Los ojos melados de R.J.L
Disclamer: Todos los personajes y hechizos presentados en este Fic son propiedad de Jk Rowling, yo solo los utilizo para crear esta pequeña historia.
Entre a la habitación de un salto, la bestia que se encontraba en la esquina de la sala se irguió mostrando toda su altura, reconociéndome, paso una de sus grandes garras por mi lomo y luego, se alejo, sus ojos dorados me observaron y entonces escuche su voz en mi cabeza " Hola- dijo el licántropo-" "Hola- respondí en un susurro"
!HOLA!
Bueno, este es el primer capitulo de mi segunda historia...
No debía haber subido esto antes de terminar "En el Nido de la Serpiente" pero es que no pude evitarlo, sin duda REMUS Y HERMIONE son una de mis parejas favoritas, por que la verdad... yo AMO a Remus John Lupin.
espero que os guste...
apenas voy iniciando y digo desde ahora, no actualizare tan seguido esta historia... por lo menos no hasta que culmine con mi Dramione... tratare de cargar otro capitulo durante las próximas semanas, pero no prometo nada.
Un chap corto... pero es el primero, aun falta mucho.
en fin, espero su aprobación.
un beso
a Leer :D
Capitulo uno: "La petición de Ted"
El reloj en la pared marcaba las seis en punto y las cosas en el número doce de Grimmauld Place estaban vueltas arriba. Molly estaba terminando la cena, o por lo menos eso intentaba porque cada cinco minutos dejaba su tarea para gritarle a los gemelos que pararan sus absurdos juegos.
Fred y George, que estaban en el angosto pasillo adjuntos a la cocina mostraban a Ronald, Harry y Ginny sus nuevas bombas de carbón azulado, la mercancía más innovadora de sortilegios, y los tres espectadores miraban absortos la demostración de los hermanos pelirrojos, mientras ignoraban completamente los gritos de la matriarca desde la cocina. En extremo del comedor Arthur Kingsley y Sirius con junto al animado retrato de Albus miraban la escena divertidos, claro que ninguno se atrevía a reírse a viva voz, temían que la ira de Molly Weasley cambiara su dirección hacia ellos.
Pero la situación tanto en la esquina contraria de la mesa, como en la segunda planta de la Honorable casa de los Black era muy diferente.
Hermione estaba que se la llevaba el diablo, había intentado estudiar durante las últimas cuatro horas, pero justo ese día todos habían decidido quedarse en casa, y por si fuera poco, hacer mucho más ruido que de costumbre, era como si ninguno entendiera que a ella solo le sobraban siete días para repasar todo antes de sus finales, si osaba suspenderlos, toda su carrera de medimaga se iría al caño, pero claro, a nadie le importaba eso, con tal, Ron y Harry ya trabajan en el ministerio con Kingsley, los gemelos seguían con sus numerosas tiendas por todo Londres, Ginny tenía su exitosa carrera de cazadora con ese estúpido equipo de Quidditch, Sirius daba clases en Hogwarts, y Arthur Tenia su departamento de asuntos Muggles, como siempre. Así que si ella perdía los últimos tres años de estudios exhaustivos por no poder estudiar para su maldito final, pues nadie se daría cuenta.
Bufando molesta, cerro el libro que tenia al frente y se incorporo dando un portazo al salir de la cocina – aunque ninguno de los presentes lo noto- por su mente paso la posibilidad de salir, quizás tomar un poco de aire y calmarse pero la descarto, no tenía ganas de irse de ahí, o por lo menos no de caminar alrededor del barrio, así que subió las escaleras sin un rumbo fijo, simplemente lo hizo como autómata, camino por caminar sin repasar a donde iría.
Reparo en su vía al percatarse que estaba cruzando el pasillo del segundo piso, y sonrió como una idiota por no haberlo considerado antes, camino un poco más rápido hasta llegar a la ultima habitación en el pasillo y asomando su cabeza por el marco, vio a la única persona que sería capaz de hacerla sentir de buen humor, y para que mentir, hacerla sentir feliz en ese momento.
Ted Remus Lupin, o como todos le decían por cariño, Teddy, jugaba animadamente con una pequeña nave espacial sin percatarse que una castaña lo miraba con una sonrisa desde la puerta.
Hermione observo al pequeño niño de casi cuatro años ahora, con cabello azul eléctrico y sonrisa socarrona por algunos minutos antes de entrar definitivamente a la habitación de metamorfogo. Al entrar soltó una sonora carcajada al ver que Teddy la miraba sonriendo y su cabello se tornaba castaño, idéntico al de la bruja que tomaba asiento a su lado, el solía hacer eso cuando la veía, era algo así como su saludo personal, pues solo lo hacía con ella.
