Good, este es mi primer fanfic largo de The Loud House, bueno, ese es el plan, que sea largo xD. Adelanto que es una especie de experimento que involucra Loudcest (por los momentos, no adelantaré el shipp), un shipp curioso que me animé a incluir (Jordan chica x Lincoln), un OC arriesgado y un Lincoln en constante evolución que se presenta muy OoC en el principio de este capítulo (espero justificarlo bien con su "evolución"), además de tomar muy en cuenta los sucesos en "Sé Mi Amor, Stella", siendo Stella parte del grupo de amigos de Lincoln (junto a Clyde, Rusty, Liam y Zach).Y, pues, espero les guste este capítulo 1 escrito por este humilde servidor.

[Advertencia de Loudcest futuro en este fic, y quizás cambio de calificación de T a M. (?)]

[The Loud House no me pertenece ni muestro intenciones de lucro con esto, simplemente es un hobby.]

"La curiosidad mató al gato"

Sus miradas, entrelazadas y fijas por y para la otra, hacían denotar la intensidad del momento, ¿Cómo rayos las cosas pasaron a un nivel tan surrealista en tres años? Pensándolo mejor, era bastante tiempo, una guerra sin treguas que cambió Royal Woods y ahora se encontraba en su clímax, no había más que decir o hacer, el Hombre del Plan efectuó su obra maestra al pie de la letra mientras que el Perfect Boy llevó las cosas naturalmente al punto indicado para vencer.

- La victoria es relativa, Lincoln Loud.-

- Relativa y de mi pertenencia.-

- Cuánta confianza.- Dijo, mientras peinaba su cabello rubio hacia un lado, reluciendo una sonrisa de lado que hacía destellar su seguridad.

- Acabemos con esto. Quién fue primero, ¿La gallina o el huevo? - Dos pasos dió al frente con los brazos abiertos sin despegar la mirada del chico.

- El huevo. Cuestión de evolución y no de dialelo. Y qué te parece, ¿Big Bang o Dios? -

- Va más allá de nuestra comprensión, un par de paradojas y algo de sentido común desmantela la lógica de cada opción, aunque... Podría decirse que son lo mismo.- Sí, esa respuesta salió de la boca de Lincoln Marie Loud, cuánto había cambiado, psicológica y físicamente había cambiado, ahora era un alto adolescente de 16 años, de contextura delgada como siempre, pero algo de musculatura se podía notar en sus brazos, además su cabello era más largo, peinado hacia atrás.

- Muy bien, Lincoln, estamos a la par.- Dijo aquél rubio antes de sentarse en una sencilla silla de madera, adoptando una pose despreocupada al cruzar una de sus piernas por encima de la otra e inclinar su espalda un poco. Y sonrió.

El escenario. El par se encontraba dentro de una habitación vacía, poco había además de aquélla silla de madera, algunos cuadros con arte abstracto enmarcado colocados en las blancas paredes, un pequeño mesón con flores rosas blancas y otra silla de madera, ubicada a un par de metros de la ya ocupada.

- Yo siento que el Game Over está bastante cerca para uno de los dos.- Dijo el albino posicionándose detrás de la otra silla de madera, colocando sus dos brazos en el espaldar, aún sin apartar su mirada de la del otro.

- Pues... Tengo un último As bajo la manga.- Ante ello, Lincoln arqueó la ceja, pero soltó una corta risa.

- ¿En serio? Ja, ja... Muestra lo que tienes.- Dijo un tanto sarcástico. Entre tanto, sacó un smartphone del bolsillo de su pantalón.

- Je... Tu juguete no te ayudará ya.-

"CRAC!"

- Lo sé.- Contestó, tras sacudir el smartphone fuertemente en el suelo, acción que lo rompió en totalidad.

La expresión del chico rubio fue serena, sonrió ligeramente y peinó su cabello, realmente era sorprendente la valía de su rival... Rompió la cosa que cambió todo su alrededor, su forma de ver al mundo y a él mismo, rompió la cosa que cambió su vida, que propició el enfrentamiento con este chico por tres años, que lo llevó a tomar medidas desleales de por medio perdiendo grandes amistades como consecuencia.

