Bueno ya que muchos me comentan que quieren escuchar más acerca de las travesuras de Himeko y sus niñeros, pues me anime a escribir esta historia, al cliente lo que pida, aun no tengo idea de cuantos capítulos tendrá, yo planeo que entre 5 o 7, espero que sean de su agrado.

Ya saben, no olviden dejar sus reviews.

Los personajes de Skip Beat no me pertenecen, solo los tomo prestados para un sano entretenimiento.

La difícil vida de los niñeros.

Había pasado 2 semanas desde que Himeko había dejado la incubadora, por fin esa angustia pasó y 2 días después pudo por fin abandonar el hospital (la explicación de esto la pondré en mi otro fic más adelante, me van a matar por tanto sufrimiento que le espera a nuestra parejita), y a lo largo de todo este tiempo tanto Kuu como Julie no se le habían despegado, ni de sus amados hijos, ni de su adorada nieta, (bueno aunque no hay que olvidar que también estaban María, Moko-san, Yashiro, Lory y de vez en cuando Sawara-san los visitaba) aunque esto le causaba problemas a Ren especialmente cuando quería consentir a Kyoko, que rápidamente fue acaparada por Julie, que no paraba de darle todos los consejos habidos y por haber sobre cómo cuidar a su pequeña, se portaba como una verdadera madre para Kyoko, y ni hablar de cuando quería estar con su hija, ya que Kuu no la dejaba ni a sol ni a sombra, pero desde hace 1 semana los logro convencer, bueno es la forma más linda de decir de que casi los corría todas las noches, cosa que no le cayó en gracia a Kuu que de inmediato hizo su berrinche de niño chiquito, solo le falto tirarse al suelo y dar pataletas, que por poco y lo hace sino es porque Julie hablo con él y lo convenció de que era necesario darles su espacio como padres, así que aunque se la pasaban todo el día en casa con Kyoko, se regresaban a su casa por la noche que por cierto era bastante cerca.

Así en las noches cuando Himeko comenzaba a llorar, Ren se levantaba a atenderla (ya que Kyoko se encargaba de ella durante el día, quería aprovechar ahora que tenía permiso por maternidad, a él le toco el turno de noche), aunque a él esto le agradaba ya que así tenía a su pequeña princesa para él solo, y podía abrazarla, darle besos, y arrullarla.

Así cada noche se levantaba tomaba a Himeko de su cuna, la cual era de color blanco con un velo que la cubría, tenía una colcha rosa con dibujos de animalitos, la habitación era de color rosa con dibujos de mariposas, conejos, ositos, etc., daba la impresión de estar en un bosque, además contaba con todo lo que su princesa pudiera necesitar, en el centro de la habitación había un sillón-mecedora, que daba de frente a un pequeño balcón con puertas de cristal y madera blanca que permitía el paso de los rayos del sol, estaba adornado con cortinas color blanco, ese era el lugar donde se sentaba Kyoko para poder así alimentar a su pequeña, esa escena ciertamente era su favorita. Después de tomar a la pequeña la alimentaba, la cambiaba y la arrullaba y la volvía depositar en su cuna.

Aunque al principio estaba nervioso y con temor de dañar a su frágil hija, poco a poco iba mejorando, empezó a bañarla, claro las pocas veces que podía quitársela a sus abuelos. Aunque saber que ellos estaban ahí cuidando de sus princesas le daba tranquilidad para realizar su trabajo, que aunque Yashiro evitaba que fuera demasiado, de todas formas seguía con una agenda bastante apretada. Esto le preocupaba un poco a Kyoko, ya que con el trabajo y además cuidar en las noches de su hija, y conociendo sus malos hábitos de alimentación, esa la receta perfecta para que su salud decayera, aunque sorprendentemente no era así, pero de todas formas evitaba que se desvelara demasiado y lo obligaba a comer adecuadamente, contando por supuesto con la complicidad de Yashiro, que al final del día le daba un reporte detallado y lo acusaba para que fuera regañado si llegaba a saltarse las comidas.

Mientras Julie, que casi a diario junto con Kuu llevaba regalos tanto para Kyoko como para Himeko, Kyoko a veces se preocupaba de donde iba a meter tantos obsequios, ya que de seguir así necesitarían una bodega solo para las cosas de Himeko porque su cuarto ya estaba repleto, además también estaban los regalos de todos sus otros amigos. Pero le alegraba que todos quisieran tanto a su pequeña.