- ¡Mione! – dijo Ted estirando los brazos para tirarse encima de la castaña
- ¡Teddy cielo! – dijo ella envolviendo al niño entre sus brazos y acostándose en la pequeña cama, con el tumbado en su pecho - ¿Cómo estás?
- Muy Bien – aseguro Teddy jugando con un riso castaño - ¿y tú?
- Muy bien también – dijo ella mirando la cabeza del niño, repleta de pelo perfectamente liso, tan castaño como el suyo propio - ¿Te he dicho que me encanta tu cabello hoy?
- A mí también me gusta el tuyo – dijo el niño levantando el rostro para mirar a la bruja – es algo así – en un pestañeo el cabello antes liso, ahora caía en desordenados y pequeños bucles por la cara angelical de Ted – ahora soy como tu
- A ti se te ve mejor – aseguro – Pero anda ponlo liso, me gusta acariciarlo en su estado natural – y antes de culminar, cabello entre los dedos de la castaña volvía a ser absolutamente liso- Gracias – dijo ella riendo.
- De nada – dijo el niño acostándose de nuevo en el pecho de Hermione, escuchando los latidos de su corazón, cosa que hacía a menudo – ¿cuándo llegaste?
- En la tarde – respondió ella distraídamente
- ¿Y por qué no viniste a verme antes? – dijo el metamorfogo haciendo pucheros
- Estaba tratando de estudiar – susurro acariciando la pequeña espalda del niño- pero tus tíos y tu padrino no me han dejado, están haciendo mucho ruido.
- La abuela Molly seguro que los regaña – susurro de vuelta con un deje de malicia, propia de un niño de su edad – mi Papi siempre dice que ella los castiga aunque yo no lo vea.
- ¿Tu padre dice eso? – pregunto la castaña, apretando sus labios para no reírse, seguro que Remus le decía eso a Teddy para que él no se portara mal con Molly, aunque Ted nunca lo hacía, con nadie
- Si – respondió asintiendo rápidamente el niño – y mi padrino también me lo ha dicho.
- Claro, seguro que a Harry lo ha castigado mucho – explico Hermione.
- Si – volvió a asentir confirmándolo – y a tío Ron también ¿a ti no cierto?
- No – dijo ella- porque yo me porto bien, como tú.
- Ya – dijo el – te extrañe mucho, le pregunte a mi papi si podíamos ir a buscarte, pero me dijo que estabas muy ocupada.
- Yo también te extrañe tesoro – Hermione apretó mas al pequeño niño que hundía su rostro en el cuello de ella, la verdad es que adoraba a Teddy – lamento no haber venido antes prometo que no sucede de nuevo.
- ¿en verdad? – dijo este esperanzado
- En verdad – aseguro
- Bien - dijo el – Te Quiero Mione
- Yo te quiero mas – aseguro- hey Teddy, ¿no olvidas algo?
- ¿Qué? – dijo distraídamente, pero de inmediato salto del pecho de la castaña – tu beso – chillo como si hubiese olvidado algo de vida o muerte – lo lamento – susurro acercando su rostro al de la castaña besando intensamente su mejilla –
- Así está mejor – dijo ella, acercándose y devolviéndole el beso en su pequeña y sonrosada mejilla – pero me voy a vengar.
- ¿Cómo? – pregunto con voz divertida, Teddy conocía perfectamente las venganzas de Mione-
- Así – chillo ella, y sus manos bajaron hasta la tripa del niño, y comenzó a hacerle su rutina diaria de cosquillas – para que aprendas a no olvidarte de mi beso
- Mione – grito entre risas el pequeño niño que se retorcía en el pecho de su atacante – para – suplicaba sin muchas ganas
- Está bien – dijo ella acostando a él sobreexcitado niño en la cama – pero te daré muchos besos entonces – Hermione se recostó a un lado de Teddy y beso todo su rostro, sus mejillas su frente y su nariz, provocando pequeñas risitas por parte del metamorfogo.
- Me dan cosquillas en la nariz – susurro él como si fuera un gran secreto – cuando beso a mi papi así, también le dan cosquillas
- Es que tú te pareces mucho a él – aseguro la castaña, y volteo el rostro observando toda la habitación– y hablando de él ¿dónde está tu papi?
- Baño – respondió solamente, dándole a entender a Hermione, que Remus se estaba dando una ducha.
