En el silencio de un amanecer, el sol apareció en el despejado cielo azul mientras Morty despertaba con el sonido de la alarma, aquella que le decía era momento de levantarse y marchar a la escuela, y aunque no deseaba dejar la cómoda cama, sabía que no tenía muchas opciones.
Intentó levantarse entonces, sin embargo un brazo rodeó con fuerza su cintura ante el sonido, impidiéndole alejarse mientras su cálida respiración le chocaba con la piel del cuello y le hacía suaved cosquillas.
-Rick...-Soltó una carcajada, riendo mientras el mayor sonreía por lo bajo sobre su piel, sin que el otro se diera cuenta, y besaba su cuello, solo haciéndolo reír aún más por las cosquillas.-...Ya, ya debo irme...-Musitó el menor sin aliento al mirarlo, una tenue sonrisa en su boca.
-Odio la escuela.-Se quejó el mayor, su mano acariciando la cintura de Morty, acercándolo aún más a el, hasta sentir el calor de su cuerpo, y su agitada respiración.
-Tu no vas a la escuela.
-Pero te aleja de mi.-Replicó casi como un niño, todavía con la voz somnolienta y Morty soltó una risa, mirándolo en silencio unos instantes.
-Nada puede alejarme de ti, Rick...-Murmuró el muchacho avergonzado, apenas audible, y el corazón del mayor se aceleró, preguntándose como palabras tan simples y el solo despertar junto a el podían hacerlo sentir tan feliz, una felicidad que no creía jamas merecer, y que Morty aun así le regalaba cada día, entonces, y cuando estaba a punto de besarlo para no dejarlo marcharse de aquella cama en todo el día, y estaba decidido a olvidarse de todas sus responsabilidades, escucharon los golpes en la puerta.
-Tengo el desayuno listo Morty, Rick, será mejor que bajen.-Escucharon la voz de Sia antes de que sus pasos bajaran las escaleras con rapidez.
-Excepto Sia.-Murmuró Morty en voz baja, sonando burlón y divertido al mismo tiempo, recordándole lo mal que les fue cuando no le hicieron caso.
-Excepto Sia.-Asintió Rick soltando al menor a regañadientes, dejándolo levantarse, y al cabo de unos minutos haciendo lo mismo.
Cuando Morty estuvo listo, Rick se acercó, tomando la corbata del uniforme que le obligaban a llevar, acercándolo a su cuerpo y a su boca.
El menor se puso de puntas de pie , aferrándose a la bata con las manos en puños antes de unir sus labios con los de Rick, su corazón retumbando con fuerza, con la misma cálida sensación de siempre apoderándose de su cuerpo, sintiendo como los brazos de Rick le rodeaban con fuerza, haciéndole sentir a salvo, y en casa.
Entre roces dulces, y lentos, y sus agitadas respiraciones perdiendo los segundos, solo alejándose cuando la muchacha volvió a llamarlos para desayunar.
-Un día de estos la mataré por interrumpir.-Gruñó el mayor molesto en los labios de Morty, y el muchacho soltó una risa antes de que bajaran las escaleras hasta el comedor, al sentarse, rápidamente tomaron el desayuno junto a Sia, quien había llegado temprano para comenzar a trabajar con Rick para unos cuantos pedidos que le habian hecho al científico, y por los cuales le pagarían bastante bien.
La muchacha llegaba justo después de que su Morty se iba a la escuela en su dimensión, y preparaba el desayuno antes del trabajo, asegurándose así que ninguno de los dos murieran de hambre antes de tener que marcharse por aquellas responsabilidades que no podían evitar.
Entre conversaciones acerca de lo que debían hacer ese día, comieron juntos, hasta que Morty se dió cuenta de la hora que marcaba el reloj, y no le quedó otra opción que marcharse, subiendo rápidamente a buscar su bolso.
-Pensé que te habías ido.-Murmuró bajito el menor cuando lo vio al pie de la escalera, y Rick negó con la cabeza sin apartar la mirada del muchacho mientras se acercaba.
-No me iría sin despedirme de ti, no seas idiota.-Respondió, y Morty se puso de puntillas, rodeando su cuello, permitiendo que el le rodeara la cintura con los brazos, y lo sostuviera contra su cuerpo, soltando un pesado suspiro.-Se que tienes que ir a la escuela, y yo tengo que conseguir algunas cosas, pero no quiero que...-Comenzó a decir Rick, y Morty lo interrumpió.
-Ambos tenemos cosas que hacer, por mas que queramos quedarnos aquí, no podemos, y ya se nos hace tarde, así que sera mejor movernos .-Musito el menor, tentado a olvidarse de todo aquello y quedarse a su lado.
