¡Hola y bienvenidas a mi primer fic!, espero que les guste de todo corazón.
Los personajes no me pertenecen, son de la amazing J.K. Rowling.
¡Advertencia! Este fic incluye bastante erotismo, rating: m+ solo que se debe esperar un poquito para eso... jeje.
Hermione Granger se encontraba sola en su habitación en el colegio Hogwarts de magia y hechicería, mirando su diario sobre la cama, llevaba un tiempo parada ahí, solo mirando el cuaderno rosa con un dibujo de Ariel, la sirenita, en la portada, suspiro.
Salió de la habitación caminando con su determinación característica por los pasillos hacia el gran comedor, en donde los estudiantes ya se encontraban desayunando. Vio a lo lejos a Harry y se sentó a desayunar con él, tendrían clases de trasformaciones más tarde, pero olvido un libro en su habitación por lo que se devuelve por él.
Cuando iba a subir las escaleras hacia su torre se fijó en dos personas encapuchadas que se adentraban en un pasillo contrario con sigilo, una de las figuras volteo y al mirarla salió corriendo perdiéndose en una esquina. Una alerta se enciendo automáticamente en la cabeza de la castaña y salió disparada tras esas personas, al llegar a la esquina se encontró con una escalera que subía y otra que bajaba, desde la que se perdía una capa ondeante.
Hermione saco su varita mientras bajaba con sigilo las escaleras, no demasiado rápido para no tropezar, pero se detuvo al escuchar una voz femenina preguntar si ya no les seguía y otra voz masculina titubear antes de decir que nadie les seguía ahora, escucho pasos rápidos alejarse de donde ella se encontraba, por lo que se arriesgó a asomarse y ver que las dos figuras se alejaban por un pasillo solitario que conducía a las mazmorras, los siguió y vio que entraban al salón de pociones dejando la puerta entre abierta.
La castaña corrió hacia la puerta y se escondió detrás de esta espiando por la rendija que quedaba entre la puerta y la pared. Puedo ver entonces a Blaise Zabini quitarse la capucha, apoyándose en la pared y a Pansy Parkinson acercándose a un caldero en el cual bullía alguna poción y comenzaron a hablar.
- Ya está lista Blaise, ahora solo falta hacer que se la tome –Parkinson movía su varita sobre el caldero con lentitud, su cara mostraba una enorme sonrisa de suficiencia, mientras que el moreno le miraba con preocupación.
- Esto es demasiado riesgoso Pansy, aún no sabemos qué efectos tendrá… estas poniendo demasiada fe… - dijo Zabinni, pero la pelinegra le interrumpió.
- Lo sé- bajo la varita y le miro con dureza– pero no veo otra forma de salvar a Draco, si hacen lo que tienen planeado para él no abra vuelta atrás.
- No niego que Draco corre un gran peligro, pero… esto será más riesgoso para ti y para él-
- Siempre que no me descubran o tú abras tu bocota- le espeto la pelinegra volviendo su atención al caldero.
Zabinni le miro hosco, pero no dijo nada más, se movió con nerviosismo por el salón mientras Parkinson tomaba una botellita y la llenaba con la poción de un azul brillante que a Hermione le sonaba de alguna parte.
- crees en serio que esto logre hacer que san Potter sea expulsado?... Y si es así, ¿cambiara en algo lo que va a pasar? – dijo Zabinni después de una pausa y dándole la espalda a su compañera de casa.
- Amigo mío, esto servirá para que el señor tenebroso tenga a Potter a su alcance, Draco no tendrá que hacer nada de lo que se le pidió y además se nos recompensara- dijo con una gran sonrisa canturreando las últimas palabras y colocándole el corcho a la botella mientras el chico se volteaba un poco.
- El problema está en cómo hacer que Potter se la tomé- dijo Zabinni después de una corta pausa, aun dándole la espalda a Parkinson, pero Hermione podía ver su perfil y su expresión era pensativa.
