Call me Daddy


Eren estaba esperando, con los brazos sobre el barandal de la escuela, viendo a todos los alumnos salir. Recargado cerca de la salida, con sus amigos platicando justo detrás de él. El y su expresión aburrida y el celular en la mano, un jugo de naranja en la otra.

'las 4 de la tarde'

Se supone que ya era la hora exacta, decidió sacar el teléfono una vez más y enviar un mensaje de texto, antes de que comenzara a fastidiarse y decidiera caminar a casa. Aunque sabía que al final no lo haría. Se desabrocho el botón de la camisa del uniforme.

¿A qué hora?

Ese fue el mensaje, podría decirse que estaba en un tono sutilmente elevado. Algo que el haría y que el otro toleraría. Y antes de que pudiera cerrar la tapa del celular le llego la respuesta instantánea. Definitivamente odiaba su forma de conducir y mandar mensajes al mismo tiempo, era como un maestro en eso. El hacía que todo pareciera un arte. Hasta su forma de conducir.

Dame un minuto

Eso decía la suave contestación, Eren frunció el ceño y guardo el celular. Dejo el mentón recargado en el barandal mirando la calle y como los grupos de estudiantes se arremolinaban a la salida, se colgó perfectamente bien la mochila y comenzó a suspirar. Justo en ese momento diviso a su salvador, y no se refería a el precisamente, si no al amor de su vida. La cosa por la que daría todo, lo que sea, lo que fuera.

-¡Madre santa! – Dijo Reiner atrás - ¿Es nuevo?

Eren pareció picado con una aguja, o inflado de felicidad, cuando se levantó del barandal y miro a Reiner con una sonrisa del gato de Cheshire, recobro las ganas de vivir.

-Es nuevísimo – sonríe Eren – recién comprado.

Y se estaciono justo frente a la puerta de la escuela donde Eren estaba esperando impacientemente, Reiner mira a Eren con interrogantes en los ojos, después se miran entre ellos, Connie y Berthold. Mientras Eren se brinca la barda para salir disparado en dirección al Lamborghini Reventon plateado, casi podría decir bañado en plata. Si, el amor de la vida de Eren.

-¿Acaso es tu novia, Eren? – pregunta Connie aun con la boca temblorosa.

Toda la gente murmurando cosas y viendo fijamente al muchacho de los ojos verdes caminar hacia la puerta, acercarse a la manija del auto y rozarla con los dedos. Entonces Eren decidió contestar esa pregunta con una sonrisa infantil en el rostro, mirando a sus amigos y las mejillas sonrosadas.

-No es mi novia, es mi papi – Y Eren abrió la puerta del auto, la cual tenía obviamente función de puertas de tijera. Eren entro al auto y cerró la puerta.

Sus amigos se quedaron boquiabiertos mientras Eren partía con una sonrisa estúpida en el rostro, el auto ronroneaba como una pantera y arrancaba como un felino animal salvaje, dejando solo un suave sonido de su partida y a todos murmurando cosas. Todos perdidamente enamorados del auto, y extrañados de Eren.

Aunque si lo pensaban así, no era la primera vez que Eren hacia eso.

Aunque el auto era nuevo, definitivamente.

-Hola, papi – saludo eren felizmente reclinándose sobre el asiento para darle al pelinegro un beso en la mejilla.

El que conducía medio sonio, se quedó quieto manejando y tirando suavemente del acelerador.

-Oh Eren, que haría tu padre si te escuchara llamarme así – dijo Levi mordiéndose el labio, intentando aguantar una risa y una mirada seductora.

Le castaño hizo un gesto con la mano, como si quisiera restarle importancia a el comentario que el otro acababa de decir. Sonrió tímidamente.

-Él no es mi papi, es el viejo. Tu eres mi papi – Le dijo Eren con felicidad contenida y con la mochila sobre las piernas – Y dime, ¿A qué hotel iremos hoy?

-Ya lo veras.

Instantáneamente Eren sonrió para sus adentros, era un estúpido y consentido niño que moría por ver la nueva habitación en la que recostaría su espalda desnuda. La mochila pareció adquirir peso extra cuando Eren comenzó a pensar en eso y recordó que aún tenía tarea para el día siguiente, como hacer eso… no podía conseguir que Levi le hiciera los deberes. Eso sí que era una molestia…

Seguro él es un súper genio o algo así. Podría hacer sin cuidado un par de deberes de algebra.

-Four seasons – dijo Eren mirando por la ventanilla el gran hotel que se extendía frente a él, mientras Levi aparcaba en la entrada – Nada mal.

