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CAPITULO 1

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Me cepille el cabello, era mas fácil manejarlo ya que lo llevaba corto. No sabia específicamente para que mi padre me había citado en el restaurante Komuro, pero tenia que ser algo realmente interesante ya que era martes y mañana tenia clases en la universidad, estaba en contra de las reuniones entre semana y que sean por las noches, decía que es convertían en una distracción que podía ser malo para los estudios. Me coloque mis jeans favoritos y la blusa celeste que Shamppo me regalo por mi cumpleaños. Me coloque mi reloj en la muñeca, un par de aretes, rimer, un poco de labial y ya estaba lista. Sali de la habitación cerrando la puerta a su paso.

-¿Akane, a qué hora estas en casa? – Shamppo asomo su cabeza por la cocina, su mirada era traviesa y obviamente ya sabía lo que tenía en mente.

-¿Vas a salir con Taro de nuevo? – puse mis ojos en blanco al verla dando brinquitos hasta mi. Su mirada se suplica me hiso soltar un suspiro de resignación –No se cuánto demorare, ten mis llaves – le di mis llaves.

-Podría dártelas pero tendrías que abrirme la puerta –

-Mi sueño es sagrado Shamppo, tendré que hacer lo de siempre – camine hasta la puerta –No te olvides de dejar sin seguro para poder entrar – le dije desde la puerta.

-No te preocupes, tenemos suerte de vivir en un departamento seguro – guiño el ojo. La quería mucho, pero a veces abusaba de mi generosidad.

-No te diviertas tanto con Taro y usen condón – dije divertida antes de salir.

-¡Usaremos tres! – grito antes de que yo cerrara la puerta.

Llevaba cuatro años viviendo con Shamppo, éramos amigas desde que éramos pequeñas y ahora compartíamos un departamento –cortesía de mi padre-, era mi mejor amiga y sabia todos mis secretos como yo sabía los de ella. Sabia cuáles eran los chicos con los que había salido y ella sabía los mío, había tenido más novios que yo ya que era alta, delgada con buenas curvas, su cabello largo y purpura. Tenía el cuerpo perfecto. En cambio yo, bueno yo no me podía quejar, era unos centímetros más baja que Shamppo y unos centímetros menos que bustos y trasero que ella. Teníamos una lista en la pared de mi cuarto con los nombres de los chicos que había salidos –un recordatorio para no meter la pata de nuevo-. Yo tenía el nombre de un chico en especial, los tachábamos ya que significaban que habían sido algo importante para nuestras vidas. Shamppo tenia tres nombres tachados, siempre se enamoraba fácilmente y siempre salía lastimada. Sentía pena por ella ya que me partía el corazón verla llorar por el imbécil, comíamos sushi y bebíamos ron para pasar las penas.

Me subí a mi Audi a4 –también cortesía de mi padre- y me dirigí al lugar del encuentro. ¿Por qué me da regalos tan ostentosos? Pues el es dueño de una empresa que se dedica a la publicidad, es muy famosa y debido a eso nuestro sustento económico es estable. Pero no por eso me aprovecho del dinero de mi padre, el auto me lo dio sin que me quejara diciendo que no me había dado nada por dos cumpleaños y quería regalármelo, lo necesitaba para transportarme, ya estaba cansada de pedirle a Shamppo que me lleve a todos lados.

Al llegar un mozo tomo mi abrigo, el restaurante no era tan fino así que mi ropa era del todo adecuada.

-Una reservación al nombre de Soun Tendo – indique al mozo.

-Por aquí señorita, el señor la está esperando – me indico con la mano gentilmente, camine hasta la parte de atrás del restaurante y lo vi sentado bebiendo vino.

Sonreí y me acerque a él, se levantó de su puesto y me abrazo.

-¿Cómo estas hija? – su abrazo fue acogedor, sonreí y lo abrace fuerte.

Por el rabillo del ojo pude ver otros dos platos más a parte del mío y de mi padre. Me separe de el y tome asiento a su lado.

-¿vendrá alguien más? – pregunte.