-Tranquilo eso lo tengo cubierto- dijo Parkinson, con una sonrisa macabra dibujada en su rostro, levanto la botella de poción poniéndola a la altura de su pecho, sosteniéndola como si estuviera enseñándola y fijando la mirada en la puerta.
En ese momento Hermione se dio cuenta de que había sido descubierta o peor… Todo eso había sido una trampa para atraerla a ese lugar. El miedo le hizo latir el corazón a mil, se levantó de un brinco y camino hacia atrás mirando a las dos personas que aún se encontraban dentro del aula los cuales comenzaban levantar sus varitas apuntando a la puerta, pero no se movían de donde estaban. Esto le pareció muy extraño a la castaña, no había hecho ningún ruido, pensarían entonces que su plan fallo? Que ella en realidad nunca los siguió? Eso le dio algo de esperanza, por lo que, lo más silenciosamente que podía comenzó a girar sobre sus talones y entonces entendió por qué los Slytherin se quedaron parados dentro del aula.
Otra figura negra, alta y encapuchada se encontraba delante de ella apuntándole con la varita justo a la cara. Antes de que Hermione pudiera reaccionar de alguna manera la figura susurro un hechizo y de repente todo se oscureció, antes de que sus ojos se cerraran por completo sintió unos fuertes brazos sosteniéndole antes de tocar el suelo… además de un último sonido… una risa macabra…
Hermione Granger abrió los ojos de pronto incorporándose de un brinco, sentía que había estado sumergida en agua y finalmente podía respirar nuevamente o como si le estuviera dando un ataque de asma, no lograba que el aire llegara como debía a sus pulmones, su corazón latía a mil por hora, sentía la boca seca, un sudor frio le recorría el cuerpo entero, cerró y apretó los ojos con fuerza hasta que su respiración se calmó un poquito, solo entonces sintió suficiente fuerza para mirar donde se encontraba.
Estaba en su habitación. Ya caía la tarde. Estaba sola.
Tenía la cobija empapada en sudor y enredada en las piernas, cuando ya estaba por deshacerse de la molesta cobija la puerta de su habitación se abrió. Lavander Brown entro, sonreía tímidamente mientras se acerba a su cama.
- Hola dormilona, como te sientes? -
- Hola… estoy… confundida – logro decir Hermione con bastante dificultad, con la voz entrecortada ya que no lograba que su corazón dejara de correr con desesperación y su respiración se normalizara, con preocupación dibujada en la cara Lavander se sentó en una esquina de la cama de Hermione.
- Y nosotros!... Ron te encontró desmayada cerca del aula de pociones y te llevo a la enfermería – Hermione la miro con confundida, Lavander la miro unos segundos, sonrío y respondió la muda pregunta que la castaña le estaba formulando – ¿como lo supe? Pues porque en ese momento estaba ahí, estoy aprendiendo magia curativa con la Sra. Pomfrey desde hace un mes.
Todo en la cabeza de Hermione estaba dando vueltas, el par de serpientes en el aula de pociones, el tétrico plan para entregar a Harry a Voldemort, la poción que ella creía haber visto en otro sitio… Se estaba rebanando los sesos tratando recordar algo además de la macabra risa que escucho antes de desmayarse. Escuchaba los latidos de su corazón acelerados en sus oídos y en su cabeza por lo que se puso las manos en cabeza mientras cerraba los ojos con fuerza, Lavander puso con cuidado la mano sobre su hombro en un gesto cariñoso, Hermione abrió los ojos y la vio con una sonrisa tímida, pero la preocupación dibujada en su rostro.
-Yo te realicé los hechizos de primeros auxilios, básicamente fuiste mi conejillo de indias, según la Sra. Pomfrey lo hice bien, pero… Al verte así… - desvió la mirada, con las mejillas algo sonrosados de vergüenza y retiro la mano de su hombro.
Hermione se dio cuenta de que Lavander se sentía responsable por lo estaba sintiendo, pero nada podría estar más lejos de la realidad, se sintió mal por la chica frente a ella y le tomó la mano.
-Gracias, lo hiciste muy bien, me siento mejor de verdad- le sonrió de corazón mientras su compañera sonreía y meneaba la cabeza negativamente, se levantó de la cama.
