Título: Psychological Games
Autora: Sad Whisper
Pareja: Mello/Near.
Raiting: T por ahora.
Advertencias: Slash, un poco de angst.
Estado: Activo.
P s y c h o l o g i c a l
G a m e s
«Los juegospsicológicos son series de transacciones (interacciones psicológicas o intercambios de caricias) que avanzan hacia un desenlace negativo "previsto" de antemano. Aunque en la comunicación existe un nivel social relativamente importante, lo esencial está pasando inconscientemente, a un nivel psicológico.
El jugador que ha iniciado el proceso acaba produciendo un cambio inesperado que sorprende, chasquea o frustra al jugador que ha enganchado en el juego, siendo ambos inconscientes de lo que sucede. Los dos jugadores tienen igual responsabilidad en lo sucedido: uno, por iniciar el juego a tenor de una compulsión repetitiva, y el otro por enganchar en él debido a que tiene alguna debilidad psicológica.
El resultado final es siempre insatisfactorio para los dos jugadores, quienes finalmente se intercambian caricias negativas; aunque, a veces, el que inicia el juego obtiene un resultado psicológico que en apariencia puede parecerle positivo, pero, que en el fondo, siempre es negativo. »
Wikipedia.
1. Lápices – odio tu sonrisa
Clase de dibujo. Diseño libre.
Cada mesita está equipada con una batea plástica llena de lápices de todos los colores y formas.
Cuatro alumnos por mesita. Mello, Matt, Near, Linda.
Mello frente a Near. Lo mira. El menor observa su hoja de papel blanco, inmóvil. Mello no sabe cuál es más blanco: si Near o la hoja.
Matt y Linda están hurgueteando en la caja de lápices, así que Mello decide hacer lo mismo.
Le gustan los marcadores, es fácil trazar con ellos, y a Mello le desespera colorear, así que cuando dibuja, sólo hace los trazos. No le gusta tener que llenar todos esos espacios en blanco; a lo más, raya un poco - muy a lo loco- para dar una idea del color que debe tener cada cosa. Pero pierde la paciencia muy fácilmente, así que siempre usa sólo los marcadores.
Rojo, amarillo, púrpura, naranjo.
Los recolecta todos, no le importa que no sean del mismo pack, en realidad, duda que vaya a usar todos los colores, pero quiere tenerlos de igual modo, por si a alguno de sus acompañantes se le ocurriera la estúpida idea de apoderarse de alguno de esos lápices y él, Mello, se viera justamente en la situación de querer utilizarlos.
Sigue acaparándolos, lo cierto es que le toma algo de tiempo; Matt y Linda y hasta el soso de Near ya han empezado a dibujar y él sigue ocupado en su absurda cosecha.
Toma el azul, el rosado, el marrón, el verde y ya sólo le falta el marcador negro. Es el único que todavía no coge, y el más importante porque, además de ser uno de sus favoritos, es el más potente, el que más destacará sobre el papel aún inmaculado.
No lo encuentra.
Se para bruscamente de asiento, antes de siquiera considerar la posibilidad de hacer sus trazos con algún crayón o con bolígrafo. Varias cabezas se giran hacia él, aunque sus compañeros ya están más o menos acostumbrados a sus arranques y reacciones sobresaltadas. Pero es inevitable que llame la atención.
- Eh, Mello, ¿qué te pasa? – Matt lo mira, con cara aburrida; todo el mundo sabe que a Matt las artes no se le dan, así como nada que no se relacione con computadoras le interesa.
Excepto por Mello, porque Mello es genial. Sólo que ahora, ahora mismo, está un poco cabreado.
- Nada.- masculla.
Tampoco es para echarse a llorar. Es un lápiz, sólo un lápiz. El que más le gusta usar, vale, pero ya no está como para montar escándalos por tonterías como esa, no…
- ¡Qué lindo dibujo, Near!