Así Kyoko se pasaba el día cuidando de su princesa, la alimentaba (al principio era casi exclusivamente leche materna, después fue dándole biberón ya que tendría que acostumbrarse cuando regresara a trabajar), la bañaba, de vez en cuando la sacaba un rato al jardín, todo claro con la supervisión de Julie, que en ocasiones le tocaba tranquilizar a Kuu, que era demasiado sobreprotector con su hija y nieta, porque si por él fuera ni una brisa de aire las tocaría, no se atrevía a imaginar el día que llegara a enfermar Himeko, de seguro Kuu haría venir a todo un ejército de médicos aunque se tratara de un simple resfriado, ya los imaginaba bajando de helicópteros por todo su jardín. Esto solo le hacía brotar una gran sonrisa a Kyoko, y daba gracias a Dios por los nuevos padres que le había mandado.

Kyoko en un principio también estuvo nerviosa como toda madre primeriza, pero al pasar los días había aprendido incluso a reconocer los tipos de llanto de su hija, ya sabía identificar cuando tenía hambre, cuando necesitaba un cambio de pañal, o simplemente cuando quería atención, aunque eso a ella le sobraba.

Para Kyoko ahora lo más importante era Himeko, claro Ren era igual de importante, pero recuerden que para una madre lo más valioso son sus hijos y nuestra protagonista no era la excepción.

Todos los días recibía una llamada de Ren preguntando cómo se encontraba la bebe, además le recordaba lo mucho que la amaba, bueno a ambas, y lo feliz que era junto a ella. Aunque a veces se escuchaba de fondo la voz de Yashiro, que de vez en cuando se peleaba con Ren para que le pasara el celular, ya que siempre quería tener información de su sobrina, tanto que a veces sin querer olvidaba ponerse los guantes y el pobre celular terminaba hecho cachitos, a lo cual Ren desplegaba su aura maligna, ya que gracias a eso estaría incomunicado hasta que consiguiera uno nuevo, y todo lo que le quedaba hacer al pobre Yashiro era correr, esconderse e implorar a Dios que Ren no lo encontrara hasta que el enojo se le hubiera pasado.

A Kyoko esto le parecía bastante cómico, aunque no se explicaba por qué todos los aparatos eléctricos que caían en las manos de Yashiro terminaban inservibles, pensó que tal vez se debía a su carga magnética, pero seguía siendo un misterio.

Así por las tardes preparaba comida para sus suegros, ya que Kuu adoraba probar toda la comida que su hija cocinara, aunque parecía que iba a alimentar a un ejército con tanta comida, al terminar se dedicaba a contemplar y velar el sueño de su princesa, y daba gracias a Dios porque todo al final saliera bien, y le permitiera tener a ese pequeño angelito a su lado.

Y como cada domingo la casa de nuestra parejita estaba lleno de gente, los inseparables abuelos, Lory y María, Moko-san, Yashiro, Chiori-san y Sawara-san, ya que ese día se reunían para comer y compartir un rato con sus seres queridos.

-Te digo que yo.

-No es cierto, yo tengo más.

Así encontramos discutiendo en el jardín a Lory con Kuu, cuando de pronto se les acerca Chiori-san, para mala suerte de ella.

-¿Por qué están discutiendo tanto?

Los dos se volvieron para mirarla y en sus ojos se pudo ver la mirada maléfica de ambos.

-Chiori-san. Qué bueno que estas aquí, necesitamos que seas juez en un asunto de vital importancia.- empezó hablando Lory.

-Sí, tú serás la juez y así le quedara bien claro a este secuestrador de preciosos hijos quien tiene más.- dijo Kuu lanzando una mirada retadora.

-¿a quién llamas secuestrador?, yo nunca he secuestrado a nadie en mi vida, tu hijo vino por propia voluntad.- respondió Lory contestando la mirada.

- Mientes mi precioso, Kuon, fue una inocente victima de tus maquiavélicos planes. Y lo apartaste de sus amados padres.-

-Eso es mentira, sabes perfectamente que yo no obligo a nadie (bueno no de manera directa, solo hago que caigan en pequeñas trampas, pensó Lory), además si no hubiera venido conmigo no tendrías a tu hija ni a tu adorada nieta.

Admitiendo que en su favor Lory tenía un muy buen punto.- Bueno en eso tiene razón tengo que agradecerte después de todo eso influyo que hora tenga una hija y una nieta tan perfecta como su padre pero con la hermosura y gracia de su madre- al decir todo esto le salían estrellas por los ojos. Pero recordó que estaba en plena discusión.

-pero ese no es el tema a tratar secuestrador.

-ya te dije que no me llames así.

Y losdos se pusieron como niños a empujarse, pero las cosas eran muy parejas.

Mientras Chiori quería reir a carcajada abierta, además aun no encontraba cual era el punto de la discusión, y ya se estaba hartando de su plática sin sentido así que decidió intervenir.

-disculpen- dijo primero con un tono de voz normal- pero al verse vilmente ignorada, elevo un poco más el tono de su voz.

Hasta que al fin-DISCULPEN- grito para poder llamar su atención, lo cual consiguió,- pero me podrían aclarar que es lo que origino toda esta discusión.