-Al menos te llevare a la escuela.
-No tienes que...-Esta vez Morty fue interrumpido por Rick, quitandole el bolso.
-Solo vamos.-Apresuro, y el menor asintió antes de seguir sus pasos hasta la nave.
Rick lo dejó en la entrada de la escuela, despidiéndose de el con un beso que enrojecio por completo el rostro de Morty, avergonzado al estar bajo las miradas de sus compañeros, entrando sin mirar a nadie mientras casi podía ver en su mente la burlona sonrisa de Rick, y una pequeña sonrisa suya escapaba de sus labios al final, en medio de sus felices latidos.
Esa tarde, y cuando por fin sonó la campana de salida, el menor rápidamente salió del lugar, encontrando a Rick ahí, en un segundo estando en sus brazos, escondiendo su rostro en su hombro y abrazándolo con fuerza.
-¿Me extrañaste?.-Preguntó el mayor ante el abrazo, la sombra de una sonrisa en sus labios, y el muchacho alzó la mirada bajo los mechones castaños que le cayeron sobre el rostro.
-También odio la escuela.-Terminó aceptando, por que odiaba estar lejos de el, y con una tenue sonrisa Rick que se obligo a ocultar, lo llevo a casa.
Pasaron el resto del día en el garaje, trabajando en distintos artefactos junto a Sia, el menor ayudando a Rick, y siendo mejor ayudante de lo que el habría esperado, habiendo llegado bastante lejos los últimos dos años, aprendiendo mucho, volviéndose mucho mas inteligente, y hábil en la ciencia, algo que lo hacia tan feliz como a su mentor.
-Pronto seré mejor que tu, y te quitare el titulo del mas inteligente del universo.-Bromeo el menor divertido, y Rick rió, poniendo un beso en su cuello mientras el menor volvía la mirada con concentración a su trabajo, un dispositivo interdimensional que funcionara sin importar la dimensión y lugar en el universo, uno que le ayudara a mantener una conexión estable cuando Rick fuera muy lejos.
-Ya eres mucho mejor que yo, Morty...-Murmuro en su oído, y cuando el menor alzo la mirada, le robo un fugaz beso, como si nada volviendo a sus propios trabajos, dejándolo con nada mas que una sonrisa, y un corazón acelerado.
Esa noche, y para dolor de Morty, las pesadillas volvieron a aparecer ante sus ojos, volviendo para recordarle el pasado y torturarlo con el, en el silencio escapándose a las afueras de la casa, luchando contra la sensación de estar ahogándose.
A pesar del tiempo, Morty no podía olvidar, no podía olvidar la sangre que había derramado, y es que por lo que había hecho, creía merecer aquello, creía que merecía cada doloroso recuerdo, y cada pesadilla que venía, siendo más parecido a Rick de lo que podía imaginarse, las pesadillas siendo el precio de aquella felicidad que la vida le había dado.
Las lágrimas cayeron una vez más por su rostro, y una vez más Rick quitó cada una al seguirlo y sentarse a su lado en las escaleras de entrada, besando su rostro hasta llevarse el dolor y la pena, toda la culpa, al menos por una noche mas.
Rick no dijo nada, sabía que las palabras no reparaban un corazón herido, así que solo lo dejó derrumbarse en sus brazos, como cada vez que las pesadillas volvían, seguro que pronto volvería a levantarse y sonreír, por que Morty era así, más fuerte de lo que el sería jamás, por que el siempre se levantaba a pesar del dolor.
Lo sostuvo y no lo dejó caer, lo mantuvo respirando entre el llanto como Morty tantas veces hizo antes con el, como cada vez el se rompía por y bajo el peso de sus errores, de la sangre que había derramado y no le permitía hundirse en la desesperación.
-Te quiero...-Había murmuró el mayor en su oído, viéndolo comenzar a cerrar los ojos recostado en su hombro, viendo la débil sonrisa en sus labios a punto de quedarse dormido, con el llanto olvidado en los acelerados latidos de su corazón enamorado.
-También yo, Rick.-Su voz se perdió en la brisa al decir, sin embargo, no importaba, por que Rick siempre guardaría esas palabras en su corazón.
Igual que antes y mientras se quedaba dormido, Morty solo le pidió a las estrellas una cosa, les pidió poder quedarse siempre a su lado, sin poder saber que Rick pedía lo mismo mientras veía las mismas brillantes estrellas.
El universo, era un lugar despiadado, terriblemente cruel, e inmensamente frío, solo había dolor y soledad, las pesadillas volvían siempre a recordarselo, sin embargo, y mientras veía las brillantes estrellas sobre sus cabezas, se preguntó como los brazos de Rick podían ser tan cálidos en comparación, como podía llevarse todo el dolor que cargaba en el corazón con un solo beso, y le hacía sentir que no todo era tan malo allá afuera.
