Para que no me olvides...
Escrito por Princess Sheccid
Disclaimer:
Lo he dicho ya miles de veces, pero aún así (suspiro de resignación u.u), siempre tendré que decirlo: InuYasha y compañía no me pertenece! Todos ellos fueron creados por Rumiko Takahashi sensei, para mí, la diosa del manga.
Bueno, ya dije todo lo importante. Ahora sí empezamos!
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Prólogo
Los dos jóvenes amantes iban avanzando muy rápido por el frondoso bosque. Esquivaban árboles, piedras, arbustos: todo aquello que interrumpía su huída. Sus largas cabelleras de plata y ébano eran onduladas con la suave brisa que se formaba.
Varios metros mucho más atrás, tres voces al borde del desmayo, decían sus nombres a coro, tratando de manera inútil alcanzarlos.
o Para Inuyasha -dijo Kagome, con una suave risa. Su dulce voz era una caricia a los oídos del hanyou.- Con tu velocidad, los muchachos nunca podrán darnos alcance.
Inuyasha despegó la vista del camino y bajó la mirada hacia la chica, a quien tenía presa en sus fuertes brazos. Le dedicó una sonrisa encantadora, como sólo sabía dárselas a ella.
o Esa es la intención. –sonriendo una vez más, la abrazó más contra sí.
Pasó un tiempo, en el que sólo escuchaban el crujir de ramitas y hojas secas al ser pisadas. Inuyasha agudizó el oído. Detuvo su veloz carrera, cuando hubo confirmado la ausencia de las voces de sus compañeros. Dejó suavemente a Kagome en el suelo.
Después de eso, ambos se sonrieron mutuamente, con un brillo de infinito amor dejándose translucir en sus miradas. Con un sonrisa pícara acentuada en su rostro, como si se hubiera librado del castigo de una travesura, el joven mitad bestia inclinó el rostro hacia la chica. Ella, sin echarse atrás, también se acercó, fundiéndose ambos en un beso. Él la atrajo hacia sí por la cintura y ella, por el cuello.
No habían pasado ni siquiera diez segundos cuando nuevamente se escucharon las tres voces en la lejanía. Ambos se separaron, mirándose cómplices y soltaron una risita juguetona.
Retomaron su avance, pero ya sin correr. El hanyou apretaba gentil la mano de la doncella, quien sólo se sentía como flotar entre nubes de algodón. Llegaron a un claro de ese espeso bosque.
De pronto, el hanyou soltó la mano de Kagome, quien sólo atinó a mirarle con curiosidad. Inuyasha se agachó y tomó entre sus manos una bella flor blanca, que despedía un aroma delicioso. La desprendió del suelo y con gran cuidado se la colocó a la muchacha en los cabellos.
El rostro de la chica fue adornado por un leve sonrojo. Se lanzó a sus brazos, aprisionándolo con los suyos. Él sólo correspondió a ese gesto de cariño.
o Arigatou, Inuyasha. –susurró suave. Abrió los ojos, que se mantenían cerrados y miró el lugar, con una pequeña sonrisa en el rostro. Se separó levemente de su amado.- Mira Inuyasha, -a su mente vinieron muchos recuerdos- aquí fue el lugar donde nos conocimos.
Recorrieron con la mirada el paisaje que se les presentaba. A un lado divisaron el Árbol Sagrado, y en otro extremo, el pozo que comunicaba ambas épocas, tanto la de las guerras civiles como la era tecnológica. La muchacha se abrazó nuevamente a él.
o Me sentía muy asustada al principio, pero con el correr de lo días, comprendí que estando a tu lado nada malo podía pasarme. Que desde ese día, -levantó su mirada castaña a la ámbar de él, quien le miraba con gran cariño- iniciaría una etapa muy importante en mi vida. Y así lo ha sido, y más, porque estás aquí, a mi lado.
Inuyasha separó los labios para decir algo, pero de su boca no brotó ningún sonido. La causa de su silencio se vislumbraba arriba, en el cielo, que de un momento a otro, empezó a oscurecer.
Nubarrones negros ocultaron la luz del sol de mediodía y de pronto todo pareció hacerse de noche. Una voz, proveniente de ningún lugar en específico empezó a hablar.
o Pues aquí termina esa etapa. –una risa cruel resonó en el lugar.
Inuyasha, presintiendo lo que se venía, puso a su amada detrás de sí, tratando de protegerla de cualquier ataque repentino.
o Maldito Naraku. –murmuró entre dientes. La risa del enemigo se escuchó, pero él no se veía por ningún lugar cercano.- ¡Muéstrate y enfréntame! No seas cobarde...
El hanyou miraba a todos lados, furibundo, tratando de localizar el olor del enemigo en el ambiente. Sin embargo, no se percibía ningún aroma en particular. La chica, sintió un miedo intenso recorrer su cuerpo. No sentía la presencia de los fragmentos de la perla.
o Con la chica a tu cuidado no podrás moverte un ápice. –notó el rostro furioso del hanyou- Pero noto tus grandes deseos de luchar...
Un tentáculo apareció repentinamente, acercándose peligrosamente al cuello de la chica. Inuyasha con las justas pudo asestarle un golpe con Tessaiga, destruyéndolo en el acto. De pronto, dos tentáculos más aparecieron, dirigiéndose a la espalda de la chica. El muchacho estaba más que furioso. Con dos golpes exactos, acabó con ellos.
Trató de adivinar el próximo ataque, usando su agudo oído. Sin embargo, sus intentos fueron en vano, ya que los siguientes golpes fueron dados en todas las direcciones. El chico estaba muy confundido.
En un rápido movimiento, tomó de la mano a la muchacha y la llevó al pozo. Se acercó rápido a su oído y le murmuró entre dientes:
o Será mejor que regreses a tu época. –la tomó entre sus brazos y dijo con mucho pesar- El maldito se las está ensañando contigo. No quiero que tu vida peligre.
o Pero Inuyasha, yo... –la linda joven se aferraba a su haori, tratando de hacerle cambiar en su decisión. Levantó la mirada, encontrándose con la de él que se mostraba muy preocupada.
Nuevamente la voz volvió a escucharse.
o ¿No es una ironía? En este sitio llegan a conocerse, y aquí mismo, -añadió con voz macabra- será el último lugar en el que se verán.
Un último tentáculo, mucho más rápido que los anteriores, se dirigió al cuello de la sacerdotisa, quitándole el pequeño pedazo de perla que habían formado con unos pocos fragmentos encontrados con mucho esfuerzo. En su acción, terminó por empujar a la desprevenida chica por el pozo.
Inuyasha, viendo como en un sueño caer a su amada, en vano se lanzó tratando de sujetar su mano, porque cuando cayó, ella ya lo había traspasado.
Abrió mucho los ojos, con un terror intenso reflejado en ellos. No sólo no había podido impedir el traspaso de Kagome a la otra época (quien ya no tenía el fragmento para regresar): también, él se veía imposibilitado de viajar allá.
De un momento a otro el oscuro pozo se llenó repentinamente de luz, indicando la fugaz huída de su enemigo y con él, de los fragmentos de la perla.
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... Continuará...
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Notas de Princess Sheccid:
Konnichiwa minna-san! n-n
Sé que aún no termino de escribir el otro fanfic ('Un fantasma degenerado') pero mi mente y mis manos reclamaban por escribir esta historia que hace mucho que tengo anotada en un cuaderno...
Espero con todo el corazón que este nuevo proyecto sea de su agrado, y que me expresen su opinión sobre él. Se los agradecería muchísimo!
Bueno, entonces, ya no les aburro con tanta charla...
Matta ne!
