Esto es diferente a lo que suelo escribir pero espero sea de su agrado, sé que nadie se imagina al pequeño conejito consentido con las manos manchadas de sangre... yo sí y he aquí el intento de drama psicológico.

Dudas abajo~


Psicosis

Míralo detenidamente, contempla con tus ojos la espesa sangre que sale de sus sienes. No es igual a la que adorna su piel pálida de un rojo brillante parecido al rubí, súmete en el deleite de ese lienzo que es el cuerpo postrado en el piso sin moverse, míralo… qué bien se le ven los hematomas; como las manchas en un bello tigre. Solo que los moratones se los has provocado tú. Tú desquiciado que quisiste jugar con él hasta su último aliento.

Qué curiosa es la vida ¿verdad? Te has destruido a ti mismo.

Fey Rune, eliminaste a ese Fey Rune sensible que muchos problemas ya te ha causado. Pero vele el lado bueno, ahora sin vida está después de todas las torturas a las que lo sometiste. No hay fuerza en su mandíbula, la mordaza no terminó de ser desgarrada. Mucho menos tuvo el privilegio de sentir sus manos y tobillos libres del lazo de ixtle; eres un maldito verdugo de la era contemporánea. Un carcelero, un juzgador. Sellaste su cruel destino y ahora te toca enterrarlo tres metros bajo tierra, después huye y no regreses.

Te ríes y lames el bisturí manchado de sangre fresca, le hiciste varios cortes a la piel de ese chico. Ese chico que eres tú, como si el efecto del espejo fuera demasiado realista lograste separar tu personalidad sumisa del demonio yaciente dentro de tu cuerpo. Tus ojos azules y tu piel morena resplandecen en la deteriorada habitación que usaste como calabozo, huele a humedad. La gota que se filtra por el techo no cesa, es el único ruido a parte de tu maldita risa lo que se escucha en el espacio. Te miras a un espejo roto, estás manchado de tu propia sangre ¿Verdad? ¿Qué se siente… asesinarte, Fey?

No, no cuenta como suicidio porque quien murió fue ese molesto niño de pelo verde, gracias a él tuviste demasiados problemas conmigo.

Me da risa que tuve que amenazarte para que siguieras mis órdenes aún cuando me habías jurado amor eterno, cabrón ¿Dónde quedó esa frase ''haría lo que fuera por ti''? Pero ahora haré como si eso no hubiera pasado, como si nunca te hubiese dado una golpiza antes de borrarte la memoria, otra vez. Disfruté como lo hacías retorcerse de dolor mientras tus orbes azules iban y venían de tu mundo de caramelo a la realidad.

Se que me estás escuchando, cariño.

Estoy orgulloso de ti…

Sigue siendo ese desgraciado con sed de sangre.

Me gustas más así.

Claro, Saryuu. Seguiré siendo así solo por ti.

Te acercas a ese quien fue tu ''yo'' alegre y optimista, le quitas la mordaza y deshaces los nudos de las cuerdas. Colocas el cuerpo boqui arriba con mucha dificultad, los muertos son rígidos como tablas y fríos como la carne congelada. ¿Cuánto tiempo tiene de haber perdido los signos?

Dos horas, pero su sangre sigue fluyendo… y es deliciosa.

Por supuesto que lo es. Tu tipo de plasma es de lo más exquisito que existe sobre la tierra, te lo digo como el vampiro puro que soy. En todas mis vidas anteriores jamás he probado algo como tu sangre. La sensación cálida que me da en la garganta es incomparable, incluso me entibiase el cuerpo. Querido, no lamentes esa parte muerta de ti, aún estás vivo. Estás precioso. La piel morena que tienes me incita a querer devorarte esta misma noche.

Devórame, no hace falta que te aguantes.

Eres mío, Fey.

Soy tuyo, Saryuu.

Te volteas aún con el bisturí en la mano, eso me excita. Has despertado a un monstruo que ha vivido sellado en tu interior desde el día que naciste… OH, tu natalicio fue hace casi dieciséis años. Observé a tu madre perder la vida en el parto, esa mujer de nombre Kinako nunca dejó de preocuparse si estarías bien o estarías mal; ella debería estarse retorciendo bajo su lápida en caso de que haya visto como con tus propias manos tomaste un arma de fuego y disparaste sin remordimientos a la cabeza de su pequeño hijito. Porque has de saber que ella solo amó a ese crío sonriente, bleh. No te deprimas… yo estoy aquí. Extiendo la mano y tomo la tuya, entrelazo mis dedos enguantados con los tuyos manchados de rastros de pólvora y ese elixir que de marrón se pintó.

Ya podemos ser felices juntos, esta vez haré lo que tu desees sin negarme, ya te he demostrado que soy capaz de superarme. Sin mi lado positivo estorbando, fácilmente podré traer todas las presas que tú elijas.

No deseo otra presa, ya eliminaste a la que quería.

Qué ingenuo eres.

Te duele la cabeza, caes de rodillas por el dolor en solo uno de tus hemisferios. Gritas por ayuda, las migrañas a veces suelen darte demasiado fuertes; ni siquiera te habías acordado de tomar tu medicamento para evitar este tipo de situaciones. Te empleaste en hacer sufrir, ahora buscas como un desquiciado tu frasco de pastillas inhibidoras.

