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Mañanas
Dean se había levantado temprano, estaba tomando una ducha cuando Castiel por fin abrió los ojos. Salió del baño con el pantalón del pijama algo mojado, lanzo la toalla sobre la cama y comenzó a tararear algo mientras buscaba ropa que ponerse. Castiel lo observaba en silencio.
Habían comenzado a vivir juntos hacia ya tres años, después de que Castiel termino la universidad. El día de su graduación Dean había llegado demasiado temprano a la ceremonia, los alumnos aún estaban arreglando detalles de último momento, y lo había apartado de sus compañeros
-Anna me dijo que conseguiste una plaza para enseñar arte en la preparatoria ¿Por qué no me lo dijiste?
-Voy a matarla. Se suponía que sería una sorpresa –Castiel hizo un puchero
-Lo es, una muy buena, ahora no tendré que cruzar todo el estado para verte -una gran sonrisa apareció en el rostro del rubio –Y podrás tener esto –Castiel sostuvo y observo las llaves sin entender –Son de nuestra nueva casa
-¿Nu-nuestra casa? –apenas si pudo pronunciar la pregunta, los ojos comenzaron a arderle por tratar de contener las lagrimas
-A menos que no quieras, porque bueno solo tenemos un año jun… -Castiel no le dejo terminar. Claro que quería, como no iba a acepta si Dean era lo mejor que le había pasado en la vida. Ese día lo beso hasta el cansancio. La verdad nunca se cansaría de los besos de Dean.
El recordar todo eso le hizo sonreír.
Dean seguía tarareando pero se giró al escuchar la ligera risa que Castiel había dejado salir.
-Buenos días –le dijo el pecoso, acercándose para darle un beso en la frente
-Buenos días- respondió Castiel con voz rasposa –Te levantaste temprano
-Me toca preparar el desayuno –Dean se hizo un lado para que Castiel pudiera sentarse –El baño está listo. ¿Quieres algo en especial para desayunar?
Toda esa rutina mañanera lo hacía tan feliz que por un instante le parecía irreal. A veces Castiel tenía que recordarse que todo eso no era un sueño, que realmente tenía una vida perfecta al lado de la persona que amaba. Claro tenían sus diferencias y tenían peleas pero nada que no pudieran resolver.
-Café –respondió
-No sé por qué sigo preguntándote –sonrió Dean –Sale un café y huevos revueltos…y un trozo de pay –dijo el rubio mientras salía de la habitación
-Es demasiado temprano para pay –grito Castiel
-¡Siempre es buena hora para el pay! –repuso Dean
Se desperezo mientras escuchaba a Dean pelear con la cafetera en el piso de abajo, la habían cambiado hacia poco y el rubio aún no se acostumbraba a ella. Tomo su ropa y se dio un baño rápido.
Al bajar el olor a tocino y café estaba por toda la cocina, y Dean le esperaba sentado ya en la mesa mientras revisaba el correo. Cogió la cámara que estaba junto a sus cosas del trabajo y sin avisar le tomo una foto al rubio. Este no dijo nada ya estaba acostumbrado.
-¿Suplirás a Gabriel de nuevo? –pregunto Dean
-No me molesta
-Eso es aprovecharse
-Tenía que ir a arreglar los papeles para su nuevo estudio, además sus alumnos me adoran –dijo Castiel
-Claro que te adoran pasas más tiempo con ellos que Gabriel
-No te preocupes no dejare que me saquen demasiadas fotos como la última vez- Dean rodo los ojos
-Sam llega el viernes - cambio de tema y Castiel no pudo evitas sonreír –Llamo cuando estabas en la ducha. Jess también viene.
-Invitare a los chicos, podemos ir limpiando la parrilla, debe estar llena de arañas
-Lo hare por la tarde, si es que a Bobby no se le ocurre que me ponga a clasificar las refacciones de nuevo
Siguieron con su desayuno tranquilo, mientras hablaban de los preparativos que tendrían que hacer para el fin de semana.
Cuando el reloj de la sala anuncio la hora en punto, los dos ya estaba en la entrada despidiéndose.
Era una bonita mañana de miércoles y Castiel dio las gracias por poder pasar el inicio de cada día al lado de Dean.
-fin-
NA: Gracias por haber leído y recuerda que tus comentarios son el alimento de la bestia creativa por eso, por favor, siéntete en libertad de darme tu opinión, critica constructiva o palabras de aliento.