- Ya – dijo ella
- ¡LA CENA ESTA LISTA! – se escucho el grito de Molly desde la cocina – Teddy cielo, baja a cenar.
- ¿Vamos? – pregunto la castaña incorporándose, y ya de pie tomo la mano del niño para ayudarlo a bajar
- Si – respondió Teddy tomándose de la mano de Hermione para salir de cuarto.
Cuando apenas cruzaban la puerta Hermione escucho como el picaporte de la habitación que quedaba justo al frente a la de Ted giraba, dejando ver a un recién bañado Remus Lupin, con el pelo aun húmedo y abotonando la camisa que traía a medio poner.
- Hermione – dijo Remus mirando a la castaña que se había quedado paralizada en el marco, siendo literalmente arrastrada por qué pequeño niño de pelo ahora negro como la noche – no sabía que estabas con Teddy
- Yo, Ehh, Si, subí hace unos momentos – respondió apartando la mirada de su antiguo profesor de defensa contra las artes oscuras y padre del pequeño niño que tiraba de su mano como si la vida se le fuera en ello.
- Ted Lupin Por Merlín deja de tirar así de Hermione – regaño con voz seria el licántropo a su hijo que soltó la mano de la castaña y cruzo sus pequeños brazos en su pecho - ¿Cómo estás? – pregunto mirando al la castaña que tenía sus ojos fijos en el piso del pasillo.
- Yo, Bi-bien – respondió, y se maldijo a sí misma en su mente, no entendía por qué últimamente desde unos meses hacia acá, estar a solas con ese hombre la ponía tan nerviosa, pero armándose de su valor Gryffindor, si es que aun quedaba algo de ello, alzo su rostro y miro los Dorados ojos de Lupin - ¿y tú?
- Bien – respondió el sonriendo dulcemente – un poco agotado, pero bien.
- ¿Un día duro en el ministerio? – Pregunto, Después de la guerra Remus había entrado en el departamento de regulación y ahora protección de criaturas mágicas, era el jefe de todo el piso-
- Un poco – asintió – Un grupo de Muggles tuvo que pasar por el ministerio para corregirles la memoria y curarlos porque unos centauros "jugaron" un poco con ellos
- ¿centauros? – pregunto – no es propio de ellos
- No, no lo es- respondió – pero estos eran un tanto extraños.
- Ya- dijo ella
- ¿Y tú no deberías estar estudiando para los exámenes? – pregunto el hombre de cabellos castaños, ya un poco canoso.
- En teoría – susurro con voz cansada – pero los gemelos terminaron su nueva invención y la demostración no me dejo concentrar demasiado.
- Así que por eso eran los Gritos de Molly – comento el
- Exacto – contesto ella sonriendo
- ¡Se olvidan de mí! – chillo Ted mirándolos con impaciencia desde el suelo – ¡Muero de Hambre!
- Lo lamento cielo – respondió Hermione percatándose del estado del niño- Venga Bajemos
- ¿Vienes Papi? – pregunto Teddy mirando a su padre
- En un momento – respondió el hombre – adelántate con Mione.
- Bien – dijo el niño sonriendo y comenzado a jalar de nuevo el brazo de la castaña.
Remus observo como la menuda bruja era arrastrada por su pequeño hijo que ahora traía el cabello con un tono naranja casi rojo, muy Weasley se podía decir, ese que utilizaba cuando tenía hambre y sonrió. Recorrió con la mirada todo e trayecto del niño y la bruja hasta que Hermione giro su rostro para mirarlo, sonriéndole se perdió escaleras abajo .El licántropo se quedo parado unos minutos al frente de la puerta del cuarto de su hijo, pensando… agradecía enormemente a toda su familia, pero sobre todo a Hermione que había estado con su pequeño niño desde siempre.
Luego de pasar toda la tarde en la segunda planta de la casa que ahora compartían con Canuto, Harry, Ron, Hermione y Ginny, jugando con su hijo – ya que al llegar de Ministerio, había huido de las charlas incesantes de Sirius y sus posibles conquistas de verano, de lo Gritos de Ron contra su hermana y Harry – Por fin se decidió a bajar, Tenia que cenar, no habia otra opción.
Al entrar a la cocina se encontró con todos esperándolo ansiosos en la mesa, tomo asiento aun lado de su hijo, que hablaba con Hermione sobre lo que había hecho por la tarde.
