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En la habitación solo se escuchaban los jadeos de sus ocupantes, acompañado del leve golpeteo de la cama contra la pared, mientras Tony, sujeto del cabecero de la cama se dejaba caer sobre la magnifica erección de su marido una y otra vez, cobijándolo en su cálido interior; sintiendo el clímax cada vez más cerca. Entre besos y mordidas candentes, Steve sujetó fuerte las caderas del otro, hundiéndose en lo más profundo de interior, mientras ambos sucumbían ante la vorágine de placer y descargaba su simiente, Steve en las entrañas de su amante y Tony en los vientres de ambos.

Horas más tarde, Steve contemplaba el apacible rostro de Tony, quien se paseaba ya por el quinto sueño, extasiándose con sus bellos rasgos físicos. A veces le costaba creer que a pesar de todas las situaciones que habían tenido que vivir en el pasado, Antony Stark, su Tony, aun se mantuviera a su lado. Le había aceptado cada uno de sus defectos,

El sonido de su teléfono lo distrajo de sus cavilaciones, se levanto con cuidado de no despertar a su compañero y agarró el aparato que se encontraba en la mesita de noche, al ver el remitente su entrecejo se frunció. Apartándose de la cama, descolgó la llamada.

Barnes desapareció –

Al escuchar esas únicas palabras el cuerpo de Steve se tensó. Miro hacia la cama donde su esposo se mantenía dormido y mordiéndose el labio se decidió. No podía abandonar a sus compañeros en un momento como ese, el bueno de su esposo tendría que entenderlo.

Steve era un ex soldado. Se había incorporado a la fuerza cuando tenia veintiún años y había participado en un proyecto llamado 'super soldado', para finalmente convertirse en el líder de los comandos aduladores, un grupo especial al que solo pertenecían soldados de elite. Había dedicado su vida a servir al ejercito de los Estados Unidos, pero las situaciones que se presentaron luego de que se casara con Tony y su hijo naciera, lo habían llevado a un retiro definitiva. O eso pensaba él.

Tony abrió los ojos al sentir movimiento en la habitación. Tanteo con sus manos la cama, encontrándose solo en ella. Cuando abrió los ojos vio a Steve totalmente cambiado, entrecerró los ojos, la rabia subiendo a grandes escalas al darse cuenta del traje que su marido llevaba puesto. El que utilizaba para las misiones cuando estaba en el ejercito y que él mismo había ayudado a crear.

¿Qué crees que estás haciendo? – pregunto mientras se incorporaba en cama, su pecho desnudo quedando al descubierto. Steve dio un salto y le miró avergonzado.

Ha ocurrido algo grave, cariño. Me esperan en la base – dijo acercándose a la cama.

¿Y es que acaso no pensabas decírmelo?

¡Por supuesto que sí!

¿Cuándo? ¿Cuándo estuvieras a punto de irte, para así no tener que darlo una explicación? ¿Para solo tener que darme un beso de despedida?

No digas esas cosas, Tony – Steve intentó abrazarlo, pero Tony se sacó de sus brazos bruscamente. El ex soldado se dio cuenta que su esposo estaba realmente furioso, él también se puso serio.

Tony sintiéndose estúpido al estar desnudo y presentando que eso se tornará en una situación difícil, se levantó y camino hasta el armario buscando un pantalón de pijama, de esos que no solía usar, ya que normalmente se quedaba dormido desnudo luego de hacer el amor con su esposo. Como esa noche, lástima que no sería un despertar como los cotidianos, uno en los brazos del otro.

Tengo una misión.

¿Una misión? ¿En serio? ¿A un ex soldado a un le dan misiones?

Tony…

¿Aun sigues en activo? ¿Quiere decir que me has tenido engañado durante los últimos años? – Steve se paso la mano por la cabeza.

Natacha me llamó – Tony arrugó el ceño, Natacha significaba problemas – Bucky desapareció.

Tony le miró con los ojos entrecerrados, analizando su semblante. James Barnes, Bucky, era el mejor amigo de Steve, de hecho, gracias a él Steve se había unido al ejército. La relación entre ambos no eran la mejor, Tony siempre sospechó que Barnes, estaba enamorado de Steve, aunque su esposo siempre le decía que eran ideas suyas. Bucky había declarado abiertamente su oposición a la relación de Tony y Steve, así como el desagrado hacia Tony, pero se había tenido que morder el codo cuando al final Steve decidió que Antoni Stark debía ser su esposo.

¿Y? – preguntó de brazos cruzado. Por él que no apareciera nunca.

¿Como que 'y'? Tenemos que encontrarlo, ¡podría estar en peligro! – comenzando a desesperarse, Steve ya empezaba a levantar la voz. Odiaba esa actitud fría y egoísta de Tony.

¡Pero ya no es tu maldito problema! ¡Dejaste la fuerza hace años! - Tony odiaba que Steve le levantara la voz, y mas si Bucky estaba de por medio, solo lograba sacar lo peor de sí.

¡Por supuesto que es mi maldito problema! James es mi amigo!

¡El maldito está enamorado de ti!

¡Ya basta, Antoni! ¡Deja de comportarte como un imbécil!

Había noches en las que Peter no podía dormir, así que se ponía a ver videos graciosos hasta que se quedaba dormido. Luego su padre entraba a su habitación a despertarlo para que se fuera al colegio y solía regañarlo cuando encontraba los videos aun reproduciéndose y el teléfono tirado en el suelo.

Esta era una de esas noches, la diferencia radica en que esta noche escuchó gritos, parecía que sus padres estaban discutiendo. Se levantó y salió con rumbo a la dirección de los gritos, la habitación de sus padres. Peter suspiró, no era raro que sus padres discutirán, Tony siempre sacaba de casillas a Steve, pero a medida que se acercaba a la habitación se daba cuenta que las cosas no pintaban nada bien y que tampoco terminarían como normalmente lo hacían: en una sesión de besos y arrumacos que seguramente terminaba en algo mas cuando la puerta de su habitación se cerraba.

Cuando llegó frente a la puerta estuvo a punto de abrirla, pero los gritos se oían tan fuertes que se sintió inseguro.

¡Deja de ser tan egoísta!

No soy egoísta, solo… solo…

¿Qué es lo que quieres, Antony? Te escogí a ti, tengo una familia contigo, ¡deje la milicia por ti!

Peter sintió la voz de Tony casi como un murmullo entrecortado.

Me voy – habló nuevamente Steve, luego de varios minutos de silencio.

Al sentir que su padre caminaba a la puerta Peter corrió hacia su habitación. Se sintió mal y con mucho miedo. No se imaginaba a su padre, el correcto Steve Rogers, yéndose de casa, abandonándolos a él y a Tony. Pero también sintió mucha rabia hacia Tony, por permitir que algo así sucediera y sobre todo al escuchar lo ultimo que Tony le gritó a Steve.

¿Por cuánto tiempo? ¿Dos, tres meses? ¿Un año? No, no respondas. Si lo que quieres es irte, entonces, ¡lárgate! ¡Pero asegúrate de no volver nunca más! – luego se escucho una puerta azotarse fuertemente, la del baño seguramente.

Peter se metió bajo las sabanas, al poco tiempo sintió a su padre, Steve, entrar la habitación. Se hizo el dormido mientras lo sentía acercarse a él. Lo cubrió bien con las sabanas y tras quitarle un muchos de cabello de la cara, se inclinó y le dio un beso en la frente. Steve salió, dejando solo a Peter, quien por fin pudo dejar salir las lagrimas que estaba conteniendo desde hace unos minutos.