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Después de casi un año, he decidido retomar este proyecto, espero que sepan disculparme y apoyar este proyecto nuevamente. :)

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Aclaración: "Sakura y las Cartas" Omite los hechos de Sakura Clear Cards.

Primera publicación: Octubre 2015

Resubido: 12 de Febrero 2018

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Sakura y las Cartas

I

Carta Espejo

"Nunca subestimes a un enamorado"

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Si algo le gustaba a la pareja de castaños era que sus apellidos tuvieran letras continuas.

Kinomoto – Li

Aquello provocaba que cada vez que tuvieran que realizar el aseo de la sala le tocara juntos. Y era algo que disfrutaban mucho. Él pasaba a buscarla a su casa, y esperaba a que se alistara entrecruzando su mirada con la del hermano de su novia que parecía esperar el mínimo desliz del joven para hacerlo picadillo. Aunque estaba claro que él nunca le daría el gusto. Llegaban a la escuela temprano, se dividían las responsabilidades y tareas para terminar todo antes de que cualquiera de sus compañeros llegara a clases y pudieran tener un par de minutos juntos a solas.

Desde que él había vuelto, esos eran los minutos que más disfrutaba.

—Entonces Kero —exclamó apegando ambas manos frente a ella—, me enseñó a reducir mi poder mágico para que nadie note mi presencia o pueda localizarme. Me dijo que era muy importante aunque ya no ocurra nada extraño.

—Realizar ese tipo de magia requiere mucho poder de concentración —respondió sorprendido pero con una sonrisa pequeña en sus labios llena de orgullo—. Te has vuelto muy poderosa.

—Eso dice Kero —bastante apenada llevó la mano derecha a la nuca—, que ni tú podrías encontrarme o reconocerme —eso hizo que el joven mascullara un par de palabras que la chica no alcanzó a oir— ¿Decías?

—Creo que Kerberos está equivocado —afirmó cruzándose de brazos—, tu presencia es demasiado atrayente, es imposible que la escondas de mí.

Tras decir esa frase ambos se quedaron en silencio, apenados mirando hacia otro lado. Bendita timidez que solía atacarlos en cualquier momento y sin aviso.

Fueron salvados por los primeros compañeros que empezaron a ingresar al salón. No volvieron a tocar el tema hasta el fin de las clases, donde otra vez quedaban solos para llevar los libros del día a la sala de profesores y dejar todo listo para hacer las labores más fáciles al día siguiente.

—Te espero afuera —le dijo Shaoran cargando los libros mientras ella terminaba de cerrar las ventanas y revisaba que nada se le haya quedado a sus compañeros.

—De acuerdo —afirmó acercándose a la última ventana para cerrarla y ahí, cuando la cerró y observó su reflejo en el vidrio, se le ocurrió una idea, cerró las puertas del salón antes de que éste se iluminara con una fuerte luz.

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Ya había perdido la cuenta de cuantas veces había mirado el reloj de su mano izquierda y Sakura aún no salía. Debía acostumbrarse, era parte de su esencia y era algo con lo que tendría que aprender a convivir si es que la quería a su lado para siempre. El rubor no tardó en aparecer sus mejillas.

—¡Shaoran! —sacudió la cabeza al sonido de su nombre, y por alguna extraña razón, una sonrisa enorme se dibujó en sus labios— Lamento la demora —se disculpó con una reverencia—, ya podemos irnos.

—No te preocupes —dijo mirándola seriamente, la pobre Sakura no entendía el porqué de aquella mirada, que mientras más la observaba más ámbar, se tornaban los iris marrones del muchacho. Retrocedió pero él no se lo permitió. Colocó el brazo rodeándole los hombros y con una sonrisa en sus labios emprendieron el camino a casa.

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¡Estaba que ardía del coraje!

Tanto que golpeó la pared junto a la reja con tanta fuerza que el golpe la recorrió completa.

¿No era que no podía ocultar su magia de él?

¡Por qué la estaba abrazando a ella de esa forma, si cuando estaban juntos era toda una hazaña si sus dedos se entrelazaban!