- Aún recuerdo el día del regalo, Harry.-

- Ah, sí, el peor error de mi puta vida.- Complementó "Harry", ante la risa de Lincoln.

- Vale la pena recordarlo.- Y tanto que valía la pena, remontarse tres largos años atrás como los flashbacks en las películas, volver a esa época en donde todo era normal.

3 años atras...

El verano acababa y Lincoln Loud veía, con una mezcla de entusiasmo y desanimo, a la secundaria. El tiempo sí que había pasado, tenía ya 13 años de edad y la familia Loud había perdido un miembro luego que Lori partiese a la universidad. Cabe destacar que, en dos años, deberían haber perdido dos miembros, pero Leni era un caso perdido y, pese a los grandes esfuerzos por parte de Lisa y Lincoln, no logró ingresar en la universidad, cosa que la llevó, a día de hoy, buscar prosperar como diseñadora de ropa independiente.

Además de esos detalles, la familia Loud seguía bastante igual, con cada chica en lo suyo y sin abandonar sus personalidades, sueños y pasatiempos; y Lincoln apoyándolas con todo el gusto del mundo, derritiéndose cada vez que las veía sonreír u oía reír, aún a pesar del constante caos que ellas provocaban, que él agravaba pero que siempre solucionaba.

Y, hablando de Lincoln, éste se encontraba en clases, el primer día de clases en séptimo grado, se acabó asistir a la Escuela, ahora asistía a la Secundaria, nuevo profesor, nuevo ambiente, aunque eran los mismos compañeros, eso era bueno, contar con sus inseparables amigos era esencial.

"Hay un chico nuevo, es la encarnacion humana de la perfeccion :o segun fuentes confiables" ¿Perfección? Lincoln no se preocupó en lo más mínimo al leer tal escrito en un pedazo de papel por Clyde, y procedió a responderle.

"Ajá :v" Fue su corta respuesta, ahora intercambiando una mirada divertida con Clyde que se encontraba a dos pupitres lejos de él.

"RIIINNG", y sonó la campana que daba inicio a la primera hora de descanso, Lincoln se reunió rápidamente con Clyde, Rusty, Liam, Zach y Stella en los pasillos, específicamente al frente de sus casilleros.

- Entonces, el chico nuevo es el chico perfecto.- Repasó el albino mientras metía sus cosas en su casillero quedando solo con una bolsa en mano, ahí guardaba su merienda.

- Tiene un sentido del humor fino, una capacidad atlética e intelectual envidiable y... Es rubio.- Decía en voz alta lo que leía de su humilde teléfono el chico McBride.- Un espécimen magnífico.

- Espera, ¿No lo conocen? - Objetó Lincoln al deducir cosas, sus amigos le hablaban de ese "chico perfecto" como si expusieran la biografía de una persona.

- Es que está en otra clase, creo.- Respondió uno de los dos pelirrojos, Zach, mientras se acomodaba sus gafas.

- Muy perfecto dicen pero estoy seguro que ese chico huiría al luchar contra un cocodrilito, no sabe lo que es bueno.- Dijo Liam con orgullo y característico acento sureño.

- Y dudo que sea mejor que yo montando en bici, Rayos Oxidados es lo mejor.- Dijo en tercera persona ahora Rusty también con orgullo.

- Hey, chicos, ustedes son geniales, cada quién se especializa en algo, ¿No? Así que, independientemente de lo perfecto que sea ese chico, nosotros nos divertiremos.- Opinó Stella con una sonrisa, ante el buen recibimiento de lo que dijo por parte de sus amigos.

- ¡Claro! De las virtudes se forja el camino al éxito, citado de un fabuloso libro que la Doctora López me recomendó.- Dijo Clyde, con una sonrisa recordando sus sesiones con la Dra. López.

- Pues yo quiero conocer a ese chico.- Dijo el albino.

- Yo también.-

- Y yo.-

- ¡Sí! -

- Bueno, en resumen todos queremos conocerlo.- Y río un poco Stella, para luego darse la vuelta.- ¡Siganme los buenos!