- ¿y Bien Remus? – dijo Sirius desde su puesto
- ¿Qué pasa? – respondió el licántropo arrugando el seño
- No se supone que ibas a subir a ducharte y bajarías para conversar con nosotros – comento con voz tranquila canuto, apuntando con su dedo a Kingsley y Arthur que no miraban la escena
- Me entretuve con Mi Hijo Sirius
- Ya- pero los ojos del animago reflejaban un deje de astucia, ese que brillaba a menudo cuando ambos estaban en Hogwarts – entiendo
- ¿Qué sucedió con los Centauros Remus? – Pregunto Arthur desde el otro extremo de la mesa.
- Pues cuando regrese a casa, los estaban procesando, los juzgaran la semana que viene – explico el licántropo
- Entiendo, en verdad el caso es complicado, ellos no suelen comportarse de esa forma – comento el Hombre pelirrojo
- Es cierto – aseguro – por eso los investigaran también.
El Resto de la cena trascurrió con normalidad, hablando sobre el ministerio, sobre sus correspondientes trabajos. Pero Remus tenía la cabeza en otro sitio, estaba absorto mirando como su hijo reía y jugaba mientras se tomaba su crema de espinacas – la cual odiaba- sin si quiera tratar de evitarlo, porque estaba tan concentrado en Hermione, que no se fajaba en lo que comía.
Luego de cenar, El licántropo se incorporo y percibió como su hijo lo miraba y al instante se ponía de pie también, el pequeño de cabellos azules, recorrió toda la mesa besando las mejillas de los presentes, para despedirse, pero antes de tomar la mano de su padre, se acerco hasta la castaña que lo miraba sonriendo y se colgó de su cuello abrazándola, deseándole buenas noches, y besando ambas mejillas.
Remus y su hijo subieron en silencio hasta el segundo piso, ambos entraron a la habitación de Ted, y este sin decir algo, cruzo la estancia entrando al baño para cepillare los dientes, mientras su padre lo esperaba sentado en su pequeña cama. Uno minutos después, Teddy salía del baño enfundado en su pijama de naves espaciales, preparado ya para dormir, trepo a la cama y se acostó a un lado de su padre que lo miraba sonriendo sentado en la esquina.
- Te cepillaste los dientes ¿cierto? – pregunto el licántropo, aunque sabía que si lo había hecho
- Si papi – respondió Ted asintiendo
- Bien, entonces ya estás listo para dormir – Remus se puso de pie, arropando a su hijo, pero antes de cruzar la puerta la voz de su niño lo detuvo.
- Papi, ¿Por qué yo no tengo Mamá? – susurro
- Teddy – respondió Remus dándose la vuelta y acercándose a su hijo, poniéndose de rodillas a su lado – Claro que la tienes.
- Pero no está aquí – respondió este mirándolo
- Porque ella dio la vida por ti – contesto con voz quebrada el hombre, hablar sobre Dora, aun después de casi cuatro años de su muerte, le dolía – ¿Por qué dices eso?
- Hoy cuando fui al parque con tía Ginny, un niño me pregunto, y le dije que había muerto, así que se burlo porque yo no tenía mamá y el sí – explico inocentemente - ¿Por qué yo no puedo tener una mamá como todos los niños? No es justo.
- Teddy, tu si tienes mamá, Nymphadora – dijo tomando la foto de la bruja de cabello rosa chicle, con un pequeño bebe recién nacido de cabellos azueles, que descansaba en la mesa de noche de su hijo – Ella está contigo, aquí – y con su dedo toco el pecho de del niño, donde latía su pequeño corazón.
- Yo sé – susurro Teddy mirando como su madre alzaba el rostro en la foto que sostenía su papá, lo miraba sonreía y baja de nuevo sus ojos para observar al bebe que descansaba plácidamente en sus brazos – pero… ¿no puedo tener otra?
- ¿Otra? – pregunto Remus abriendo los ojos, jamás considero la idea de que Teddy pidiera tener una mamá, el no podía ver a otra mujer como había visto a Tonks.
- Si… yo tengo a Mami Dora aquí – explico señalando el mismo su corazón – pero me gustaría tener una conmigo justo aquí – dijo señalando el otro extremo de su cama
- ¿Tú quieres una mamá? – sin dejar de asombrarse por la petición de su pequeño niño
- Si… alguien como Mione – contesto con los ojos brillantes, ilusionado – que me cuide y me quiera como ella.