Ok, era estúpido ponerse celosa de ella misma y odiaba haber invocado a Espejo para ver si las palabras de su novio eran verdad, porque ahora no podía soportar ver como la carta reía con su novio, como si fuera ella misma.

¡No puede ser!

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Shaoran como en pocas ocasiones no había quitado la sonrisa de su rostro. No podía creer lo que estaba viviendo y mucho menos que su novia estuviera poniéndole ese tipo de retos.

¿Creyó que no descubriría a la carta? ¿Creyó que no se había dado cuenta que ella los seguía?

—Sakura —soltó cayendo en una de las hamacas al lado del Rey Pingüino.

—Dime —respondió la carta en su lugar.

—No sé si sentirme halagado u ofendido de que quieras ponerme a prueba con un truco de este tipo —ante aquellas palabras ambas Sakura se sorprendieron. Shaoran miró a la carta y le sonrió— Regresa a ser una carta, Espejo —ante la mención del nombre, ésta se vio envuelta por una cortina de viento que la transformó en Carta Sakura una vez más, cayendo en manos del joven chino— Sakura, sé que estás escondida sobre el árbol que está junto al banco del pequeño pingüino rosado.

Sakura abrió enormes sus orbes verdes por la sorpresa. ¡Sabía su ubicación exacta! Pero, estaba detrás él, incluso su nivel de magia estaba desvanecido y no podía comprender que era lo que sucedía.

—¿Desde… desde cuando sabías lo de la carta? —preguntó con vergüenza aún escondida. Shaoran cerró los ojos y sonrió. Lo había hecho mucho el día de hoy.

—Desde que salimos de la escuela, incluso le comenté a la carta que íbamos a divertirnos un poco contigo —Sakura apretó los puños un tanto molesta. Había terminado siendo ella la engañada.

—Ya veo… —saltó del lugar y apareció aún con las mejillas rojas de la vergüenza frente a su novio.

—¿En qué estabas pensando cuando quisiste usar esa carta? —preguntó serio. Su característica más identificable.

—Es que… —empezó a jugar con sus dedos aún sin mirarlo—, dijiste que eras capaz de encontrarme cuando ni Kero ni Yue pudieron hacerlo durante los entrenamientos. Quería ver si solo estabas alardeando o en verdad podías hacerlo.

—¿O sea que no me creías? —el chico corrió la mirada con la palma de la mano derecha en su frente.

—¡No es eso! —soltó con las manos convertidas en puños frente a ella— Es que ¿por qué tú sí y ellos no? Porque tú puedes sentir mi presencia sin siquiera hacer uso de la magia —la miró de reojo, realmente había mucha confusión en su mirada, y ni hablar en los gesto producto de sus labios fruncidos y mejillas infladas. Volvió a sonreír levemente y apoyó los labios sobre la mejilla derecha de la joven.

—¿Hoe? —exclamó sumamente apenada y aturdida por la sorpresa.

—Te lo mereces por hacerme ese tipo de pruebas —se cruzó de brazo y cerró los ojos—. No regrese a Hong Kong a descansar, estuve entrenando muy duro y esos son los resultados. Me enseñaron que puedo encontrar el aura de la persona que amo sin necesidad de que ese otro ser tenga magia.

Y ahí estaba la timidez de nuevo, rojos ambos desviaron la mirada hacia distintos puntos del parque, aunque Shaoran extendió su mano hacia ella y la sostuvo en el aire esperando que Sakura la tomara. Ella miró la mano y luego la tomó para acercarse a su novio con una sonrisa.

—El lado positivo de la carta es que hizo que no sintiera tanta vergüenza de tomarte de la mano —respondió todavía avergonzado. La castaña amplió aún más su sonrisa.

—¡Mi papá me dio mi mesada hoy! —exclamó la chica jalándolo un poco con ella— Vayamos por un chocolate caliente con pastel, yo invito.

—De acuerdo —afirmó siguiéndole el paso— Me lo debes por lo de hoy Kinomoto.

Ella ignoró el uso de su apellido, estaba muy feliz de lo que había descubierto con la travesura del día.

No tenía que temer, aunque sus guardianes no pudieran ayudarla o protegerla de algún peligro, él, su novio, siempre estaría con ella para eso.