-Un viejo amigo, de eso era de lo que te quería hablar – note un poco nervioso a mi padre en su tono de voz -. Genma Saotome es dueño de una empresa publicitaria en China, la mas importante de toda y viene aquí para cerrar un acuerdo – su mirada se volvió ansiosa al igual que su voz -, uniremos las empresas.

-¿Estás seguro? – no me convencía mucho esto, no sabía que parte le tocaba como socio, ellos podrían aprovecharse de la generosidad de mi papa. No era por criticarlo, pero a veces el era muy ingenuo. Además no había escuchado hablar antes de su amigo Genma.

-Es una gran oportunidad hija, nosotros controlamos todo Japón y ellos China. Sería una gran poderosa industria publicitaria, podrías expandirnos por demás lugares – Veía a mi papa muy emocionado por la idea, no sé, tendría que conocer a su amigo.

-¿Dónde está tu amigo? ¿Y porque me pediste que viniera? –

-No tardara en llegar. Te pedí que vinieras porque confió en tu habilidad de llevar a cabo las cosas, cuando trabajaste un tiempo en la empresa todo estaba perfecto y me gusta lo ordenada y lo decidida que eres – sonreí a tal alago, bueno no era por alardear pero me gustaba que las cosas salieran perfectas.

-Además confió en tu intuición, por eso quiero que te hagas cargo de la empresa aquí en Japón – abrí la boca de la sorpresa, me había quedado muda de la impresión, eso era demasiada responsabilidad.

-Papa, pero yo aún no me graduó – explique algo aturdida por la noticia

-tranquila hija, esto no intervendrá en tus estudios. Tienes tiempo para estudiar, por eso alguien estará contigo al mando – hice mi cabeza para atrás ¿Alguien trabajara conmigo? ¿mi mano derecha? ¿Quién?

-¿Se puede saber quién? – antes de que el respondiera el mozo llego junto con dos personas mas.

Alce la mirada y vi al primer hombre, era calvo, robusto y usaba lentes. Llevaba puesto un traje formal, me dio un poco de pena ya que no estaba vestida para la ocasión. Si mi padre me hubiera dicho que se trataba de hacer el negocio de su vida hubiera venido vestida para la ocasión. Atrás de el vi a otro hombre, inexplicablemente mi corazón comenzó a latir a mil por hora, sentí como el aire comenzó hacer falta, había dejado de respirar. Venia vestido con un pantalón de tela negro y una camisa blanca con un saco negro. No cargaba y eso lo hacía verse semi-informal. Su cabello era negro azabache, un poco despeinado, algunos mechones de cabello caían por su frente dándole un aspecto rebelde y su piel bronceada lo hacía verse sexy, el tiempo se volvió lento y aprecie su cuerpo, tenía un cuerpo de impacto, pero lo que más me impacto fueron sus ojos. Su mirada azul profunda, sus manos estaban en sus bolsillos. Al parecer no estaba tan emocionado como su padre que saludo al mío con mucho entusiasmo, supongo que no se habían visto por mucho tiempo. De repente esa mirada azul se posaron con mis ojos, sentí una corriente chocar en mi cuerpo, haciéndome estremecer. Voltee mi rostro rápidamente para evitar que me viera, sabía que me había sonrojado.

-Akane, te presento a mi amigo Genma Saotome y a su hijo Ranma Saotome – me puse de pie y estreche la mano del señor Genma saludando cordialmente y luego la de su hijo, sentí un escalofrió recorrer toda mi columna y los vellos de mi espalda erizarse. Rápidamente aparte mi mano.

Todos nos sentamos en nuestros respectivos asientos, para mi mala suerte el hijo de Genma Saotome, Ranma, se sentó frente a mí. Su mirada se posó en mis ojos, era profunda e hipnotizaste. Me puse tan nerviosa que le aparte la mirada, pude notar que estaba sonriendo, como si le causara gracias hacerme sonrojar así.