- Pero Hermione es muy joven para tener un Hijo – explico, aunque para ser honestos no es como si entre Hermione y Dora existiera una gran diferencia de edad, Hermione cumpliría 23 años en septiembre y si Dora estuviera Viva hubiese cumplido 29 –
- Pero ella siempre me dice que yo soy como su hijo –respondió el mirando con el seño fruncido a su padre.
- ¿eso te dice? – pregunto sonriendo el licántropo
- Si – aseguro-
- Ya – respondió Remus besando la frente de su pequeño- Bueno Ted, mejor hablar sobre esto luego, ya es tarde, será mejor que te acuestes
- Bien Papi – respondió el niño en medio de un bostezo – te quiero
- Y yo a ti hijo, Buenas noches.
El licántropo salió del cuarto de su hijo y camino hasta la sala de la casa, ya nadie andaba por ahí así que podía beberse un vaso de Whiskey en tranquilidad, ese fin de semana seria luna llena, y sus sentidos de lobo empezaban a excitarse por la proximidad del cambio. Al bajar el ultimo escalón, un dulce olor embriago sus sentidos, se dejo guiar por el, y sorprendido cruzo la estancia hasta la puerta de la sala, donde Hermione estaba sentada con los libros des instituto abiertos, repasando todo de nuevo.
- Remus – dijo ella alzando el rostro, sorprendida, no había escuchado a su profesor entrar –
- Yo lo siento – dijo este apenado por interrumpir, y aun desorientado por el fuerte y totalmente delicioso olor que despedía Hermione – no quería molestar
- Oh, no me molestas, para nada – respondió la castaña cerrando su tomo de anatomía- igual no creo poder estudiar, es solo que no te escuche, pensé que estabas con Teddy.
- Ya se ha dormido – repuso el licántropo, caminando hasta el bar de la sala, sirviéndose un trago seco, quizás así su cabeza se aclararía un poco – ¿quieres algo?
- Entiendo – dijo- El suele dormirse temprano, no da mucha guerra y no gracias, no bebo demasiado
- Si, lo sé – respondió sonriendo sentándose al frente de la leona – cada día esta más grande, más inteligente.
- Lo sé, es impresionante lo mucho que ha crecido – aseguro ella – ya se puede conversar con el por largos ratos.
- Si, justo ahora hablamos – dijo el ensombreciendo la mirada al recordar la conversación que había tenido con su hijo, y sin saber por qué sintió que debía contárselo a la joven bruja - sobre su madre.
- ¿Te pregunto por Dora? – respondió ella en un susurro
- No – respondió – Me pregunto por que el no podía tener una mamá como todos los demás, que este con el
- Merlín – dijo Hermione que vio como sus ojos se llenaron de lagrimas, con solo pensar como podía sentirse su pequeño y adorado niño – Pobre Teddy
- Me dijo que si el no podía tener una Mamá aquí con él, otra aparte de Dora, una nueva – explico.
- Y ¿Qué le dijiste? – esa situación lograba desencajar a la bruja, ella sabía que era no tener padres, pues había perdido a los suyos en la Guerra, aun cuando ella borro su memoria, los mortifagos los encontraron y los mataron como venganza hacia ella, y aun cuando ella tenía casi 23años los extrañaba a horrores.
- No le he respondió – dijo el
- ¿No has pensando en salir con alguien? – pregunto ella
- ¿Cómo? – dijo el hombre mirando a Hermione como si hubiese dicho algo completamente estúpido.
- En salir- replico – con alguien, darte otra oportunidad.
- Soy demasiado viejo para eso – respondió, pero la verdad era que Jamás lo había pensado, y estaba seguro que no podría hacerle eso al recuerdo de su amada esposa, el no podía estar con otra mujer que no fuera Nymphadora Tonks.
- Remus, tienes 42 ¿no? – pregunto sonriendo –
- Si – susurro el
- Bueno, no eres viejo, estas en lo que se dice la Flor de la edad – dijo tranquilamente la castaña – Además seguro que muchas morirían por salir con alguien como tú.
- Claro, con un viejo de 42 años, viudo, con un hijo pequeño y Licántropo – cometo riendo – el Hombre perfecto
- Bueno, eres experimentado, soltero, con un hermoso niño para disfrutar y formar una familia, eres atlético y mantienes tu físico por tu condición de hombre lobo, eres fiel – explico ella sin inmutarse, sin notar como sus palabras ruborizaban al hombre que tenia al frente – aparte de inteligente y muy educado… creo que tienes condiciones para encajar en la cintura del hombre perfecto
- Dicho así cualquiera lo creería – sonrió avergonzado –
- Solo digo que si quisieras empezar de nuevo podrías hacerlo – contesto Hermione poniéndose de pie-
- ¿y Tú? – pregunto de pronto el licántropo
- ¿yo qué?