-Ah! Cierto, antes de que se me olvide, la Sra. Pomfrey me dijo que te diera esta poción, si te sientes mareada, con el corazón acelerado o con la cabeza embotada te sentara de maravilla- le dijo enseñándole un frasquito con una poción azul, casi translucida.
La castaña la tomó y mirándola por algunos minutos, pensando en lo que los Slytherin habían dicho con respecto a Harry, Lavander comentó como si nada que la preparación la había hecho la Sra. Pomfrey, Hermione se sintió una mala persona nuevamente, había hecho pensar a su compañera de casa que era una inútil en lo que respecta a magia sanadora. Así que se la tomó de un trago entregándole la botella a Lavander nuevamente.
-Harry y Ron están en práctica de Quidditch, al parecer quieren entrenar hasta el último minuto del día- dijo con un bufido y con esto la chica salió de la habitación dejando a Hermione sola nuevamente.
Su sonrisa se hacía más y más ancha mientras bajaba las escaleras de la torre de Gryffindor, se había guardado el frasquito en el bolsillo de la falda. Entro en el Gran Comedor y se dirigió a la mesa de su casa, escrutando los rostros de todos los que se encontraban ahí. Encontró entonces lo que estaba buscando, el equipo de quidditch de su casa estaba reunido en esa mesa, todos parecían molestos, se acercó entonces a donde estaban Harry y Ron.
- Maldito sean todos los Slytherin! ¡Por su culpa cancelaron nuestro entrenamiento de hoy! – decía Ron con la cara tan roja como su cabello, entonces Harry se fijó en que ella se había sentado frente a él.
-Como sigue Herms? ¿Pudiste decirle que estábamos aquí? - le pregunto preocupado.
- Si, ella ya está un poco mejor, me dijo que les encontraría en el campo de quidditch, pensé que seguirían ahí…-
- No deberíamos ir a verla Ron? - el ojisverde miro a su compañero mientras tomaba un vaso de jugo de calabaza.
- No es buena idea Harry, cuando las mujeres pasamos por… esos días… es preferible no molestar… Es por tu propia seguridad- dijo entonces Lavander con seriedad, Harry volteo a mirar a Ron, pero antes de que pudiera decir algo, Ron junto con las demás chicas que estaban escuchando asintieron dándole la razón a Lavander. Y a Harry. entonces, no le quedó más remedio que suspirar asintiendo junto con sus demás compañeros.
Lavander miro entonces a la mesa verde y plata, Parkinson le hizo una seña con la cabeza hacia la puerta con una mirada fría e inexpresiva, se levantó de su mesa rojo y dorada saliendo en dirección al lago donde un Draco Malfoy le esperaba apoyado en un árbol.
-Lavander… - dijo sin mirarla y con su típica expresión indiferente cuando la chica estuvo lo suficientemente cerca.
-Malfoy… - La gryffindor no podía disimular su sonrisa por más que se esforzaba, las piernas le temblaban un poco, era ya de noche, hacia frio, la luna se asomaba tímidamente, mientras las estrellabas brillaban con fuerza en una noche sin nubes.
- Se tomó la poción completa? ¿Te aseguraste de eso? – dijo Draco clavando sus ojos grises en los almendra de ella, mirándole con intensidad, pero manteniendo su actitud indiferente.
- S… si – tartamudeo la chica, mientras veía a Malfoy directo a los ojos, los pómulos se le colorearon de rosa mientras desviaba la mirada, simulando que veía su bolsillo del que saco la botellita acercándosela al rubio.
- Ja, deberías ser una Slytherin, pequeña traidora- dijo el rubio mientras sonreía de lado y tomando la botella, acariciándole con un dedo el pulgar.
Lavander miro al piso todavía sonriendo bobamente, moviendo las piernas un poco, con ansiedad, Malfoy le susurró algo al oído mientras en un rápido movimiento le tocaba el pecho derecho, le miro una vez más a los ojos y se alejó de ahí.
