Harry siguió sonriendo y saludando, incluso aunque era un poco embarazoso, observando como su hijo se alejaba de él...
El último rastro de humo se evaporó en el aire otoñal. El tren había doblado una esquina. La mano de Harry estaba inmóvil, alzada en un adiós.
-Estará bien, -murmuró Ginny.
Cuando Harry miró hacia ella, bajó la mano ausentemente y se tocó la cicatriz en forma de relámpago de la frente.
-Lo sé.
La cicatriz no le había dolido a Harry en diecinueve años. Todo iba bien.(*)
Y entonces Harry se despertó en su cama del armario bajo las escaleras.
Sonrio, ese fue un buen sueño.
(*) Extracto Harry Potter y las reliquias de la muerte
Nota: Nada me pertenece puesto que ya varias/os habíamos imaginado un final así, yo solo lo he publicado.
