Esta historia la escribí con NUCICO, pero ella misteriosamente ha desaparecido así que he decidido terminarla yo, ¡espero que os guste!
Introducción
Se dice que hace mucho tiempo el mundo humano y el mundo de las bestias estaban separados. Cada uno vivía por su cuenta y ajeno a todo lo que el otro hacía o no hacía. Claro, esto tarde o temprano tenía que cambiar. Algunos de estos seres lograron llegar a nuestro mundo, entre ellos Mephiles y Scourge, vampiros despiadados que anhelaban el dominio y la destrucción del mundo humano, al igual que Fiona y Sally, sus temibles compañeras.
Queriendo abrir la puerta con las esmeraldas del caos y del sol, Mephiles guío a su grupo de aliados ante la puerta que conectaba a su mundo con la tierra, lugar que todos ellos estaban planeando conquistar. Aunque no todos los que provenían del inframundo eran malvados, no, había quienes sentían solidaridad por la raza humana.
Shadow, Amy, e inclusive Blaze, una vampiresa reformada, eran esta clase de personas. Tras una larga lucha, los tres por fin alcanzaron a cerrar la puerta del inframundo, ganándose el odio de Mephiles y los demás vampiros malvados por haberlos dejado sin fuerzas y atrapados en el mundo humano sin poder regresar, sin poder abrir la puerta...
Así, aquellos anónimos salvadores decidieron resguardarse en un colegio de una pequeña ciudad, pasando desapercibidos y pudiendo estar al tanto de los movimientos del enemigo, gracias a Blaze, quien se mantenía en bajo perfil siguiendo cada uno de los movimientos que Mephiles, Scourge, Sally y Fiona hacían.
Los años transcurrieron, y parecía que por fin la humanidad estaba a salvo, pero las apariencias de calma no eran lo que parecían. En aquella escuela un grupo de cazadores de estos personajes míticos, encabezado por un sujeto llamado Roger, había entrado a esta escuela con el fin de levantarse en contra de ellos.
Así comenzó otra batalla entre cazadores y vampiros, aunque por fortuna, el final no fue demasiado trágico, ya que lograron mantener un pacto de paz tras enterarse de que ambos tenían un enemigo común, Mephiles y sus secuaces. Así, dejaron la enemistad de un lado, con la condición de que nunca, y bajo ninguna circunstancia los vampiros aliados se acercaran a ningún otro mortal.
Para Shadow y Amy esto no había sido problema alguno, se mantenían a distancia considerable del resto de los estudiantes. Hasta que, por supuesto, algo tenía que pasar. Un día llegaron dos estudiantes nuevos al colegio, y fue ahí donde el acuerdo entre vampiros y cazadores corría el riesgo de anularse.
Sonic y Noah, nuevos en la ciudad, fueron inscritos en la preparatoria de ambos hermanos vampiros, desde el primer instante, llamando poderosamente su atención. Y no solo la de ellos, sino también la de Mephiles, quien decidió tomar venganza de aquellos que le impidieron poder llevar sus planes acabo. Ahora, él tenía la oportunidad de volver a abrir la puerta, y de paso, poder vengarse de Shadow y Amy, quitando a ambos algo que para ellos fuera importante.
Pero Sonic y Noah no eran muñequitos de papel con los que podías jugar fácilmente. No, ambos estaban dispuestos a encontrar el porqué de tanto misterio en aquel extraño instituto. Y sospechaban que los hermanos antipáticos tenían mucho que ver. Sabían que cuando lo averiguaran, harían todo lo posible para ayudarlos, aunque eso significara poner su propia vida en peligro, porque en medio del caos, aún existía salvación.