El universo, era todo eso, un lugar cruel y frío, ambos lo sabían, y habían sido golpeados por el, dejando cicatrices que quizás jamas se irían, sin embargo no importaba, por que mientras se tuvieran el uno al otro, sus corazones podían seguir latiendo.
Morty volvió a presionar sus labios, un segundo antes de cerrar los ojos para dormir, dulce y fugaz, el corazón de ambos acelerado, sin saber que ese seria su ultimo beso, sin saber que su felicidad pronto les seria arrebatada.
Dos años antes.
Por unos momentos, sus ojos sólo vieron oscuridad.
Recordó los ojos furiosos de Morty al quitarle a Rick, luego el dolor y como la sangre de su cuerpo se perdía con rapidez, derramándose en el frío suelo donde ya habían caído tantas otras.
Rozó la muerte entonces, sin embargo, jamás se habría arriesgado a enfrentar a Rick sin un plan de respaldo, no era idiota, y no subestimaria a su enemigo como había hecho con Morty.
Así que con los últimos rastros de fuerza, y vida que le quedaban en el cuerpo, presionó el botón que había escondido en la manga de su ropa, y desapareció de ese cuerpo ya inútil y demasiado frío.
Cumplió su plan y su mente se salvo como no pudo hacer su cuerpo, por que si se había equivocado, se había equivocado al subestimar a Morty y su cariño por Rick, y aunque ese seria un problema del que ocuparse cuando estuviera completamente recuperado, en la debilidad que sentía, también sintio la satisfacción de haber obtenido lo que quería, la dolorosa muerte de Rick.
Tardó días en conseguir el completo control de ese cuerpo clonado del suyo, y cuando lo hizo, se puso en movimiento, sus planes claros en su mente, por que no sólo quería la muerte de Rick, el lo quería todo, todo lo que pudiera tomar, y lo conseguiría.
Al volver a la destruida ciudadela, encontró el consejo muerto, cada edificio en cenizas, y los cuerpos de los Ricks y Mortys envueltos en sangre en cada calle, y mintiendo como tantas veces antes, ayudó a reconstruirla a quienes todavía quedaban con vida, a reconstruir su escondite mientras la federación también se recuperaba de la destrucción.
En un año, la ciudadela había vuelto a ser lo que era, y cada Rick y Morty le agradeció por ello, por recuperar su lugar seguro, por lo que no fue difícil convencerlos con disolver el consejo y volver aquello una democracia, con facilidad pintando una máscara de bondad y sonrisas que ya había perdido hace mucho.
Y como nieto de Rick C-137, del Rick más Rick de los los Rick, consiguió exactamente lo que quería.
Quitó cualquier obstáculo en su camino hasta la cima con un pequeño y letal viaje al espacio, dejando cada cuerpo de aquellos que querían interponerse a la deriva del universo, ganó las elecciones, y pronto la ciudadela era suya.
No había olvidado sin embargo a aquel Morty que Rick había elegido para reemplazarlo, el que le había costado su cuerpo original, y con los nuevos recursos que tenía, lo busco entre dimensiones hasta encontrarlo.
Espero ver su alma destrozada, la tristeza en sus ojos, sin embargo en el solo habían sonrisas y la felicidad que le había arrebatado, encontrándose en los brazos de Rick, por que a pesar de todo, había encontrado la manera de salvarlo mientras Morty lentamente se daba cuenta que todo había sido en vano.
La furia le quemó lo que le quedaba de corazón, sumiendolo y ahogándolo de nuevo en aquella oscuridad que Rick había dejado en el.
-Te lo dije Morty...-Murmuró entonces, en las imágenes viendo las suaves sonrisas de Morty, viendo el cariño con que sus ojos miraban a Rick, feliz de saber que seguía a su lado y con vida, algo que pronto se encargaría de quitarle.-...A los Rick no les importan los Morty, jamás debiste abandonarme, no debiste traicionarme, por que ahora, tendré que matarte.-Afirmó sin dudas.
Entonces prometiendo que no importaba lo que tuviera que hacer, le arrebataria hasta el último rastro de felicidad que pudo haber tenido, le quitaría todo como se lo quitaron a el, hasta que solo le quedara oscuridad, hasta que no le quedara nada.
N/A: Los capítulos no están editados todavía, así que puede que haya faltas de ortografía en algún punto.
Pues eso, y si todavía siguen aquí, se los agradezco mucho, muchísimo.
Saludos y besos para todos.
Gracias por leer y hasta la próxima semana. :)