Y así, el grupo de amigos fue en busca del Perfect Boy, y qué rápido que lo hallaron una vez se trasladaron al patio.

- Wow.- Alcanzó a pronunciar la de cabellos negros viendo hipnotizada al tan mencionado chico.

Lo habían hallado justo cuando el chico procedía a peinar hacia un lado su cabello rubio, alborotado y extrañamente atractivo con una de sus manos, mientras reía. Su dentadura, ¿Era posible tener dientes tan blancos?; y su piel pálida, wow, qué limpia piel tenía, ni un grano.

- Emmmm.- Lincoln no sabía que decir, solo había visto al chico reír y peinarse su cabello de una forma tan cliché que rozaba lo absurdo, pero no importaba, el atractivo que poseía lo impresionó.

- Es precioso.- Murmuró Clyde con brillos en sus ojos.

- ¿Qué has dicho, Clyde? - Preguntó el albino, que salió de su impresión ante el susurro.

- Nada.-

Vale, eso fue raro, cosas de Clyde; decidió ignorarlo y centrarse en el chico, esos ojos no parecían ser humanos, de color plateado, con "pestañas y cejas absurdamente femeninas", pensó Lincoln.

- Ok, yo y mi acné no saben si llorar o corear el nombre de ese chico.- Dijo Rusty igual de impresionado que el resto por el parecido de aquél chico con uno de los cliché cantantes de Pop de esos que están de moda y enamoran a millones de mujeres.

- ¡Tiene los ojos plateados! - Exclamó Zach.

- No es taaan genial... - Dijo Lincoln, intentando desviar la impresión de sus amigos, aunque ni él mismo se creía lo que decía.

- Aún sigo pensando que no podría con el cocodrilito.- Dijo Liam frotándose la barbilla con sus dedos.

- Es lindo.- Dijo Stella con simpleza, siendo ella al parecer la primera que salió de la impresión del momento.

¿Lindo? ¿Precioso? Porque sí, Lincoln había escuchado a Clyde perfectamente, ¿Acaso ese chico era superior a él en todo sentido? "Bah, imposible", pensó el albino.

- ¿Qué tal si vamos a conocerle? - Propuso el hijo de en medio en la familia Loud.

- No sé, soy socialmente inepto para estas cosas, y más si es un chico perfecto.- El semblante de Clyde decayó.

- ¡No digas eso, Clyde! Eres genial siendo lo que eres - Le reprendió la chica, no iba a dejar que su amigo se desanimara. - Mejor olvidemos a ese chico, Linc.- Le dijo ahora a Lincoln con el ceño fruncido.

- Está bien.- Asintió un poco de mala gana, aunque lo vió razonable.- Y no digas eso de ti, amigo, los seis juntos estamos bien, socializar está sobrevalorado.- Algo así había oído de una de sus hermanas alguna vez...

- Tienen razón, chicos, perdón por desanimarme de esa forma. Debo acordar una sesión con la Doctora López.-

- Nada de psicología, después de clases qué les parece si vamos al Arcade.- Sugirió Rusty con una sonrisa.

Y así se oyeron respuestas afirmativas y entusiastas como un "¡Genial!" o un "Me parece estupendo" mientras se alejaban caminando, aunque... Lincoln no había quedado para nada satisfecho con lo sucedido, quería conocer a ese chico y por qué era el tema de conversación número uno en séptimo grado... Pero bueh, quizás Stella tenía razón, quizás lo mejor era olvidarlo, solo les recordaba a ellos lo poco atractivos que eran en comparación...

La segunda hora de clases comenzó para Lincoln, momento de... ¿Música? ¿Desde cuándo eso era una asignatura? Qué novedad. El profesor de dicha materia era un joven muchacho de cabello largo y negro, aparenta unos 20 años de edad; decían de él que era amable y carismático, además de habilidadoso con la guitarra, había atraído mucho la atención en el receso cuando se sentó junto a un grupo de estudiantes y ejecutó una canción, simplemente era genial.

