Hola a todo el mundo! Esta historia la cree en un momento de oscura inspiración jejeje
Aun así espero que les guste a todo y me dejen un agradable comentario (se valen criticas constructivas también)
Aclaro, esta historia solamente contara con este único capitulo, aun no se si seguirlo pues recién lo pensé y termine de escribirlo, pues aun no se como lo podría continuar por eso su final es abierto a posibilidades, quien sabe.
Si alguno se anima, a intentar continuar este primer capitulo, me encantaría verlo. Esta unión (sea de pareja o familiar) siempre me ha gustado porque siempre sentí que Tom (Voldemort) merecía una oportunidad al igual que Harry.
El que se anime, que tome el reto!
Besos a todo el mundo y disfruten la lectura
Advertencia: Contenido pesado y ligeramente Sexual (no se si con "ligeramente" me paso de buena ahora)
.
Harry Potter y el Eclipse del Alma
Capitulo 1
Oscuridad
Los ojos de todos se mostraron temblorosos, algunos lagrimeaban por el miedo y el no saber lo que estaba pasando en el lugar, era la única muestra de su inocencia y lo que pronto perderían en ese lugar. Solo uno de ellos no mostraba nada, en realidad se mostraba indiferente, casi resignado a lo que se encontraba pasando y era también el más bello de todos los presentes. Más como el comenzaron a llegar con el paso de los días, alimentados solamente a pan y agua, algunos suplicando por mas comida, pero negándoseles sin misericordia, algunos se resignaron a los pocos alimentos, otros peleaban entre ellos en un intento desesperado por comer mas y saciar sus hambres mal saciada.
Un hombre de apariencia viejo, de ropas caras, sombrero baquero con una estrella mágica de plata en ella de mirada sombría como perversa, que se apoyaba en un bastón negro de mango de plata, este bajo por unas escaleras que venían de la planta baja, ellos se hallaban agrupados por otros adultos en un sótano perfectamente oculto. Decimos ellos, porque allí dentro rodeados en círculos por hombres armados sin corazón, había mas o menos unos 15 niños, todos menores de edad, de cinco años en adelante.
-Valla valla, esta vez consiguieron mucha mercancía- sonrío el viejo, mirando a los asustadizos pequeños
-Así es señor, no podemos quejarnos- informo uno –fue difícil conseguirlos, pero…- se acerco y le hablo al oído –uno en especial fue bastante fácil de atraerlo- el hombre enarco una ceja y le miro
-¿De que hablas con eso?- el hombre del arma señalo al pequeño mas apagado del montón, que no lucia temeroso
-Su familia nos lo vendió- aquello sorprendió al señor del bastón –nos vieron secuestrando a varios niños y nos siguieron, un tipejo de lo mas asqueroso nos lo vendió por una miseria de dinero
El señor se quedo ante aquello, no era algo raro en ese negocio, que gente les vendieran sus hijos, pero no de ese modo, generalmente el iba a comprar deudas de paga o de "caramelos" y si no tenían dinero se llevaba a sus hijos entre mas pequeños mejor, algunos los vendía otros los usaba a su beneficio, pero nunca uno entrego a un menor a voluntad y encima por miseria de dinero.
Miro fijamente al pequeño ante el mientras se acercaba, pensando que quizás era un niño deforme o enfermizo y pronto sonrío de lado, al ver que era en si una mercancía muy buena, sus temores se desvanecieron en ese precisó momento.
Era un niño de unos 5 años, muy delgado para su edad, mas bajo de lo habitual, piel muy pálida como maltratada, de pómulos bonitos sonrojados por el frío del lugar, nariz pequeña y recta, labios finos y ligeramente resaltando, pero lo que mas le atrapo fueron los ojos del menor. Un verde único a pesar de haber muchas tonalidades en su negocio ninguno se asemejaba a esa tonalidad de ojos, que jamás había visto en su vida, nunca había conocido a una persona con un color tan único; esmeralda vibrante, llenos de sentimientos perturbadores y oscuro, una mirada penetrante y madura para un niño de su edad. Sin lugar a duda seria una mercancía valiosa y especialmente muy cara.
-Apártenlo del montón y véndanlos a buen precio- ordeno, completamente atrapado –este pequeño será parte de mi mercancía privada
Minutos después el pequeño se encontraba siendo llevado por dos adultos hacia la planta superior.
