener todo eso claro, además, vale acotar, que si no le enseñamos tu y yo, aprenderá por la mala. Kassandra abrió la boca para discutir, pero Keit le restó importancia con un gesto.
-ella elige lo que quiere ser, a mi me basta con que sea clara, sincera y no se dañe a si misma, ni alos demás, y si quiere dañarse a si misma, que no lo haga con los demás, pero, que sea como sea, lo mas importante es que sea buena persona, sincera y honesta y eso, no lo da ni la promiscuidad ni la represión o ¿no recuerdas como eras tu en tus tiempos de juventud?. Casandra lo mató con la mirada.
-si sale preñada como una mula, no será mi problema, esa niña es igual a… no dijo nada, pues, la mirada del rey la mató en ese momento.
Vete. Dijo el rey con suavidad, Kassandra salió dando un portazo, Serena miró a su padre, lo abrazó.
¿Por qué mamá no me quiere?. Preguntó la rubia, Keit suspiró –porque no ha superado ser una reprimida y por eso, repite los esquemas. Dijo.
-papá, yo no he tenido sexo con nadie, nunca me he emborrachado, ni drogado, ni fumado ni nada. Dijo ella –y así quiero que se mantenga. Dijo el.
-lo se, lo se, solo me gusta bailar, reír y tomar un poco, se cuando parar, porque eso me lo enseñaste tu ¡pero parece que para ella no es suficiente!. Exclamó Serena destrozada.
¡siempre me llama perra!¡zorra y puta!¡siempre para ella hago algo mal cuando me pongo mis mini faldas!¡con o sin tacón!. El rey asintió.
-no debí haberme casado. Murmuró, Serena lo miró.
- ¿de que hablas papá?. Preguntó –de nada cielo ¿tienes el kit?. Serena asintió.
-si papá, lo tengo desde que me lo diste. Dijo –bien, recuerda llevarlo contigo, no separarte de tu trago. Dijo el, ella completó.
-y si lo dejo, buscar otro, bailar con cuidado, no pegarme alos rincones, mantenerme en las paredes porque los que llevan inyetadoras atacan en el centro y no oler nada, nada, nada de ningún desconocido. El rey Keit asintió.
-así es hijita, se que alos sitios que vas, son seguros, pero, no te confíes. Ella asintió.
-si papi. Dijo - ¿a que hora volverás?. Preguntó –sobre las 7. dijo ella.
-excelente, llama cuando llegues. Dijo el, Serena asintió y salió del cuarto.
En la fiesta, estaba muy apática, su amigo Rubeus, la miraba –no luces feliz. Dijo el pelirrojo que en contra de sus costumbres, llevaba el cabello, en lugar de sus pinchos de rigor, lo llevaba aplastado en un hermoso velo que le llegaba alos hombros.
-mamá. Dijo Serena con un gruñido –si papá, no asegurara que es mi madre…yo pensaría que no soy su hija y que por eso, no me quiere. Dijo la muchacha.
-a mi me prohibe todo ¡pero basta ver alas gemelas!¡Casandra y Kassia!¡para que veas que son peores que yo y aún así!¡las deja en paz!. Rubeus suspiró.
-tranquila amiga, todo pasará, dentro de poco, cumplirás 18 y por fin, dejará de molestarte. Dijo el.
-no lo creo. Dijo ella –cuando cumpla 18 se me postrará en el cuello como una garrapata, siendo la princesa heredera, yo…comenzó la chica, pero se interrumpió al ver quien entraba, era un hermoso peliceleste, de ojos vino tinto, con el cabello por los hombros, una marca idéntica a la de su amigo, que era el hijo del embajador de Némesis, por eso, ella con 15 y el con 22, podían entrar a cuaquier discoteca, ya que, la edad mínima para ir con un adulto eran 13, a partir de los 18, iba cualquiera solo y ellos, se la habían llevado muy bien, desde que se vieron por primera vez, al lado del peliceleste, había una peli rosa, con un vestido rojo, del mismo modelo de Serena, la muchacha se quedó con la boca abierta.
- ¿Quiénes son?. Preguntó –los príncipes de mi planeta, Diamante y Black Lady. Dijo Rubeus.
