Los personajes no me pertenecen. Son propiedad de Masashi Kishimoto (el cual, nuevamente no me tiene contenta). Únicamente la trama es de mía.

Línea temporal: Post manga, posibles Spoilers (aunque no tantos… para que puedan leerlo tranquilamente xD)

Resurgimiento.

Capítulo 1: "Estableciendo el futuro de los clanes"

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Miró el cielo con detenimiento, las copas de los árboles meciéndose al viento creaban un ambiente perfecto para sentarse en la hierba y contemplar el paisaje en calma. Hacía cuatro años del final de la guerra. Muchos Shinobis habían muerto. Konoha había sufrido las peores pérdidas en cuanto a sus mejores ninjas. La pérdida del equipo de inteligencia era devastadora. Era de esperarse, el ataque hacia ellos se consideraba lógico, como persona inteligente debía haberlo previsto, sin embargo no tenía tiempo en aquel entonces, no estaba también al permanecer a un escuadrón. Pero ellos fueron reconocidos, como grandes líderes de sus propios clanes, lo demás no parecía importarle a nadie.

Su madre era una de las personas más afectadas al perder a Shikaku. No había sido fácil asistir a un funeral sin cuerpo presente más lo hizo, sirviéndole de apoyo moral a Yoshino, aunque fuera problemático sentir la necesitad abrumadora de sentarse y fumar desesperadamente, en una situación similar a la muerte de Asuma.

Todo comenzaba a cambiar desde la guerra. Los jóvenes se encontraban liderando los clanes, se incluía en aquello. Manejar el clan Nara en escasos veinte años además de problemático era tedioso, su madre solía gritarle hasta lastimarle los oídos antes de tomar el control del clan, la vida había tomado el giro inesperado que nadie había previsto. Naruto, se encontraba en fase de entrenamiento para convertirse en Hokage. Le faltaba mucho, debía pasar su prueba Chunnin para siquiera pensar en su meta, se encontraba rumbo a su prueba Jounin, pero el rubio Uzumaki les había enseñado de que podría hacerlo, alcanzarlo. Vencer a los involucrados en la cuarta guerra ninja era su prueba.

Creía, de cierta manera que, si dejaba de actuar impulsivo quizá lo lograría. Primero debía dejar de cortar el lazo unido al Uchiha. El regreso definitivo de Sasuke también contaba en los cambios no ciertamente agradables. Las personas como él debían estar lejos.

Shikamaru suspiró, alejando esos pensamientos. Estaba en su día de descanso. Hacía varias semanas sin recibir uno, la Hokage se encargaba de los nuevos métodos para reforzar Konoha, en levantar perfectamente aquel campo de inteligencia perdido, y los habían citado todos los relacionados, de ahí el descanso. Sabía que no sería bueno, algo debía estar planeando la Hokage para reunirlos de manera inmediata.

-¿Shikamaru?- abrió un ojo al escuchar la voz masculina llamarle, encontrándose la figura robusta de sutil sonrisa. Una bolsa de papas en mano. Sonrió.

-Hola, Choji- El castaño sonrió detallando en silencio a su perezoso amigo. Portaba unas ligeras marcas obscurecidas por debajo de los ojos, clara señal de esfuerzo. Sabía que Tsunade exigía mucho para los conformantes del nuevo equipo. Igual se encontraba en ese estado. Haber decidido apoyar a sus amigos era una mejor opción en lugar de mirarlos a distancia. Trabajar con Anko no era la sensación más agradable del mundo más era necesario. Por Shikamaru e Ino tenía que hacerlo.

Se recostó al lado del moreno tendiéndole la bolsa de papas fritas, como en los viejos tiempo, cuando su amistad se fortalecía.

-He escuchado sobre la junta de Tsunade- sama… ¿Por qué nos querrá a todos los jóvenes de cada Clan? ¿No te parece sospechoso?

Asintió. No era racional reunirlos. Los clanes tomaban decisiones separadas y no entendía del todo el verdadero motivo de la Hokage. Suponía que el motivo de trasfondo debía ser a favor de Konoha, cual fuera el motivo. Los clanes poderosos no se reunían de manera cualquiera, ninguno intentaría retomar los lazos con el sobreviviente del clan Uchiha. Se incluía por igual en la lista. No toleraba a Sasuke, tal vez nunca lo haría.