- ¡Bien, chicos! Me presento, mi nombre y apellido son Marcus y Graham. Creo que está más que claro que seré su profesor en esta asignatura durante este curso, quizás por el siguiente, todo depende de la paga que, entre nos,... No es la mejor.- Ante ello, los estudiantes soltaron carcajadas divertidos.- Bien, unas risas no estuvieron nada mal para aligerar la tensión, ahora hagamos algo... Digan sus nombres y tal, quiero conocerlos un poco.

Al escuchar aquello, la mayoría no mostró intenciones de ponerse de pies para presentarse, simplemente por vergüenza, y fue Jordan chica la primera en hacerlo tras varios segundos.

- ¡Hola, señor Graham! Yo me llamo Jordan.- Se presentó la chica con una amistosa sonrisa, sonrisa que correspondió el profesor.

- Un gusto conocerte, Jordan, ¿Te gusta o te atrae algún instrumento musical en particular? - Preguntó, ante el cambio de expresión de Jordan, que se puso algo pensativa.

- Ummm... ¡La guitarra! - Contestó la castaña, recordando a la hermana mayor de Lincoln, Luna, y lo talentosa que era ella con dicho instrumento.

- Interesante, pues es mi instrumento preferido, quizás si te adentras más en este mundillo terminas siendo una grandiosa guitarrista.- Dijo amable, ante el rubor de Jordan, y, en verdad, ella no había pensado nunca en tocar un instrumento. Ahora que se lo decía Graham, su interés se asomó un poco a la luz.

- Quizás.- Dijo soltando una corta risa.

Toda la conversación no pasó por desapercibida para Lincoln, quién se centró principalmente en Jordan, últimamente pensaba que era una linda chica, su personalidad le encantaba y sus atributos físicos le parecían aún más encantadores. Se había fijado en ella de pronto... Bueh, se había fijado en tantas chicas, bueno, no tantas, pero el número de fracasos era considerable, y nunca más estuvo tan cerca de un noviazgo como cuando su relación no aclarada con Ronnie Anne, lástima que no viva en Royal Woods desde hacía dos años, aún así se veían tras cada cierto tiempo y hablaban por videochat alguna que otra vez cada semana, eran buenos amigos. Pero algo era cierto: Lincoln no pegaba una en el amor, y ahora se fijaba en Jordan. A veces se preguntaba por qué no podía vivir tranquilo leyendo fabulosos cómics de Ace Savvy y destrozando zombies junto a Clyde por las tardes.

Las presentaciones continuaron, fueron momentos divertidos, como cuando Jordan chico pasó a presentarse y el profesor hizo una broma por el nombre "compartido" con Jordan chica, o cuando la presentación de Risas, quién llenó de bromas pesadas al pobre Graham. Sin dudas, era una gran hora de clases con esto de la dinámica de las presentaciones, dinámica que fue interrumpida al abrirse la puerta de pronto. Lo que entró dejó a todos impresionados.

- Es él.- Se dijo a sí mismo Lincoln.

Sí, era el archi ultra popular chico perfecto que no llevaba ni 3 horas como estudiante en aquel instituto, ¿Por qué la popularidad? Era esa la pregunta que se hacía Lincoln, qué frustrante era recibir un "No sé".

En fin, se destaca que el chico perfecto no estaba solo, sino que acompañado por la directora del instituto, la señora Woods, una mujer de mediana edad, cabello rojizo y de estricto carácter.

- Buenos días, señor Graham, ¿Cómo está? - Saludó formalmente la mujer.

- Buenos días, señora Woods. Pues bastante bien, conociendo a mis estudiantes - Contestó con una sonrisa, aunque la seria expresión de la sra. Woods le incomodaba.

- Excelente. El punto de mi aparición es que surgió una confusión con el presente estudiante, hubo una equivocación de clase, es esta la suya.- Explicó la mujer.

Lo celebró Lincoln para sus adentros, al fin obtendría la respuesta a su pregunta, seguramente el profesor indagaría en él cuando se presente como hizo con todos. Y si no pasaba aquello, solo tendría que hablar con él, ahora es su compañero de clases.

- Entiendo, entonces está bien.- Asintió Graham sin mucho más que decir.

Finalmente, la directora dijo algo más y se fue, dejando al chico en el aula. Era hora de lo bueno.

