Cap. 1: "Decisiones y la noticia"

Era de noche… para variar ella repasaba en su mente cada momento… hacia más de un mes que se había separado de sus amigos… "amigos". Le molestaba tanto el incluirlo en ese grupo, pero no podía hacer nada más. Tal como él había dicho, era demasiado pronto para todos, había sido el momento, la adrenalina de la batalla y nada más. Hermione Granger podría ser una de las brujas más brillantes de su generación, ser la única capaz de mantener ese lado tan lógico aún en el momento más difícil pero en otros aspectos no dejaba de ser una chica, una joven enamorada que ahora añoraba ir a vivir con su mejor amigo pero que al mismo tiempo sentía su corazón roto… todavía recordaba aquella conversación en su viejo salón de Encantamientos.

*Flash back*

Ya habían visto como Harry devolvía la varita de Sauco… Fue testigo del dolor de su mejor amiga ante ver el cuerpo de su hermano, ya la había consolado, pero eso no era lo ocupaba su mente en ese momento… en ese momento tanto ella como él necesitaban hablar, necesitaban entender tantas cosas que pasaron y no podía evitar desviar su mirada en cada momento hasta que lo vio acercarse, se separó de Ginny y lo miró a los ojos.

- ¿me acompañas?

- si - fue lo único que atinó a decir

Caminaban por los pasillos, la gente los saludaba, vieron a Madame Pomfrey trayendo unas pociones para los nervios y ayudaron a un pequeño de Hufflepuff a acomodar una estatua. Cuando pasaron por un aula, él se detuvo, abrió la puerta e ingresó. Ella no podía evitar que su mente trabajase, todas las variables estaban ahí, la duda, el miedo, el cariño, el deseo y la incertidumbre. Quería entrar y decirle todo lo que su corazón guardaba, pero no sabía qué hacer. Tantas preguntas abarrotaban su cabeza. ¿Lo hizo solo por el momento? ¿Le habrá querido corresponder el beso de verdad? ¿Y si tomó su mano solo porque necesitaba un apoyo al ver el cuerpo de su hermano? ¿Y si la había traído ahí solo para terminar su "error"'?

- ¿Me harías el favor de entrar conmigo? - habló una voz desde el otro lado de la puerta - necesitamos hablar

Ella no podía esperar más, la duda la iba a torturar de lo contrario.

Cuando ingresó y lo vio esperando creyó distinguir en sus ojos un brillo diferente, no era la emoción y el aparente amor con que respondió el beso. Era algo diferente y eso la asustó.

- Hermione…

- No te preocupes Ron, entiendo… fue solo el furor de la batalla, mi torpeza de lanzarme a tus brazos y tu caballerosidad… te entiendo…

- No se te ocurra decir eso, ¿ok? - dijo el pelirrojo acercándose y abrazándola - en ningún momento esas cosas influyeron - sujetó su rostro haciendo que ella lo mirase directamente a sus azules ojos - te quiero, ¿si? Tal vez más de lo que debo, solo quería decirte una cosa... no es el momento

- ¿por qué dices eso?

- Porque mis padres están pasando por muchas cosas, porque Fred murió y yo no me siento el mismo, porque Ginny y yo necesitamos consolar a George, porque aún ahora no puedo negar mis celos, pero sobre todo, porque tú mereces alguien que te dedique el 100% de su tiempo y yo ahora no creo poder entregarte eso

No aguantaba escuchar eso, sobre todo si era algo tan lógico, tan sincero. El niño que jamás había demostrado entender sus sentimientos estaba ahí delante suyo diciéndole que la quería pero que no podía estar con ella, mientras que ella no podía hacer nada, no podía decirle que era un tonto o estúpido porque en definitiva pensaba que tenía razón. No era el momento para los dos y tenía que aceptarlo. Solo atinó a mirarlo nuevamente, darle un abrazo y salir corriendo.

*fin de flash back*

Devuelta en su habitación, no pudo contener unas lágrimas que corrían por su rostro. Sabía que él tenía razón, pero eso no quitaba que le doliese, por eso había tomado esas decisiones.