-¿Nada mal? – contesta Levi sacando las llaves del auto y entregándoselas al aparcado sin siquiera mirarlo – 16,000 dólares solo para ti.

Eren sonrió con suficiencia y salió del auto, ahora su uniforme escolar lo hizo sentir incluso más pequeño de lo que era. Mientras Levi salía del auto imponentemente con un precioso traje gris y camisa azul, no había nada más perfecto que la ropa de Levi. Aun así el castaño no tenía ni la más remota posibilidad de quitarse el uniforme de la escuela, solo porque a él parecía fascinarle. La camisa blanca y el pantalón azul. La corbata, el chaleco, la mochila. Todas esas eran cosas que Levi necesitaba que Eren se pusiera.

Y era parte del encanto de salir con alguien mayor.

Eren entro al vestíbulo maravillado por el lujo del hotel, siguiendo a Levi algunos pasos por detrás, mientras el pelinegro sacaba de su cartera una de sus múltiples tarjetas de crédito y la extendía a la recepcionista, que miro por encima del hombro al joven castaño como preguntándose ¿Y este qué edad tiene?

-Hice una reservación – contesto Levi quitando atención de la recepcionista en Eren – apresúrate, tengo prisa.

La recepcionista asiente frenéticamente y pasea sus manos por el teclado una y otra vez esperando que la tarjeta del hombre pase lo más rápido posible para poder deshacerse de los orbes grises que la analizan con un poco de molestia. Finalmente lo logra y entrega la tarjeta con un aire relajado, por fin.

Los dos caminan rápidamente hasta el elevador, mientras Levi vuelve a guardar la tarjeta en su cartera. Y salen del campo de visión de la recepcionista, que definitivamente quiere seguir pensando en ese par tan peculiar cuando los ve partir.

Eren se siente como en un castillo, cuando toca el botón de su piso, y cuando las puertas se abren justo en el lugar, el hotel es enorme y tan lleno de alfombras. Es perfecto. Y la habitación a donde ambos llegan y Eren tiene la dicha de abrir la puerta, es también increíblemente perfecta. Le sorprende que un lugar así este en un distrito sin grandes atracciones para turistas. Levi dice que solo los empresarios vienen aquí.

Eren le echa un vistazo a todo y silva.

Una araña en el techo, una cama de terciopelo rojo y fundas doradas, muebles de mármol y madera, cortinas de dos metros, incluso bebidas. ¡Bebidas! Aunque Eren este acostumbrado a estas habitaciones, cada que conoce una nueva definitivamente se sorprende de la buena vida que se dan los que tiene la sangre azul. Como Levi. Que trabaja como loco para darse esos pequeños y lujosos placeres.

-¿Qué me trajiste hoy? – pregunto Eren sacándose los zapatos de vestir. Miro a Levi con una sonrisa tranquila, a diferencia de su corazón que estaba latiendo como loco.

Levi se deslizo hasta donde él estaba y le entrego un pequeño paquete envuelto en papel celofán de color blanco. Eren lo atrapo, antes de que Levi se diera la vuelta para tomar una silla y colocarla frente a la cama. Su rutina de siempre, sentarse y tomar el celular.

Eren abrió el paquete y encontré algo que ya esperaba.

-¿Y esto cuanto te costó? – dijo Eren extendiendo la lencería negra de holanes. Las medias con el liguero y el sostenedor.

-¿Eso importa? – Dijo Levi tomando una botella de agua- aunque fuera usada tendrías que ponértela.

Eren hizo una mueca, pero sabía que era cierto y que fuera lo que fuera, costara lo que costara, terminaría usándola. Entonces Eren comenzó a desvestirse, con mucha rapidez. Nada de seducción. Solo quitarse el uniforme, doblarlo y dejarlo en el buro de a un lado de la cama. Tomo la lencería que Levi le había traído y comenzó a colocársela con mucha precisión.

La linda ropa interior que mostraba casi toda la piel que generalmente escondía, las medias, el liguero, todo enfundando su piel de manera perfecta, el sostén que tenía volantes y girones. Esa clase de cosas. Entonces Eren miro a Levi y se subió a la cama, sin apartar los ojos del mayor.

-Ya sabes que hacer – dijo Levi tomando su celular.

El castaño asintió. Claro que sabía. Y entonces comenzó por levantarse sobre el colchón, sabia a lo que iba. Levi enfoco la cámara de su celular de última generación y el flash comenzó a parpadear repetidamente mientras Eren se movía y posaba.

