Título: Síndrome de Estocolmo

Rating: T

Genre: Romance, angst.

Spoiler: desde el tomo 5, de ahí va AU

Pairing: LxLight

Disclaimer: Death Note no me pertenece, es propiedad del dúo dinámico Tsugumi Ohba y Takeshi Obata. El gran anime es de Madhouse.


Síndrome de Estocolmo

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Kira.

El caso Kira.

El puto caso Kira.

Si. L está deprimido. Sus conjeturas no proveen una solución al caso y el asesino sigue perpetuando sus crímenes.

No. No es por un motivo de justicia. A L realmente no le importa la justicia, si resuelve casos, si es detective es solo por un motivo de intereses, por algo sólo resuelve los casos que le llaman la atención.

Y no solo está deprimido sino que muy –bastante- frustrado. L, el mejor detective del mundo, siempre soluciona cada uno de los desafíos que recibe, y con sus otros dos alias también. Nunca un caso se le ha puesto tan difícil, ni siquiera aquellos que resolvió al principio de su carrera detectivesca, ni siquiera con BB. Ha subestimado grandemente a Kira, lo ha infravalorado al esbozar su perfil de niñato infantil e inmaduro. Niñato genio infantil e inmaduro mejor dicho. Y puede sentir aquella vocecita de su conciencia diciéndole que si él no es igual.

El puto caso Kira. En el cual, cada vez que se ve hacer un avance, se retrocede dos pasos. Kira parece un fantasma que le persigue y se ríe de él. Aún siquiera sabe cual es la técnica que utiliza para matar…

Por lo menos tiene un sospechoso.

Light Yagami.

El chico que es demasiado perfecto incluso para su propio bien. Cabe con exactitud en el perfil, y si sus deducciones no fallan, su índice de inteligencia también es digno de Kira, quizás hasta superior. El joven brillante y amable, que detrás de esa careta puede encontrarse una personalidad competitiva y arrogante, demostrando un desprecio por sus contemporáneos. L lo sabe, él es un caso igual.

Light Yagami. El Kira original. El autoproclamado dios, el que quiere convertir el mundo en una utopía libre de mal aún a costa de convertirse en un asesino.

Light Yagami. El sociópata perfecto.

Pero el que Light Yagami fuese Kira no resuelve la ecuación.

El caso no se soluciona con aquella máxima, y más aún si solo L es el que cree en ella. La inocencia demostrada por el joven de dieciocho años podría convencer incluso al jurado más perito. Pero no a L: aquellos ojos son demasiado afilados como para ser inocentes, y el que Kira no tenga conciencia no le limpia de culpabilidad.

Por todo esto, L está deprimido, frustrado y aburrido. Aunque la investigación no escasea de adrenalina –el saber que puede morir en cualquier minuto lo prueba- esta volviéndose monótona y rutinaria, parece como si todo se ha puesto en su contra; aquellos juegos mentales se han acabado, aquella necesidad de desafiarse mutuamente y llegar a una victoria se ha terminado. El tercer Kira no es un genio, y carece de diversión…

… el que Light Yagami ya no sea Kira. Por el momento. Ahora es solo Light Yagami, estudiante perfecto, hijo modelo, inocente. Y no es que a L éste Light no le cayera bien, sino que no es aquel Light Yagami que le había retado. No es su némesis, no es Kira.

Si L muriese sería solo en las manos del Kira original, no aquella copia cutre que es el tercer Kira. Pero el Kira original se sienta a unos cuantos metros sin memoria de sus crímenes.

Como frustra.


Él no sufre de síndrome de Estocolmo. Por supuesto que no.

Simplemente, L es interesante.

Pero no es síndrome de Estocolmo.

