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capítulo 1
La brisa veraniega se colaba por las ventanillas e inundaba
El coche con el aroma verde del parque y el espantoso sonido
Del tráfico de la autopista. Miré a través del cristal mordiéndome
El labio. Los niños jugaban en el césped. El coche estaba en el
Aparcamiento, con el motor encendido pero parado, y yo no
Podía dejar de pensar en la posibilidad de que Sami pudiera
Perder el control del vehículo y atropellarlos.
Mi hermano acababa de cumplir los dieciséis y hablaba sin
Cesar de sacarse el carnet. En mi opinión, el culpable de aquella
Nueva obsesión por los coches no era otro que Darién, que
Conducía automóviles de lujo a velocidades tremendas. Sami
Experimentó un cambio en el instante en que puso los ojos en su
Lamborghini. Por lo visto, esos objetos tan bellos tienen el poder
De cautivar a la gente, incluso a un adolescente gay.
A pesar de ser un año y medio mayor que Sami, yo no
Tenía carnet. Y por eso era Darién el que impartía las clases y yo
Estaba muerta de miedo.
Con unas gafas de sol gigantescas, Darién ocupaba el puesto
De copiloto, pero en realidad no estaba explicándole nada a
Sami. Se limitaba, por ejemplo, a señalar un pedal y decir: «Ése
Es el acelerador. Así que písalo y pongámonos marcha». Eso
Era todo.
Por suerte, Sami era un chico prudente y estuvo
Presionando a Darién para que le aportase más información,
Aunque no consiguió que sus respuestas fueran menos vagas.
Debía de ser porque Darién estaba cansado. Teníamos sobre
Nuestras cabezas el resplandeciente sol de una típica tarde de
Agosto. En condiciones normales sería un momento ideal para
Conducir, pero la luz del sol tenía ADORMILADO a Darién. De hecho,
Había empezado incluso a bostezar.
Darién no era precisamente como todo el mundo. Me
Gustaba de verdad, más de lo que debería. Era atractivo por
Derecho propio: avispados ojos azules, pelo negro siempre
Despeinado y una piel bronceada inmaculada, pero no lo
Calificaría como un chico irresistiblemente atractivo.
Todo lo relacionado con Darién y su familia es complicado
debido a un hecho primordial: resulta que son vampiros.
En realidad no son peligrosos para la gente, porque en ese caso no permitiría que ninguno de ellos se acercase a mi
Hermano. Supongo que, desde un punto de vista técnico, sí que
Lo son, ya que podrían matar sin ningún problema si quisieran
Hacerlo, aunque no creo que quieran. Viven de sangre humana,
Pero se sirven de bancos de sangre o de donantes voluntarios.
Los vampiros no necesitan beber toda la sangre de una
Persona hasta matarla, pese a que pueden hacerlo y en
Ocasiones lo hacen. Darién nunca ha matado a nadie, pero es un
Vampiro relativamente joven. Tenía veinticuatro años cuando
Cambió y de eso hace tan sólo dieciséis años, una nimiedad en
Comparación con su hermano Andreu, que lleva en el mundo cerca
De trescientos años, y de los casi doscientos de Endimión.
En realidad no son hermanos, sino hermanos al estilo de los
Vampiros. Cuando se produce el cambio, la sangre humana se
Fusiona con la sangre de vampiro. Andreu fue el que provocó el
Cambio en Endimión, y luego Endimión fue el que cambió a Darién. Esto
Hace que tengan una relación de parentesco verdaderamente
Excepcional. Endimión se siente atraído hacia mí o, mejor dicho, su
Sangre se siente atraída hacia mí. Y debido a esta atracción que
Él siente, tanto Darién como Andreu me tienen mucho cariño; en el
Caso de Darién, mucho más del que debería.
Sé que Darién no haría nada que me pusiera en peligro, al
Menos no intencionadamente. Carece, eso sí, de aptitudes para
Controlar el peligro en relación con el frágil cuerpo de los
Humanos, como en el caso de mi hermano. Si tuviéramos un
Accidente, Darién me protegería a mí antes que a Sami, y eso me
Pone nerviosa.
— ¿De verdad estáis seguros de que queréis hacer esto
Hoy? —pregunté, y vi por el espejo retrovisor que Sami ponía
Los ojos en blanco.
—Si piensas seguir así, mejor te llevamos a casa —replicó
Mi hermano, lanzándome una mirada reprobadora.
A pesar de su edad, Sami tenía un inconfundible rostro de
Bebé: mejillas regordetas y unos ojos castaños enormes e
Inocentes. Cuando me amenazó parecía más un niño enfadado
Que el adolescente que en realidad es.
—Todo irá bien, Serena —me aseguró Darién, reprimiendo un
Bostezo.
—Aquí el sensato soy yo. De modo que si pienso que una
Cosa irá bien, es que con toda probabilidad irá bien —me
Recordó Sami.
Llevábamos veinte minutos sin movernos del aparcamiento,
Pues Sami le había pedido a Darién que le explicara todas y cada
Una de las distintas partes del coche. Y, tratándose de Darién,
Había dedicado una cantidad desproporcionada de tiempo al
Equipo de música y a los calentadores de los asientos (algo de lo
Más lógico estando como estábamos en el mes de agosto). Sami
Empezaba a ponerse de los nervios.
Mi corazón dejó de funcionar en el momento en que movió
La palanca de cambio para situarla en la «D», la posición de
Marcha. Sami empezó a avanzar por el aparcamiento, pisando
Innecesariamente el freno repetidas veces y provocando con ello
Inevitables sacudidas.