Ambos miraban con curiosidad al pequeño que los seguía sin chistar y sin mostrar miedo ante la situación, en realidad su expresión no había cambiado mucho desde que había llegado allí, era como si supiera lo que pasaban o lo que pronto pasaría, pero eso era ciertamente imposible.
Lo llevaron hacia el exterior donde una limosina lujosa negra se encontraba esperando, de la casa abandonada, uno de los hombres avanzo y le abrió la puerta trasera de auto, mirando seguido al niño.
-Entra
Este le miro, miro al interior del auto y su mirada mostró desolación junto con una profunda resignación, avanzo y con cuidado subió al auto ubicándose en el lugar, pronto el tipo cerro la puerta, mirando al interior.
-Este niño es raro…- murmuro mirando a su compañero, quien hizo una mueca.
-Pensé que era el único que pensaba eso- admitió viendo el tenue reflejo del pequeño en el cristal
No paso mucho que el señor del bastón salía de la casa, enseguida uno de los hombres le abrió la puerta y el tipo entro, sentándose junto al menor. Y mientras uno de los hombres iba al lugar del conductor el otro se subía a un auto acompañante para custodiar el auto del jefe.
El hombre miro al pequeño a su lado, y se limpio la boca, pronto se desabrocho el pantalón y el niño miro eso temblando y tensándose por segundos.
-Veo que sabes lo que quiero pequeño…- este le miro y esos ojos mostraban temor y resignación – ¿Cómo te llamas?- le miro fijo
-Harry…- susurro debil –Harry Potter señor…
-Bien, pequeño Harry, párate delante mío y desnúdate, quiero verte
El pequeño tembló, aun así obedeció, se quito las ropas quedando desnudo ante el hombre.
Al tipo le brillaron los ojos de solo verlo, pronto sus manos comenzaron a tocarle, recorrer su cuerpo delicado como frágil, primero le toco los pequeños pezones que apretó, sobresaltando al pequeño que tembló, aquello le hizo reír al hombre, y luego le giro de golpe, haciendo que se apoyara de manos en los haciendo del otro lado, pronto se ubico detrás de el.
-Lo vas a disfrutar niño…- la lujuria dominaba su voz.
Harry se aferro al asiento con fuerza, temblando cuando sintió un en su entrada moviéndose brusco, mientras poco después dos mas le iban acompañándole causándole aun mas dolor en esa precaria posición de apoyo, mientras sentía luego como el señor retiraba de una vez los dedos y le penetraba sin piedad alguna de una. Harry grito, sintiendo como empezaban las embestidas sin piedad contra su pequeño cuerpo que comenzó a moverse ante la fuerza del otro. Las lágrimas de Harry comenzaron a caer mojando el asiento, mientras gritos de dolor escapaban de su boca, pero esto solo acelero como aumento la intensidad de esa tortura.
Las manos del señor se sujeto a su cuerpo, arañándole y marcándole, a veces rozando su inerte miembro otras llegando a apretar fuerte sus pezones. El pequeño tembló, al sentir la respiración agria en su nuca, al sentir ese aroma a gente grande invadiendo sus sentidos, el mareo se mezclaba con el dolor, causándole un gran malestar físico y emocional.
El pequeño se aferro como pudo al asiento, resistiendo, como solo sabia hacerlo ante el dolor.
Unas horas después, el auto se detuvo delante de unas altas paredes y entrada de rejas vigiladas, estas se abrieron a la limosina, el cual entro enseguida hacia el interior cerrándose el paso una vez dentro. Al final la limosina se detuvo delante de la gran y hermosa casa, mientras el tipo del volante se bajaba, yendo a abrir enseguida la puerta trasera, por donde el hombre bajo, apenas terminando de abrocharse el cinturón.
-Baja al chico- dijo sin más, yendo hacia la casa.
El hombre asintió, para entrar a la parte trasera, miro al pequeño que se encontraba tirado sobre los asientos de un lado, el cual se encontraba temblando, con sangre y demasiado semen corriendo de sus glúteos manchando sus piernas como el suelo. El hombre sin más se quito el abrigo y cubrió al niño para no tocarlo, le levanto y este soltó un grito, temblando todo su cuerpo.