-son hermosos. Dijo ella irreflexiba - ¿el? O ¿ella?. Preguntó Rubeus con malicia.-ambos. Dijo la muchacha con sinceridad, los 2 recién llegados, se fueron al centro de la pista y comenzaron a bailar, Serena los miraba como hipnotizada, la cadencia del cuerpo del chico, mientras bailaba tambor, era embriagante e intoxicante, Serena estaba absorta, cuando Rubeus la palmeó.
-vamos, ya dejaron de ser el centro de atención. Dijo el, ella negó, quería seguir mirando.
-vamos, no todos los días, ponen tambor nemesiano. Dijo el, Serena asintió y se fue con el a bailar, la pasaron muy bien.
Al volver a las 7, Serena encontró a su madre con un hombre.
-al fin llegas hijita. Dijo Kassandra, Serena la miró.
- ¿Dónde está papá?. Preguntó –desayunando. Respondió la pelimorada.
- ¿Quién es este hombre?. Preguntó la muchacha –es el doctor Sirius Scorpion, viene a revisarte. Dijo, Serena parpadeó.
-a ¿a revisarme?. Preguntó –así es, no dejaré que la mercadería se dañe. El doctor se acercó a la muchacha.
- ¡no me toque!¡no se acerque!. Exclamó Serena asustada, los ojos rosados del médico rubio, brillaron.
-no hay que asustarse, déjame revisarte. Dijo el, ella perdió la expresión en la mirada, Kassandra asintió y el médico comenzó a revisarla.
-es virgen. Dijo cuando culminó el examen, Serena despertó justo a tiempo para escuchar el dictamen, Kassandra asintió.
- ¡eres una zorra ¡una perra!¡una puta!. gritó la muchacha, sintió la bofetada de su madre cruzarle la cara, eso la indignó, porque el castigo físico, solo se lo había dado su padre, nadie mas, producto de una vez, que queriendo tomó unas galletas que eran de su madre, esta, se enfadó muchísimo y la persiguió con una correa, Serena pequeña, de 4 años, corrió hacia su padre, quien se puso en el medio de los 2 y después de la discusión, dijo que el lo arreglaría, otra vez, por accidente, le quebró un perfume y Kassandra le dio una paliza digna de mención, Keit se enfadó muchísimo, dijo que el castigo era desproporcionado y que el, se haría cargo de todo lo que a discinplina se refiere, Serena, dejó escapar un par de lágrimas.
-eres una niñita consentida, tu padre te tiene muy malcriada, pero a mi no me faltas el respeto nunca mas mocosa. Serena dejó salir su ira.-
¡ojalá nunca hubieras nacido!¡ojalá no fueras mi madre!. Excamó –gracias a Artemisa, no lo soy. Dijo la mujer saliendo del cuarto.
Ikuko y Kikió, que escucharon la discusión, fueron a buscar al rey, quien llegó inmediatamente.
¡Serena!. Exclamó el rubio de ojos verdes entrando –papá, hay papá. Lloraba la rubia ojos azules.-
Mamá me pegó, me pegó y dijo que no era mi madre ¿Qué quiso decir con eso?. Preguntó la muchacha destrozada, Keit miró a su hija, se puso pálido.
-verás hija, con el estúpido cuento de la figura masculina y femenina, que dicen todos que un niño debe tener, decidí casarme con Kassandra, pero en realidad, tu madre, era la difunta reina Serendi, la cual, murió en una batalla cruel, contra un enemigo llamado caos. La muchacha miró a su padre.
- ¿Por qué no me lo dijiste?. Preguntó.-
Porque quería ahorrarte el sufrimiento de saber que no tienes madre, el dolor de ver a todas con sus madres menos tu y la búsqueda de una, en cualquier mujer que llegara a tu vida. Serena volvió a llorar.
- ¡ojalá fuera Ikuko!¡ojalá fuera cualquiera menos ella!¡ojalá nunca te hubieras casado!. Exclamó enojada la princesa, el rey le alzó el rostro y cuando vio, la cara marcada de su hija, se enfadó mucho.