El chillido de Linda lo hace perder el hilo de sus reflexiones. Mello resopla, su vista automáticamente recae sobre la chica. E inevitablemente, pasa del semblante aún aniñado de ésta a la máscara de hielo que siempre le ha parecido que tiene Near por rostro.
Mello nunca se lo dirá, ni a Near ni a nadie, pero a veces le da por pensar que con dos años menos que él y todo, ese chico sentado frente a él es muy maduro. Demasiado maduro.
No sabe si es solamente porque anda serio todo el día, y porque la seriedad es tan confundible con la madurez; el hecho es que, aunque detestaría que alguien más lo supiera, o que alguien más supiera que él a veces lo piensa así, de vez en cuando se le ocurre que aquel chico podría ser más maduro que él mismo.
No es una idea gratificante ni le inspira la menor calma, mas le viene a la mente sin que él pueda hacer nada.
Near alza su cabeza, y su mirada, por dos segundos, choca con la de Mello, que sin darse cuenta, lo ha estado observando durante toda la secuencia de pensamientos en la que se ha sumergido desde hace unos minutos. Los ojos de Near son oscuros, como gris oscuro. O negro, quién sabe.
Negros como el marcador, tal vez; aunque no es por eso que a Mello le guste especialmente el marcador negro, ni siquiera sabe cómo es que ha llegado a relacionar dos cosas tan distintas de una manera tan equívoca – el lápiz le gusta, pero Near le desagrada profundamente. No tienen nada que ver.
De todas formas, Near vuelve enseguida a lo suyo. Por supuesto: nada ni nadie es digno de su gloriosa atención.
Mello, aún de pie, decide echar un vistazo a lo que ese enano pueda haber creado. Porque lo cierto es que Near le resulta tan aburrido, que imaginarlo haciendo un dibujo lindo – como ha dicho Linda- se le hace más bien difícil. Y hay pocas cosas que a Mello se le hacen difíciles…
- …
¿Qué mierda?
Sus ojos se agrandan, los puede sentir abriéndose más de lo que ya están.
El mundo no se detiene ni explota un volcán ni nada de eso, pero algo de entro de él se remueve bruscamente, algo desagradable. El marcador negro en la mano blanca, no muy grande, de Near.
El marcador de Mello en la mano de Near.
Por eso no lo encontraba.
- Oye, Mello, ¿no vas a sentarte? – casi inmediatamente, la palma de su mano izquierda golpea la frente de Matt en un intento físico de hacerlo callar.
Ha considerado la opción de darle un buen golpe, cómo no; sin embargo, se limita a la palmadita porque, aunque esté molesto, irritado, al borde de un ataque de rabia de los suyos, por esta vez, alcanza a razonar un poco: Matt no tiene la culpa.
La culpa es de…
- ¡Near!
Alza la voz, completamente frustrado. Ahora es personal. Siempre es personal.
Matt lo observa con asombro, Linda se sobresalta y se apresura a mirar a Near; pero el último no parece sorprendido, sigue dibujando unos instantes antes de levantar nuevamente el rostro, y clavar una vez más su mirada oscura en la de Mello.
- ¡Ése es mi marcador! ¡Mío! ¡¿Por qué demonios tenías que usar justamente el que yo siempre uso!?
Hay un breve silencio, y Mello llega a pensar que no va a recibir respuesta alguna.
- … no sabía que era tuyo. De haberlo sabido, te lo habría pedido.
Es tan serio, tan jodidamente serio que lo descoloca. Linda frunce el seño y Mello adivina que dirá alguna ñoñería.
- ¡No te disculpes, Near, no es suyo! Está en esa caja para que lo ocupen todos.
Near tampoco reacciona con eso, y Mello quisiera gritarle, y golpearlo; golpearlo hasta que le ruegue por favor que ya no siga, con las facciones contraídas de dolor y de miedo. De no ser por el maestro, que lee alguna tontería sentado sobre su escritorio, ya lo habría hecho.