Claro que mirándolo retrospectivamente, puede decir que si él fuese otra persona odiaría con toda su alma al mejor detective del mundo. Odiaría a ése que lo grabó durante días y noches, que lo confinó por 53 días, que obligó a su padre a fingir matarlo, que lo tortura con sus juegos mentales, que lo encadenó a él. Por supuesto que odiaría a Ryuuzaki por todo lo que le ha hecho siendo inocente, lo odiaría solamente porque lo cree ser un asesino despiadado.

Pero no lo odia. Le es imposible odiarlo.

Porque cada juego mental le supone un desafío. Porque cada palabra implicada le supone un reto. Porque cada vez que ve en los ojos insondables de L, siente la adrenalina correr, y siente que todo puede tener un propósito, que su inteligencia es retada y debe esforzarse, debe pensar y procesar para poder vencer a L. Porque L es interesante, y a pesar de todo lo que ha pasado, no deja de interesarle. Es su antítesis total.

Debería odiarlo, pero no lo hace. Sabe que si estuviese en el lugar de L, también sospecharía de él, sabe que L tiene motivos en sus suspicacias debido a sus coartadas demasiado perfectas y a su perfil demasiado parecido a Kira. Duda de los métodos poco ortodoxos de L, y de que debajo de aquella apariencia estoica, haya alguien dispuesto a todo. Pero lo entiende, no puede juzgarlo, y aunque quiere odiarlo por lo que ha hecho de su vida, por hacerle perder el control, no puede.

Y no, no es que quiera identificarse con su "captor".

Además, el estar tanto tiempo juntos, le ayuda a entender un poco más al detective.

Por ejemplo, ha deducido que L es mayor que él. Cuando lo conoció, al ver su postura encorvada y su piel pálida, pensó que eran de la misma edad e incluso, que L era enfermizo. Pero ahora sabe que no, el hombre esconde una fuerza equivalente a la suya, sabe que parado derechamente miden lo mismo, y que el aspecto enfermizo es por el insomnio crónico. Y L es mayor, unos seis o siete años por lo menos. Lo sabe, porque se enteró que L –por lo menos, el L que se sienta a su lado- empezó a resolver casos en el 92', y por la información que le ha sacado, sus primeros casos los solucionó después de cumplir los diez.

L no teme contarle estas cosas, L al igual que él, está enterado que por esos simples hechos, Kira no podría saber su nombre. Y a Light le gusta pensar, que si le cuenta estas cosas también es porque ve en él a un amigo, a su amigo. Porque eso de "eres mi primer amigo", no era más que una estrategia para hacerlo caer, pero ahora, después de lo que ha pasado, a Light le gusta creer que con L son amigos. Una amistad torcida, pero una amistad.

Todo parte de que L es interesante. De que L le interesa.

Porque Light nunca antes ha conocido a alguien a su nivel. Porque Light nunca ha encontrado alguien que le rebatiera su opinión, que lo criticara abiertamente y no aceptara callado lo que él supone. Porque L lo juzga, lo critica, se ríe de él de esa manera cínica. Porque en sus conversaciones, L siempre termina implicando una burla a su idealismo innato a la vez que él le critica su pragmatismo despiadado.

L le interesa y L es su amigo. Y su máximo deseo es atrapar a Kira, demostrarle al detective que es inocente, porque Light no sabe desde cuando la opinión del detective le importa tanto. Siempre le molestó que lo acusara de ser un sociópata -¿pero a quién no cuando se es inocente?-, pero desde un momento a otro, el que L lo llame Kira es personal. No quiere que L lo vea como un criminal, como un asesino. Porque él, admira a L, admira al detective.

Y no es por el jodido síndrome de Estocolmo. Qué él no es la víctima de nada y L no es el victimario de nadie.


Notas de la autora: Y este es el prólogo. Claro que el fic será con diálogos xDD. Espero que les haya llamado la atención y sigan leyendo .

Y sip, está escrito en presente, luego de leer "El Criptonomicón" (libro que recomiendo y aún no termino xD) me he quedado pegada en tiempo presente xDD.