-¡D-Duele!- grito tembloroso
-Mejor resígnate- replico el hombre, para cerrar la puerta e ir tras se jefe de una vez.
Una vez entraron, Harry miro el lugar donde fue a parar desde los brazos del hombre, por doquier por donde miraba había hombres de todas las edades, claramente todos de plata, y todos tenían en brazos a niños como niñas de 5 en adelante, algunos se veían de unos 13 años, aunque todos tenían solo una cosa en común, la mirada muerta.
Harry tembló al ver todo aquello, y su mirada mostró al final, rendición.
-Lévenlo al piso superior, cúrenlo adecuadamente, que encontraremos algunos clientes para que empiece a trabajar esta preciosidad- le ordeno a unas muchachas de unos 18 años en adelante, estas asintieron y una de ellas, tomo a Harry en brazos para llevarle a un segundo piso.
La chica le recostó boca abajo, mientras comenzaba a quitarle la ropa, otra chica fue abriendo un botiquín, se acerco hacia el niño, para así empezar a curarle. Este se aferro a las sabanas siseando.
-Calma…- las chicas le miraron débil, tratando de curarle lo mejor posible –ya pasara…
Harry grito cuando le metieron algo adentro, que al contacto de sus heridas internas comenzó a arder como el demonio, enseguida la segunda chica le sujeto de las manos, para mantenerle quito.
-No te muevas o no te curaras más
-Me duele todo…- susurro temblando por el dolor
-Lo sabemos- replico la primera, mientras la segunda cuidaba que no se moviera mientras le curaban –quejándote aquí no ganaras nada, si quieres sobrevivir, solo obedece y complace a los clientes, si es que quieres comer
El pequeño se aferro a la cama, mientras las dos jóvenes le curaban, el dolor le abarcaba el cuerpo, le cubría el alma, aturdía sus sentidos y sus lagrimas que creía acabadas caían nuevamente manchando la cama sucia donde se encontraba. El dolor era demasiado, al punto que nada parecía ser un alivio en esos momentos para su ser.
-"¡Porque me pasa de nuevo esto!"- grito internamente, mordiendo las sabanas ante el, aguantando lo mas posible la curación.
Dos horas después, Harry se encontraba listo, vistiendo unas botitas blancas, un pantalón corto blanco ajustadito y una remerita blanca algo desgastada pero limpia. Este se encontraba en la planta baja, sentado solo en una esquina de la habitación, tratando de ignorar lo que allí pasaba y el aroma ha pecado que invadía el ambiente.
-¡chico!- se sobresalto y miro adelante, el señor estaba junto a un hombre de porte fuerte –ven aquí y atiende a tu cliente
Harry se aferro temblando, bajo despacito de su asiento y avanzo hacia el hombre, este le miro fijo y le agarro firme de la mano, arrastrándole así de una vez, a una de las habitaciones superiores que le asignaron. El niño miro hacia su 'cliente' mientras le llevaba a tirones escaleras arriba, conciente del infierno que comenzaría a vivir.
3 Años Después
Harry se encontraba sentado en el regazo de uno de los clientes del negocio, usando ropa ajustada y muy provocativa que el adulto se veía disfrutaba, acariciando provocadoramente su cuerpo, mientras el niño solo se dejaba ser. En esos tres años habían pasado muchas cosas y él, había cambiado demasiado en muchos sentidos.
Seguía con apariencia delicada y frágil, su piel seguía igual de pálida que años anterior, su cabello lo llevaba ahora largo por la cintura, atado en una trenza baja, su flequillo estaba largo, cubriendo solamente lo justo su cicatriz.
Aunque su cambio físico era notorio, el cambio más grande quizás se daba en su forma de ser. Si de por si al entrar a ese mundo, se mostró como un chico falto de afecto o de cariño, resignado a todo y respirando por el solo hecho respirar. A esas fechas era peor, por sobrevivir había caído a lo más bajo de lo humanamente posible, volviéndose otra atracción mas, de esa casa de muñecas y muñecos usables, perdiéndose en ese mundo donde la perversión era el oxigeno que se respiraba cada día.