Con las piernas extendidas, con las piernas abiertas. Tocándose un poco sobre la ropa. Acentuando sus caderas y sonriendo para la cámara de Levi. Que tenía el rostro impasible. El pelinegro se movía el cabello de vez en cuando, mientras Eren cambiaba de posición y se colocaba en cuatro. Con las piernas juntas y luego separadas, luego la ropa interior deslizándose un poco para que Levi pudiera captar eso que escondía entre las piernas.

Y unos cuantos flashes más, Eren alzaba los brazos y luego los bajaba. Se subía el sostén y tocaba sus pezones y nuevamente sentía el flash sobre su rostro. Y para jugar un poco más, mandaba unos besos a la cámara y se lamia los labios con inquietud.

Si tuviera que decir la verdad a Eren le prendía de sobre manera ver la actitud de Levi, esos ojos grises que no mostraban sensación alguna, esa boca deliciosamente fruncida mientras Eren levantaba una pierna, sus labios amoratados de tantas mordidas, mientras Eren se inclinaba hacia enfrente.

Mientras Eren posaba bajándose la ropa interior y quitándose el sostén. Levi sacaba la lengua y se lamia el labio superior. Entonces Eren jadeaba y sentía que su erección crecía y que el momento de suplicar comenzaría en cualquier momento. Entonces Levi lo dijo.

-Tócate, voy a grabarte - su voz ronca no dejaba pasar por alto su notable excitación – ya sabes que hacer.

Era la segunda vez que Levi lo decía y definitivamente Eren sabía qué hacer. Se dio la vuelta y abrió las piernas lo más que pudo, para darle a Levi la mejor vista que pudiera entregar. Y la cámara de Levi comenzó a grabarlo mientras Eren lamia la palma de su mano y la deslizaba de arriba abajo, con un poco de lentitud sobre su erección, y también apretaba la punta y la rozaba con el dedo. Con la otra mano se acariciaba los testículos, y jugueteaba cerca de la entrada de su culo.

Levi fruncía el ceño con molestia cuando Eren se tocaba cerca.

-No lo hagas – musito Levi.

Eren se mordió la lengua y alejo la mano de abajo, deseando que fueran los dedos de Levi los que le tocaran ahí. Al menos por una vez en su vida. Y no solo el masturbándose hasta llegar al clímax, tocándose frente a Levi mientras este lo grababa, apretando su erección y jadeando poco a poco.

Hasta que finalmente se sentía en el límite y era cuando tenía que comenzar a acatar reglas específicas que Levi le había impuesto, como mirarle fijamente a los ojos, no apartar la mirada ni un segundo y gemir con la boca abierta.

Gemir su nombre.

-Levi… Levi… mmm – gemía Eren cuando apretaba fuertemente sobre su erección a tan solo unos segundos de venirse - ¡Ahh! Levi… Levi…

Y Eren se venía, escandalosamente y jadeante, sobre su mano, cubierta de semen. De su propio placer y caía rendido sobre la cama. En ese momento era cuando Levi apagaba la cámara de su celular y camino al baño para traer un poco de papel para que Eren se limpiara, aunque el castaño aun estuviera sintiendo corrientes de escalofríos por el cuerpo, y un placer punzante sobre su erección.

Levi le entrego el papel y también arrojo sobre la cama una caja.

Eren se apresuró a tomar el papel de baño y limpiarse toda la mano, para después tirarlo al piso y abalanzarse contra la caja que Levi le había arrojado. Era de piel Negra y solo mirarla te hacia querer abrirla. Eren lo hizo mientras se quitaba las medias con el pie. Sus manos temblorosas abrieron la cajita.

-¡Si! – grito Eren cuando lo vio - ¡El Hublot de diamantes que quería!

-Es el Hublot King Power Miami 305 – contesto Levi tomando el papel sucio que Eren había tirado al piso - ¿Te gusta?

-¡Es perfecto! – dijo Eren poniéndose el reloj en la muñeca – Reiner morirá cuando lo vea… ¡Gracias papi!

Eren abrazo a Levi con fuerza, enredo sus brazos en el cuello del mayor. El pelinegro solo asintió y le palmeo la cabeza al castaño que se apartó rápidamente. Y comenzó a vestirse con una felicidad exorbitante.

-No olvides que ahora tu muñeca vale 15,000 dólares – Levi se metió al baño.

Eren casi se ríe. ¿Cómo se supone que se olvidan esas cosas? Sin pensarlo mucho se tiro sobre la cama admirando el increíble regalo que por el día de hoy había obtenido. Solo por esas foto que Levi tanto quería y el video. Eren se deslizo hasta el buro para tomar la caja de piel en donde el reloj tenía que ser guardado y miro el celular de Levi. Sin pensarlo mucho, lo tomo.