- Entonces, ¿Cuál es tu nombre? - Le preguntó el profesor, ante la sonrisa casi exagerada de Lincoln, no esperaba que fuese al grano tan rápido.

- Harry, Harry Hart.- Inmediatamente después de escucharle, todas las féminas en el aula mostraron atracción por la voz de aquél chico, a excepción de Stella.

- "No me jod... Espera, Lincoln, no digas palabrotas... No, espera, puedo decir palabrotas, es mi mente... Esto debe ser una mala broma, su voz es perfecta... Aagh." - Pensaba frustrado, la voz de ese chico era estúpidamente melodiosa. Se cubrió su rostro con la mano.

- Harry... ¿Te gusta o atrae algún instrumento? ¿La música en sí te atrae de qué forma? - Preguntó Graham.

- Asisto a clases de canto y piano dos veces a la semana desde pequeño. Adoro expresar mis sentimientos con la música, es un idioma que todos deberían aprender, es hermoso, casi tanto como la naturaleza y las chicas.-

- "Y con esa voz, y con esos ojos, y mientras se peina el rubio cabello hacia un lado, lo que queda es..." - Pensó Lincoln ya irritado, todo lo que salía de la boca de ese chico parecía ser atractivo para las chicas, quiénes se derretían en sus asientos.

De pronto, la puerta se abrió y, de ella, apareció Luna Loud con una cara de suma emoción. - ¡Este chico es genial! - Y tan rápido como entró, salió.

- "Bien, eso fue extraño, pero miraré el lado bueno... Harry será tema de conversación hoy en la cena." - Pensó el albino ahora golpeando su cabeza contra el pupitre.

- Ignoraré eso.- Se dijo a sí mismo en voz alta el profesor.- Y tú, Harry.- Continuó.- Muy bien está tener otro músico entre nosotros, ya veremos cuál es tu nivel y qué se podría mejorar.- Dijo con una sonrisa, sin dudas le había caído genial aquél chico. Ah, y con "otro músico entre nosotros" se refería a que es, junto a Tabby, el único del aula que, aparentemente, sabía ejecutar algún instrumento.- Ahora puedes sentarte en el único pupitre vacío.- Y aquél pupitre estaba al lado del afortunado Lincoln, quién suspiró al girarse y ver el pupitre vacío.

- Vale, profesor.- Asintió, para luego empezar a caminar con una sonrisa que dejaba a las chicas viendo corazones por todos lados.

Y se sentó en el pupitre vecino del albino, quién giró su cabeza y lo vió, mirada correspondida por el rubio.

- Hey... - Saludó Harry.

- Hola, me llamo Lincoln.- Saludó también, intentando sonreír pese a que era difícil esconder la irritación.

- Harry. - Aclaró su nombre, para luego mirar con desconcierto al albino, le sangraba la frente.- Tienes algo de sangre en la frente.- Dijo, para luego meter una mano en el bolsillo de su blue jean.

- "Uh... Qué fuerte me golpeé." - Pensó recordándose de que se infligió daño de una forma tonta. Y se quitó la sangre con su mano rápidamente.- Je, gracias por decirme.

- Por nada, amigo.- Dijo sonriendo, "es un ángel", pensó Lincoln ante la amabilidad en sus palabras.- Toma esto.- Le ofreció estirando su brazo y abriendo su mano, Lincoln se fijo y era una pequeña venda adhesiva.- Es una vendita de estas para las heridas.- Y le sonrió.

- "Ok, es un chico muy amable, no puedo odiarlo... Espera, ¿Por qué tendría que odiarlo en primer lugar? Bueno, no importa, lo olvidé, este chico es genial." - Pensó el albino más tranquilo.- Eh, gracias, viene bien.- Agradeció con una sonrisa, cogiendo la venda pero no aplicándola en su frente, pensó en que se vería ridículo con eso, además la herida fue leve.

- Por nada, otra vez.- Dijo sonriendole una vez más, para luego mirar al frente y centrarse en las presentaciones de los estudiantes.

Definitivamente parecía un buen chico, aunque sentía algo de envidia por su atractivo (sentimiento que no iba a aceptar), no importaba, podrían ser amigos quizás...