El había logrado sobrevivir gracias a su fortaleza, emocional y mental que había crecido forjándose en todo ese dolor, en medio de todo ese abuso y descontrol, pero había perdido lo poco que le quedaba de humano en su interior. Curiosamente, su cicatriz y sus ojos, lo habían hecho la atracción principal en ese lugar, su cicatriz parecía ser como una droga que invadía a sus almas perversas y los llevaba a la máxima perversión posible en sus momentos de próximo éxtasis.
'Su cicatriz parece brilla perturbadoramente en los encuentros'
Gracias a eso había tenido clientes tras clientes, de toda clase y edades. Y esto a su vez le favorecía, porque al ser tan 'atrayente' su dueño le comenzó a cuidar mas, siendo el que mejor trato de todos los de allí recibía. Tenia cuarto propio con ducha propia, comía tres veces al día balanceado, cuando los demás con suerte comían una vez aunque abundante. Gracias a eso, alimentarse apropiadamente bien en esos tres años, había logrado ganar peso como altura, estando medianamente bien a su edad, aunque claro que otros chicos de si misma edad, eran un poco mas altos que él, aun así el se llevaba bien con todos ellos por igual.
El hombre sujeto firme al chico, haciendo que le mire y le tomo sus labios en un beso hambriento, Harry correspondió sin emociones, mientras se aferraba de su cuello por mejor estabilidad en esa incomoda posición, el beso siguió un poco mas, cuando al fin se aparto, mirando sus ojos esmeraldas con verdadera lujuria.
-Estas listo para complacerme pequeño…
El olor y sabor a alcohol invadió a Harry, mas no se incomodo, acostumbrado ya a todo eso. Por eso, simplemente asintió suave.
-Si, vamos al cuarto- le sonríe dócil solo en apariencia, pues sus ojos seguían totalmente neutrales a todo. Nadie conciente de la oscuridad y el tormento que bullía día a día en su alma.
Ambos se levantaron, dispuestos ha ir al cuarto que les tocaba, pero el dueño del negocio apareció, con los tres años encima, con su bastón en manos y acompañado de un hombre, que lucia especialmente estricto y de ropas elegantes. Cuando Harry le miro a los ojos cuando este paso a su lado, el sujeto vio pronto la cicatriz en su frente, que por segundos se vislumbró y en ese instante se detuvo mirándole.
-Señor Ganz- informo hablando firme al señor más viejo, quien se giro a verle –quiero a ese niño- informo señalando a Harry
El señor parpadeo sorprendido, luego dudoso. Mientras que el hombre que había comprado al niño por unas horas frunció el seño.
-Eso no va a poder ser, yo alquile a este muñeco por unas horas, elija a otro
-Tenemos una gran variedad de muñecos caballero, no quisiera me…
-Quiero a este chico- hablo serio, viendo al señor y luego al hombre –si le molesta por la paga, yo le pagare dos muñecos en vez de uno
El hombre se quedo callado, luego miro a Harry que a su vez le miro.
-Dos he… esta bien- empujo ha Harry contra el recién llegado y miro al señor Ganz –quiero a los hermanos Marks a cambio de esto
-Me parece perfecto, ellos están disponibles en su cuarto- admitió el señor Ganz, viendo como el hombre se alejo rumbo por el camino conocido –existe alguna razón en especial…- miro al hombre –para elegir a este chico?
-Si- miro a Harry, a su cicatriz –esa marca… parece ser lo que necesito
El señor Ganz hizo una mueca, mirando a Harry.
-Como sabrá yo no suelo vender la mercancía buena, mas de la calidad de este muñeco- informo viendo al hombre, el señor Ganz –si quiere a este niño, comprenderá que lo que pagara por el será por el precio que yo crea conveniente
El hombre hizo una mueca, sacando su chequera.
-Solo diga su precio de una vez y no demos mas vueltas
El señor Ganz frunció el seño, nervioso, peso pensó una cifra que el otro pudiera rechazar.
-Bueno…- miro al hombre –unos U$S 870.000.000
Para sorpresa del señor Ganz, este escribió la cantidad, arranco el cheque y se lo entrego.
