Una joven pelirroja estaba sentada en su cama, minutos antes había llamado a su padre para que le lea algo que ella tenía guardado con llave tanto en una cajita como en su corazón. Una historia que la dejaba helada cada vez que la escuchaba, una historia que la hacía llorar a pesar de haberla escuchado toda su vida. La historia de sus padres.

Un hombre de unos 50 años o más se acercó a la entrada de la habitación de su hija y se recosto por la puerta mirandola con la ceja arqueada, en sus ojos color verde esmeralda se veía tristeza mezclada con alegría. Le sonrió encantadoramente y la joven pelirroja le hizo un puchero:

-Ya sabes a que te llame, papa- le reclamo sonriente, pero aún haciendo puchero, él hombre sonrió y asintió:

-Sí Lily, lo sé… Pero ¿no te cansas de oír la historia?- preguntó sabiendo la respuesta, Lily lo miro asombrada al oír eso:

-¿Qué es lo que estás diciendo Harry Potter?- rió ante esa pequeña reprimenda que le dio a su padre y continuó:

-Jamás me cansaría de esa historia, papa… Enserio… ¿Puedes leerla?-, Harry rodó los ojos riendo divertido y asintió contento, Lily aplaudió festejando, luego se puso de pie y fue hasta una caja en donde guardaba ese pequeño diario que un día su madre relleno con todo lo que le paso a lo largo de su vida con su padre. Abrió la caja y lo saco, tenía un lomo color rojizo y decía en letras doradas: 'Ginny Weasley', Lily sonrió al leerlo y rápidamente se lo dio a su padre. Este se quedó contemplando aquel diario por varios minutos y sus ojos verdes de pronto se cristalizaron:

-No creo que tu madre apruebe el que esté leyendo sus cosas- dijo con la voz algo temblorosa, Lily sonrió y lo miró invitandolo a leer. Harry abrió el libro y suspiro:

-Este libro le pertenece a Ginevra Molly Weasley… ¡El que nadie leera! Solo yo… ¡Ay de ti Potter si es que vas más de esta página…!- Lily rió, siempre reía en esa parte, Harry sonrió y negó con la cabeza:

-Esa mujer me conocía demasiado bien…-

- Lo sé… Era mamá- respondió Harry y asintió, volvió a mirar el libro y comenzo:

-Comenzaré desde el principio…

15 de julio de 1988

Ginevra 'Ginny' Weasley era una chica de clase trabajadora, que soñaba con hacer del mundo algo mejor. Era pelirroja de un cabello largo hasta la cintura, ojos color chocolate, pecas por todo el rostro y una mirada encantadora, por esos tiempos, para estudiar y según ella, para poder concentrarse y ver mejor, usaba lentes aunque no era muy a menudo. La dejaba con un aire muy 'nerd' como la tildaban sus compañeros, pero a ella eso mucho no le importaba. Lo único que deseaba con gran anhelo es convertirse algún día en una escritora y estaba segura que podía lograrlo si se lo proponía.

Aquel día, era su gran día, su preciado día. Él día que marcaría su vida para siempre, era él 15 de julio de 1988 y era el día de su graduación. Esperaba que todo salga perfecto aquel día, su mejor amiga Hermione Granger estaría con ella como siempre lo estuvo durante toda la secundaria y la primaria.
Estarían todos sus compañeros de la escuela, entre ellos el novio de Hermione, su hermano: Ron. Ron Weasley, pelirrojo igual que ella, con ojos azules y al igual que ella, pecas por todo el rostro, tenía a su mejor amigo: Harry Potter, cabello negro azabache siempre desordenado, mirada y sonrisa encantadoras, ojos color verde esmeralda y también solía usar lentes, era perfecto, Ginny siempre se sintió atraída hacía él. Aunque él nunca la noto, salvo por una desagradable vez que no quería recordar.

Llegó la gran noche y la graduación fue un éxito, Ginny no podía estar más feliz. Luego un grupo de los estudiantes ya graduados decidió dar un paseo por las calles de Edimburgo. Ginny solo acepto ir por las suplicas de su amiga Hermione al querer estar con su hermano, aceptó a regañadientes y sintió su estomago revolverse al notar que Harry Potter iría con ellos, claro, si iba también Ron era obvio que él iría a su lado.

Al llegar a una de las estatuas del pueblo, solo quedaron ellos 4. Ron, Hermione, Harry y Ginny, estos últimos con ningún ánimo de estar con un par de tórtolos, se sentían de más y lo que incrementó más las ganas de irse de Ginny, fue cuando Hermione se avalanzó sobre Ron y empezaron a besarse con una desesperación nada propio para una dama. Ginny resopló:

-¡Hermione! Ya debemos irnos… Se nos hace tarde- le aviso mirando a Harry que de algún modo había conseguido una botella y bebía como si no hubiera mañana, Hermione le dijo que se callará y Harry rió mirando a la pelirroja:

-Tú y yo nunca nos vimos- dijo con la lengua algo resbaladiza, Ginny lo miro y arqueo una ceja:

-Te equivocas… Muchas veces…-

- Ah sí?-

- No quería decir esto pero… Te colaste en mi cumpleaños, me llamaste Julie y me derramaste vino encima- enumero ella con gran agilidad, como si jamás ese momento de su vida se borrará de su mente, Harry hizo un gesto de dolor:

- Auch! Oye… Lo siento mucho-

- No, ni lo menciones… Fuiste encantador- dijo con sarcasmo Ginny, Harry rió:

- ¿Enserio?-, la pelirroja negó con la cabeza contrariada:

- No, claro que no…-

- Bueno… ¿y si no eres Julie?-

- Me llamo Ginny… Ginny Weasley-

- Ginny… Ginny Weasley- repitió Harry y sonrió encantadoramente, la pelirroja sintió que se le ponían las mejillas sonrosadas pero agradeció el que esté oscuro:

- ¿Quieres que te acompañe?- ofreció Harry con dobles intenciones, Ginny lo conocía demasiado bien, pero ella realmente lo quería y no podía dejar pasar esa oportunidad. Rió sonrojada y asintió.

Llegaron al lugar donde Ginny vivía, entre besos apasionados. Harry la arrincono contra una mesa con gran agilidad y Ginny sintió estar en el cielo:

-A veces se necesitan… acciones…- susurro Ginny completamente exitada, ya que Harry le empezó a dar besos en el cuello:

-Para cambiar el mundo… Estamos de acuerdo- le dijo él mirandola a los ojos, Ginny rió y asintió.

Ambos se dirigieron a la habitación de esta y Ginny hablo mientras Harry se desvestía:

-¿Qué haras cuando tengas 40?-

- ¿Cuarenta? Seré famoso…- respondió Harry como si lo supiera con certeza, Ginny rodó los ojos:

-Seré demasiado rico…- agrego él con una sonrisa socarrona, la pelirroja negó con la cabeza:

- Eres un presuntuoso- dijo y Harry se tiró a la cama solo con sus boxers, mientras que Ginny buscaba algo, cuando lo encontró, se escucho una música deprimente y él azabache arqueo una ceja:

-¿A dónde vas?-

- A cepillarme los dientes… La comida y el tabaco-

-Eso no me importa…-

-A mi sí- replico ella tajante, luego añadió:

- Me voy pero ya regreso… ¡No empieces sin mi, eh!- bromeo antes de salir, Harry la miro horrorizado. Por lo general a esas alturas él ya estaba comenzando a explorar el cuerpo de la mujer, que lo sabía de memoria, a esas alturas él ya estaba disfrutando de un placer infinito.

Ginny entro en el baño y se recosto por la puerta, suspirando. En su habitación tenía al chico que le gustaba desde hace mucho y estaba sumamente nerviosa, no tenía idea de que hacer. Suspiró de nuevo y se dio un golpe en la frente con su mano:

-Concentrate… Concentrate Ginny… ¡No vayas a arruinarlo!- se reprendió así misma, tomo aire y volvió a salir del baño para dirigirse por primera vez a la felicidad.

Al entrar en la habitación con una enorme sonrisa, Harry se estaba empezando a vestir:

-¡Oh! Ya te vas…- exclamo ella, semidesnuda, Harry no podía negar que tenía un hermoso cuerpo:

-Ya esta amaneciendo… así que creí que era…-

-Claro… Si quieres vete…-

-Es que creí que tendrías ganas de dormir-

-Creo que es un poco estúpido de tu parte, pero…- dijo esta con saña, Harry se sintió algo estúpido:

- No me tengo que ir, si quieres…-

-No por favor… Anda, escapate… Escapate, por la ventana…-

-No me estaba escapando-

-Son 5 pisos, a mi no me molesta en absoluto-

-No, no… Esta bien- dijo Harry y volvió a quedarse en boxers. Ahí fue cuando notó que algo raro abría entre ellos. Jamás se sintió así, si fuera otra chica, ya estaría bajando las escaleras para irse y nunca más volver a verla. Pero le dio miedo. Miedo de no volver a ver ese rostro nunca más.

- Me quedare ¿de acuerdo? Me quedare… Ven aquí- indico Harry para que Ginny se acostara a su lado, esta sonrió de lado y se sentó en la cama:

-Es que no soy buena en esto… Cuando me acuesto con alguien siempre termino riendo o llorando. Perdoname… Sería bueno tener un preámbulo-

-Oye… Esta bien… Podemos ser solo amigos- ofreció Harry acariciando la espalda de esta, Ginny pareció algo decepcionada pero inmediatamente asintió:

-Perfecto… Solo amigos.- zanjó y se puso una remera gris, que le quedaba enorme. Se acostó a un lado de Harry y este la abrazo y la atrajo más hacía él. Por alguna extraña razón, eso le encanto y quería seguir haciéndolo, pero solo con Ginny, su pelirroja:

- Vamos a dormir…- indico Harry sonriente, Ginny asintió y lo abrazo. Así quedaron por largo tiempo, hasta que la pelirroja pregunto:

-¿Harry?-

-Emm…-

-Si no llueve… ¿Hacemos algo? Tú y yo-

-Esta bien- respondió el azabache y la pelirroja suspiró tranquila.