La miraba con amor cósmico, lo que sentía era algo del más allá, no sabía qué, pero había algo en ella que siempre lo atraía.
El sentimiento era mutuo, ambos lo sabían, sin embargo pretendían no hacerlo frente al otro.

Ella lo intentaba, pero él era tímido.

La chica comenzaba a cansarse, ¿cuándo este galán se atrevería a hablarle? Sus esperanzas disminuían día con día... si él tendría el valor suficiente para dirigirle la palabra algún día, tendría que ser pronto, pues ella se marcharía en un par de meses.

Se daba por vencido de una tan extraña: no abandonaba su sueño, sólo no lo intentaba.

Sin embargo, él no sólo prometió, si no que juró tratar de utilizar adecuadamente los 20 segundos. El tercio de un minuto en valor irracional, un lapso de tiempo muy corto, capaz de comenzar con algo que puede no tener fin, incluso más allá de la muerte: el amor.

''Si amas con cuerpo y alma
y la muerte es tu asechanza,
¿moriría el amor? o
¿la muerte se enamoraría?''

Sólo es cuestión de meditarlo, porque incluso después de la muerte, tenemos una vida eterna con Dios.

Se encontraba cerca de ella, ya habían cruzado miradas, sólo ellos dos, dos cuerpos perfectos y dos almas enamoradas, nadie más.

¿Debería tomar los 20 segundos? ¿Ahora mismo o esperar una oportunidad?
Él sabía que la decisión estaba tomada desde el momento que la vio sola en el pasillo, sí, pronto arriesgaría 20 segundo de valor irracional.

Su plan: sólo lo dejaría pasar, se lo diría cara a cara, la besaría y saldría corriendo de allí, probablemente esperando que los próximos dos meses transcurrieran en una sola tarde, para así dejar la vergûenza tan pronto como fuera posible, para olvidarse.

En su mente, el chico comenzó una pequeña cuenta regresiva mientras caminaba hacia ella... 5... 4... 3... 2... 1... ya.

-Hey -suspiró, muy tarde para arrepentirse, 2 segundos- Yo... ya sabes, bueno, sí, sabes lo que siento -dudó un poco, 10 segundos- Pienso que eres hermosa, y... -hizo una pausa, 15 segundos y contando- Yo te amo -terminó apresuradamente, y en los 3 segundos restantes cerró los ojos, se inclinó para besarla dulcemente, dejándola sin aliento, con deseo de más; y salió corriendo.

Listo, 20 segundos de valor irracional. No alcanzó a ver la reacción en el rostro de la chica, pero él se sentía increíble por dentro.
Ahora iba a paso apresurado por el patio del colegio, tenía la vista fija en la nada, pero a la vez en el momento del beso, eso fue tan perfecto.

-¡Espera! -le ordenó alguien con autoridad, pero reflejando autoridad y amor, inmediatamente la reconoció era la voz de la misma chica a la que besó; se detuvo en seco, no podía creerlo.
-¿Sí? -dijo volviéndose hacia ella, con las cejas enarcadas, y una ligera sonrisa dibujada en el rostro.
-Yo... -dudó ella- también te amo -dijo sonriéndole, y extendió una mano para unirla con la del chico, él correspondió rápidamente.

Comenzaron a caminar hasta perderse en los rayos de la puesta de Sol de esa tarde, sabiendo que quedaba un par de meses, y toda una vida, incluso más tiempo... con 20 segundos de valor irracional fuera de mente, sólo puestos en el corazón.