Era extraño que una persona tan precavida lo tuviera sin poner una contraseña. Entonces para Eren fue fácil husmear, aunque no quiso ser muy evidente ya que en cualquier momento Levi podía salir del baño y verlo con su celular. Así que se fue a lo evidente… la galería de fotos.

Y Eren se encontró con una grata sorpresa. Ahí estaban todas sus fotos. Separadas por álbumes.

'Eren 08 de agosto'

'Eren 3 de Febrero'

'Eren 15 de Enero'

'Eren 17 de Enero'

Y los álbumes seguían y seguían, mostrándose uno tras otro. Todos con su nombre y la fecha en la que las fotos fueron tomadas. Sin duda Levi tenía un celular con 85 gigas de memoria, porque había tantas fotos y tantas carpetas con más de 20 fotos y algunos videos. Verlas le hacía sentir nostálgico. Incluso la primera carpeta de las primeras fotos estaba ahí…

A su lado había una carpeta extraña.

Fue la única que Eren tuvo necesidad de picar.

'Eren'

Ese era el nombre de la carpeta. Adentro había un montón de fotografías, más que en cualquier otra de las carpetas, es decir había decenas de fotos de él. De él siendo el… de Eren comiendo helado, de Eren con el uniforme o Eren subiendo al auto. O sonriendo. Había una de hoy…

Donde el castaño estaba mirando la caja de cuero con ansiedad mientras se mordía el labio, como si fueran los regalos de navidad. Seguida había una de Eren abrazando la caja de piel.

Decenas de fotos suyas.

-Levi toma fotos de mi… - sonrió Eren al ver tantas fotografías suyas, que no eran eróticas.

Todas eran sorprendentes, pero sobre todo hubo una que le llamo la atención.

Era una fotografía muy vieja donde Eren estaba bebiendo un poco de jugo de mandarina y Levi estaba sujetando la mano de Eren un poco, apenas y lograban verse sus dedos, pequeños y blancos. Era la única foto donde salía un poco de Levi. En todas las demás fotos Eren estaba solo.

Eren dejo el teléfono sobre el buro y se recostó en la cama. Levi solo tenía fotos suyas en el celular. Levi no se gastaba el dinero en nadie más que en el.

-¿Listo para irnos? – Pregunto Levi saliendo del baño y tomando sus cosas - ¿Qué haces aquí descansando?

-Levi…

-¿Si? – Contesto Levi tomando la mochila del chico y guardando la caja en ella - ¿Qué sucede, acaso tienes hambre?

-Levi tomate una foto conmigo.

Levi se detuvo mientras acomodaba la habitación. La habitación que había rentado para que solo la usaran por dos horas. Miro al castaño sentado sobre la cama mirándole con ojos decididos y con el ceño fruncido, con ganas de hacer lo que sea para convencerle. Entonces Levi miro su teléfono sobre el buro y asintió.

-De acuerdo.

Eren aplaudió de felicidad, y tomo el celular de Levi de nuevo mientras el pelinegro se sentaba a su lado. Se acomodaba el cabello y Eren accionaba la cámara frontal. Para que ambos se vieran. Levi perfectamente alineado justo detrás de Eren y el castaño con una sonrisa increíble y las manos de forma tierna frente a su cara.

-Di queso, Levi – sonrió Eren y el flash los deslumbro cuando la foto fue tomada.

Entonces Eren sonrió y se detuvo a mirar la perfecta foto que había tomado. Una foto hermosa donde los dos casi parecían una pareja normal, donde Levi estaba sonriendo a medias, y donde Eren podía hacer amor y paz sin tener que lucir sexy.

-Tienes que pasarme esta fotografía – dijo Eren con sonrojo sobre el rostro

-Mi contrato me lo impide – contesto Levi levantándose.

Eren inflo las mejillas. Supuso que ya habría tiempo de suplicarle, pero ahora mismo tenía que volver a su casa. A lidiar con sus tareas y con sus problemas familiares y que después Levi lo sacara a un hotel diferente y le diera otro regalo caro… pero por ahora Eren solo quería esa fotografía.

El viaje se e hizo especialmente rápido. Porque Eren aun ni siquiera había podido configurar un discurso en su cabeza cuando Levi ya había parchado frente a la casa de sus padres, y además había dejado el auto encendido, solo en reposos. Lo que significaba que esperaba que eren saliera rápidamente del automóvil.

-Gracias por traerme – le dijo Eren acercándose un poco

-Ni que fuera a dejar que regresaras solo – contesto Levi un poco extrañado por la actitud del menor ¿Desde cuándo daba las gracias por algo tan simple como eso?