-Aquí tiene lo que pide- el señor Ganz abrió desmesuradamente los ojos, al ver la cantidad exacta impreso en el papel
-P-Pero…- miro al hombre, eso era apenas la mitad de lo que había ganado con Harry en esos 3 años
-¿Quieres algo más?- miro al señor Ganz que negó
-No… puede llevarse al muñeco
-Bien- el hombre miro a Harry –pequeño agarra tus cosas, nos vamos de aquí
1 Mes Después y 4 semanas.
Harry se encontraba descostado dentro de una jaula de gran tamaño, abandonado en un cuarto oscuro donde esta se encontraba, desde que el hombre lo había comprado hasta ahora lo había pasado allí dentro encerrado, en ese tiempo que había pasado, había sido alimentado bien, también le habían mantenido hidratado. Pero cuando no se encontraba dentro de la jaula… era el muñeco de juegos del hombre y muchos más, aunque eso era lo de menos, era algo a lo que se había acostumbrado en los anteriores 3 años.
Aunque ahora, se había acostumbrado a la tortura, porque si, sus nuevos dueños lo torturaban día y noche.
Latigazos en su espalda, quemaduras con fierro ardiendo sobre su piel, dagas que atravesaban de lado a lado su infantil carne, electroshock, lanzado a perros salvajes, entre serpientes hambrientas (las cuales nunca le lastimaban al oír sus débiles susurros de piedad) por eso con el tiempo dejaron de usar esa tortura, entre muchas otras torturas a la que a duras penas sobrevivía en las veces que el grupo de su dueño se reunía. Y mientras eso pasaba todos reían, bebían vinos finos disfrutando del "espectáculo".
Espectáculo…
Siempre era eso… siempre era un espectáculo… un muñeco…
Harry abrió pesadamente los ojos, con ojeras bajo ellos, sus ojos esmeraldas se veían opacos y vacíos, con un pequeño insignificante brillo de lucidez aun presente en ellos, perdido en su mente, pero presente en el tiempo. Ese día cumplía dos meses con su nuevo dueño, aunque realmente el niño no era conciente del tiempo, solo era conciente de su respiración y su deseo de sobrevivir un día mas.
Unas luces en forma de antorcha eléctricas comenzaron a encenderse una a una. Y ante eso Harry abrió del todo los ojos, a medida que estos se iban acostumbrando a la luz, sintiendo el sonido de pasos secos casi sordos cada vez mas cerca, cada vez mas de ellos y cuando quiso darse cuenta, lo vio, a ese hombre ante el con una antorcha de verdad en manos, agachado a su lado del otro lado de su encierro.
-Has aguantado a la perfeccion todo esto niño- Harry parpadeo, confuso –sabia que eras perfecto para esto
'Para esto…?'
Confusión por segundos, su mente nebulosa no captando lo que sucedía.
El sonido de un manojo de llaves le hizo ver hacia la puerta, donde otro encapuchado abría la jaula. Dos personas entraron enseguida, para tomarle de un brazo, le obligaron a ponerse de pie, para luego llevarle hacia el exterior de la jaula.
Harry parpadeo de nuevo, ante todo aquello, mientras la lucidez comenzaba a volver, aun así su calma y neutra reacciones no le permitían el poder reaccionar a tiempo, para intentar escapar. El hecho que sus emociones estuvieran tan neutrales como su mirada, tampoco ayudaba para que su magia lo protegiera, sin una chispa que causara alguna brusca reacción de protección.
Aun así pronto se sintió desprovisto de sus pocas prendas, recostado boca arriba sobre una mesa de piedra, el pesar de grilletes en sus muñecas y piernas indicaron sus ataduras. Mientras las personas comenzaron a rodear la mesa, formando dos círculos de encapuchados con sus respectivas antorchas a la altura del pecho.
Abrió apenas los ojos ante todo aquello, miro al techo alto y oscuro, donde una estrella de seis puntas mágicas se hallaba dibujada con sangre, en las puntas colgaban unas cadenas, que a su vez sostenían unas pequeñas jaulas con algo en su interior.
'No otra vez…' sus ojos reaccionaron por segundos, temor ante lo que pasaba, comenzó a tirar de las cadenas, pero estas estaban justas, impidiéndole así libertad total de movimientos –…n-no…
Todos alrededor comenzaron a murmurar a la vez, parecía un rezo, o un rito, mientras el sonido lejano de tambores comenzó a escucharse.
Su corazón comenzó a palpitar de a poco más rápido, ante el repentino pánico.
