Disclaimer: No, no son míos... si lo fueran, ya 'Hime-chan fuese Reina de Hueco Mundo.
Roce Inconsciente
"Orihime, Orihime..."
Se estremeció al ver esos ojos castaños fijándose en los suyos, a sabiendas que esa fachada contenía al hombre más peligroso del mundo.
"Acércate, Orihime. Puedes estar segura que no te haré daño..."
Un frío escalofrío recorrió su cuerpo, paralizándola y condenándola al mismo tiempo, haciéndola observar impotentemente al hombre acercarse lentamente a ella, con un rostro que mostraba simpatía, amabilidad, gentileza...
"Puedes confiar en mí..."
Una mano cálida que se posó en su mejilla, mientras la descarga del contacto hacía que su mente girara en una miríada de imágenes. Ella siendo tomada con fuerza contra la pared por ese que la observaba con una suave sonrisa; ella llorando por el exceso de calor y hormonas, gritando su liberación a los cuatro vientos.
"Orihime..."
Ella aferrándose por todo lo que valía la vida al cuerpo del hombre que la tomaba, una y otra vez, donde fuese, como fuese, en cualquier momento y lugar, con tal de que ella gritase, y gritase nuevamente, todo lo que ese hombre prometía con un solo ligero toque de su mejilla.
"Orihime..."
Cayó de rodillas ante él, olvidando todo lo que había sentido en tiempo atrás. Sólo queriendo seguir a ese hombre, ese hombre que con sólo un toque le había hecho ver el cielo por tres veces.
"Orihime..."
"Sí, Aizen-sama, iré con usted..."
"Gracias por brindarme tu compañía, Orihime..."
Adiós, Kurosaki-kun. Adiós, Tatsuki-chan, Ishida-kun, Kuchiki-san, Chado-kun.
Adiós, Sora.
Adiós, Orihime.
- Tenna' ento lye omenta -