Segundo receso. Lincoln ahora se encontraba con Rusty y Zach, tras Stella, Liam y Clyde ayudar a un profesor en algo que no le importó mucho escuchar. El primer trío nombrado caminaba por los pasillos del instituto.

- Ese chico es más perfecto de lo que imaginé.- Decía Zach aún impresionado por lo sucedido en la anterior clase.

- ¿Qué tal si dejamos de usar la palabra "Perfecto"? - Dijo con el ceño fruncido el albino, su irritación por lo de "chico perfecto" no se había ido pese a estar al tanto que Harry era amable.

- Está bien, Linc. Mejor no darle muchas vueltas a este chico, como dice Stella.- Dijo ahora Rusty, y no pudo escuchar alguna contestación a su comentario al oír gritos.

- ¿Escuchan eso? - Preguntó Linc, quién oía los gritos, procedían de un aula cercana.

- ¡Parece que viene de ese salón! - Exclamó Zach, apuntando a una puerta cercana.

Los tres corrieron hacia ahí para averiguar, seguidos sin darse cuenta de la sra. Woods. Lo que se encontraron fue, verdadaderamente, sorpresivo: Harry estaba arrodillado encima de... Chandler, un pelirrojo que se aprovechó de Lincoln hacía un tiempo. Al parecer lo tenía sujeto con algún agarre que lo dejó inmóvil; lo curioso -o precario- de la situación era que a pocos metros de ellos estaba Jordan chica con una expresión de terror y sentada en el suelo, como si alguien la hubiese empujado. Lincoln, Rusty y Zach supieron inmediatamente que los gritos procedían de Jordan, y el primero se acercó a ella preocupado.

- ¡Jordan! ¿Te encuentras bien? - Preguntó mientras se agachaba y se acercaba a ella más de lo que pudo haber imaginado que tendría valor de acercarse.

Recibió ligeros espasmos como respuesta, aunque ella pudo mirarle a los ojos, Lincoln la notó nerviosa, examinó el cuerpo de la chica con su mirada y dió con el hallazgo. Estaba herida, al llevar falda Lincoln podía ver a la perfección sus piernas y, en la derecha cerca de su rodilla, tenía un pequeño corte que brotaba sangre. Por un momento no supo qué hacer pero se recordó de la venda que le dió Harry y actuó rápido.

- No sé qué pasó pero no deberías perder sangre.- Dijo Lincoln intentando sonar lo menos nervioso posible porque sí, se había puesto nervioso con la idea de colocarle la venda, pero cogió valor y tomó la venda de su bolsillo y la colocó en la herida, ante la atenta mirada de la castaña.

- Gra-gracias.- Articuló la chica siendo cortés con aquél bonito gesto de Lincoln.

- ¿Fue Chandler? - El propio Lincoln no supo porque sonó tan directo con esa pregunta, pero necesitaba saber qué pasó.

Finalmente la respuesta no llegó al ser interrumpidos por una exclamación de la sra. Woods.

- ¡Hart, coloquese de pies! ¿Se puede saber qué ha ocurrido? - Sonaba molesta, con razones, todo indicaba que hubo una pelea.

Harry se levantó rápidamente, con el ceño fruncido, aunque su expresión emanaba cierta tranquilidad que la de Chandler no, éste sí que parecía enfadado.

- Este chico se atrevió a herir a una dama, no pareció accidental.- Le informó el rubio haciendo notar su molestia por lo que, según él, hizo Chandler.- Que conste que lo que usted vió fue una llave que usé como defensa personal, este chico anda malhumorado.- Agregó.

Aquél comentario llegó a los oídos de Lincoln, quién se levantó y acercó a Harry y Chandler.

- ¿En serio la ha lastimado? - Le preguntó Lincoln a Harry frunciendo el ceño, no podía evitar enojarse, no solo porque la lastimada sea Jordan, es que ya estaba harto de Chandler y su prepotencia.

- En efecto.- Contestó Harry.

- ¡Pero...! - Iba a decir algo, pero el albino fue interrumpido.

