Los golpes se oían por todos los lugares, aquellos gritos de todos los enjaulados mientras el fuego hacía su parte.
Persigues llantos de niños que parecían sonar tan cercanos, tanto que podrías hasta tocarlos, pero no los encontrarás.
─ ¡Te odio Henry! ─
Enfocándose directamente en uno de todos los causantes de los gritos, este estaba furioso, golpeando con desesperación ignorando todo a su alrededor.
Aquí es donde la historia debe terminar. Este sitio no será recordado, ni tampoco todo lo demás, en lo que todo esto nunca debió convertirse.
─ ¡Miiike! ─
El fuego se le acercaba a los pies, dentro de poco todas sus partes iban a arder junto a todo el espacio que conformaba la habitación en la que quedó.
Todas esas grandes tragedias deben ser detenidas, es momento de que todo quede atrás.
─ ¡Ahhhhh! ¡Mike, odioooo! ─
Estaba atrapado, no iba a desistir y menos que veía como las llamas comenzaban con la labor en el espacio de todos esos artilugios.
Y para todos ustedes monstruos atrapados en los corredores, les pido, quédense quietos y abandonen esas almas, no les pertenecen.
─ ¡Miiiike! ─
No podía agotarse, pero dejó de golpear e hizo todo lo que podía hacer, buscar otra forma de salir, debía escapar, morir definitivamente no estaba en sus planes.
Para la mayoría de ustedes pienso que todavía hay esperanza de que descansen en paz una vez que el fuego termine de hacer su labor.
─ ¡Heeenry! ─
Lo hizo antes, tres veces, ésta no iba a ser una excepción, siempre regresó, y no se iba a dejar caer, pero el tiempo se acababa y la desesperación lo consumía.
Excepto para uno de ustedes. El poso más profundo del infierno se ha abierto exclusivamente para ti, así que, no dejes esperando mucho al diablo, viejo amigo.
─ ¡HENRY! ─
Era momento de alejarse, seguir viéndolo ya era algo que no valía la pena, los demás ya deben estar dejándose caer.
Ahora es el final para todos nosotros, dejen que las pesadillas se quemen. Fin de la comunicación.
El silencio se toma a lugar, este es el final, todo debe consumirse, pero alguien no quiere marcharse todavía. Una potente explosión ocurre en uno de los cuartos en los que alguien yacía atrapado.