-S-Suéltenme!- grito, su voz ronca y temblorosa por falta de uso
El hombre se acerco hasta quedar a un costado de Harry, sus miradas se encontraron y el pequeño tembló, al confirmar lo que deseaba no sucediera, al comprender que pasaría.
-Gran señor de la oscuridad!- alzo sus manos al cielo y todos alzaron sus antorchas
-¡No! ¡No lo hagan! ¡Por favor!- grito con desesperación, agitándose en la mesa de piedra
-Te ofrezco este sacrificio! Un niño corrompido y destruido! Una inocencia marchita en pecados y vicios!
Harry abrió desmesuradamente los ojos, desesperado comenzó a agitar sus brazos, intentando romper las cadenas. Nadie noto como las antorchas parecían reaccionar en ocasiones, ni nadie vio una leve neblina formarse en el centro de la estrella del techo.
El hombre estiro ambas manos hasta dejarlas extendidas a la altura de su corazón. Dos encapuchados entraron a la zona, uno entregándole una daga negra, el otro le dio una serpiente que se removía desesperadamente en sus manos.
Los ojos de Harry se pusieron en la daga, y luego miro a la serpiente, pero se petrifico, al ver como la serpiente le miraba. Un repentino dolor invadió su frente cuando sus miradas se cruzaron…
-Bañado en la sangre de tus hijos!- agarro firme la daga y la clavo de una en la serpiente, esta siseo con fuerza y pronto quedo inerte.
-AAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHHH!- se arqueo en la mesa ante la sorpresa de todos por el alarido de dolor, como si a el le hubieran clavado el puñal, pero fue lo otro que les sorprendió
La cicatriz en su frente, esa en forma de rayo comenzó a sangrar… y el hombre pronto comenzó a verter la sangre de la serpiente sobre el cuerpo del pequeño.
Una luz plateada algo nebulosa surgió de la serpiente muerta, que se elevo hasta el techo quedándose entre la neblina que se formo en el centro de la estrella y que ya se expandía por el cuarto, descendiendo por las paredes, pero nadie parecía notar eso, nadie allí parecía ver lo que se estaba haciendo.
-Sangre de tu sangre, te ofrezco la vida de este niño por nuestros propios deseos y ambiciones!- dejo la serpiente sobre el pecho de Harry, y apunto esta al corazón
Harry miraba todo con ojos desorbitados, las lágrimas comenzaron a surgir lentamente, de impotencia.
··POV HARRY··
Eso no podía estar pasándome a mí…
No luego de todo lo que pase, no luego de todo lo que sufrí para poder vivir.
Había muerto, luego de haber vivido toda esa vida, repetirla era una maldición!
Pero en esta nueva existencia no cambio su vida, seguía siendo un infierno se estaban repitiendo los sucesos… acaso no podía ser feliz, acaso no podía vivir como un mago mas…
En esos momento la oscuridad es tan tentadora… no sufriría por los demás… no tendría que cumplir las expectativa de la luz… solo haría lo que quisiera… seria quien soy por una vez en mi vida…
… dios, ahora entiendo un poco mas a Voldemort…
Ya no tengo energías de ser bueno, de ser tanto para un final donde todo lo que protegía se iba ante sus ojos…
No puedo ni ya quiero ser algo que en mi otra vida no funciono…
Había ido a Hogwarts…
Había tenido amigos…
Había tenido novias…
Y había ganado la guerra…
Pero nada de eso acabo, mi infernó nunca acaba!
Porque? Porque luego los muggles descubrieron el mundo mágico y exterminaron a todos!
Y a mi me atraparon… me atraparon y me tuvieron de nuevo como un bicho en exposición, el único ser mágico sobre la tierra! Eso era un asco era tan desesperante, para que valía vivir así, luego por suerte al fin morí de viejo…
Pero porque… porque tengo que revivir todo! Las violaciones! Y esta tortura! Este Ritual porque! Quiero irme quiero irme! Ya no quiero ser el niño que vivió!
'No…'
'No…'
'NO QUIERO SER OTRA VEZ EL NIÑO QUE VIVIO!'
··FIN POV HARRY··
Y el sonido de la daga caer, y el repentino dolor cuerpo llegando hasta su alma, todo lo desato.