Inteligente… ni siquiera estás en tu puta casa.

Saryuu… ayúdame, no puedo…

Me apiado de tu estupidez y me acerco a ti, flexiono mis rodillas hasta quedar frente a tu quejosa facción. De las sacudidas tiras tu arma de fuego al suelo, ya habías soltado el bisturí, si pudieran atrapar a un asesino este sería el mejor momento para hacerlo o de otro modo correrías como una liebre hacia una dirección desconocida, te perderías en un bosque oscuro del que no saldrías jamás. Acaricio tus cabellos tratando de calmarte, dices que me amas como a nadie en el mundo… lo sé, lo sé, no es nuevo el cuento y me aburre escucharlo a cada rato. Comienzo a reírme de lo patético que te ves. Al final una fracción de vulnerabilidad se quedó en tu malvado ser ¿De qué sirvió exterminarlo si de todos modos sigues pareciendo un miserable ''conejito''? Por mi, vete al diablo. ¡Sí, vete al diablo!

¿Qué? ¡Maldito!

Abre los ojos y observa en realidad lo que has hecho, asesino.

No soy Saryuu.

Mírate, pobrecito conejito. Creo que has sido engañado de nuevo por las voces que te hablan cada vez que no ingieres tus medicinas, empeoraste la situación tú mismo. ¡¿Cuántas veces te he dicho que el LSD no es la solución?!

Abres los ojos cristalizados y enrojecidos de tanto llanto, te pones de pie lentamente tratando de incorporar tu cuerpo con ayuda de la pared cercana. Giras tu vista alrededor, tratas de recordar que haces en ese cochino lugar lleno de hongos, es el mismo cuarto donde cometiste tus fechorías.

¿Saryuu?

Vale si serás idiota… está frente a ti pero no lo quieres ver.

Bueno, es lógico si lo piensas.

¡Deja de joderme!

Tu reflejo es diferente a lo que tenías en mente, mira el espejo que aunque quebrado esté sigue mostrando tu verdadero ser. Eres tú, el cabello verde, ahí están tus bellos orbes de peculiar tono casi fluorescente. Tu mirada parece desconcertada ¿Ya te diste cuenta? Quien ha estado hablando contigo he sido siempre… yo, llámame ''Ello'' o mejor… ''contraparte''.

¿Creíste que me callarías con una tablilla de drogas?

Por supuesto que no.

Yo salgo cuando se me de la puta gana.

Cállate…

No es momento para hacerlo, déjame explicarte. Has cometido un crimen querido y debes huir antes de que llegue la policía, te divertiste demasiado… hubieras visto tu cara de satisfacción con cada corte que le hacías y cada golpe que le propinabas. Acabaste con él… y yo acabé contigo maldito conejo inútil.

Tomas el martillo y lo avientas al espejo, desaparezco de inmediato pero solo temporalmente, te durará poco el gusto de la tranquilidad. Sabes que tarde o temprano voy a volver, no importa cuantas dosis seguidas de medicina tomes o cuanta droga te inyectes, soy parte de ti y vas a vivir con ello aunque intentes sacarme a la fuerza.

¿Creíste en verdad que serías como el Doctor Jekyll? Ingenuo, jamás podrás dividir tus dos personalidades para que sean una sola. Lo lograste en tu fantasía pero mira de una vez lo que has hecho… te ha salido mal. Cuídate la espalda querido o alguien puede colocarte unas esposas en cualquier momento.

Adiós.

Entonces yo no me deshice de ti, tú te deshiciste de mi… eso significa que…

Contempló con sus ojos la espesa sangre que salía de sus sienes, manchaba de paso el cabello blanco cuan nieve del occiso. No es igual a la que adorna su piel aperlada de un rojo brillante parecido al rubí. El cuerpo es un lienzo postrado en el piso sin moverse, los hematomas le dan pinceladas de entre morado y verde a su tez. Los moratones, heridas… el tiro de gracia se los ha provocado… el mismo Fey Rune.

Sonrió con melancolía, un gesto demasiado amargo con el que prácticamente se despedía.

Te veré pronto… Saryuu…

Colocó el cañón del arma en su boca y con la misma pistola que jamás dejó de empuñar, se quitó la vida.

La contraparte oscura de Fey murió junto a él de manera instantánea.


Fey en esta especie de historia (o lo que sea que haya sido esto) fue un enfermo mental, a veces los esquizofrénicos o los mismos psicóticos toman drogas para callar esas voces, eso es algo demasiado interesante y a la vez aterrador.

En el ámbito de la psicología el ''Ello'' es la fuente de los instintos oscuros, por así decirlo. El Fey que describí con su apariencia de miximax es prácticamente su ''ello'' u contraparte.

El Dr. Jekyll es el protagonista de una pequeña novela llamada ''El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hide'', él en la historia crea una droga (que él mismo tomó) para separar sus dos personalidades. La recomiendo.

En fin, espero les haya gustado, si alteré las personalidades fue por obvias razones; Fey aquí padecía de sus facultades mentales.

Amo los dramas psicológicos~

Nos leemos.

R.