- No te metas.- se acuerda de tratar mal a Linda, antes de volcar una vez más su atención en el más pequeño.- Entrégamelo.
- ¡Near, no se lo entregues! Úsalo si te gusta, tienes todo el derecho.
- ¡Que no te metas! – repite, nervioso.
Le choca la gente que se mete donde no la llaman, sobre todo en esos cosas que sólo lo conciernen a Near y a él.
- De todas formas – genial, ahora Matt también ha decidido dar su insignificante parecer-, ¿qué es eso, eh? – indica la hoja de Near con un ademán de desprecio- Ni siquiera sabes dibujar, sólo lo estás gastando.
- Es Mello.
- …
Silencio. Bastante incómodo. Los marcadores de todos los colores siguen reposando sobre la mesa, cerca de la hoja intacta de Mello, pero éste ya ni los mira. Enfoca la vista en el dibujo de Near, hecho con su marcador – que aún no le devuelve.
Es una caricatura, los trazos son firmes, pero se nota que lo ha hecho un niño. Lo peor es que no puede reaccionar, porque Near ha llegado y ha soltado ese maldito es Mello como si fuese lo más normal del mundo que lo retrate con su mano blanca y segura que sostiene el marcador de Mello.
Y entonces, mientras Linda compara el lindo dibujo con el chico rubio y ceñudo que sigue de pie delante de ella y de Near, mientras Matt se aguanta una carcajada porque no le gustan Near ni su humor extraño ni le gusta que Mello le pegue cuando le da la gana, Near sonríe.
Sonríe. A nadie en especial, sólo curva los labios, casi con inocencia, como si no supiera que él – Mello- siempre usa marcadores, como si no supiera que el de color negro es el mejor y más útil y que él le habría dado un uso mil veces mejor que el que le ha dado Near.
Como si todo el mundo estuviera acostumbrado a su sonrisa, como si Mello fuera todo el mundo y no estuviera completamente descolocado con esa mueca tan curiosa en su cara que ya no es una máscara.
Entonces, la sangre le hierve, porque podría borrar esa sonrisa de un solo golpe, pero el maestro, el estúpido maestro no le permitiría salvarse de esa. Podría derribarle, romper el estúpido marcador y el estúpido dibujo de sí mismo y romper de paso esa sonrisa, pero es tan repentina que no puede reaccionar como quisiera, como se supone que lo haría por ser Near tan irritante y estúpidamente serio e inoportuno.
- ¡Maldición!
Así que opta por lo más sencillo. Patea la mesa, algunos lápices se caen, las cabezas vuelven a girarse hacia él, pero no le importa. Podría patear todas las mesas para que le miren todo lo que quieran.
- ¡Mello!
Sale de la sala a paso rápido, con la furia bulléndole por las venas y ganas de seguir pateando cosas, ignorando el llamado del indignado enseñante, quien afortunadamente no lo sigue por el corredor – porque de haberlo seguido, Mello está seguro, habría terminado pateándolo a él.
Camina, camina, camina, sus pasos golpean el suelo, y sólo al llegar al patio, recuerda que no dibujó nada de nada.
Y una vez más, la culpa es de Near.
Yey~ espero que les haya gustado. Personalmente, disfruté mucho escribiendo este capítulo, creo que por haber investigado algunas cosas – y leerme todos los MelloNear que he encontrado a mi paso xD- me fue menos arduo adentrarme en los personajes.
Claro, tampoco es una obra maestra, pero algo es algo.
Una cosa nada que ver: estaba viendo unas escenas de DN dobladas al inglés y me encontré con este diálogo, cuando Light y Ryuuzaki están en la habitación de Misa (creo):
Misa: I couldn't bear living in a world without Light!
Ryuuzaki: Yes, that could be dark.
LMAO no la había visto/oído antes y me encantó xD
En fin, quedan 5 ó 6 capítulos por delante, así que nos vemos :3