-AAAAAAAHHHHHHHH!- un siseo profundo de dolor escapo de su garganta
Su cicatriz comenzó a brillar intensamente y esta vez, todos fueron conciente, de lo que estaba pasando. Del centro de la cicatriz surgió una energía que parecía hecha de la misma sangre del niño como de la serpiente misma, que se alzo cual serpiente ante la mirada sorprendida de todos, quienes pronto retrocedieron.
Harry entre el dolor vio aquello, aunque el dolor y sus ojos casi ciegos apenas lograba comprender lo que sucedía.
Eso no era igual, no era lo mismo…
Lo que era la boca de la serpiente en sangre se abrió, dejando ver una esfera de luz oscura que brillo con intensidad. Y eso desato el infierno en el lugar.
La neblina que había surgido de la estrella, de pronto tomo forma de tentáculos se lanzo de una contra los presentes, comenzando a entrar por sus bocas, por sus ojos, sus narices y oídos, elevándoles en el cielo, mientras gritaban y temblaban sin piedad. La sangre comenzó a escurrir de esas cavidades, mientras pronto sus almas eran extraídas de sus cuerpos, los cuales quedaron inmóviles en el aire.
La esfera de luz de la boca de la serpiente comenzó a bajar por ella hasta introducirse nuevamente en la cicatriz, pero la serpiente de sangre se elevo hacia el centro de la habitación, comenzando a devorar absolutamente todas las almas allí presentes. Y entre mas comía mas crecía, hasta que luego devoró los cuerpos dejando solamente huesos.
La daga incrustada en el pecho de Harry se elevo, mientras la herida misma comenzaba a cerrarse. El objeto se dirigió hasta la energía oscura de la serpiente, desvaneciéndose y quedando solo la sangre de Harry, que la serpiente oscura absorbió.
Harry respiro, sintiendo aun el dolor atravesando su pecho y su cuerpo, pero atino a abrir los ojos y ver todo borroso lo que pasaba alrededor…
La energía sangrienta se elevo hacia la estrella del techo, abrazando la energía que anteriormente había surgió de la serpiente sacrificada y cuando la cubrió por completo brillo con intensidad. La luz fue tan blanca que cegó y Harry sintió un escozor en sus ojos, pero pronto la luz cambio a roja y luego al más intenso negro, comenzando a decender lentamente.
Y a pocos metros del suelo se extendió, comenzando a tomar forma humana, y cuando esta se formo lentamente comenzó a desaparecer, hasta dejar a su lado a un hombre completo de unos 28 a 30 años. Tenía el cabello corto, completamente negro como la noche, piel pálida y sin un tono enfermizo, de cuerpo fuerte como entrenado que no dejaba nada que envidiar. Pero lo que atrapo a Harry fueron sus ojos, rojos carmesí.
Este hombre se quedo quieto donde estaba, observando en silencio alrededor y luego a Harry, se quedo en silencio mirando la cicatriz de la frente del niño. Avanzo despacio, hasta quedar a su lado.
-Potter…
Harry parpadeo apenas, débil, agotado.
-Voldemort…
En ese punto todo se volvió total oscuridad para el chico.
Voldemort frunció notablemente el seño, cuando el niño al fin cayó inconciente. Aprovecho ese momento para poner su mano sobre la frente del pequeño, especialmente sobre la cicatriz sin llegar a tocarla. Y fue cuando lo sintió, un trozo de su alma, refugiada en el interior del alma del joven Potter.
-¡Pero que demonios!- retrocedió al instante, sorprendido, luego entrecerró los ojos molesto ¿Cómo había pasado algo así?
Miro al niño aun atado sobre la mesa de piedra, haciendo memoria, analizando la única vez que lo vio hace años atrás cuando todavía era un bebe y comprendió. La vez que había intentado matarlo, seguramente accidentalmente introdujo una parte de su alma en el y lo volvió un Horrocruxes humano, algo que nunca hasta el momento, se había logrado.
Miro al niño inconciente aun atado, y sin más avanzo tomo una de las túnicas de los muggles poniéndosela, era mejor vestir algo, seguido se las ingenio para liberarlo y tomarlo en manos, agarro otra tunica del suelo y la envolvió alrededor del pequeño, luego desapareció del lugar sin dejar rastro.
Fin?
