Declame:Los personajes aquí nombrados no me pertenecen, si no a su bella autora Rowling.

Nota de Autora: Espero que les guste, no será la gran cosa pero quería participar de algo alguna vez en la vida. No creo ganar pero con concursar no pierdo nada, ¿no?

Este fic participa en la Friendzone Fest de los Amortentias Awards de la página de Facebook: Amortentia Awards.

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Draco, seguramente esto llegue a tus manos por dos motivos: o estoy muerta o no tuviste el valor de decirle cuanto la amabas, y ahora estamos en su boda. Y si es la segunda opción, seguramente estemos en su boda y estoy como la amiga que soy, apoyándote en este momento difícil.

Recuerdo que con tan solo trece años, me arme de valor para decirte que te amaba, me miraste y me dijiste que no sentías amor, que alguien que como tu nunca lo iba a sentir. Que errado estabas, pues tu si sientes amor, nada mas que no lo notas o no lo quieres hacer. Me sonreíste con esa forma tan tuya de hacerlo y me dijiste que solo podrías brindarme aquello que llamaban amistad y yo lo me aferre a eso.Con el pasar de años, me conforme a esa amistad rara que me brindabas. Una vez con dieciséis me entregue a ti como nunca más lo volví a hacer con casi nadie, esa noche te di mi más grande tesoro: mi virginidad. Quería que solamente tu la tomaras, porque nadie se tenia que ganar ese derecho más que tu. Me llene de felicidad al saber que era también tu primera vez y aunque la experiencia fue dolorosa por nuestra inexperiencia, con el correr de los encuentros, fuimos descubriendo nuestros gustos juntos, sabiendo bien que nos gustaba a la hora del sexo. Aunque al poco tiempo descubrí en tu mirada que te imaginabas que yo era ella. Que el cuerpo que recorrían era el de ella. Que los besos que besabas eran los de ellas. Que mi voz nombrandote era la voz de ella.

Poco a poco te fuiste acercando a la persona que te quería alejar de mi lado, mas nunca te dije nada, pues tu felicidad era la mía. Jamás me miraste con esa mirada que le dedicabas, ni me dedicaste una sonrisa sincera. Pasaron los años y con el pasar de ello, fui viendo que tu felicidad era solamente cuando te encontrabas con ella. Te vi cada vez más feliz, más lleno de vida y supe que era una felicidad que jamás ibas a encontrar junto a mi.

¿Sabes? Cuando te dije que me iba a casar a la dulce edad de veinte años, una parte muy en el fondo mio quería que me dijera que no lo hicieras y que te me ibas a declarar, diciendo que siempre me amaste. Que ilusa fui, ya que eso jamás sucedió. Simplemente me abrazaste y me dijiste: "Ojala que seas siempre feliz. Si el idiota de Blaise te trata mal, se las verá conmigo". Yo solo te di las gracias y acepte para toda la vida tu cariño de amigo. Hoy estoy casada, y como podrás ver, con un bebé en camino. Y aunque ame a mi marido por que es súper tierno y divertido que es conmigo, no es el hombre con el que idealice mi vida.

Draco, a lo que quiero llegar es a lo siguiente: no hagas como yo la bajar los brazos. A pesar de todo, se que ella en el fondo te ama y en estos momentos está cometiendo la locura de su vida. Es decir, ¿de verdad crees que Weasley la hará feliz? Por favor, no cometas el mismo error que cometí yo. No bajes los brazos y lucha, lucha por su amor, como yo no luche por el tuyo. Se que los dos se harán felices mutuamente. Hazlo amigo, que yo voy a estar ahí para ayudarte en todo lo que necesites para conquistarla.

Te quiere, tu amiga.

Pansy Zabini

Draco aun recordaba las palabras de la carta que hace poco recibió en su poder. Miró a su amiga, que se encontraba al lado suyo, tomada de la mano con su marido, mientras que la otra la pasaba por una panza bastante abultada.

Pansy al sentir una mirada bastante fuerte sobre ella, tuvo que desviar la mirada del frente del altar, donde un nervioso Ronald Weasley recitaba las palabras que el padre hace poco había dicho. Al girar su mirada, pudo ver que Draco buscaba en su mirada algún abismo de apoyo. Ella dejó de tocarse la panza, tomó la mano de Draco para apretarla un poco y sonreir, como diciendo que lo apoyaba en lo que él decidiera.

Cuando el cura dijo las palabras "el que se oponga, que hable ahora o calle para siempre", Draco se paró de su lugar y dijo: "yo me opongo"