- ¿no has pensado en salir con alguien?
- Yo, bueno digamos que no soy buena como pareja – respondió con un hilo de voz la castaña – suelen aburrirse de mi
- ¿Lo dices por Ron cierto?
- Por él y por todos – susurro, el fracaso de su relación don Ron aun le dolía, ella en verdad lo amaba, pero había terminado por arruinarlo, por ser aburrida y frígida, y ahora tenía que convivir con la insufrible noviecilla del pelirrojo -
- Pues serian una panda de idiotas todos entonces – contesto Remus poniéndose de pie – eres una gran bruja Hermione, si las cosas no han funcionado no debe haber sido por tu culpa.
- Una gran bruja – repitió – pero a que precio
- ¿Porque lo dices? – pregunto confundido Lupin.
- Pase toda mi vida intentando ser la mejor, pero perdí muchos momentos por vivir ahogada por los libros, cada intento de relación la dañe por enfocarme en ser mejor académicamente que en vivir, así que puedo ser inteligente, brillante, pero estoy sola – respondió amargamente la castaña – Quizás un poco de Whiskey no esté mal – aseguro acercándose al bar sirviéndose una copa.
- Hermione, eres una gran mujer, brillante, buena, soltera y muy hermosa – repuso él, alagándola de la misma forma que lo había hecho ella hacia unos minutos- además creo que algún día, cuando será el momento, serás una gran Madre.
- ¿Cómo lo sabes? – pregunto sonriendo
- He visto como tratas a Teddy – contesto simplemente
- El es especial – susurro- es imposible no amarlo
- Lo se
- ¿Aun la amas verdad? – pregunto ella
- Con cada parte de mi alma – respondió, sabiendo que ella se refería a Dora.
- Ya – respondió, sintiéndose mal por el dolor que expresaba la voz de su querido profesor – supongo que por eso no has intentado conocer a alguien-
- Exacto – repuso – ¿tu, aun le quieres?
- Un poco – ella ya había logrado superar su amor por el pelirrojo, pero aun existía un pequeño sentimiento – y creo que no estoy lista para conocer a alguien.
- Entiendo – comento Lupin.
- Somos dos tristes almas solitarias – explico riendo –
- Eso parece – respondió el mirándola sonriendo-
- Tus ojos – comento ella mirando ojos melados ojos del hombre, que solían ser dorados, pero ahora estaban algo oscuros – entraras en fase pronto ¿no?
- El fin de semana – respondió
- Oh, claro, ya ha pasado un mes… ¿necesitas que cuide a Teddy?
- No, esta vez ir con Andromeda el fin de semana.
- Oh, bueno
- Bueno Hermione, es tarde y mañana tenemos cosas que hacer.
- Si, tienes razón – contesto Hermione poniéndose de pie –
- Buenas noches – dijo el caminando a la puerta pero antes de salir volteo el rostro y sonrió – y no repitas eso de que eres aburrida… no es cierto.
- Y tú no repitas que eres demasiado viejo para el amor… tampoco es cierto – repuso ella sonriendo – buenas noches.
Esa noche Remus no durmió, sus sentidos lo agobiaba siempre que la luna llena estaba cerca, pero esta vez no era eso lo que le quitaba el sueño, si no las conversaciones que había tenido con su hijo y su ex alumna. El aun amaba a dora, y eso no iba a cambiar por el momento, pero sabía que Teddy necesitaba un madre y el estaba dispuesto a dársela. Y aunque le costara admitirlo Hermione tenía razón, el tenia derecho a una segunda oportunidad, y estaba seguro que Nymphadora lo entendería.
El había tenido muchas propuestas para salir, de compañeras del ministerio, pero jamás le había interesado salir con alguien aparte de su difunta esposa… bueno si había alguien, siempre había habido alguien con quien en sus sueños más locos, tenía una relación, donde ella lo amaba y lo aceptaba tal como era, donde sentía lo mismo que el… pero era imposible, había sido imposible desde que la había conocido en su único año como profesor en Hogwarts, cuando la ahora hermosa mujer era una niña de 13 años, y ahora, que ella era toda una adulta era menos probable.
Hermione jamás sentiría lo mismo por él.
N/A: Bueno esto es todo por ahora... espero sus Reviews con los comentarios y sugerencias ;) un beso y nos leemos pronto... por aquí o pore"En el Nido de la Serpiente"