-Le comentaba a mi hija un poco sobre lo que vamos hacer nuestra unión de las empresas – mientras mi padre hablaba con Genma, yo le exigía a mi corazón que dejara de latir de esa forma. Lo admito, jamás había visto a un hombre tan guapo, pero tampoco tenía que exagerar.

-Como veras Akane… - Comenzó hablar Genma, preste toda mi atención a el para alejar esa mirada penetrante de mi – Soun y yo queremos unión y expandernos fuera de Asia, por esa razón te necesitamos a ti y a Ranma en nuestro plan.

Asentí y mire a Ranma de reojo, el observaba a su padre en completo silencio.

-Ya que Soun me dijo que solo te falta un semestre para graduarte de la carrera de publicidad y marketin y también me comento que trabajaste en su lugar por un tiempo, todo salió bien según escuche. Así que quiero que lleves la empresa junto a Ranma – dijo sonriendo de satisfacción. Volvió mi vista a Ranma y el esta vez me estaba mirando.

Su rostro no mostraba emoción alguna, parecía que ya sabía todo y que le daba igual con quien dirigía la empresa o no. Otra corriente recorrió mi cuerpo, volvía a mirarme de esa manera penetrante ¡lo estaba haciendo a propósito!, me sonroje por completo y pude ver su sonrisa de victoria. Apreté mis puños, se estaba burlando de mí.

-¿Qué dices hija? – preste atención a las palabras de mi padre.

-No lo sé, necesito mantener mi concentración en la universidad. Es mi último año y tengo exámenes y todo eso… - titubeé un poco nerviosa -… Podrías pedírselo a Nabiki ella ya salió de la universidad.

-A Nabiki no le interesan estas cosas como a ti hija, quiero que tú te hagas cargo – su tono era suplicante, baje la mirada dudosa. No sabía si era lo correcto, llevar una empresa y todo lo que conlleva es una gran responsabilidad, y yo ya tenía la responsabilidad de la universidad.

-Yo… - vacile por un momento.

-Papá te dije que la señorita Tendo no era capaz de hacer esto – la voz de Ranma me distrajo de mi decisión, apoyo sus brazos en la mesa y entrelazo las manos. Miro seriamente a su padre -, puedo hacerme cargo solo, la hija del señor Soun no está capacitada para llevar conmigo la empresa.

¿¡Pero que…!? Quien se creía que era para criticarme de esa forma. Era un creído y egocéntrico. Ya le iba a mostrar de lo que yo era capaz de hacer. Nadie puede hablar así de mi si no me conoce.

-Estoy suficientemente capacitada para llevar a cargo una gran responsabilidad señor Saotome – me dirigía a Ranma -, Como mi padre dijo, estuve manejando la empresa por un corto tiempo y mi trabajo fue satisfactorio – Tenía que seguir hablando así, tenía que demostrarle que podía hacerlo aunque llevara más responsabilidades encima, ya que me hice cargo de la empresa cuando estaba en vacaciones.

-Lo ves hijo, Akane puede hacerse cargo también. Además así podrás tener más tiempo para tu novia – Soltó una carcajada ante el comentario.

Bueno, era sexy, tremendamente guapo, creído, ególatra, y demasiado serio para mi gusto y además tenía novia. Esta relación seria seriamente profesional, ya no me gustaba tanto como cuando lo vi. Bueno si me gusta y mucho pero estoy segura de que a medida de que lo valla conociendo, lo voy a odiar.

-Tómalo como una ventaja hija, si Ranma y tu forman un buen equipo podrás tener tiempo para estudiar. Y cuando te gradúes hasta podrías hacerte cargo sola y Ranma podría trabajar en China liderando todo el solo – mire a mi padre enarcando las cejas ¿a qué se refería?

-¿y tú papa, que vas hacer? – pregunte confundida.

-También trabajare hija, pero no aquí. Me iré con Genma a China, necesitamos hacer unos cambios por allá –

-¿Te iras? – pregunte aun mas sorprendida, pensé que quería que me hiciera cargo, pero nunca imagine que se fuera.

-Que les parece si discutimos mientras comemos, muero de hambre – Genma hiso un gesto al mesero para que viniera a nuestra mesa.

