Descargo de responsabilidad: los personajes son invención de Tadatoshi Fujimaki. Yo solo hago esto por diversión.


Prólogo.

Nijimura Kozue. Cuatro años de edad. Por primera vez en su corta vida fue dejada en aquel lugar llamado: guardería.

No quería estar ahí. Ella solo estaba escondida en las piernas de su padre mientras la maestra le sonreía amablemente invitándola a entrar. Su padre, antes de irse, le dio un beso en la frente y le dijo que la recogería al atardecer.

Para describir exactamente el sentimiento, se podía decir que era miedo. Nunca salió de casa; y si lo hacía, era en compañía de su hermano mayor. Pero él ya era un niño grande e iba en primaria. Y a veces, Kozue deseaba tener la edad de él.

Con todo el valor que pudo recoger, cogió su muñeca y entró en aquel lugar lleno de niños de su edad.

Pero pronto terminó jugando sola con la muñeca. Le fue difícil entablar conversación con cualquiera de los niños. Era un poco tímida de todas formas. Pero entonces lo vio. Un niño solitario, igual a ella. Tenía el cabello rojo y estaba pintando en una hoja.

Le pareció divertido así que pidió una hoja y crayones para empezar a dibujar a su familia.

La siguiente semana que fue dejada nuevamente allí, él niño de cabello rojo ya no estaba.


Nijimura Kozue. Ocho años de edad. Hoy es su primer concurso de talento. Ella tocará el violín por primera vez delante de alguien que no sea su madre. Y estaba muy nerviosa. Aunque había ensayado mucho para este concurso, se sentía de esa manera.

Había más de 20 niños que estaban aquí por la misma razón. Cada uno acompañado por sus respectivos padres, que eran personas muy reconocidas. Kozue lo sabía. Conocía a algunos ya que eran colegas de su padre. Pero nada fuera de lo que una niña de su edad debía conocer.

A su lado se encontraba su hermano mayor. Le estaba dando la mano para brindarle fuerza y espíritu. Y es que ahí afuera había más de mil personas. De todas formas, era muy interesante ver niños pequeños con grandes talentos.

Entonces llegó el turno de la niña. Inmediatamente se encontró presa del pánico y comenzó a llorar. Su hermano limpio las lágrimas.

―Vamos, Kozue. Yo creo en ti. Sé que lo harás bien.

Y eso fue como música para sus oídos. Para ella, el apoyo de su hermano lo era todo. Claro que el de sus padres también, pero su hermano era su héroe.

La niña salió al escenario, lista para mostrar de lo que era capaz a su corta edad. Y tocó. Y al terminar, la multitud aplaudió complacida. Kozue se sentía muy bien. El ser reconocida era increíble.

Luego la presentación del último concursante procedió. Y lo volvió a ver. El mismo niño de cabello rojo. No había cambiado mucho. Incluso Kozue era más alta que él.

El niño tocó el piano. De una manera casi perfecta. No parecía un niño de su edad. De hecho ni siquiera parecía un niño.

Y él fue el ganador.

Kozue lloró mucho. Era la reacción natural para una niña. Aun así, la premiaron con el segundo lugar. Y le tomaron una foto con el ganador.


Nijimura Kozue. Trece años de edad. Hoy inicia la escuela secundaria. Estaba muy impaciente. Si bien dicen que los amigos que hagas en secundaria serán para toda la vida. Y Kozue quería tener amigos para toda una vida. Teiko era grande. Que hablaba de su gran estatus y posición. Lo único que la hacía sentir segura, era el saber que su hermano mayor estaría con ella en esta misma escuela. Aunque él estuviera en segundo año.

La pelinegra, al andar desprevenida, chocó contra alguien. Haciendo que sus mochilas cayeran y las cosas dentro de ellas se revolcaran.

Y lo vio de nuevo. El mismo niño de cabello rojo. Aunque esta vez sí le habló.

―Lo siento mucho. Yo….no estaba prestando atención.

―No te preocupes. Solo ten más cuidado. ―fue la respuesta del chico, que le brindó una leve sonrisa.

Recogieron sus cosas rápidamente y se encaminaron a los salones de clase. En esta ocasión, Kozue seguía siendo más alta que el niño. Ella no volvió a cruzar palabras con el muchacho en lo que quedó de los tres años. Aunque sí sabía su nombre.

