EL SECRETO DEL MOÑO ROSA
ARNOLD
Truenos y relámpagos azotan con fuerza, tras el vidrio veo claramente como cae la lluvia, hasta me atrevería a decir que el cielo llora junto con ella y que siente su dolor…
Escucho un suspiro lastimero y desgarrador que escapa de su garganta mezclado con gemidos casi imperceptibles y palabras que no logro entender a la perfección y eso me entristece mucho. ¡Un momento! ¿Es mi idea o me acaba de llamar zopenco? Ni en medio de su confesión de amor inconsciente deja de ponerme motes ¡No cambia! Y no quiero que lo haga nunca. Ahora a mí se me escapa una risita que no logro ahogar, pero por suerte no se percatan de eso y siguen en sus asuntos. Nunca antes me sentí agradecido de las ocurrencias de Gerald, tal vez después lo reconozca, aunque sé que no es correcto lo que él hizo, y mucho menos lo que yo estoy haciendo
Estoy encerrado en el armario, aunque algunos según sé también es conocido como "sala de juntas". Y soy testigo mudo de una conversación que ni en mis más bizarros sueños infantiles creí posible y debo admitir que aunque me siento culpable por hacerlo no pienso desaprovechar esta oportunidad. Tal vez es obra del destino, o de la casualidad, o mejor dicho ¡No se!, lo que sí sé es que mi corazón late con fuerza al escuchar su voz, que sueño con sus ojos azules durante la noche y los busco durante el día porque ella brilla mas que el mismo sol, que extraños sus locuras y arrebatos e incluso aquellos apodos que en algún tiempo llegue a detestar…
Ahora se preguntaran como llegue hasta este punto, y no me refiero al hecho de estar encerrado irremediablemente en el armario de limpieza, del que por cierto llevo tratando de salir cerca de media hora ¡Media hora!. Por cierto Gerald, ¡Gracias! Noten mi sarcasmo. Me refiero al hecho de estar confundido por aquella chica, la de rubio cabello y mirada cielo cuyos ojos son para mí como espejos de su alma, puros y cristalinos; la chica cuya única misión aparentemente es hacer que enloquezca, la que me pone un apodo diferente todos los días, la que desatornilla mi asiento o que me tira proyectiles de papel, la que es la pesadilla de cualquier profesor, la que me dice que me odia…. En fin, tantas cosas, pensaran que es una locura y que cumplió su cometido, en parte sí; me hechizó, y estoy seguro que si la conocieran como yo la llegue a conocer cualquiera caería bajo sus encantos, agradezco al cielo que pocos lo notaran, porque de ser lo contrario tendría demasiada competencia Díganme loco o masoquista ¡No me importa!, realmente estoy enfermo… ¡Incluso temo a la competencia!
¡Un momento! Acaba de decir que me ama. ¡Que me ama! ¡ME AMA! Estoy a un paso de tirar la puerta y abrazarla, no sé qué me pasa; tengo que ser fuerte y tranquilizarme, me odiará si se entera que la escuche conversando con sus amigas.
Es cierto, tienen toda la razón, no pueden juzgarme porque no les he contado como sucedió, empezaré desde ese punto. Pero primero permítanme presentarme: Mi nombre es Arnold Philip Shortman y esta es mi historia…
NOTAS DE LA AUTORA:
SALUDOS!
Bueno, ya había publicado la historia pero sin nguna nota de autor. Bueno para darles un poco de luces con respecto a la historia pues le dire que es una mezcla entre un universo alterno y situaciones inventadas ambientadas a los capitulos y personajes de Hey Arnold. La diferencia es la edad de los personajes y la perspectiva en la narrativa puesto que se dividirá en cuatro partes, desde el punto de vista de Arnold, después de Gerald, de Phoebe y finalmente de Helga para finalizar la historia... Espero que cumpla sus espectativas y ya saben los reviews y tomatazos son bienvenidos.
Besos