-Es problemático- se quejó, recostándose sobre la hierba, sintiendo ha humedad en su espalda.- La Hokage debe estar planeando algo grande…. Mujer problemática.

Choji rió, masticando una papa. Eran contados los momentos donde podían detenerse, dejar el apellido detrás y ser los jóvenes despreocupados por tomar acciones. Ahora solo eran personas atadas a responsabilidades. Se habían alejado por un buen lapso.

Pero solo él. Pues estaba seguro de una cosa.

Amplió más la sonrisa.

-Por cierto… ¿qué tal está Ino?- preguntó con malicia, esperando la reacción del Nara.

-Sigue igual de problemática como siempre.

El Akimichi negó con la cabeza. Shikamaru seguía recio en lo relacionado a su rubia compañera de equipo. Con el paso de los años había intentado encontrarle un nombre para aquella relación de sus amigos. No eran nada de manera oficial aunque sabía que entre ellos existía algún lazo íntimo. El incidente de hacía varias semanas lo confirmaba. Su mente viajó hasta ese recuerdo.

Sus ojos castaños observaban los alrededores de la aldea. El día se antojaba apacible, sin ninguna misión a realizar y así lo prefería. Encontraba de cierta manera estresante no encontrarse en casa para comer. Se tocó el estómago al sentir los intestinos retorcerse. Pocas horas tenía de haber regresado sin probar bocado alguno, estaba hambriento.

Buscaría a sus amigos, así no comería solo y les daría un vistazo. Cruzó el sendero hacia la casa de Shikamaru. Él sería el primero en enterarse para salir los tres juntos. Esperaba una aceptación por parte de Ino, no lo dudaría. Después de todo ella siempre era quien se quejaba por sus ausencias.

Divisó la entraba de la florería Yamanaka e instintivamente se acercó a pasos cautelosos hasta divisar el interior. Agradecía que las ventanas fuesen de cristal, si ella no estaba, la buscarían en otro lado.

Agudizó más la vista hasta encontrar dos figuras familiares. Ino en el mostrador. Estaba con el ceño fruncido y las manos apoyadas sobre la madera. Reconoció al instante al ninja a su lado.

Shikamaru estaba con Ino. Solos; la rubia recorrió con los dedos el rostro de su amigo, estaban a una distancia relativamente corta.

No perdería oportunidad para fastidiarlos.

-¡Eh Ino!- entró al local sonriente. Deleitándose del rostro indiferente del Nara y expresión seria de Ino.- ¿qué estaban haciendo aquí solos chicos?

Shikamaru clavó sus ojos en el semblante perdido del Akimichi. Debía estar recordando aquel día ocurrido semanas atrás cuando los había interceptado en la florería de Ino. No era idiota, además, la sonrisa en sus labios ese día le hacían suponer a ciencia cierta que Choji lo sabía o al menos se daba una idea sobre lo referente a Ino.

No lo admitiría. Lo sucedido con esa endemoniada rubia era solo un incidente, nada especial. Discutían como habitualmente y tal vez muy cerca para su gusto e Ino le acarició el rostro mientras intentaba tragarse la ira del pleito.

Lo sucedido después era extraño. Problemático también

El ambiente pacífico había adquirido un toque de incomodidad o así se sentía. La tensión comenzaba a irritarle. No quería saber sobre ello.

-Lo siento amigo- se disculpó, mirando al cielo- Tengo que irme a casa, mi madre me gritará hasta el cansancio si no comienzo las revisión de los ciervos del clan- No le mentía, parte de la oración era verdad. Su padre cuando vivía respondía por los animales y ahora, era su turno de cuidarlos a todos.- Supongo que te veré esta noche en el despacho de Tsunade

El castaño asintió despidiéndose con la mano. Para alguien como Shikamaru no sería fácil, de eso estaba seguro pero confiaba en él y no se cansaría de insistirle para que confesara si estaba saliendo con Ino.

Sonaba Bizarro, más no imposible. Se encargaría de averiguarlo. Y sabía muy bien a quien recurrir para eso.

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Sakura tomó un extremo de la camilla intentando enfocar su atención en el paciente en turno del hospital. Sentía la furia recorrer sus venas con violencia al reconocer el cabello rubio en contraste a su piel o sus ojos azules. Naruto tenía alrededor de varias heridas a lo largo del rostro, torso y parte de las piernas. Estaba al tanto de sus entrenamientos aplicados para su prueba, del resultado subiría el rango, llegaría a Jounin.