-esto lo arreglo yo. Dijo profundamente enojado, besó a su hija y salió de la habitación tras dar un portazo, Serena lloró, con mas intensidad.
-mamá ¿Por qué me abandonaste?. Preguntó en un lamento profundo.
Serena en el almuerzo se presentó en el comedor, sus padres estaban allí, ambos enojados con semblante adusto, la muchacha se sentó al lado de su padre.
-eres una chica rebelde. Dijo la mujer - ¿por que?¿por que no soy una reprimida igual que tu?¿por que disfruto de la diversión?¿y de los placeres que me interesa disfrutar?. Preguntó la princesa con altanería.
-Kassandra. Dijo Keit –es verdad, la tienes demasiado consentida. Dijo la mujer peli rosa con malicia.
-por eso, si es tan mujer, deberías casarla ya, su madre la prometió ¿no es cierto?. Preguntó la peli rosa con malicia.
- ¿Qué?¿papá que está diciendo?. Preguntó Serena, Keit iba a maldecir a quien pudiera, como esa bruja, de la que se había sentido atraído, le hacía ese tipo de cosas, en ese momento, se arepentía profundamete de que existieran sus gemelas rubias de ojos azules, Kassandra y Kassia llegaronal comedor, ambas riendo como locas, oliendo a buen licor, era evidente que estaban borrachas, con 2 años menos que Serena, hacían mas desastres que ella.
-Kassia, Kassandra. Dijo el rey con astío - ¡fue culpa de Eric papá!. Exclamó Kassia con voz pastoza.
-nosotras no queríamos beber de mas. Dijo Kassandra junior, en ese momento, las 2 vomitaron en el suelo, provocando una escena desagradable, Kassandra las miró.
-vayan a su cuarto, Celeste, manda a limpiar esto. Dijo la muchacha –enseguida majestad. Dijo la ama de llaves, las gemelas fueron riendo y vomitando, los otros 3, se miraron.
-decías papá. dijo Serena impaciente –tu madre, te comprometió un poco antes de que nacieras cariño, con el príncipe de la tierra, yo como rey consorte, no pude hacer nada, ella no quería hacerlo. Dijo el, Serena se rió escandalosamente.
- ¡claro que no!¡era una santa!. Excklamó mas que enojada - ¡no hables así de tu madre!. Exclamó Keit.
- ¡ustedes son tal para cual!¡ambos me engañaron!. Exclamó la rubia mirando a su padre con enojo.
-había una cuestión de suma importancia amor. Trató de explicar el rubio, la rubia negó –no puede haverla ¡si ya ambos comprometieron mi vida y mi futuro!. Exclamó la muchacha.
-es por una buena razón. Dijo Keit –a ver papi, 5 segundos para que me digas ¡cual fue la maldita buena razón!. Exclamó la muchacha a punto de llegar a la histeria.
-nos iban a asesinar. Dijo el rubio, la muchacha se le quedó mirando –tu tía nos iba a matar, en caso de que lo lograra, tu pasarías a su custodia y podría matarte a ti. Dijo el, Serena se quedó helada.
- ¿tía Neherenia?. Preguntó –así es, hija ¿tu crees que no la conociste por?. Preguntó el con calma, pero su tía, había hablado con ella en sueños, hablaban desde hace mucho tiempo y el rey, por demasiada ocupación, no estaba enterado del suceso.
-por eso, tomamos la determinación, ya que: como bien te he explicado, si tu te comprometes antes de ser mayor de edad, tus suegros en caso de muerte de tus padres, pasarían a tener tu custodia, por eso, lo hicimos y los únicos dispuestos, eran los padres de el, del príncipe de la tierra. Dijo el, Serena asintió.
-genial, pues eso no ocurrió y por lo tanto: no me casaré. Dijo la muchacha.
-no tienes opción. Dijo Kassandra de manera triunfal –Kassandra. Previno el rey.
¡te tienes que casar y no hay marcha atrás!. Exclamó la peli rosa.
- ¡soy rebelde!. Exclamó S erena poniéndose de pie - ¡y no me quiero casar!. Sollozó ahogada en llanto.
- ¡Serena!. Exclamó el rey Keit corriendo detrás de su hija.