- ¡Silencio! - Ante ello, Lincoln calló.- En primer lugar, esto no le concierne, Loud, ni a ustedes dos.- Dijo, refiriéndose también a Rusty y a Zach, quiénes veían atentos lo que pasaba.- Así que, por favor, salgan del aula.

A Lincoln no le gustaba la idea, quería saber más, y además sentía una mezcla entre enojo y preocupación, ver a Jordan así y que eso haya sido provocado por Chandler, "el maldito Chandler", sí, se permitía maldecir para sus adentros. En fin, tuvo que salir de ahí junto a Rusty y Zach, aunque antes Harry le entregó su teléfono móvil temporalmente alegando que "se le rompió el bolsillo".

- "Maldito Chandler." - Pensó Lincoln cerrando su casillero con fuerza, sin importarle haber atraído algo de atención.

El albino sentía algo hirviendo dentro de sí, Chandler le había jodido por dos años con burlas e, incluso, agresiones físicas, imaginar que el muy cobarde se atrevió a herir a Jordan sacaba ese lado suyo que había desarrollado con la llegada de la adolescencia, ese lado algo inestable en el que, pese a no decirlo en voz alta, se perdía entre insultos en su mente. Quizás el estrés de su condición familiar acrecentaba aquélla sensación cada vez que llegaba, el punto era que necesitaba tranquilizarse.

Habían pasado horas desde lo sucedido e, incluso, ya habían terminado las clases. Lincoln recogía sus cosas en el casillero justo en ese momento. No había sabido más nada de Harry, Chandler o Jordan, imaginaba que había sido algo grave, y estaba preocupado por la chica, aunque no debería, él sabía perfectamente que su herida era leve, pero simplemente algo le preocupaba.

Ese día caminó solo a casa, no espero irse en la Van con sus hermanas, necesitaba pensar, aliviarse, una buena caminata no vendría mal. Aún seguía enojado, no tanto como antes, pero ahí se mantenía la sensación, odiaba a Chandler.

- "Por qué tiene que ser así, al menos que me lastime a mí ¡Pero no a Jordan! Es una niña, tan vulnerable, tan frágil, es una rosa... Quisiera ser yo su Principito, pero llegué tarde... Harry no, Harry estaba ahí, como el chico perfecto que es, tiene además la suerte de estar en el momento correcto a la hora correcta, ¡Genial! Quizás ella valore lo que pudo haber hecho él, quizás ella se enamore de él, quizás ellos terminen juntos, quizás ya la perdí, por no estar ahí y ayudarla..." - Su semblante cada vez decaía más, no sabía qué pensar, el primer día de clases se arruinó por completo, ¿Culpable? Chandler por maldito... O Harry por perfecto... O él mismo por inútil.

Además de triste y enfadado, estaba distraído, fácilmente comprobable al Lincoln tropezar con una roca y caer estrepitosamente, junto a su mochila que se abrió en el proceso.

- Fantástico.- Dijo, maldiciendo su suerte, ahora tenía los codos lastimados, pero "Qué más da".

Buscando ahora llegar a su casa lo más rápido posible para distraerse con un buen cómic, recogió su mochila del suelo. Bueno, antes recogió las cosas que habían salido de ella, habiendo una que atrajo su atención.

- El teléfono de Harry... Cuán avanzado es.- Apreció para sus adentros aquél smartphone de última generación, se encontraba encendido... No tenía ningún proceso de desbloqueo ya que podía contemplar la pantalla de inicio.

Ahora la curiosidad invadió su ser, no todos los días se tiene un smartphone tan avanzado en mano, deseaba indagar un poco para conocer qué tan fluido era la última versión del sistema operativo. Empezó a toquetear el smartphone, la sensibilidad era perfecta...

- Hasta esto es perfecto.- Se dijo a sí mismo irónicamente.

Se detuvo un instante al ver con detenimiento la pantalla de inicio, no tenía fondo de pantalla y estaba vacía, no parecía tener aplicaciones... Había una sola, el icono de la app era curioso... Una telaraña. Lo presionó, y la app entró en ejecución. La sorpresa siguiente que se llevó fue grande.

- ... La curiosidad mató al gato.-