Estaba avanzado en su progreso. Su maestra había insistido en su pronto entrenamiento para Hokage si concluía su prueba, de ahí sus múltiples entrenamientos hasta el cansancio.

Por suerte, el rubio no se encontraba solo. Desde la cuarta guerra él y Hinata se encontraban cada vez más seguidos. Posó sus orbes verdes encontrando los ojos perlas características de los Hyuga. Miraba al Uzumaki con preocupación mientras él le contaba cosas que no alcanzaba a escuchar.

Apretó los puños. Naruto podía ser muy idiota cuando se lo proponía, acortó la distancia encarándolos sonriente. Se acercó golpeándolo en su cabeza.

-¡Naruto Idiota! ¿Cómo demonios te atreves a entrenar más de veinte horas sin descanso?- gruñó con fuerza. El rubio sonrió nerviosamente, sobándose el área afectada, gimiendo de dolor.

-Sakura- Chan no lo entiendes, la prueba Jounin será dentro de unas semanas y quiero ganar para que la vieja Tsunade me entrene´ ttebayo- La pelirrosa frunció el ceño apretando con mayor fuerza los puños. Lo golpearía nuevamente si seguía hablando. Miró a los ojos pálidos haciendo una mueca con los labios, intentando serenarse.

-Hinata, has vuelto… otra vez- La aludida se giró al igual que Sakura hasta la voz proveniente de la puerta. Ambas sonrieron. Hinata sintió sus mejillas arder al reconocer las sonrisas cómplices de Sakura e Ino Yamanaka. Era verdad que acompañaba al rubio después de su entrenamiento. Naruto así lo quería y no se negaba nunca. Parecía ser su oportunidad de acercarse hasta él por fin.

-Ho… hola Ino-san- tartamudeó al sentir los ojos azules masculinos mirarle con agradecimiento.- S… Sí, Naruto-kun me pidió a… acompañarlo hasta aquí- la rubia rió internamente. Ninguno mostraba cambio alguno después del dolor provocado hacía cuatro años. El Uzumaki seguía metiéndose en problemas, solo ahora estaba la diferencia en que ya no se encontraba tan marchito, todo volvía a ser como antes. Lo único variaba con Sasuke de vuelta a la aldea. Había supuesto que Sakura le habría a Sasuke, pero eso nunca llegó.

Se ignoraban y eso era demasiado para Naruto.

Quizá no todo volvía a ser igual, hasta que las cicatrices de Sakura sanarán volverían a formar al antiguo equipo siete. Por mientras estaban vagando por distintos rumbos, no era nada comparado a su propio martirio como líder de un Clan experto en manipulación mental a los veinte años. Si no tuviera al Nara como compañero no sabía que hubiera sido de su persona.

-Ya veo…- respondió. Necesitaba dejar los pensamientos hacia el nuevo líder de los Nara. Suficiente tenía con los sucesos ocurridos, la interrupción de Choji semanas anteriores en la tienda cuando ambos estaban discutiendo sobre sus manejos respectivos. Su error al recorrerle el rostro con los dedos.

Odiaba tanto al Nara pero debía centrarse en la habitación donde estaba, en Naruto, Sakura y Hinata o se percatarían de su molestia e incertidumbre, cosa que más odiaba, no saber a qué estaban jugando los dos, estaba ahí por órdenes de la Hokage.- He… chicos, Tsunade nos ha invocado a una reunión de Clanes… todos debemos asistir dentro al anochecer en su despacho.

La pelirrosa miró confundida. Esperaba cualquier cosa menos aquello. Su maestra no le había comentado algo al respecto. Debía ser clasificado para no saberlo, tal vez no pertenecer a un clan prodigioso fuera motivo para no enterarse. Lo cual le entristecía un poco y Naruto al fondo, abrió los ojos sorprendido. Hinata se mantenía en silencio pasando los dedos sobre la camilla del rubio.

-La vieja Tsunade no debería mandarme a hablar cuando estoy herido- habló el rubio mientras Sakura volvía a golpéalo- ¡Deja de golpearme Sakura-chan!

-Tonto… te daremos algo para aliviar tu dolor y asistirás a esa reunión ¿queda claro? E irás con Hinata ¿no tienes ningún problema querida?- la de los ojos pálidos sintió el aire escasear. Naruto había sonreído, sin dar inicios de negarse.