Akashi Seijuro.

Pero acostumbrarse a la escuela no fue difícil. Lo único que le resultaba a veces molesto era el niño de cabello azul que se sentaba tras ella y dormía prácticamente todas las horas de clase. Y más aún cuando fue asignada a darle tutoría.

―Aomine-kun, las fracciones equivalentes, como su nombre lo indica, tienen el mismo valor, aunque parezcan diferentes. Si multiplicas o divides a la vez arriba y abajo por el mismo número, la fracción va a mantener su valor. ―ella estaba intentando que el chico a su lado entendiera esta clase sencilla de matemáticas. Pero el simplemente no lo conseguía.

―Eso suena interesante. ―dijo con sarcasmo. ― ¿Ya me puedo ir a la práctica?

― ¡Dai-chan! Si no logras pasar los exámenes, no podrás participar en el torneo porque tendrás que estar en clases de verano. ―lo reprendió Momoi.

Hasta ahora, Kozue solo tenía dos amigas. Momoi Satsuki y Pohara Akane. La primera siendo amiga suya gracias a las tutorías para Aomine, y la segunda gracias al club de música.

Pero no hubo poder humano que consiguiera que el muchacho comprendiera tal concepto tan básico. Por lo que el día del examen, Kozue le escribió algo muy sencillo en la mano. Era trampa, pero la pelinegra estaba consciente de que si Aomine no jugaba baloncesto, equivalía a la muerte para él. Y para ella porque su hermano estaba esperando que las clases dieran sus frutos.

Aomine se miró la mano extrañado.

"Lo que le haces a la parte de arriba de la fracción, también se lo tienes que hacer a la parte de abajo."

Y con eso, Aomine Daiki pasó el examen de matemáticas. Con un bajo puntaje, pero lo pasó.

En su segundo año fue que conoció a otros dos tipos que estaban en el club de baloncesto. Y por la misma razón. Tutoría.

Murasakibara Atsushi y Kise Ryota.

El rubio y el gigante no conseguían entender nada que estuviera relacionado a literatura. Y fue muy difícil para Kozue. Porque estaba tratando con dos niños pequeños. A uno se le debían dar dulces, y al otro….bueno, el otro solo armaba berrinches por cualquier cosa.

Afortunadamente y con el poder de todos los dioses, los chicos pasaron ese examen. Ella se prometió a si misma que no volvería a dar clases de tutoría para locos.

Y eso incluía a la exuberante pelirosa. Que últimamente estaba llena de corazones por todas partes. Kozue sabía del enamoramiento de Momoi por Kuroko Tetsuya. Ella lo había visto pocas veces, pero no lograba encontrarle lo interesante que Momoi encontraba en él. Sin duda el amor era algo extraño.

Ese mismo año, su padre cayó enfermo. Ese mismo año, Kozue se enteró de una verdad dolorosa. Y fue ese mismo año en que ella perdió a su amiga, Pohara. Gracias a un grave mal entendido.

Y el tercer año no fue el mejor tampoco. Todo fue demasiado monótono. Ya no veía a Kise o Murasakibara con frecuencia. Ya no hablaba con Aomine porque él siempre parecía estar enojado. Como si hubiera olvido sonreír. Y ya no volvió a ver esa cálida sonrisa que Momoi siempre le daba. Sonreía, claro. Pero no era lo mismo.

Kozue nunca supo que pasó. Solo que algo cambió en todos ellos. Incluso en los chicos con los que no hablaba.

Simplemente…todo parecía haberse roto.

Aquel día que se graduaron de Teiko, se sintió muy mal al no despedirse nunca de Aomine, Momoi y Pohara. Después de todo, ellos tres eran sus amigos más cercanos.

Y bien dicho…eran.

Resignada, solo le quedó seguir mirando hacia adelante. Y prepararse para lo que ahora venía.

Ella era Nijimura Kozue. Con 15 años de edad, a punto de entrar a la preparatoria Rakuzan.


Y he aquí la otra historia. No la había comenzado a subir porque no estaba segura de cómo empezarla, pero espero que sea de su agrado. Por lo tanto, Kiryhara, Keaty Marron y Kotomi Kagamine, espero que me digan que piensan (y que me ayuden TuT) y a los futuros lectores, en verdad deseo que les guste y si es así, pues que dejen su review. Saben que adoro ser amada :3

¡Nos vemos!