—Tú déjate ir —dijo Darién, y Sami siguió su consejo.
—Tal vez no está preparado aún —dije, inclinándome
Hacia delante y asomándome entre los dos asientos.
—¡Serena! —espetó Sami.
Darién se bajó las gafas de sol lo suficiente como para poder
ver por encima de ellas.
—O te tranquilizas un poco, Serena, o te llevamos de vuelta
a casa. Sami estaría encantado de conducir hasta allí.
— ¡De acuerdo! —Levanté las manos para expresar mi
Impotencia y me hundí en el asiento.
Sami dio la vuelta al aparcamiento con más frenazos y
arranques de los que un círculo exigiría. Al final empezó a
Conducir con algo más de fluidez y conseguí calmarme.
Éste era precisamente el motivo por el que estaba allí. Darién
me había ofrecido la oportunidad de ser inmortal, pero yo había
declinado de momento la invitación. No estaba preparada
Todavía para dejar colgado a mi hermano.
Darién bostezó de nuevo, contagiándome su fatiga. Para
mantenerse despierto, se puso a toquetear la radio y de repente
Sonó The Cure a todo trapo. Abrí entonces la boca con la
Intención de realizar un comentario sobre la distracción que
Podía suponer la música, pero Sami se anticipó y apagó el
Equipo de un manotazo.
—Con eso es imposible concentrarse —dijo al percatarse
de que Darién parecía ofendido.
— ¿Lo ves? —Darién dejó caer pesadamente la cabeza
Sobre el reposacabezas del coche—. Con este niño no tienes de
Qué preocuparte.
—No precisamente gracias a ti —murmuré. Darién se volvió
Hacia mí con su maliciosa sonrisa torcida—. ¿Qué pasa?
—¿Sabes que algún día también tú tendrás que aprender a
Conducir? —La alegría de Darién no hizo más que aumentar al ver
Mi mueca—. ¿Qué? ¿No pretenderás que te haga de chófer
Eternamente?
—No, claro. Pero otro día —dije.
Tienes tiempo de tu parte, de todos modos.
Darién se volvió otra vez para controlar la conducción de Sami.
Por mucho que intentara esconder su creciente
Impaciencia, a mí poco podía esconderme. No sé por qué
Motivo, pero yo sentía todo lo que él sentía y eso, a veces, hacía
Que se produjeran situaciones incómodas.
Darién estaba, sin lugar a dudas, listo para que yo realizara
mi cambio. Pero comprendía mi postura y, aunque le resultaba
difícil, trataba de no presionarme en lo referente a tomar la
Decisión de transformarme en vampira.
— ¿Me incorporo a la carretera? —Sami se había detenido
En la salida del aparcamiento y estaba mirando a darien.
—Lo siento, chaval. —Darién hizo un gesto negativo con la
Cabeza y Sami se sintió decepcionado—. Lo has hecho muy
Bien, pero estoy destrozado y creo que tu hermana ya ha tenido
Suficiente por hoy.
Darién salió del coche para intercambiar asientos con Sami y
Farfulló algo sobre el sol que hacía. El hecho de que se hubiera
Vestido con camiseta y bermudas, lo que dejaba gran parte de su
Piel expuesta al sol, no ayudaba precisamente en sus especiales
Circunstancias, pero era su uniforme habitual, incluso en invierno.
Su elección de ese día era una camiseta blanca con un
Estampado de cintas de casete de colores fluorescentes,
Bermudas negras y zapatillas Converse de color rosa. No era
Exactamente la imagen que me venía a la cabeza si pensaba en
un vampiro, pero Darién no era para nada estereotípico.
Lo primero que hizo en cuanto se acomodó en el asiento
del conductor fue toquetear el equipo de música hasta dar con
Mexican Radio. Sami arrugó la nariz, una actitud comprensible
Teniendo en cuenta que no se ha criado en los ochenta, como es
el caso de Darién.
Nos detuvimos enfrente del edificio de piedra rojiza donde
Vivimos mi hermano y yo, y Sami le dio las gracias a darien antes
De salir. Yo me quedé en el coche, pues quería hablar un
Momento con él. Lo primero que hice, no obstante, fue alargar el
Brazo entre los asientos y apagar la radio.
—Gracias por el paseo. Sé que Sami te lo agradece
Mucho. —Cuando queráis. —Darién me regaló una sonrisa, aunque
Algo decaída. Los vampiros no arden en llamas cuando les da el
Sol, pero son nocturnos. El sol los cansa.
—Tendrías que ir cantando. —Me desabroché el cinturón y
me dispuse a salir del coche—. ¿Nos vemos mañana?
—No, no puedo. Me marcho de viaje de negocios con
Andreu —me recordó—. Pero en dos días tendría que estar de
Vuelta. Vamos simplemente a firmar unos documentos.
En el transcurso de los últimos meses, Darién había dado un
Paso al frente y había empezado a ayudar a Andreu en los negocios
Familiares. Eran propietarios de diversas empresas en el
Extranjero y de cantidades impresionantes de acciones. De vez
En cuando, Andreu se ausentaba unos días por motivos de trabajo
y Darién había comprendido por fin que debía acompañarlo.
Además, había destrozado su coche y Andreu le había exigido que
trabajará para ganar dinero y poder pagarse otro.
—Ah, vale. Bueno..., llámame cuando regreses.
—Es lo que siempre hago —dijo Darién con otra sonrisa, y
Salí del coche.