-No… N… No tengo problema en ir c… con Naruto-Kun

-¡Bien Hinata- chan!- el rubio se sentó sin dejar de gritar.- ¡Iremos con la vieja los dos´ ttebayo!

Ino rió haciéndole una seña a la pelirrosa para salir. Hinata necesitaba estar un tiempo a solas con el Uzumaki. Una vez a fuera caminaron hasta la puerta del hospital conversando animadamente. Sakura curveó los labios hacia el cristal y fijó su mirada para ver que miraba

-Hola, Shikamaru- saludó mirando su reloj- Tardé en bajar por el Idiota de Naruto. Otra vez se encuentra en el hospital

-Cómo sea mujer problemática, vámonos. Debemos pasar a ver unas cosas que nos dejaron. Es demasiado problemático tener que pasar por ti y encima hacer otras cosas…- La rubia golpeó el brazo masculino fuertemente. Gimió de dolor- Demonios Ino ¿por qué haces eso?

-Te lo mereces, ahora bien, hay que darnos prisa ¡Adiós frente de marquesina!- la aludida parpadeó intentando asimilar lo sucedido.

¿Cuándo Shikamaru había empezado a buscar a Ino? ¿Había algo entre ellos? Debía averiguarlo, y ya tenía una idea de dónde empezar.

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Acarició el rostro masculino detallando las facciones, a pesar de no dedicarle tiempo a su aspecto, Shikamaru tenía un rostro aceptable al tacto. Lo había descubierto aquel día en la florería de su padre. Lo sentía tenso, la mandíbula apretada por su incomodidad. Los orbes obscuros indiferentes, despreocupados. Se encontraba en la misma posición. Solo sentía la curiosidad de examinar a detalle la extraña suavidad del rostro.

El Nara arqueó una ceja examinando la situación. Cualquiera al verlos pensaría diversas teorías las cuales se reducían a algo problemático, harían preguntas que no quería responder, por lo tanto debía alejarse de ella para evitarlos. Sus piernas no hacían movimiento alguno, quería irse. Ino era una mujer muy problemática, como su madre e inclusive peor.

-Eh… Ino, ya se nos hace tarde para la problemática reunión- sus dedos viajaron hasta el hombro femenino en una sutil caricia y se odió. Ino acortó la distancia uniendo sus labios de manera pausada.

La alerta resonó entre su mente, palpitando descontroladamente, anunciándole que nuevamente aquello era un error. No era la primera vez.

-Shikamaru…- murmuró la rubia contra sus labios.

-Para, Ino- La rubia rió sin despegarse.

-No te veo alejarte, Nara- se fundieron en un beso furioso, hambriento. Ya no recordaba cuanto tiempo hacía que hacían lo mismo, jugando aquel fuego extraño y por más que los dos intentaban dejarlo no podían.

-La reunió, deja de ser problemática y vamos. Yo saldré primero- Ino asintió. Estaban detrás de un árbol de mayor tamaño. Confiaba en su sombra a la par de la obscuridad para no ser vistos en esas condiciones. Observó a Shikamaru salir acomodándose el chaleco táctico e hizo lo mismo. Lo usaba desde terminada la guerra formando parte de su atuendo.

Salió pausadamente hasta divisar al morenos no muy lejos de su posición. Caminaron en silencio las calles de Konoha. Algunos negocios comenzaban a llenarse de personas. El nuevo Ichiraku parecía tener mayor demanda. Desde lo lejos veía a Ayame conversar con Sai y atrás en las mesas a Naruto con Hinata ordenando Ramen para llevar. Al parecer mejoraba como lo establecido.

Finalmente llegaron a la torre del Hokage. Entraron sin dirigirse palabra alguna hasta llegar al despacho de la rubia, al introducirse se encontró con los rostros mayormente conocidos; Kakashi Hatake en compañía de Anko Mitarashi, los clanes Sarutobi, Uchiha, Nara, Yamanaka, Inuzuka con los Alburame . Del lado izquierdo otros más. Yoshino se acercó hasta su posición jalando al Nara del brazo.