Entre la cena, hablamos sobre las cosas que iban a cambiar, como el nombre, sobre los puestos de algunos empelados, sobre las novedades que tenían para el futuro, en fin, un sin número de cambios positivos. Yo prestaba atención a la conversación al igual que Ranma, en ocasiones odiaba cuando no apartaba su mirada de mí, volvía a mirarme de esa manera tan profunda, como si quisiera leer mis pensamientos, lograba hacerme sonrojar y yo lograba ver su sonrisa de victoria.

Al finalizar la cena, mire mi reloj y eran las 10:30 de la noche. Rezaba porque Shamppo haya dejado sin seguro el departamento, llevaba días y días diciéndole que sacara una copia de la llave pero siempre lo olvidaba y tenía que prestarle la mía. Ya quería retirarme, había sido una noche pesada. Nuevas responsabilidades y nuevos idiotas que saben intimidarme.

-Entonces ¿Qué dicen chicos, están juntos en esto? – comento Genma, mire a Ranma y el simplemente sonrió y enarco la ceja.

-Si la señorita Tendo es capaz de llevar esto, estoy adentro – su sonrisa demostraba que se estaba divirtiendo con la situación. Lo mire de manera retadora, pues ya se iba a tragar sus palabras.

-Es un hecho, también estoy adentro – dije sin quitarle la mirada de encima a Ranma, ahora sentía toda la determinación correr por mis venas, estaba decidida hacer esto y no dejarme intimidar por el.

-Que alegría señor Saotome, le dije que nuestros hijos serían capaces. Estoy tan orgulloso – mi padre le dio un abrazo a mi padre. Genma se acercó a mí y me abrazo. Me sentí un poco cohibida ya que recién lo había conocido y ahora me abrazaba.

-Nos vemos pronto Akane – su abrazo fue muy paternal, en eso tenía un parecido con mi padre. Ambos demostraban ser afectuosos.

Ranma estrecho la mano de mi padre y la sacudió firmemente en despedida. Paso su vista sobre mí y sonrió de lado, sentí mi cuerpo estremecerse, pues su mirada había causado un efecto espantoso en mí.

-Señorita Tendo – alzo su mano esperando que le diera la mía. La tomo y la acerco a su boca, rozo sus labios y marco un beso sobre mis nudillos. Su mirada no se apartaba ni un segundo de mí, mi corazón bombeo sangre desenfrenadamente al sentir sus labios sobre mi piel.

Regrese a casa aún más aturdida de lo normal. Me había despedido de mi padre y habíamos acordado ir a la empresa el jueves para realizar ciertos cambios y poder ubicarme en su oficina, aun no sabía dónde estaría ubicado Ranma, pero esperaba que fuera lo suficientemente lejos de mí. Si seguía mirándome de esa manera podría llevar la empresa a la bancarrota.

Solté un suspiro de alivio al encontrar la puerta sin seguro. Entre al departamento, deje mi chaqueta sobre el sillón y pase mi mirada hacia el porta retrato de mi cómoda. Sonreí melancólicamente, mi madre aun la guardaba presente en mi corazón, había dejado un hondo agujero en mi pecho el día en que se marchó. Mi padre había dicho que su muerte había sido un trágico accidente, jamás logre ver su cuerpo, había dicho que el accidente automovilístico la había dejado irreconocible. Pase mis dedos por la imagen de mi madre. Hermosa como siempre había sido, su cabello recogido, sus ojos castaños, su piel blanca y esa sonrisa que podría derretir el corazón de cualquiera.

Estaba agotada por el día de hoy, había hecho tareas en la tarde y mañana tenia un examen. Era hora de dormir. Mañana le preguntaría a Shamppo que tal había sido su noche con Taro, seguramente muy activa y como diría ella "hubo menos charla y mas acción". Una sonrisa se formo en mis labios. Para Shamppo era fácil comenzar una relación, a diferencia de mi, aun no podía olvidar el amargo recuerdo de mi antiguo y despiadado novio, Ryoga.