-Aun así, Gracias Levi – Eren abrió la portezuela del auto – Nos vemos luego.

Levi no contesto y solo se colocó unas gafas de sol que le quedaban maravillosamente perfectas, y arranco. Dejando a Eren afuera del auto con su mochila una caja de piel, y los pies temblorosos. Se dio media vuelta y llego hasta su casa, donde su padre abrió la puerta incluso antes de que el pudiera siquiera tocar. Y tenía una expresión molesta, a lo que Eren resoplo.

-¿Otra vez viajando con ese vejete? – pregunto Grisha

-Él no está viejo, tu si – sonrió Eren dándole una palmada en la espalda y entrando a la casa.

Su madre estaba parada con los brazos en jarra cerca de las escaleras, dispuesta a cerrarle el paso a Eren en caso de que decidiera escapar del regaño que le tenían preparado, pero Eren solo movió su mano un poco para que su madre lo dejara pasar y comenzara a subir con cansancio.

Carla solo bajo la mirada, decepcionada.

-¿Qué fue esta vez? – pregunto con molestia.

Eren se detuvo a la mitad de las escaleras y mostro la cajita de piel.

-Un reloj – sonrió con entusiasmo fingido

-¿Qué te pide ese hombre? ¿Acaso le estas dando pornografía? – Eren dio un respingo cuando su madre soltó esas palabras tan fuertes, pero luego sonrió - ¿Qué será después?

-Un coche – dijo Eren levantando un dedo – tal vez le pida un coche.

Y Carla se quedó con los brazos en jarra mientras Eren término de subir las escaleras, felizmente. Pensando en su nueva adquisición, pero triste porque solo tendría ese auto aparcado, ya que tenía la necesidad absoluta de viajar con Levi a donde sea que fuera. O quisiera ir. Seria molesto tener un auto para él. Quizá después.

Se recosto sobre la cama, aun sin quitarse el uniforme ni sacarse los zapatos, con la mochila justo a su lado.

Su celular vibro. Eren saco el aparato de su bolsillo y vio un mensaje nuevo. Daddy.

'Si vas a subirla, censura mi cara'

Y ahí, adjunta estaba la foto. La foto de Eren y Levi juntos sonriendo en la habitación de un lujoso hotel. Eren sonrió estúpidamente contra la pantalla y guardo la fotografía, al menos tres veces para asegurarse de que no se fuera a perder entre la memoria de su celular.

Se le revolvió el estómago mientras escribía una respuesta rápida para su compañero. Y adjunto una nueva fotografía con un sticker de osito sonriente en la cara de Levi.

'¿Así de censurada está bien, papi?'

La respuesta fue casi inmediata.

'¿Quieres ir a comer mañana?'

Eren volvió a sonreír con felicidad mientras se aseguraba de poner la foto como fondo de pantalla, como foto de perfil, como pantalla de bloqueo y como avatar en todas sus cuentas. Claro, la censurada. Porque el contrato especificaba que no podía hacerse cosa así, pero Levi se saltaba las reglas, le mandaba esa foto. Esa foto y nada mas era la prueba que Eren necesitaba.

De que no solo le gustaba el dinero del otro. Y de que esperaba que un día Levi le tocara enserio, y lo hiciera suyo. No con palabras como 'No, hasta que tengas 18'

-Está bien, papi – murmuro Eren besando la pantalla de su celular – te esperare todo el tiempo que quieras.

'Pasa por mí, amor'


N/A: No sé que estoy haciendo con mi vida. Ni porque estoy escribiendo esto. Se supone que iba a subir capítulo de Unforgiven hoy pero termine escribiendo este one-shot porque ya tenía la idea en mi cabeza y si no la escribía se me iba a escapar. Así que esto es una despedida y digo que me voy a la guerra...

Es decir a la escuela y que el siguiente capítulo de mis demás fics será hasta el fin de semana.

Por cierto, no he adjuntado las edades de Eren y Levi, pero… si Eren utiliza uniforme escolar pueden darse una idea, se los dejo a la imaginación solo diré que es muy menor. Okay ya les digo, tiene (inserten edad aquí) años. Soy una pedófila. Igual esto es ficción. Y Levi, guau es un tragaños de 35. A quien le importa. A mí no.

¿Les gustaría una continuación? Veré que se me ocurre.

Dejen Review. Porfis, enserio me encantarían.

PD: les recomiendo buscar las cosas que usa Levi, el auto, el reloj, el hotel. Quedaran impactadas.