Hermione había salido corriendo en busca de Harry, solo atinó a abrazarlo fuertemente y decirle que ese era el momento de encontrar a su familia. Él entendía, por supuesto que entendía. Y ahora, después de 3 semanas de andar deambulando por todo Australia por fin había logrado deshacer sus propios hechizos y se encontraba en su antiguo cuarto, con sus padres en la planta baja seguramente preparando el desayuno y con la certeza de que en unas horas comenzaría una vida de adulta junto a su mejor amigo. Después de varias conversaciones con sus papás al final habían aceptado lo que había preparado con Harry y luego de conocerlo por fin acordaron los detalles de su nuevo hogar.

Mientras tanto, dentro del número doce de Grimauld Place un joven acababa de levantarse sobresaltado por el ruido proveniente de la puerta. Aún no podía creer que la habitación que encontrara hace meses fuese la misma donde despertaba. Kreacher se encontraba muchísimo mejor, las heridas de batalla para los elfos habían sido mínimas y ahora la casa que había heredado de su padrino se había vuelto su hogar. Sus ojos vagaban por la habitación cuando la puerta volvió a sonar.

- Amo, dijo que lo levantara a esta hora - dijo un elfo doméstico asomando la cabeza por la puerta

- Por supuesto Kreacher, muchas gracias - respondió levantándose y cogiendo la ropa que el elfo traía en manos.

Era sorprendente el saber que siendo apenas primera semana de junio podría contar ya con la presencia de su mejor amiga en casa, SU casa… Eso todavía lo dejaba atónito. Había sido excelente conocer a sus padres, cenar con ellos y convencerlos de que era solo su mejor amigo y nada más. Sabía que ella era hermosa, lo sabía; sin embargo, para él solo existía una pelirroja, una chica capaz de quitarle el aliento con su mera presencia y era por ella que en verdad moría, una niña que ese momento debería estar consolando a su hermano y manejando su propio dolor. Pero no, no podía permitirse llevar sus pensamientos ahí, porque la culpa lo invadiría nuevamente y no podría recibir a su amiga como se merecía.

Bajó a desayunar, luego de bañarse y ponerse lo primero que encontró, luego se fue al escritorio y comenzó a ojear "El Profeta". Solo hacía un poco más de un mes que había terminado todo, pero esperaba sinceramente que su nombre dejara de aparecer en las páginas. Desafortunadamente, no fue así. En la primera página salía la noticia

¿Nuestro trío de oro se volverá un trío amoroso?

Hace años se escribió acerca de la tan "amistosa" relación entre el joven Potter y la señorita Granger, ambos parte de lo que ahora se conoce en la historia mágica como "el trío de oro". Pero, muy pocos saben que esta ambiciosa señorita (que también se sintió atraída por el jugador internacional de quidditch, Viktor Krum) tuvo un romance con el otro joven, Ronald Weasley. Fuentes cercanas a los amigos, divulgan que siempre existió tensión sexual entre los mencionados, pero que Potter siempre estuvo en medio. Lo cual parece haberse diluido en el furor de la batalla del pasad de mayo en el Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería.

No cabe duda que la comunidad mágica siempre les estará agradecida por su gran labor en contra del mago tenebroso conocido como Lord Voldemort, pero justamente en su calidad de grandes personajes, debería preocuparnos el ejemplo que siembran en las siguientes generaciones. Se nos ha informado que tanto la señorita Granger como el joven Potter vivirán juntos desde estos días y cada mago y bruja debe preguntarse ¿este es el ejemplo para los pequeños magos y brujas que deben dar los "héroes"? ¿La señorita Granger en verdad es el gran cerebro inocente y entregado del trío de oro? ¿el joven Potter es tan leal a sus amigos, que en la primera oportunidad atrae a su ex-enamorada a su lado a pesar de lo que siente su "mejor amigo"? ¿El joven Weasley es, sinceramente, un ejemplo a seguir si no puede ser lo suficientemente valiente para decirle no a su "chica" y enfrentar a su "amigo"?

Reportera Cassandra Landeu

- ¡Esto ya es demasiado! - gritó el pelinegro rompiendo el periódico en sus manos - ¡Kreacher! Me voy a La Madriguera si llega Hermione antes que vuelva por favor recíbela y dile que regreso lo más pronto posible - dijo mientras cogía polvo Flu y entraba a la chimenea.