-¡Shikamaru!- rugió la fémina zarandeándolo- ¿Por qué estas llegando a estas horas? ¿Qué te entretuvo cuando saliste de la casa?- interrogó fijándose en su aspecto, buscando algunas pista visual sin éxito. Entrecerró los ojos encontrando el aspecto desgarbado, nada fuera de lo común.- Ya lo discutiremos más tarde hijo.

-¡Ya hemos llegado Abuela Tsunade´ ttebayo!- el sonoro grito alertó a los miembros expertos en sombras. Naruto llegaba con la mitad del rostro vendado al igual que el brazo izquierdo. Junto a este la heredera de Hiashi. Una vez reunidos todos los murmullos resonaron en el ambiente. Ningún clan entendía el motivo por el cual se encontraban reunidos. Sasuke ignoraba a todos gruñendo en voz baja.

Los pasos de tacos callaron a las personas reunidas. Tsunade suspiró entrando a su despacho sin mirar hacia el costado. Tomó asiento con Shizune al lado y clavó sus orbes mil en cada cabeza del clan sintiendo la nostalgia. Quienes fueron sus colegas, amigos se encontraban muertos y solo quedaba su legado. No quería hacerles lo que haría. Los ancianos habían tomado su decisión, no había nada que hacer. Debían entender que no era su culpa, esperaba que digirieran la noticia sin problemas.

Aunque eso era imposible.

-Verán- habló alto, parándose del asiento- Es de conocimiento público que el Kazekage de la arena contraerá nupcias dentro de poco tiempo y los Shinobis cercanos a él estarán ahí- su mirada viajó a los líderes jóvenes- Los ancianos han tomado el asunto del matrimonio de Gaara enserio y han proclamado un nuevo resurgimiento.

-¿Resurgimiento?- la voz de Iruka resonó- ¿A qué se refiere Hokage?

-Me refiero a que cada anciano de las aldeas ocultas ha decidido sobre sus Shinobis. Harán un resurgimiento de Clanes… se casarán con otra persona fuera de la aldea… traté de oponerme, pero fueron órdenes sin reconsideración.

-Hokage- Habló Hana Inuzuka- Yo soy líder de un clan pero estoy casada. Espero un hijo también y no creo que separarme sea adecuado- Shino asintió, Tsume gruñó entre dientes encarando a la rubia.

-Ya escuchaste Tsunade. Mi hija está indispuesta. ¿Se cancela en el Clan Inuzuka tu orden? – los ojos miel viajaron hasta el segundo hijo de Tsume y soltó un sonoro bufido.

Nada estaba saliendo como debería haber sido. Maldijo por primera vez a los ancianos de la aldea por sus leyes tontas.

-Me temo que no, Tsume. Kiba tomará el lugar de Hana. La ley es para todos los Shinobis solteros, no hay excepción para nadie. Lo siento.

El silencio se apoderó del ambiente. Nadie decía comentario alguno. La ley aplicaba para todos. Debía ser una jugada mala. Casarse con un Shinobi de fuera sonaba extraño, para todos. Ino miró de reojo. Varios rostros contorsionados de la sorpresa. Kurenai- sensei parecía en trance, ignorando al niño entre sus brazos. Iruka miraba a Zusume, Naruto miraba a Hinata. Sasuke ignoraba la situación y sus ojos viajaron hasta el Nara.

Los dos se miraron y sintió una opresión recorrerle el pecho.

¿Cómo podían casarse tan jóvenes? ¿Quién sería su prometido? ¿Por qué cuando se sentía confundida Shikamaru tenía que estar presente?

¿Qué debía hacer ahora?

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¿Quién quiere ShikaIno y NaruHina? YO *alza las manos* ¿Ustedes?

Bien, desde hacía un buen tiempo quería hacer un ShikaIno, no tienen idea xD pero no se me ocurría nada hasta hace casi una semana. Si leen esto sabrán que esta idea surgió mientras estudiaba un libro de medicina para mi examen y me dije "Que pasaría si se hiciera un resurgimiento de clanes…." Y bueno, salió esto.

Siempre quise hacer un una historia donde ellos tuvieran "Algo sin definir" creo que esta es perfecta. Espero que les guste. Estoy considerando incluir más parejas, espero y ustedes puedan recomendarme algunas.

¿Qué pasará con el reparto? ¿quién es la pareja de Gaara?

Espero sus comentarios, críticas y/o amenazas de muerte

Un saludo

Fatty Rose Malfoy

¡Por un mundo con más ShikaIno! xD