-Bueno verás Chiori-san, el secuestrador aquí presente no quiere admitir que yo tengo más fotos de mi pequeña Himeko en mi cartera.

-No me llames así, además yo tengo más fotos.

En eso Chiori sintió una gotita de sudor bajar por su frente, como era posible que estas dos personas, Lory el presidente de LME y Kuu aun actor con gran fama a nivel mundial tuvieran un comportamiento tan infantil.

-Y bien ¿qué dices Chiori-san?.- pregunto Lory con una gran sonrisa, confiado en que su triunfo estaba asegurado.

-¿y por qué no simplemente sacan sus carteras y ven quien tiene más fotos?

-Buena idea, como no se nos ocurrió antes.- contestaron al unísono.

-En serio en manos de quien está este mundo del entretenimiento- pensó Chiori

Y de inmediato sacaron ambos sus carteras, la de Kuu la típica de piel ya saben, pero la de Lory era bastante extravagante, era grande parecía un mini bolso, dorada, con pequeños diamantes incrustados que formaban las iniciales LT. Y de ambas salieron una hilera de fotos (ya saben como cuando desenrollan un pergamino en las caricaturas y es muy largo) que llegaba al suelo y seguían de largo, así la hilera de Lory era más larga eran como 70 fotos, lo cual deprimió a Kuu (que tenía solo 50) que de inmediato se fue a un rincón deprimido a plantar setas (estilo Tamaki de Ouran).

-JAJAJAJA. Eso es para que aprendas lo difícil que es vencer a Takarada Lory.

-Pues yo tengo más se escucho a lo lejos la voz de Yashiro- que al escuchar de que se trataba no perdió la oportunidad de presumir su vasta colección de fotos de su sobrina y de inmediato fue a buscarlas.

En cuanto abrió su cartera salió una tira de alrededor de 100 fotos. Al ver esto Lory se fue a plantar setas junto a Kuu, Chiori mientras regresaba ya que había ido por un pequeño bocadillo y casi se le atora la comida de la risa que le dio al ver a Lory y a Kuu plantando setas en un rincón. Mientras Yashiro se mostraba bastante orgulloso de su logro.

-¿Pero que juego tan infantil es este?- dijo Moko-san al acercarse.

- No es ningun juego infantil- respondió de inmediato Yashiro, indignnado ante tan cuestionamiento y a sus espaldas estaban Lory y Kuu haciendo una afirmación con la cabeza.

- Lo que sucede es que Moko-san esta celosa ya que no tiene tantas fotos de mi perfecta nieta- dijo Kuu.

-Claro de seguro es eso- se apresuro a confirmar Lory

- Pero como se atreven- respondió indignada Moko-san.

Y de inmediato como si fuera un rayo entro a la casa y regreso con su cartera, y al abrirla salieron más de 150 fotos de la pequeña. Y efecto inmediato Yashiro, Lory y Kuu regresaron a su rincón a plantar setas, más deprimidos que nunca.

-Eso es para que aprendan a no meterse con Kotonomi Kanae, JAJAJAJAJA. Nadie puede superarme-

Chiori de inmediato se fue alejando que tal si la locura era contagiosa, así se aparto despacio sin hacer movimientos bruscos, no la fueran a atacar.

-No es justo soy el que menos fotos tiene de mi amadísima nieta.

- Como es posible que mis empleados me ganen a mí el presidente de LME.

- Y yo que pensé que mi colección de fotos era insuperable, tantas veces que mi vida estuvo en peligro evitando que Ren me atrapara y amarrándome al carro para que me permitiera venir a su casa.

Todo esto lo decían en su versión chibi y con lágrimas en los ojos. Cuando escucharon risas que venían del interior de la casa y que se estaban acercando, se trataba de María, Julie, Kyoko y Ren quien sostenía a Himeko que se encontraba plácidamente dormida en los brazos de su padre.

De inmediato a todos se les dibujo una sonrisa y les comenzaron a brillar los ojos, y de inmediato fueron a buscar cámaras para tomar fotos y así engrandecer su colección, flash a su lado era una tortuga, ya que en un abrir y cerrar de ojos ya estaban listos.

Así comenzaron a acercársele sigilosamente a Ren, cosa que no sirvió de mucho ya que de inmediato los localizo y al percatarse de sus intenciones les lanzo una mirada que traducida a palabras sería algo como "SI SE ATREVEN A MOLESTRA A MI HIJA, DESPIDANSE DE STE MUNDO" .

Y regresaron a su esquina ya tapizada de setas.

- Pero soy tu oto-san, que hijo más desconsiderado.

-Que muchacho tan mal agradecido.

-Ren pensé que éramos amigos.

Y así concluye un típico día en la nueva vida de nuestra amada parejita.